Por Ricardo Federico Mena 
            
l Dr. Joaquín López Figueroa fue uno de los grandes médicos que dieron aportes   invalorables para la medicina del país. Su figura, inexplicablemente es muy poco   conocida en el ámbito de nuestra ciudad, motivo por el cual esta columna   recuerda a uno de los más brillantes anatomistas argentinos. 
              
              Dice uno de   sus biógrafos, el Dr. Pablo Horacio Figueroa, médico de nuestra provincia: 
              
“Escribir la vida y la obra del doctor Joaquín López Figueroa no es   fácil, primero porque es muy dificultoso buscar los archivos y las fuentes de   primera mano en Salta y segundo, porque partió a estudiar a los dieciocho años a   Buenos Aires, como muchos de su generación, pues desde su primer año de   estudiante hasta su muerte, vivió en la Capital Federal, no obstante venir casi   todos los veranos a su querida Salta”.
               
              Pablo Horacio Figueroa, sobrino   nieto de este prócer de la medicina argentina, expresa que fueron pocos los   documentos exhumados de los archivos familiares y de las bibliotecas públicas   salteñas. En la ciudad de Buenos Aires donde se concretara su actuación, fue   posible encontrar rastros de su derrotero profesional, en archivos y cartas   particulares, especialmente las del Dr. Luís Güemes, a los que se agregaron los   existentes en la Facultad de Medicina de nuestra capital nacional. 
              
              El   doctor Joaquín López Figueroa, nació en la ciudad de Salta en 1868, siendo hijo   del Dr. Facundo López de Figueroa y de doña Paulina Figueroa. Realizó el ciclo   primario y secundario en su ciudad natal, y en 1886 se traslada a Buenos Aires   para ingresar a la Facultad de Medicina, donde fue practicante por concurso en   el Hospital Rawson, primer Disector en el Hospital de Clínicas, graduándose de   médico brillantemente, con medalla de oro. Posteriormente se doctoró con la   tesis “Tratamiento de las fracturas después de la consolidación por la movilidad   y el masaje”.Este trabajo luego fue incluido como texto de estudio en una de las   materias de la Facultad.
               
              Su carrera docente fue creciendo rápidamente,   al punto que fue primero Jefe de Trabajos Prácticos de Anatomía en la cátedra   del doctor Juan José Naón, Profesor por concurso de Anatomía en la Facultad de   Veterinaria de La Plata. Su tarea docente fue alternada con la práctica   profesional, ya que llegara a ser un extraordinario médico clínico, pero por   sobre todo, médico clínico- quirúrgico. 
              
              En el año 1906, fue Profesor   Titular por concurso de Anatomía Descriptiva y Técnica Operatoria de la Facultad   de Medicina de Buenos Aires, dictando además cátedras de Física e Historia   Natural en el Colegio Nacional Sarmiento. Fue además Director del Hospital de   Clínicas. Dejó la práctica medica para dedicarse de lleno a la Investigación   Anatómica y a la Docencia Universitaria, viajando con tal propósito en el año   1906, a la ciudad de Lyon-Francia- donde fue discípulo del gran anatomista   francés Dr. León Testut, cuyos libros son aún materia de consulta y de estudio   obligado en las grandes universidades del mundo.
               
              Constituyó su familia   con doña Margarita Castellanos Esquiú, teniendo ocho hijos, entre ellos dos   médicos, dos abogados y cuatro hijas. Ocupó en ese mismo año 1906 el sitial   vacante de la Academia Nacional de Medicina, que dejara vacante otro ilustre   salteño, el Dr. Luís Güemes. 
              
              Dice su biógrafo, el Dr. Pablo Horacio   Figueroa “ Lleva su nombre en el hueso ilíaco, borde externo del mismo, entre la   espina ántero-superior e inferior, “Escotadura del Fémorocutáneo de López   Figueroa, por donde pasa el nervio del mismo nombre y descripta al decir del Dr.   Quiroga, uno de sus discípulos, y también gran médico argentino, “en forma   magistral”. 
              
              Largo sería enumerar los logros del Dr. Joaquín López   Figueroa, pero sí podemos consignar que, al mes de haberse jubilado en medio de   una emotiva despedida de sus colegas y amigos, fallece inesperadamente en Buenos   Aires a los cincuenta y ocho años, un 29 de septiembre de 1826, dejando, una   obra duradera y una pléyade de discípulos que hicieron honor a las Ciencias   Médicas del país. 
              
              La Semana Médica publica lo siguiente: “Honda   consternación ha causado en nuestros círculos universitarios el fallecimiento   del Dr. Joaquín López Figueroa, eximio profesor de Anatomía Descriptiva de   nuestra Facultad (…) (…) En todas las instituciones por donde pasara, ha dejado   marcada con caracteres imborrables la huella de su paso. (…) La Facultad de   Medicina ha decidido rendirle los homenajes correspondientes a su jerarquía y   dispuso que sus restos fueran velados en el Hospital de Clínicas, la Casa que   visitara diariamente en los últimos seis años que estuvo a la cabeza de su   dirección. Por la Capilla ardiente, una verdadera caravana de profesores,   académicos, titulares de diferentes facultades de la Universidad Nacional de   Buenos Aires, representantes de variadas instituciones oficiales, médicos, ex   –alumnos, alumnos, y amigos desfiló para dar su postrero homenaje al   Maestro”.
               
              Pronunciaron emotivos discursos los doctores Pedro Belou, Dr.   Piñeiro Sorondo, y los doctores Rogelio Brouca y Abeberry Onetto.
               
              El   doctor Joaquín López Figueroa, está vinculado con letras de oro a la Historia de   la Medicina Argentina. Salta, lo recuerda orgullosamente en una de sus calles. 
              
              RICARDO FEDERICO MENA