JOSEPH REDHEAD

y la Ciencia Colonial



Ricardo N. Alonso1 y Antonio D. Sorich2

 

A José Babini, (Buenos Aires, 1897-1984) padre de los estudios sobre historia de la ciencia en la Rep. Argentina.

A Carlos Gregorio Romero Sosa, por su notable contribución a la historia de Salta.

 

La figura del sabio inglés Joseph James Thomas Redhead (1767-1847), corresponsal de Humboldt en Salta, confidente y amigo de Belgrano y Güemes, es hoy poco conocida, por no decir que ha sido olvidada. En general es muy poco lo que se ha escrito sobre la ciencia de la R. Argentina en general y de Salta en particular para los siglos XVIII y XIX3. Este ensayo4 presenta un panorama de cual era el cuadro de situación entre aproximadamente 1750 a 1850, lapso durante el cual tuvo cabida la breve etapa de la vida del General Don Martín Miguel de Güemes (1785-1821) y en donde la figura de Redhead tuvo una importancia fundamental. Abordaremos en este trabajo el estado de la ciencia en la segunda mitad de siglo XVIII y primera mitad del siglo XIX con eje en la vida del General Güemes y del Dr. J. Redhead.



  1. Profesor universitario e investigador del CONICET.

  2. Profesor e historiador. Especialista en la vida y obra de Lola Mora. Premio Persona 1999.

  3. Una notable excepción corresponde a los trabajos del historiador de la ciencia José Babini autor entre otros de Historia de la Ciencia en Argentina (Ed. Solar, 273 p. Buenos Aires, 1986).

  4. En parte corresponde al texto de la conferencia dada en el Club 20 de Febrero de Salta, el 7 de Junio de 2001, en los actos de homenaje del 180° Aniversario de la muerte del General Don Martín Miguel de Güemes, en el ciclo sobre la "Memoria de la Patria Vieja". Ese texto fue publicado en la revista Claves, X (101), Salta, 2001.





En torno a Güemes

Martín Miguel de Güemes nació en Salta en 1785 y murió en la misma provincia en 1821. Su corta existencia (vivió 36 años) se encuentra en el cambio de un siglo a otro (XVIII a XIX) y en el cambio de un régimen político a otro, como fue el paso de la colonia a los países de las repúblicas independientes. Poco o nada se ha escrito sobre la ciencia en ese periodo tanto en la nación como en la provincia. El padre de Güemes, don Gabriel de Güemes Montero, era un hombre ilustrado y cumplía funciones de tesorero real de la corona española. Logró que su hijo tuviera una buena educación con maestros particulares que le enseñaron los conocimientos filosóficos y científicos de la época. Entre ellos se encuentra nada menos que Manuel Antonio de Castro (1772-1832)5. Esto es válido también para su hermana Magdalena6, la "Macacha" de quién este año de 2001 se cumplió el 155 aniversario de su muerte ya que murió un 7 de Junio de 1866. Vicente Fidel López (1815-1903)7 dice que era "una mujer superior y célebre en Salta, un verdadero personaje por su belleza y clarísimos talentos". Volviendo al padre de Güemes, es interesante saber que en 1783 fue él quién desde Salta prestó apoyo a la misión científica enviada por el virrey de Buenos Aires, don Juan José de Vértiz (1719-1799)8 , al mando del Teniente de Fragata de la Real Armada don Miguel Rubín de Celis, Caballero de la Orden de Santiago. Rubín de Celis es recordado además por haber impulsado la creación de academias (como se solía designar a las universidades) con buenos profesores de química, geometría y mineralogía. Una de esas academias, la de matemáticas, fue fundada por Belgrano en Tucumán9. Volviendo a Rubín de Celis, diremos que la expedición de reconocimiento del famoso "Mesón de Fierro", un meteorito que en aquella época se sospechaba era una veta de plata pura "de 500 marcos por cajón" estaba integrada por 200 hombres con todas las provisiones necesarias. Formaron parte don Pedro Antonio Cerviño (1757-1816), quien dirigió la Escuela de Náutica fundada por Belgrano y donde enseñó matemáticas, geometría e hidrografía, junto con el salteño Francisco Gabino Arias (1732-1808)10. Desde Salta, el tesorero real Güemes, les proveyó de las herramientas necesarias, con lo cual nuestra provincia participó con hombres y bienes de aquella importante expedición como queda demostrado en los documentos11.



  1. Jurisconsulto, escritor y uno de los primeros codificadores del derecho argentino. Nacido en Salta. Editor del "Observador Americano" (1816) y de la "Gazeta de Buenos Aires".

  2. María Magdalena Dámasa Güemes de Tejada (1787-1866) fue el apoyo y sostén indiscutido de su hermano el General Güemes y muerto éste, continuó la lucha en Salta.

  3. Político y escritor argentino, hijo de Vicente López y Planes. Escribió una "Historia de la República Argentina en 10 volúmenes".

  4. Funcionario español nacido en México. En 1768 llegó al Río de La Plata y fue gobernador desde 1770 a 1777. En 1778 sucedió a Pedro de Cevallos como segundo Virrey. Tuvo una labor progresista en el orden material y cultural como se destaca de su fundación del Colegio de San Carlos, del Hospital de Expósitos y del Protomedicato entre otras instituciones. 

  5. Estas creaciones tempranas de instituciones científicas en Tucumán van a marcar una diferencia clara con las demás provincias del NOA, que les permitirá ir ala cabeza del movimiento intelectual de la región. La UNT data, pe 1875 y se estableció formalmente en 1914, esto es casi seis décadas antes que Salta.

  6. Arias, Francisco Gabino, 1784. Autor del Plan de una nueva expedición al Chaco. Buenos Aires. Durante 35 años (18701805) de su vida se dedicó a la exploración de las extensas regiones aún desconocidas del Gran Chaco. Exploró las márgenes del Río Bermejo y fundó las ciudades de San Bernardo y La Cangayé. Fue Gobernador del Tucumán (1775-1777) habiendo sucedido en el mando a D. Gerónimo de Matorras.

  7. Güemes Montero, Gabriel de, 1786. Nota del Tesorero General de Salta al Tesorero Oficial Real de la ciudad de Santiago del Estero pidiendo informe sobre los útiles entregados en depósito por el Teniente de Fragata don Miguel Rubín de Celis a su regreso del Chaco, Salta. En: Archivo General de la provincia de Santiago del Estero.



Jesuitas

Un acontecimiento importante ocurre 18 años antes del nacimiento de Güemes y va a tener gran impacto en lo referente a la enseñanza y a la ciencia. En 1767, por real orden de Carlos 111, los jesuitas son expulsados de todos los territorios metropolitanos y coloniales. De esa manera se corta la enseñanza que trasmitían en las principales universidades americanas. A partir de allí, la responsabilidad de la enseñanza pasa a otras órdenes religiosas, entre ellas los franciscanos. Numerosos jesuitas se dedicaron al estudio y la enseñanza de las ciencias naturales. Esos conocimientos formaban parte de los estudios de Artes "como medio importantísimo para bien espiritual y eterno de españoles e indios..." (Obispo Trejo y Sanabria, citado por García Castellanos, 1974). Entre los jesuitas notables de Argentina y regiones vecinas de América del Sur, que pueden mencionarse por sus trabajos intelectuales tenemos a los padres Lozano, Guevara, Sánchez Labrador, Llano Zapata, Falkner, Juárez, Morales Godoy, Torres, Molina y muchos otros. El padre José Guevara, publicó en 1764, la "Historia del Paraguay, Río de la Plata y Tucumán", donde se ocupa de la flora y además menciona restos de vertebrados fósiles. El padre José Sánchez Labrador (1717-1798), que enseñó en la Universidad de Córdoba y es autor del "Paraguay Natural", donde se encuentran numerosas cuestiones de historia natural tratadas con gran erudición. El padre Tomás Falkner (1702-1784), inglés, fue profesor en Córdoba y publicó en 1774 una descripción de la Patagona12 . Falkner hace el primer descubrimiento y mención de un gliptodonte. El padre Gaspar Juárez (1731-1784), primer botánico argentino, publicó "Historia Natural del Río de La Plata" (1788-1791), donde también se encuentran observaciones sobre paleontología. El padre Buenaventura Suárez, santafesino, considerado el primer astrónomo argentino, quién fabricó sus propios instrumentos de observación con maderas preciosas y vidrios tallados en las misiones por los indígenas. El padre Manuel de Torres, que en 1787 descubrió un esqueleto completo de megaterio, un hallazgo que causó verdadera conmoción en los medios científicos europeos y cuyo estudio ocupó a los más eminentes naturalistas de la época, entre ellos Cuvier que lo describió. El padre Juan Ignacio Molina (1740-1829), nacido en Talca (Chile), de gran actuación en su país natal en el estudio de las ciencias naturales. Escribió en 1782 "Compendio de la historia geográfica, natural y civil del Reyno de Chile", donde se ocupa de animales, plantas, volcanes, terremotos, aguas, piedras, sales, tierras, betunes y metales de Chile. El valor de la obra, escrita en italiano, se deduce de sus numerosas traducciones (alemán, 1786; español 1788; francés, 1789; e inglés, 1808). La obra científica de los jesuitas en el mundo tampoco ha sido valorada en toda su dimensión. Un ensayo sobre los jesuitas y las ciencias de la Tierra puede consultarse al final13.



  1. Tomás Falkner (1774) «A Description of the Patagonia and the Adjoining Parts of South America: containing an Account of the Soil, Produce, Animals, Vales, Mountaines, Rivers, Lakes, etc.».

  2. Cuando se habla de los jesuitas, casi la primera imagen que viene a la mente es aquella de sus espectaculares conocimientos para la búsqueda y la explotación del oro. En la Puna salto-jujeña hay decenas de ejemplos de su paso y de sus trabajos en los aluviones auríferos y otras minas de metales preciosos (Incahuasi, Rosario de Coyahuaima, Rinconada, Cobalonga, etcétera.). Hasta hoy es una marca registrada decir que una mina fue trabajada por los jesuitas, ya con sólo ese dato cobra interés económico. Esto se vio claramente durante el último "boom" minero que se dio en Argentina (19941997) en que las acciones de la bolsa se movían cuando una mina "que habían trabajado los jesuitas" entraba a operar en el mercado de Toronto o de Vancouver. Pero, además de la minería, la relación de los jesuitas con la geología y las ciencias de la Tierra va más allá, desde el momento que muchos de ellos hicieron aportes sustanciales en la historia de la disciplina. Importantes, aunque poco conocidos, son los aportes jesuíticos en los estudios de la relación Tierra-Sol, de física cósmica, astronomía, magnetismo terrestre, auroras boreales, sismicidad, meteorología y otras muchas cuestiones de la geodesia y la geofísica. Observatorios geofísicos para observaciones solares y meteorológicas los encontramos desde el siglo XVII. Como representante cabal de la geología se tiene a Athanasius Kircher (1601-1680) quién escribió Mundus Subterraneus (1665), una obra con una teoría unificada sobre el interior de la Tierra, donde trató de explicar todos los fenómenos observados, tales como montañas, océanos, erupciones volcánicas, terremotos y la formación de los minerales y los fósiles. Propuso que en el interior de la tierra existían dos tipos básicos de conductos interconectados que transportaban fuego (pyrophylacia) y agua (hydrophylacia). Los primeros estaban conectados desde el interior ígneo de la Tierra hasta la superficie donde se expresaban en forma de volcanes, mientras que los segundos estaban relacionados con el ciclo hidrológico de lagos y ríos. Trató también de explicar el origen de los terremotos por vientos subterráneos, utilizando en todos los casos observaciones de campo y también mediante experimentos. Los estudios para determinarla forma de la Tierra mediante la medición de arcos de meridiano tanto en Italia como en China, fueron llevados adelante por jesuitas como Francesco Grimaldi (1613-1663), Giovanni Batista Riccioli (1598-1671), Roger J. Boscovich (1711-1787), Christopher Maire (1697-1767), Antoine Thomas (1644-1709), entre otros. Trabajos sobre la gravedad terrestre fueron realizados por Pierre Lejía (1898-1958) director del observatorio Zi-Ka-Wei de China; mientras que cuidadosas determinaciones de la densidad terrestre fueron realizadas por Karl Braun (1831-1907), director del observatorio húngaro de Kalosca.El interés de los jesuitas en los terremotos y sus daños queda demostrado en los escritos de José de Acosta (1539-1600), quien describió los de 1575 en el Perú; Nicolás Longobardi (1566-1655) los de Beijing de 1624; Julio Cesare Recupito (1581-1647) los de Calabria de 1638 y los de Pedro Lozano (1697-1759) los de Lima de 1746. En tiempos modernos, una figura internacional en el tema de la sismología fue la del padre jesuita James B. Macelwane (1883-1956), fundador y director del departamento de Geofísica de la universidad de Saint Louis (USA). El Dr. Macelwane fue pionero en la mayoría de los campos de esa disciplina. Así, desarrolló nuevas tablas de tiempo de viaje de las ondas sísmicas, especialmente para aquellas de terremotos de foco profundo; investigó la naturaleza del interior terrestre; estudió (junto con W.C. Repettí), la propagación de ondas sísmicas en el manto terrestre y propuso una zona de transición entre el manto y el núcleo; estudió los microsismos y propuso un método para encontrarla localización de huracanes usando esas observaciones, entre otros muchos aspectos. Por su valioso aporte a la disciplina fue electo miembro de la Academia Nacional de Ciencias y presidente de la prestigiosa American Geophysical Union (1953-1956). En su honor se creó la medalla que lleva su nombre y se entrega a un destacado científico en ese campo. Numerosos observatorios sismológicos de los jesuitas fueron creados a través del mundo durante el siglo XX. Entre ellos se destacan el de La Paz (Bolivia), fundado en 1913 y que por muchas décadas estuvo dirigido por el padre Ramón Cabré, así como el Instituto Geofísico de los Andes Colombianos (Bogotá) en 1941. El magnetismo de la Tierra fue otro de los temas que atrajo fuertemente a los jesuitas. Ya el padre José de Acosta, autor de la Historia Natural y Moral de las Indias (1590), describió la variación de la declinación magnética y los puntos donde su valor es cero (uno de ellos las Islas Azores). Athanasius Kircher en su Magnes sives des Arte Magnetica (Sobre el Magnetismo) trató casi todos los aspectos del magnetismo y dio tres largas tablas de las variaciones en la declinación magnética según la latitud. Propuso una explicación del fenómeno atribuyéndolo a la desigual distribución del material magnético en el interior terrestre, que, aun que equivocado, tuvo el mérito de, tempranamente, relacionar el campo geomagnético a causas del interior terrestre. Stephen J. Perry (1833-1889) estudió las relaciones entre las variaciones magnéticas y la actividad solar y fue el único jesuita electo como "fellow" de la Royal Society. Ricardo Cirera (1864-1932), fundó en 1905 el observatorio vio del Ebro (Tarragona, España), que desde entonces mantiene observaciones diarias sobre el campo geomagnético, actividad solar, corrientes telúricas y sondeos ionosféricos. En Hungría, Jules Fenyi (1845-1927) llevó a cabo observaciones sobre manchas solares, granulaciones, protuberancias y fulguraciones. Muy importantes fueron también los aportes de los jesuitas en el campo de la meteorología. El fenómeno de las auroras boreales también atrajo su atención en el siglo XVIII. Entre 1720 y 1775 más de 20 trabajos, entre otros los de Boscovich, Beraud y Stepling fueron publicados por jesuitas acerca de la observación de la aurora y sus posibles causas. El propio José de Acosta, ya mencionado, es el primer observador de la meteorología del Nuevo Mundo y dio explicaciones satisfactorias para la dirección de los vientos y las lluvias en proximidad al océano. Benito Vines (1837-1893) trabajó en el área del Caribe con el tema de los huracanes. Sobre la base de sus observaciones del clima en relación con la trayectoria de los huracanes y la forma y dirección de las nubes a diferentes altitudes planteó leyes empíricas para la explicación de los rumbos que seguían esos peligrosos fenómenos. En la Argentina, mucho de lo comentado se llevó a cabo en el Observatorio de Física Cósmica de San Miguel (Buenos Aires) que estuvo dirigido por el astrónomo y jesuita español Ignacio Puig (1887-1961). Este hombre de conocimientos enciclopédicos dejó escrito medio centenar de libros de ciencia, muchos de ellos como útiles textos para los colegios. Lo cierto es que la contribución de los jesuitas a las Ciencias de la Tierra, cubre virtualmente todos los campos y se remonta al siglo XVI. En el siglo XVIII, comenzaron a crear observatorios en sus colegios para el estudio de cuestiones meteorológicas y de magnetismo. Hacia fines del siglo XIX y principios del siglo XX ya se crearon verdaderos observatorios geofísicos, de los cuales los establecidos en Asia, África y América tuvieron un papel importante en el desarrollo científico de los países involucrados. A partir de 1950 y por diferentes razones muchos de ellos se cerraron o fueron transferidos a otras instituciones o agencias del gobierno, permaneciendo unos pocos en operación. La ciencia de la geofísica le debe mucho a las prolijas, detalladas y largamente continuadas investigaciones de los jesuitas en sus observatorios, aunque el papel de éstos ha pasado casi ignorado para la historia de la ciencia (Trabajo enviado como colaboración a la Revista Miradas).




 

 Academia de Minas

En 1779 se crea en el asiento minero de Potosí, la "Academia y Escuela Teórico-Práctica de Minería y Metalurgia", que tenía como predecesora a la vieja "Escuela de Metalurgia", fundada en 1557. La Academia se dedicaba a dispensar los conocimientos geológicos, mineralógicos y metalúrgicos, necesarios para la explotación, concentración y beneficio de las menas minerales, en los asientos mineros del Alto Perú. Su primer director fue el Dr. José de Suero y González. En ese contexto, Salta, recibió a comienzos de 1789 la visita de lo que podría considerarse como la primera misión técnica extranjera, más precisamente alemana, a cuyo frente venía el barón Nordenflicht14 y el geólogo minero Anthony Zacharias Helms. Helms realiza las primeras observaciones geológicas de la República Argentina. Con respecto a cómo era Salta en ese momento (Güemes tenía entonces 4 años) escribe: "El pueblo de Salta está situado sobre el río Arias. Está dividido en cuatro calles principales, muy irregulares, pero más anchas que aquellas de Córdoba. La Plaza Mayor muestra sobre el lado oeste bellas residencias y sobre el opuesto la Catedral, que es la residencia del gobernador-intendente y de la administración de la provincia de Tucumán15 . Hay también siete iglesias y monasterios. Viven unas 600, familias españolas y la población total, incluyendo criollos y esclavos se estima en unas 9.000 almas16 . Los habitantes, quienes mantienen un considerable comercio con Potosí, Perú y Chile, son más ricos, distinguidos y cultos que aquellos de Córdoba y Tucumán .

La misión tenía como objetivo asesorar en las modernas técnicas de laboreo, uso de instrumentos, ensayar las nuevas técnicas de amalgamación de Freiberg, y enseñar los recientes conocimientos mineralógicos y geológicos europeos. La misión resultó un fracaso por las intrigas y desavenencias, las diferencias de culto religioso, las idiosincrasias contrapuestas entre la rígida disciplina europea y la rutina hispano-criolla. Sin embargo, los estudios debieron influir favorablemente en un centro de enseñanza como era la "Academia y Escuela Teórica-Práctica de Minería y Metalurgia", de Potosí, en donde se dispensaban importantes conocimientos de la materia. Recordemos que en 1817, durante el gobierno de Güemes, la Intendencia del Potosí y su famoso cerro Rico, esto es la montaña de plata más rica del planeta, pasó a depender de Salta.



  1. Es poco conocido, por no decir casi desconocido, que el Barón de Nordenflycht pasó por Salta en 1789 camino al cerro Rico de Potosí. Este es un hecho histórico de gran relevancia por lo que significó su misión no sólo desde un punto de vista científico sino también político. Veamos quién era este personaje. El Bar Fürchtegott Leberecht Nordenflycht (1738 - 1815), había nacido en Prusia, su padre era sueco y su formación y lengua eran la germana. Antes de venir a América, donde terminó -residiendo por veinte largos años, se desempeñaba como consejero del rey de Polonia. De profesión mineralogista y metalurgista estuvo a cargo de las minas de Miczanagora. Fue en estas lides que tuvo bajo su responsabilidad aplicar un nuevo método de amalgamación de la plata que había descubierto el vienés M. de Bom. El método conocido como de los toneles, funcionó muy bien y tuvo su éxito en las viejas minas europeas. Enterada la corona española envió a uno de sus funcionarios de confianza, el químico Fausto D'Elhuyar que tenía fama por haber descubierto el elemento tungsteno, para que realizara la contratación de una comisión de científicos que vinieran a las minas de América a aplicar el sonado método. Así se contrató como jefe de la misión al Barón de Nordenflycht quien formó su equipo con un experto en laboreo minero como Johann D. Weber (su segundo al mando); Anton Zacharias Helms, quien durante el viaje realizaría las primeras observaciones geológicas en Salta; Federico Mothes, que había estudiado metalurgia a en la célebre academia de minas de Freiberg y que fue contratado como geómetra subterráneo; a los cuales acompañaron n otros once técnicos y mecánicos de diferentes artes y oficios. Es interesante destacar que en el grupo había católicos y protestantes. El contrato consistía en permanecer 10 años en América del Sur al servicio de la corona española, fomentando el uso racional de las explotaciones de metales preciosos y logrando los mejores beneficios en los procesos de amalgamación. A cuenta se les ofreció seguridad para sus personas, bienes y familias; libertad en el ejercicio de su religión; indemnización de gastos de viajes; pago puntual de sus sueldos, y señalamiento, terminado el contrato, una pensión vitalicia según sus méritos. La expedición salió de Cádiz y arribó a Buenos Aires en 1788. El 29 de Octubre de ese año emprendieron el viaje a Potosí cruzando transversalmente el territorio argentino por Córdoba, Tucumán, Salta y Jujuy hasta arribar a Potosí el 24 de enero de 1789. A.Z. Helms dejó escrito un rico diario del camino de postas realizado con observaciones de las ciudades que fueron atravesando, los tipos de gentes y la conformación geológica de los terrenos. Sobre Helms y sus observaciones en Salta véase «El viaje de Mister Helms» (El Tribuno, 18-5-98, págs. 26-27). Al llegar Nordenflycht a Potosí -la mayor concentración de plata del planeta- se encontró con que el bajo rendimiento de los yacimientos se debía a los métodos anticuados de explotación y a la corrupción, negligencia, empirismo y rutina de la burocracia colonial. Era él un hombre de la ilustración, con ideas renovadoras y afanes reformistas. Al parecer trajo escondidas entre sus pertenencias los primeros ejemplares de la Enciclopedia Francesa que entraron en América. No es de extrañar entonces que su misión fue obstaculizada por la maledicencia y la hostilidad abierta que tachaba a los alemanes de charlatanes, herejes, judíos y extranjeros perniciosos, a más de peligrosos agitadores de los indígenas, a quienes trató siempre de proteger contra la explotación inhumana, la cual constituía forma habitual de las faenas mineras desde los tiempos de la conquista. Los alemanes querían poner maquinarias que reemplazaran la fuerza bruta de los mineros y esto les trajo un fuerte rechazo de los que explotaban esa mano de obra. Estando en Lima en 1801 tuvo dificultades con el Santo Oficio de la Inquisición, que le instruyó un oficio preliminar por leer y difundir libros prohibidos. Más que prohibidos por lo religioso, lo que se estaba incubando eran los afanes independentistas y Nordenflycht llevaba ya largos años en el Alto Perú y había tomado contacto directo con grupos de intelectuales como los que se nuclearon alrededor del Mercurio Peruano y de los cuales Hipólito Unánue (amigo de San Martín) era el mentor. En 1802 se reunió en Lima con el famoso sabio alemán A. von Humboldt, quien también colaboró activamente con los movimientos independentistas americanos. En 1810 pasó a Chile donde contrajo matrimonio, dejo descendencia y siguió a Europa tiempo después. Para entonces comenzaban a independizarse varios países y no puede desconocerse el papel que tuvieron las ideas de hombres como Humboldt, Unánue y Nordenflycht entre tantos otros. Lo cierto es que este personaje de la nobleza europea estuvo de visita en Salta a fines de diciembre de 1789 y esto de por sí constituye una página de interés para la historia de nuestra provincia.

  2. Aquí Helms habla de la provincia de Tucumán, pero aclaramos que se denominaba "del Tucumán", ya que la actual provincia de Tucumán es un desprendimiento de lo que fue la Gobernación Intendencia de Salta del Tucumán y creada a partir del decreto nacional del 8 de Octubre de 1814 del Director Supremo Gervasio Antonio Posadas.

  3. Helms aporta aquí un precioso dato demográfico sobre la población de Salta antes de las luchas por la independencia que redujeron esa cifra considerablemente.



Azara, Haenke y Bonpland

Un contemporáneo de Güemes es el gran sabio español Félix de Azara (1746-1821), -murió el mismo año que el héroe salteño- quién permaneció 23 años en el Plata y en Asunción del Paraguay. A este erudito, observador científico, naturalista, cartógrafo y geógrafo se le debe la mejor descripción de la flora, la fauna y la gea de su tiempo para estas regiones del cono sur. En algunas de sus observaciones biológicas, Azara se adelantó al propio Darwin como ha sido reconocido por científicos modernos. Otro sabio contemporáneo de Güemes, fue el naturalista checo Tadeo Haenke (1761-1817), integrante de la expedición de Malaspina, quien se quedó a vivir en Cochabamba donde llevó a cabo importantes estudios en botánica, química y mineralogía. Fue él quien desarrolló las investigaciones químicas y mineralógicas para el uso en la fabricación de la pólvora negra de los nitratos naturales de la costa chileno-peruana. Haenke publicó en el Telégrafo Mercantil un notable trabajo sobre la minería de nuestro país. Este importante periódico era recibido en la casa de los Güemes y obviamente era leído por Redhead. Allí se publicaron trascendentes trabajos sobre comercio, agricultura, industria, navegación, mineralogía, geografía, historia eclesiástica, civil y natural de esta parte de América, los que eran de lectura obligada entre la intelectualidad de la época. Basta recordar que ese periódico había nacido para inspirar al pueblo en la inclinación a las ciencias y artes. En uno de sus editoriales se leía que lo que se buscaba era 'promover la fundación de nuevas escuelas filosóficas, donde para siempre cesen aquellas voces bárbaras del escolasticismo que, aunque expresivas de los conceptos, ofuscaban y muy poco o nada transmitían las ideas del verdadero filósofo. Empiece ya a reglarse nuestra agricultura y el noble labrador a extender sus conocimientos sobre este ramo importante. Empiece a sentirse ya en las provincias argentinas aquella gran metamorfosis que a las de Méjico y Lima elevó a par de las más cultas, ricas e industriosas de la iluminada Europa ". También contemporáneo de Güemes y Redhead fue el sabio francés Amadeo Bonplánd (1773-1858) quien llegó al Plata en 1817 y en 1820 se estableció en Corrientes y Misiones17. Bonpland fue el compañero de viajes de Humboldt y con él publicó importantes trabajos. Botánico excepcional ha pasado a la historia de la ciencia universal. En tiempos de Güemes en Salta es muy poco lo que se conoce como ciencia local. La famosa expedición de Nordenflycht pasó cuando Güemes era un niño y otras expediciones famosas como la de Temple o la del Capitán Andrews, ambos ingleses y de 1825, pasan algunos años después de la muerte del prócer.



  1. Al parecer, Redhead conoció a Bonpland en Francia durante su visita a la universidad de París.



Filiberto de Mena

Un vecino erudito de Salta en esa época era don Filiberto de Mena. Muy poco es lo que se sabe sobre la vida de este personaje. Algunos datos biográficos fueron aportados por Francisco Centeno, basado en una carta que enviara don Angel Justiniano Carranza a Manuel Solá. Gracias a ello sabemos que era nativo de Chile y se afincó en Salta en 1755. Escribe Centeno "...ocupó varios cargos públicos delicados, desenvolviéndose en ellos con lucimiento. Fue un escritor muy recomendable. Era de condición andariega y de un espíritu observador. Viajó por su país, el Plata y Lima y acompañó al gobernador Campero en su expedición al Chaco en 1764". Mena murió en los primeros años del siglo XIX. Dejó escrito un trabajo muy importante, fechado en 1791, donde trata de la arqueología, las minas de Salta y el terremoto de Esteco. Por ese texto nos enteramos que para entonces había cerca de la ciudad de Salta dos minas de plata en explotación, una cerca de La Quesera en la sierra de Mojotoro y otra en los cordones de Lesser.



Médicos

Entre las personas ilustres de la Salta güemesiana se destacaban varios médicos que ejercitaban su ciencia de curar, cuyas biografías han sido publicadas por René Joaquín Lávaque. El Dr. Miguel García y García, médico y filósofo nacido en Murcia se radicó en Salta en 1776. Casó con Jerónima Castellanos Frías y tuvo cuatro hijos. En su biblioteca se encontraban además de textos de medicina, otros sobre química, física y ciencias naturales que da cuenta de su afección a la lectura y de su saber científico. Murió en 1799 y fue enterrado en la iglesia de la Merced. El Dr. Diego Beltrán Ladrón de Guevara Estaquero y Cuadrado, originario de Andalucía, residió en Salta desde 1785 hasta 1799, año en que murió soltero a los 50 años y fue enterrado en el convento de La Merced. Este caballero era médico y profesor de medicina. El Dr. Carlos Hurtado de Mendoza, licenciado, doctor y profesor de medicina, que tuvo importante actuación como facultativo. El Dr. Manuel Díaz de Corcuera que parece haber sido uno de los primeros en suministrar la vacuna contra la viruela y que actuó en Salta entre 1779 y 1808. Siguiendo con médicos, pero en este caso no originarios de España, se habían radicado en Salta en 1805 otros dos facultativos que figuraban como nacidos en Boston pero que en realidad se sabe hoy eran escoceses. Se trata de los doctores Robert Martín Miln18 y Joseph Todd19.



  1. Falleció el 22-5-1855. Fue enterrado en San Francisco sin recibir los sacramentos. Estaba casado con Josefa Soler y Torres. Nacido en Escocia. Llegó al Río de la Plata junto a José María Todd. Instaló con este una farmacia en Salta con sucursal en Jujuy. Se dice que fue médico de Güemes y los infernales (Roberto G. Vitry, inédito).

  2. Este médico escocés llegó al Río de la Plata junto a Miln. Casó en Salta el 30-11-1808 con Thomasa Toledo Pimentel, hija de Bonifacio Toledo Pimentel y de María Inés Burela. Su hijo José María Todd fue tres veces gobernador de Salta y falleció a los 84 años (Roberto G. Vitry, inédito).



Redhead

Al parecer el único y verdadero científico de la Salta colonial fue el médico y naturalista inglés Joseph James Thomas Redhead (1767-1847), quien llegó a Buenos Aires en 1803 y más tarde, en 1809, se trasladó a nuestra provincia. Redhead20 había nacido en Antigua21 -según algunos autores- pero es más probable que haya nacido en Escocia. Lo cierto es que se había graduado en Edimburgo22, aunque al llegar a Buenos Aires, para no denunciar su origen británico dijo que era originario de Connecticut (Estados Unidos). Antes de su arribo al país había realizado estudios en la célebre universidad alemana de Göttingen23. En dicha universidad, fue compañero de Guillermo IV y de quien llegaría a ser un sabio reconocido internacionalmente: el Barón Alexander von Humboldt. Loudet24 , informa que fue nada menos que Humboldt quién le dio a Redhead "un itinerario para explorar especialmente las hoy provincias del norte argentino". Luego de su permanencia en Alemania, habría viajado por Italia y Rusia, además de haber estado preso en Francia. Este naturalista viajó extensamente; estudió la vegetación del norte argentino; y estuvo algún tiempo en Rosario de Lerma donde estudió el tifus y la malaria. En 1812 se trasladó a Tucumán donde fue médico de Belgrano a quién acompañó victorioso en la batalla de Salta en 1813, así como también en las derrotas de Vilcapugio y Ayohuma. Fue el médico que asistió a Belgrano en su lecho de muerte25 . Regresó a Salta en 1821. Woodbine Parish, en su voluminoso y enciclopédico trabajo sobre "Buenos Aires y las Provincias del Río de la Plata", publicado en Londres en 1852, cita reiteradamente a su "inteligente corresponsal”26 Redhead, a quién le agradece por los informes valiosos con datos geológicos y barométricos que supo aportarle. Entre ellos figura información sobre el meteorito del Chaco. Como se comentó en una nota anterior, la expedición de Rubín de Celis en búsqueda del hierro nativo del chaco que algunos pensaban era la saliente de una veta de plata pura, contó con la presencia del salteño Francisco Gavino Arias (1732-1808). El tesorero real Güemes, padre del prócer, les proveyó de las herramientas necesarias, con lo cual nuestra provincia participó con hombres y bienes de aquella importante expedición como queda demostrado en los documentos. De acuerdo con Parish, Redhead le remite un informe sobre sus ideas acerca del debatido origen de ese hierro del cual se discutía si era volcánico, cósmico o criado en la propia tierra. El científico anglo-salteño se inclina equivocadamente por la tercera posibilidad cuando dice "ni tampoco alcanzo porqué razón negaremos a la naturaleza el poder de reducir en su laboratorio un metal que tan fácilmente se separa de sus combinaciones por medio de los esfuerzos del hombre" (p. 389). Es importante conocer que en esta discusión tercia el propio Humboldt, quién es de la misma opinión que Redhead. Como dato curioso se tiene que Redhead tenía un bastón cuyo puño estaba hecho del hierro meteorítico y como tal en largos años no se había alterado. También menciona Parish la idea que tenía Redhead sobre una antigua costa marina en Santiago del Estero. Parish usó los datos barométricos de Redhead para los cálculos de alturas de las ciudades y montañas del norte argentino y sur de Bolivia. Entre ellos calcula la altura de la ciudad de Salta en 3.973 pies, además de varios puntos de la Quebrada de Humahuaca, La Quiaca, Tupiza, Potosí y la montaña de Chorolque, ésta última en 16.530 pies. Se convierte así en el primer andinista científico en tomar alturas de cumbres en esta región del cono sur. Es interesante destacar la publicación de un librito publicado en 1819 y titulado Memoria sobre la dilatación del aire atmosférico (Imprenta de la Independencia, 16 pág., 8°). Es importante mencionar esta memoria, más que por su valor intrínseco, por el tema elegido que la diferencia tan diametralmente de los libros publicados en esa época y por los datos concretos que el autor proporciona acerca de su realización experimental. También se conocen unas apuntaciones en inglés, titulada Algunas observaciones generales acerca de la influencia del sol y de la atmósfera sobre los animales y los vegetales, la cual formaba parte de la biblioteca de Luis Güemes. Redhead fue corresponsal del sabio Alexander von Humboldt, que como sabemos llegó a ser el hombre más famoso de su tiempo. Redhead regresó a Salta en 1821 después de la muerte de Güemes y continuó ejerciendo como médico de la familia Güemes entre ellos y en especial de Macacha. Importantes viajeros lo mencionan en sus memorias como hombre importante de visitar y de consulta por los largos años que llevaba en Salta. El viajero inglés Edmund Temple27 lo Visitó en 1825 y lo menciona como un caballero inglés que lo ilustró sobre las bondades del clima de Salta en contraposición al de Tucumán. Por este motivo J.B. Alberdi lo menciona en sus memorias. Otro viajero que pasó en la misma época de Temple, en este caso el capitán inglés Joseph Andrews28 habla largamente en su libro de Redhead (a quién menciona como su compatriota) y de todas las diligencias a las que lo acompañó mayormente para establecer negocios mineros. Andrews le agradece los datos sobre minerales que le dio, donde resulta sumamente interesante la mención del petróleo. Este dato es crucial en la historia del petróleo en la Argentina, porque constituye ú no de los antecedente más antiguos. Pero quien más lo trató y además se considera su amigo es el mineralogista inglés J.H. Scrivener, que también residió una corta temporada en Salta y gracias a quien se conocen datos biográficos importantes. Una copia del libro de Scrivener, traducido, se encuentra en la Biblioteca "J. Armando Caro" de Cerrillos. Redhead murió octogenario en nuestra ciudad, en la pobreza pero rodeado de gran respeto29, un 28 de Junio de 1847 y fue enterrado según voluntad en un panteón construido en su propia quinta30. Fue Redhead quién coleccionó los primeros papeles para la historia de Güemes por un encargo que le hiciera Manuel Puch. Su valiosa biblioteca fue heredada por Luciano Tejada, el esposo de Macacha Güemes. El centenario de su muerte fue ampliamente conmemorado en Buenos Aires, en especial en la cátedra de Historia de la Medicina de la UBA en un acto que contó con la presencia de autoridades universitarias y académicas y también con representantes de la embajada de Estados Unidos. El eminente historiador Arnold Toynbee, en su visita a Salta en 1966, formuló a su vez conceptos de recordación para el insigne médico que sirvió a la causa de la emancipación de América del Sur31 . La vida y obra de Redhead constituye la primera página científica concreta para la historia de Salta.

 

 

  1. Las viejas familias salteñas solían nombrarlo con varias deformaciones fonéticas como Redeac, Redead, Redeal o Redear (Diccionario de Cuttolo). Martín Miguel Güemes, chozno del prócer dice que le llamaban simplemente "Rid" (comunicación personal a los autores).

  2. Según informa en la página 117 de su libro Andrew Graham Yooll (in La Colonia Olvidada, Emecé, 415 p., 2000, Buenos Aires). El lugar de nacimiento es muy discutido y de acuerdo a información de la Biblioteca Genealógica Estaca Oeste de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los últimos Días, no hay posibilidades de que haya sido en Antigua y Barbuda porque no coincide con los Redhead nacidos allí en ese año.

  3. Edimburgo es una importante ciudad escocesa con una prestigiosa y antigua universidad.

  4. Góttingen. La ciudad de Góttingen en Alemania, donde realizó estudios Redhead, tiene el raro privilegio de haber albergado en su seno a 40 premios Nobel y algunos de los gigantes intelectuales y sabios de la humanidad. Nombres famosos, una biblioteca con cuatro millones de volúmenes y la estatua de la joven más besada del mundo son algunas de sus atracciones. Sin dudas, hay ciudades que tienen un "feeling", un "ángel" o un algo especial y particular. Es ese algo que atrae profundamente al visitante y le infunde parte de su espíritu y energía. Pues bien una de esas ciudades es Góttingen en Alemania. Góttingen creció alrededor de una universidad y el espíritu académico y de conocimiento impregna cada rincón. Por este lugar pasaron gran parte de los sabios mas renombrados de Europa de los últimos tres siglos. La Universidad de Góttingen es una de las más viejas, más grandes y más reconocidas de las universidades alemanas. Fundada en 1737 se convirtió pronto en un polo de atracción de intelectuales que llegaron deseosos de participar del ideal de libertad académica en la investigación y la enseñanza-Su biblioteca se convirtió en pocas décadas después de su fundación en un tipo de biblioteca nacional de la Ilustración concentrando una de las mejores y más grandes colecciones de libros del mundo. Actualmente, la biblioteca cuenta con cuatro millones de ejemplares y la suscripción a 15.000 publicaciones periódicas. Para tener una idea de la importancia académica de Góttingen baste decir que por sus aulas pasaron o enseñaron 40 premios Nobel. Alexander von Humboldt, el famoso explorador del continente americano, recibió allí la mejor parte de su educación. Otros gigantes intelectuales tuvieron su actuación como Albrecht von Haller, poeta y naturalista mentado por sus trabajos sobre la circulación de la sangre; Lichtenberg autor de los famosos y universales aforismos que llevan su nombre; los hermanos Grimm, eruditos en historia y gramática alemanas; y hasta el mismísimo Kaiser Otto von Bismark, uno de los más famosos estudiantes de la universidad. Los científicos que pasaron por Góttingen son innumerables. Algunos monumentos recuerdan a los más notables. Por ejemplo, el monumento juntó a Gauss y Weber. Carl F. Gauss (1777-1805) brillante matemático que a los tres años ya asombraba con sus cálculos fue uno de los hombres que revolucionó su materia y está considerado junto con Arquímedes y Newton como uno de los más grandes matemáticos de todos los tiempos. Con su compañero de monumento, el físico Wilhem Weber, comparten el haber inventado juntos el telégrafo electromagnético en G6ttingen en 1833. Otro sabio con monumento propio es Friedrich Wóhler, químico, quien fue el primero en aislar el aluminio (1827) y el berilio (1828) y en sintetizar la urea por vía química sin necesidad de la participación de organismos vivos. Otro monumento con una historia muy interesante es el de una bella niña en una fuente que tiene unos gansos en los brazos de los cuales brota agua. Se la llama "la Gänseliesel" y es "la chica más besada del mundo". Ocurre que cuando alguien obtiene su doctorado va a besarla como una ceremonia de agradecimiento. En 1926, se prohibió besarla y los estudiantes llevaron el caso hasta la Corte Suprema de Justicia que les falló en contra. Sin embargo, los estudiantes siguieron besándola y hoy es un clásico incluso para turistas. Como dijimos la lista de sabios que pasaron por Góttingen es interminable. Entre ellos no pueden dejar de mencionarse a Max Born, premio Nobel enterrado allí y con una lápida en donde está grabada la ecuación fundamental de la mecánica que él descubrió; también Wemer Heisenberg, otro premio Nobel, famoso por su "principio de incertidumbre"; James Franck, físico atómico que fue galardonado con el premio Nobel por sus trabajos sobre la naturaleza cuantitizada de la transferencia de energía; Max von Laue, que ganó el Nobel de física por haber descubierto la difracción de los rayos X; el americano Oppenheimer, uno de los padres de la bomba atómica que también estudió en Góttingen; Robert Koch, el bacteriólogo que descubrió el bacilo de la tuberculosis que lleva su nombre y cuyo estudio le hizo acreedor al Nobel; Walther Nernst, otro premio Nobel por sus trabajos en termodinámica y sigue la lista con otros premios Nobel como Sakmann y Wallach, el geofísico Guttenberg, físicos, químicos, matemáticos, astrofísicos y toda una pléyade de hombres del conocimiento. El impresionante florecimiento que vivió la universidad en el siglo XVIII y luego entre 1870 y 1930 fue oscurecido por dos periodos de represión que siguieron a ,ellos. El primero cuando el rey cesanteó en 1837 a los "Siete de Göttingen", un grupo de profesores que se opuso a la suspensión de los derechos básicos liberales que estaban garantizados. El segundo, cuando los nazis llegaron al poder y obligaron a huir o exiliarse a todos los científicos judíos o con ideas de izquierda. El llamado "Espíritu de Góttingen" que encarnaron Franck, Heisenberg, Born, el "padre de la geoquímica" Víctor Go1dschrnidt y muchos otros pervivió en los países en donde estos se exiliaron. En fin, Góttingen, una ciudad cuya historia aún hoy exuda sabiduría (Alonso, R.M., El Tribuno, 22-11-99).

  5. Loudet, Osvaldo (1978). Los médicos en los ejércitos de la Libertad. Buenos Aires, Tomo 1, pp. 53 y ss.

  6. Según refiere Bartolomé Mitre, Belgrano poco antes de morir le entregó a Redhead su reloj de oro de bolsillo diciéndole "esto es todo cuanto tengo para entregar a este.

  7. Otro corresponsal de Parish fue el Dr. John Gillies, escocés, quién vivió en Mendoza entre 1823 y 1828. Era un escocés que había buscado el benigno clima de los Andes por una grave infección pulmonar, y pasó esos años estudiando la región y enviando a Edimburgo colecciones botánicas y muestras de rocas y minerales.

  8. En 1826 pasó por Salta un viajero inglés que dejó escrito un diario chispeante y anecdótico sobre las provincias del NOA. Entre sus ricas páginas con descripciones de terremotos, langostas, fuentes termales, carácter de las gentes y largos etcéteras, hace mención a un visionario decreto minero del Gobernador Arenales que empalidece cualquier comparación. Edmund Temple fue un viajero inglés que pasó por Salta camino a las minas de Potosí en 1826. Iba como secretario de la comisión exploradora minera enviada por la compañía británica "La Potosí, La Paz and Peruvian Mining Association", cuyos otros integrantes eran el general James Paroissien (1783-1827), estrecho colaborador de San Martín, que participaba como jefe de la misión; el Barón de Czettritz (jefe de la sección técnica); y el entonces joven médico Juan H. Scrivener (1806-1884) que más tarde se radicaría en Salta y que a la sazón estaba a cargo del departamento mineralógico de la compañía. Temple, a su regreso a Inglaterra, escribió un diario de viajes que recoge sus impresiones de los territorios visitados haciendo hincapié en las provincias del noroeste argentino. Algunas décadas antes, fue un viajero alemán, Anthon Zacharias Helms quién en 1789 escribió un diario similar mientras realizaba el mismo recorrido desde Buenos Aires a Potosí en la misión minera germana del Barón de Nordenflycht. El libro de Edmund Temple fue publicado en Londres en 1830 y titulado "Travels in various parts of Perú". En 1920 fue traducido y publicado bajo el título de "Córdoba, Tucumán, Salta y Jujuy", con prólogo del Dr. Juan B. Terán y más tarde, en 1989, reeditado por la Universidad Nacional de Jujuy. El libro, de una lectura muy amena, cuenta aspectos de la vida y costumbres provincianas del interior argentino. Entre las muchas cosas que pueden rescatarse para la historia se encuentra la descripción del fuertísimo terremoto que tuvo lugar ese año de 1826, un 19 de Enero, destruyendo la localidad de Trancas y haciendo temblar todo el norte argentino. Temple señala que el terremoto se sintió fuertemente en Salta y escribe "Los que asistían a la primera misa, quedaron sorprendidos al ver los candelabros e imágenes caer de improviso del altar y pensando que venía el diablo toda la congregación huyó en tropel de sus devociones". También hace interesantes comentarios sobre las termas de Rosario de la Frontera, las increíbles mangas de langosta, el caudaloso río Pasaje, Cobos, la Lagunilla, el aspecto de Salta y sus charcas y pantanos, el viaje hacia Jujuy, la quebrada de Humahuaca y otros lugares del viaje a los que arranca lo profundo de su geografía y la psicología de sus gentes. En Salta gobernaba el general Juan Antonio Álvarez de Arenales (17701831), militar español con destacada actuación durante la lucha de la independencia que sería derrocado en 1827 por José Gorriti. Este militar, cuya estatua se levanta en la plaza principal de la ciudad de Salta, es mencionado en el libro de Temple junto a un decreto que promulgó para el aprovechamiento de la minería salteña que no tiene parangón. El decreto, elaborado hace más de un' siglo y medio, presenta elementos en común y aún superadores con respecto a la última ley minera promulgada durante el gobierno del presidente Menem y que logró un fuerte impacto del rubro. Decía el decreto de Arenales: Art. 1°-) Todos los habitantes del globo que emplearen su capital e industria en la provincia, gozarán de la plena protección del gobierno. La seguridad de sus personas, la inviolabilidad de sus propiedades y la libertad de opinión están aseguradas por las leyes, en iguales términos que para los nativos; Art. 2°) A fin de alentar la minería en la provincia, por tratarse de una de las más importantes ramas de la industria, las minas se declaran ser de propiedad privada de cualquiera que las descubra y trabaje; Art. 3°-) No se permitirán privilegios exclusivos en esta rama, que sólo puede concederse a consecuencia de una ley, cuando el resultado de este privilegio y la comparación de la industria del país con la de Europa los hiciere necesarios; Art. 4°) La elaboración de los minerales se declara libre de todo impuesto; y libre, en el mismo sentido, es la extracción de metales de la provincia, así como la introducción de maquinaria minera y mercurio; Art. 5°) Para mayor seguridad de los descubridores y trabajadores de minas, los artículos anteriores se declaran irrevocables por el término de 30 años, a consecuencia de lo cual tendrán fuerza y valor de contrato privado; Art. 6°-) El mismo será comunicado al Poder Ejecutivo para su publicación, circulación y otros objetos relativos. A continuación Temple señala: "La ley que antecede puede considerarse suficientemente liberal para el gobierno de una república cuya vida se inicia, y puede ser el medio de atraer los extranjeros a la provincia de Salta". Como se aprecia de la lectura de los distintos artículos se buscaba la atracción de inversiones extranjeras ofreciendo un marco de seguridad jurídica. Se asignaba a la minería el rol de una de las más importantes ramas de la industria y se otorgaban las minas en propiedad de cualquiera que las descubriera o las trabajara. Se declaraba libre de todo impuesto a la actividad de explotación, concentración y beneficio de los metales, así como la importación de maquinaria. Y para mayor seguridad de los inversores se les daban todos los beneficios mencionados por el plazo de 30 años. Hubo que esperar casi 170 años para que el país elaborara una ley minera que se acerca pero que no iguala a la del visionario gobernante salteño Álvarez de Arenales.

  9. El marino inglés Joseph Andrews, en su viaje minero desde Buenos Aires a Potosí en 1825, dejó escritas páginas preciosas para la historia de Salta y Jujuy. Entre ellas destaca la profunda impresión que le causó la Quebrada de Humahuaca donde declara que "...no hay lenguaje apropiado para describir la poderosa magnificencia de su conformación, ni su efecto sobre la mente". La Quebrada de Humahuaca en la provincia de Jujuy es uno de los paisajes más espectaculares del norte argentino. El río Grande corre por su interior y se alimenta de numerosos tributarios que descienden desde las altas montañas que la flanquean hacia el naciente y el poniente. Dichos cordones montañosos forman parte de la Cordillera Oriental una unidad geográfica y geológica que se extiende entre la Puna y las Sierras Subandinas. Allí, rocas provenientes de gran profundidad han sido arrastradas a la superficie siguiendo los planos de grandes fracturas tectónicas. Esas fallas cortan y sobreponen terrenos de diferentes edades geológicas, unos arriba de otros, como si fueran los naipes tallados por un extraordinario prestidigitador. Los juegos de fallas imbricadas y los diversos colores de las rocas permiten que se formen escenarios surrealistas como esa paleta de pintor que es el cerro de los Siete Colores en Purmamarca. En la quebrada se encuentran rocas pizarrosas grises de fondo oceánico del lejano periodo precámbrico a las que se superponen otros depósitos marinos rozados y amarillentos rebosantes de invertebrados fósiles pertenecientes al temprano tiempo paleozoico. Calizas amarillas contemporáneas de la extinción de los dinosaurios, capas rojizas del Terciario y enormes bancos de gravas gruesas depositadas durante el Cuaternario completan el orden de los terrenos. Una exuberante vegetación en la boca de la quebrada pasa rápidamente a un paisaje de cardones y plantas espinosas achaparradas. Fuertes pendientes conectan las altas montañas laterales con el fondo de la quebrada. Los cursos tributarios descienden con una gran carga de materiales rocosos fragmentarios que llegan a su apoteosis en el Volcán. Este gran abanico aluvial se ha formado por la acumulación milenaria de volcanes de barro un fenómeno usual de las quebradas del norte argentino que allí alcanza su máxima expresión. La Quebrada de Humahuaca, que estuvo habitada desde muy temprano como indican las evidencias arqueológicas, es la vía natural de acceso a la Puna y el Altiplano boliviano. En tal sentido fue usada por los españoles de la conquista y la colonia. Más ,tarde sería escenario en las luchas por la independencia. El importante camino de postas desde Buenos Aires a Potosí tenía un tramo a través de la quebrada. Gracias a ello existen numerosos testimonios de viajeros que en distintas épocas describen aspectos varios de lo humano y paisajístico. Uno de esos viajeros fue el capitán Joseph Andrews, marino inglés que llegó a nuestro país en 1825 comisionado para realizar negocios mineros por parte de la empresa británica "Chilian and Peruvian Mining Association". Andrews desembarcó en Buenos Aires y emprendió camino al norte argentino para desde allí seguir a Potosí y más tarde a Tacna, Arica, Santiago y Coquimbo en un viaje que le demandaría dos años. Durante su visita se ocupó de escribir un diario donde volcaba sus agudas observaciones sobre los lugares visitados y la naturaleza de sus gentes. De regreso a su patria publicó un libro que fue traducido al español en 1920 por Carlos A. Aldao y publicado por la "Cultura Argentina" bajo el título de "Viaje de Buenos Aires a Potosí y Arica". Su lectura es deliciosa y constituye una página esencial de nuestra historia para aquellos años en que nacíamos a la vida independiente. En Salta, además de los comentarios mineros se refiere al paisaje, clima, demografía, la belleza cautivante de las mujeres, el gobernador Arenales, el Dr. Redhead (médico de Belgrano y colaborador de Humboldt), los ríos de la ciudad y los peligros de inundación y tiene palabras duras contra el culto del Milagro que le toca presenciar por haber pasado en septiembre. En otros pasajes vuelve a atacar a la religión católica lo que, por las formas, lleva a sospechar que era protestante o directamente ateo. Luego sigue viaje a Jujuy por la Caldera y se interna en la Quebrada de Humahuaca, siempre filosofando en el lomo de la mula de acuerdo con sus propias palabras. La descripción que hace de la quebrada constituye una página admirable del texto, aunque hay reminiscencias de otro viajero anterior el alemán A.Z. Helms que pasó por allí en 1789. Dice Andrews y cito "No hay lenguaje apropiado para describir la poderosa magnificencia de su conformación, ni su efecto sobre la mente. ¿Cuál debe haber sido el volumen de agua que las formó?, pues fueron trabajadas por este agente, sin duda alguna. Tal como hoy existen nada puede ser más admirablemente dispuesto para recibir y llevar a una salida las inundaciones de la montaña. Pero ninguna de las inundaciones que se conocen haber corrido por ellas, habría cavado sus profundas honduras, o redondeado sus vastas circunferencias". Sigue luego "Parecíamos otra vez separados del mundo, sobre nosotros el cielo sin nubes, en contorno las escabrosas faldas cóncavas del hueco y sobre su borde superior los picos de las montañas eternas". Y deja planteado un desafío "Que digan los geólogos cómo y cuándo han sido formadas". Ello al observar que "...la corriente más profunda que hoy descarga por ellas, es riachuelo infinitamente dimi­nuto, comparado con el océano que debe haberse derrama­do al principio, y tallado estos canales y hoyadas gigantes­cas". Por último concluye en que "Todas las nieves andinas, simultáneamente derretidas, y revolviéndose a un tiempo y avanzando con poderoso impulso, apenas se supondrían igua­les a la formación de estas excavaciones enormes. Hasta en las cimas más elevadas de las montañas, sin embargo, la acción del agua es visible, como si el mar se hubiese quebra­do, o inundado y retirado de ellas, en miles de edades". Hay en estos conceptos abundante material de estudio para la geomorfología, la hidrognosia y lo referente a la teoría, histo­ria y filosofía de la geología. Recordemos que en aquella época el tiempo estaba muy acotado por la interpretación bíblica y el paradigma de explicación era el diluvio universal, un evento de naturaleza catastrófica. Andrews está convencido que el agua cavó la quebrada pero no ve relación entre el río insigni­ficante y la magnitud del relieve. Subyace, aunque no lo men­cione, el diluvio como mecanismo de explicación pero dejó planteado a los geólogos del futuro que respondan el dilema del cómo y el cuándo.

  10. En el lecho de muerte lo asistieron sus amigos, el Dr. Vicente Arias y Arias (1807-1875), médico salteño y el prebístero Toribio Tedín (ca. 1790-1849). Este último, guerrero de la in­dependencia, peleó al lado de Güemes. Cayó prisionero en Tucumán e iba a ser fusilado salvando su vida. Creyó que ello fue por su fe y que se debió a una ayuda providencial por lo que viajó a Bolivia, ingresó en un seminario y recibió las órde­nes sacerdotales. Estuvo fugazmente en Salta en 1847 y lue­go regresó a Bolivia donde murió unos dos años más tarde. Al parecer, su vista en Salta el mismo año de la muerte de Redhead pudo estar relacionada con el último adiós a su amigo.

  11. Se trataría de la Quinta Grande, un predio donde hoy se le­vanta la iglesia de los Carmelitas de Salta, en las calles Tucumán y Florida (Roberto G. Vitry, comunicación personal).

  12. Citado en el Diccionario Biográfico de V. Cuttolo (Letra R, p. 87).



 

FIN