Rafael Ruiz de los Llanos

ijo de Don Bonifacio Ruiz de los Llanos y Doña Ventura La Roque. Nació en Payogasta (Pcia. de Salta) el 24 de octubre de 1841 y habiendo cursado estudios en la capital salteña, fue enviado al Colegio Nacional de Concepción del Uruguay becado por el General Urquiza en 1855 en el cual llegó a dictar clases siendo aún estudiante. De allí pasó a la Universidad de Buenos Aires para estudiar abogacía en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. Su padre fue coronel y sirvió a Güemes en las gestas de la Independencia.

Al producirse la guerra del Paraguay tuvo que hacer un paréntesis en sus estudios y alistarse en carácter de voluntario y marchar al frente. De esa manera vino a encontrarse en las acciones de Tuyutí, Boquerón y Curupaití en que, por su comportamiento en el combate, mereció ser condecorado por las tres naciones aliadas. Pero, como consecuencia de su delicado estado de salud, fue dado de baja pudiendo regresar a Buenos Aires donde prosiguió estudiando hasta doctorarse en Jurisprudencia en 1870, en la especialidad de economía, cuya tesis fue publicada en una revista especializada.

Concluidos sus estudios regresó al suelo natal donde, habiendo intervenido en política y dado el prestigio que gozada fue elegido por sus conciudadanos para ocupar una banca en el Congreso de la Nación como diputado por Salta, en 1872, cuyo mandato se repitió dos veces más y en su transcurso ejerció durante un año la presidencia de la Cámara.

Radicado ya en Buenos Aires, dedícose también a la docencia dictando cátedra en la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires. En ese transcurso también fue Rector del Instituto libre de Enseñanza Superior y ocupó una vocalía en el Consejo Nacional de Educación.

La ley de educación común por la que hoy se rigen las escuelas primarias lleva al pie la firma del Dr. Ruiz de los Llanos.

El Doctor Rafael Ruiz de los Llanos, perteneció a esa brillante intelectualidad, era uno de los señores de entonces, cuidadoso de su prestancia, celoso de las formas, activo sin precipitación, afable y culto. De costumbres austeras, gran trabajador y sistemático en el trabajo, de espíritu amplio y gustos refinados.

Su casa fue el refugio de parientes y jóvenes que llegaban de su provincia a estudiar a Buenos Aires y su mesa estuvo tendida para sus amigos y los amigos de sus hijos.

Sus últimos años fueron amargados por desgracias de familia y falleció en Capital Federal el 5 de julio de 1910.

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