Por Diego
Cornejo Castellanos
a vocación es ante todo un cotidiano acto de entrega para con el prójimo, resulta sin duda así la actividad más afín con el sacerdocio, porque además de dar sosiego al enfermo conlleva la noble disposición de saber interpretar el sufrimiento, el dolor, la desazón que esencialmente siente el paciente.
El doctor Nolasco Cornejo Costas, perteneció a esa pléyade de profesionales de la medicina salteña que, abrevaron tanto en sus hogares, en el ámbito de la comunidad de nuestra provincia de principios del Siglo XX, como en los claustros universitarios una visión intrínsecamente humana de la ciencia, a través de la cual, el respeto por la condición humana fue un valor primordial en el desenvolvimiento de sus actividades.
Con sus padres y hermano: Nolasco F. Cornejo, Mónica Costas. Carlos Alberto.
Nació en Salta el 15 de agosto de 1905, hijo del Ing. Nolasco F. Cornejo y de doña Mónica Costas de Cornejo, fue el mayor de siete hermanos. En 1910 enfermó de poliomielitis infantil. Este hecho le dejó como secuela una parálisis en el miembro inferior derecho que fue el acicate que lo impulsó a luchar y superarse hasta el final de su existencia.
Sus padres con gran criterio asumieron la minusvalía y esta medida la hicieron extensiva para que los hermanos y amigos lo tratasen como a uno más del grupo. La infancia y adolescencia de Nolasquito -como lo llamaron cuantos tuvieron trato con él- se desarrolló en un ambiente de naturalidad justamente por la dolencia que lo aquejó de por vida.
Todavía hay quienes recuerdan cómo se integraba a los juegos con sus hermanos y amigos. Entre las travesuras de niños se recuerda que junto con sus pares, sean de su familia, como algunos de sus primos Cornejo Solá, Cornejo Saravia, Cornejo Mollinedo, de sus amigos los Day Bedoya, los Uriburu Michel, se las ingeniaban para escalar los techos del viejo Banco de la Nación Argentina, luego Banco Provincial de Salta, actualmente sede de la Dirección General de Rentas.
Cursó sus estudios primarios en el Colegio Belgrano de Salta y los secundarios en el Colegio San José de los Padres Bayonenses. Ingresó luego a la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Buenos Aires, en donde tuvo como profesores eminencias de la talla de los Doctores Pedro Chutro y al futuro Premio Nobel de Medicina, Doctor Bernardo Houssay, a cuyas personalidades evocaba por su saber y calidades humanas.
Egresó con el título de Doctor en Medicina en julio de 1933, efectuando sus prácticas de capacitación profesional en el Hospital Pirovano de Buenos Aires. Ya de regreso a su ciudad natal en 1934 el doctor Cornejo Costas se especializó en Pediatría y Cirugía Infantil, fue el primer cirujano infantil en nuestra provincia y fundador de este servicio en el Hospital de Niños de Salta.
En nuestra ciudad contrajo matrimonio con doña Carmen Rosa San Millán Bavio de cuya unión nacieron nueve hijos: Carmen, Margarita, Juan Antonio, Felisa, Enrique, Mauricio, Estela, María e Isabel; tres de ellos abrazarían la profesión médica, al igual que tres nietos.
Al doctor Cornejo Costas quienes lo conocieron o trabajaron con él, lo recuerdan como a un profesional cuya característica más destacada no sólo fue su idoneidad profesional, sino también por una condición innata en él: "su ojo clínico" para detectar a primera vista complejos cuadros clínicos, tanto en los niños que eran motivo de su especialidad, como en personas adultas que por razones de amistad requerían de su opinión.
En cierta ocasión, se presentó a su consultorio el recordado Luis Domingo "Chochón" Patrón Uriburu, fallecido recientemente. Por entonces ya se encontraba casado y en plena juventud, a su ingreso solicitó a la asistente del doctor Cornejo que deseaba verlo por una lesión cortante en un brazo, a lo que Susana -que aún continúa trabajando en el consultorio de sus hijos y nietos le respondió "El doctor es médico de niños, no de adultos...", a lo que Chochón con firmeza replicó: "... dígale a Nolasquito que soy Chochón Patrón y que quiero que sólo él me cure..."; este tipo de episodios eran muy habituales en el consultorio médico del pediatra cirujano Cornejo Costas.
Nolasco Cornejo Costas poseía un temperamento apacible pero firme, un tanto introvertido, gustaba de la vida familiar, su tono de voz era bajo, una persona predispuesta al diálogo, especialmente sabía escuchar a sus interlocutores, hizo culto a la amistad sin ser un hombre predispuesto a la sociabilidad.
Mantuvo estrechos vínculos de amistad con todos los miembros de su cuantiosa familia, contaba con cincuenta y cinco primos hermanos, quizá el más afín con él, fue Oscar Cornejo Solá (también médico, especialidad radiólogo) junto con su mujer Margot Torino de Cornejo, entre el círculo de amigos más cercanos se pueden mencionar a: don Julio Michel Torino y María Rosa Cornejo de Michel cuyos lazos de amistad fueron entrañables, lo mismo que con Carlos Patrón Uriburu y Elena "Mirra" Torino de Patrón Uriburu, otros matrimonios amigos como Juan Carlos y Lucrecia Isasmendi de Uriburu, Francisco M. Uriburu, Américo Revol Nuñez, doctor Ramón Jorge , María Antonia Carranza de Jorge, Sergio Cornjeo Isasmendi y Marta Michel de Cornejo.
Desempeñó funciones en la Asistencia Pública de Salta, entre 1943 y 1944 en el Centro de Higiene Materno Infantil y en el Departamento de Medicina Escolar, posteriormente fue Director General de Sanidad. Asimismo, socio fundador y primer presidente del consorcio de médicos católicos; en 1934 participó como socio fundador del Círculo Médico de Salta; en abril de 1950 se integró como socio fundador y primer presidente de la Sociedad Argentina de Pediatría filial Salta-Jujuy, electo nuevamente entre 1952/1954 y 1961/1966, respectivamente. Le cupo ser organizador y presidente del VI Congreso Argentino de Pediatría efectuado en Salta en 1955. Fundó como representante de la Clínica Salta en 1952 la Asociación de Clínicas y Sanatorios. Socio fundador y primer presidente del Instituto Cultural Salteño Norteamericano (ISICANA). En 1953 fue nombrado miembro titular de la American Academy of Pediatric, asistió y viajó a los Estados Unidos de Norteamérica para efectuar un curso de perfeccionamiento sobre temas de su especialidad.
Al triunfar la Revolución Libertadora y convocarse a elecciones generales con miras a la instauración de un nuevo gobierno constitucional, el doctor Cornejo Costas se adhirió a los principios doctrinarios del partido Democracia Cristiana, e integró la fórmula para candidato a la vicegobernación de Salta, acompañando al Ing. Pedro Félix Remy Solá postulado para gobernador de Salta; fue su única incursión de carácter político.
Falleció en Salta el 6 de diciembre de 1983 y dejó como su más preciado legado para todos cuantos lo conocieron, que tanto su vida como su vocación profesional, fueron testimonio tangible de verdadero sacerdocio, pues interpretó cabalmente el sufrimiento, el dolor de los demás procurando siempre dar sosiego a quienes acudieron a él.
