Etimología y Heráldica del apellido Güemes
Félix Rodrigo Bravo Herrera
La etimología es una rama de la
ciencia lingüística que estudia el significado, origen, evolución y razón de
las palabras[1].
Los apellidos pueden ser estudiados como palabras, precisando
su significado y forma concretos. Es decir que se puede establecer lengua a la
que pertenece, palabra de origen y acepción en un determinado idioma. En igual
sentido, y a los efectos de complementar su estudio, se debe indicar su alcance
histórico, social y ubicación geográfica.
La interpretación etimológica de un apellido no siempre
permite un resultado totalmente satisfactorio, debiéndose rechazar las seudoetimolgías.
Abordando el tema con rigor filológico e histórico[2].
Los apellidos, en cuanto palabras, fueron expresiones
comunes[3],
con un alcance delimitado en una lengua, en un tiempo histórico específico; no
pudiendo discernirse su acepción actual en algunos casos. En otros, su
significado todavía lo podemos entender o intuir, atento a que son palabras que
tienen una entidad actual en el idioma castellano.
Algunos apellidos pueden tener su
origen en otras lenguas: hebreo, latín[4],
germánico, árabe[5], etc. o en
lenguas ibéricas prelatinas[6].
Los apellidos surgen como un complemento del nombre de pila
para evitar confusiones. En sus orígenes los apodos u otras denominaciones
cumplían la función de apellido, fundamentalmente para distinguir a las
personas con el mismo nombre. Así por ejemplo Juan el hijo de Pedro; Juan el del Corral; Juan el herrero, etc. En
los reinos de Navarra, León y Castilla se hizo costumbre añadir al nombre del
hijo el del padre más el sufijo –ez,
que significaba “hijo de”: Gonzalo hijo
de Sancho: Gonzálo Sánchez.
Posteriormente estos apellidos o segundos nombres pasaron a
ser hereditarios, tenían un carácter de identidad. También cumplió un tarea muy
importante en la fijación de los apellidos el uso de la documentación legal,
religiosa y notarial en la Edad Media. En estos documentos se hacía constar
además del nombre de bautismo, el nombre del padre, su apodo, profesión, título
o procedencia geográfica. Ejemplo: Franciscus
filius Antonius; Bernardus monacus; etc.
Descripción:
Escudo partido en pal; el primer cuartel
de mano derecha, en campo de oro, cruz ancha de veros azules y de plata; el
segundo cuartel de la izquierda, en azul castillo de oro. Bordura general de
gules con ocho souteres de oro.
“Es probable
que el uso del apellido empezara a extenderse a partir de los siglos XI o XII,
cuando el constante empobrecimiento de la onomástica hizo preciso el uso de un
segundo nombre. En la Edad Media, al igual que ocurre todavía hoy en día, los
nombres de pila o de bautismo respondían a modas y la necesidad de imitar los
nombres de las clases dominantes, de personajes famosos o de santos muy
venerados (razón ésta muy importante en al Edad Media), lo cual terminó
reduciendo el abanico de nombres escogidos para el recién nacido”[7].
Es indudable que los aspectos legales también influyeron en
que el segundo nombre o apellido fuera hereditario, al determinar que una
familia propietaria o arrendataria, tenía sumo interés a fin de la redacción de
la documentación se hiciera constar el nombre hereditario, “como nombre de familia ligado a la posesión sucesoria”[8].
Básicamente los autores han
clasificado los apellidos en 6 categorías por orden de frecuencia:[9]
a)
Apellidos Patronímicos,
procedente del nombre del padre. (ej. Sancho: Sánchez, Pero: Pérez, Lope:
López, etc.)
b)
Apellidos Toponímicos
es decir del nombre del lugar de origen o de residencia: estos a su vez pueden
subclasificarse en: b1. Originarios de gentilicios, nombres de países,
ciudades, pueblos o regiones (ej. Gallego, Barceló, Almagro, etc.); b2. derivados de nombres comunes de centros poblacionales
(ej. Barrionuevo, Villa, etc.); b3. provenientes de nombres comunes de
construcciones, edificios, etc. (ej. Casas, Corral, Cabaña, etc.); b4. De
nombres propios o comunes de ríos u otros accidentes hidrográficos (ej.
Torrente, Lagos, etc.); b5. Procedentes de nombres comunes referidos a
accidentes geográficos (ej. Peña, Roca, Arena, etc.); b6. De nombres vinculados
a la vegetación o botánica de un determinado lugar (ej. Higueras, Trigales,
Encina, Manzano, etc.).
c)
Apellidos derivados
de profesión, cargo, oficios o título de la persona. Los cuales a su vez se
sublasifican en: c1. Cargos eclesiásticos (ej. Capellán, Abad, Monje, Sacristán,
etc.); c2. Títulos Nobiliarios (ej. Conde, Hidalgo, etc.); c3. Relacionados con
la actividad militar o de la función pública (ej. Alférez, Alcalde, Soldado,
Escribano, etc.); c4. Relacionados con la artesanía y comercio (ej. Herrero,
Sastre, etc.); c5. Derivados de las actividades vinculadas a la agricultura,
ganadería, pesca, etc. (ej. Labrador, Vaquero, Pesador, etc.); c6. Otras
actividades (ej. Pedrero, Criado, etc.)
d)
Apellidos alusivos a
características personales o apodos. Se sublasifican en: d1. Características
físicas: (ej. Cabezón, Cano, Calvo, etc.); d2. Características morales (ej.
Bueno, Triste, Alegre, etc.); d3. Referentes a animales: Denominación motivada
por variadas razones, que indicarían que el individuo criara, vendiera o cazara
determinado animal (ej. Vaca, Borrego,
Novillo, Lobo, etc.); d4. Referentes a plantas: Denominación motivada por diversas
causas, que el individuo cultivaba o vendía tal planta (ej. Lechuga, Trigo,
Oliva, etc.); d5. Apellidos referidos a lazos de parentesco, edad, estado civil
(ej. Casado, Nieto, Viejo, etc.).
e)
Apellidos referentes
a consagraciones a Dios, bendiciones, etc. Se podrían subclasificar en: e1. De
carácter afectivo: (ej. Lozano, Gallardo, Valiente, etc.); e2. Referidos a
circunstancias del nacimiento (ej. Tardío, Temprano, Expósito, etc.). e.3.
Procedentes al mes de nacimiento (ej. Agosto, Mayo, etc.).
f)
Apellidos de origen
incierto o desconocido. Esta característica se da en apellidos muy antiguos o
de palabras desaparecidas, de los que no se ha podido dar una explicación
científica.
El apellido Güemes o Güemez[10],
conforme lo afirman diversos autores, es un apellido vasco, cuyo significado
sería “lindero”[11],
para otros autores “peña de plano
inclinado del río”, o “peña de la
angostura del río”[12].
Por su parte López Mendizábal[13],
nos proporciona la siguiente etimología: “Güemes,
en botánica gamonal (de ama, ema, pasto de gamones[14]
y el sufijo localizador –es con gu protética[15])”.
Otros autores lo consideran un apellido toponímico
castellano, del lugar de su nombre, en el ayuntamiento de Bareyo, partido
judicial de Santoña, Santander[16].
“Tuvo su
origen en antiguos escuderos que poblaron en el lugar de Güemes, perteneciente
al Ayuntamiento de Bareyo, partido judicial de Santoña (Santander)”[17]. El apellido se extendió en las montañas de Santander.
En la transcripción de dos expedientes de prueba de Nobleza
de don Manuel de Güemes Esles Gutiérres y la Concha y Campero (1739) y de don
Leonardo de Güemes Gutiérrez y de la Huerta (1740)[18],
en referencia al apellido Güemes se afirma que “de dicha esclarecida casa solar del lugar de Güemes, junta de Ricamontán
de la merindad de Trasmiera en dichas montañas, no sólo han sido exhibidas y
producidas diferentes ramas que radicaron en varios lugares de estos reinos,
sino también otras que se han difundido por dicha merindad y otras de dichas
montañas de Burgos, siendo la de mayor esplendor, continuada nobleza y
progresos señalados, la que está radicada en el lugar de Abionzo, Valle de
Carriedo de las Montañas de Burgos.”
La heráldica es una antigua ciencia, que tiene como objeto
el estudio de los blasones y escudos de armas que pertenecen a linajes,
personas o ciudades. Establece con rigor histórico a qué familia, momento
histórico y origen geográfico pertenece un determinado escudo.
En igual sentido, se debe precisar
que la heráldica no es un estudio lingüístico de los apellidos[19].
Es importante destacar que no es cierto, que para cada
apellido corresponde un escudo. Sólo ciertas familias tienen derecho histórico
a utilizar algunos escudos.
El uso del escudo se
remonta a la Edad Media, cuando los caballeros adquirían la prerrogativa de
usar en sus escudos de guerra determinados colores, símbolos y lemas,
exclusivos, que los distinguían de los demás caballeros. Es decir que tuvo un
origen militar[20].
El padre del General Güemes, don
Gabriel Anselmo de Güemes Montero Bárcena y Campero, nacido en Abionzo[21],
Valle de Carriedo, Obispado de Santander, había promovido junto a su hermano
Manuel, conforme las costumbres y normas vigentes de la época, la certificación
de identidad a fin de acreditar su filiación personal en los libros
parroquiales y su hidalguía. Dicha certificación la trajo al trasladarse a
América en 1777 para cubrir el cargo de Tesorero Real en las Cajas de Jujuy[22],
la cual se encuentra desarrollada y completada[23]
en la obra “Güemes Documentado”.
En el Anexo III de la genealogía
paterna del General Güemes, de la obra citada, se determina que “las armas que corresponden a esta rama,
según dicho tomo 27, folio 52, el Becerro General, y el 45 de Gratia Dei son un
escudo partido en pal, el primero cuartel de mano derecha, en oro cruz ancha de
veros azules y de plata; el segundo, en campo azul, castillo de oro, como se
ven iluminadas en el primero cuartel del escudo que queda pintado en la primera
hoja de esta certificación”[24].
Por su parte Atilio Cornejo, siguiendo a Fernández Pradel[25]
y a de Guerra[26] lo
describe: “partido, 1° de oro con una
cruz de veros; 2° de azur con un castillo de oro, bordura de gules con ocho
aspas de oro”.
Otros autores[27]
le agregan el lema: “Una buena muerte
honra toda una vida”.
Partido: Se denomina partido, al escudo
dividido en partes o cuarteles iguales, por una línea vertical que va del
centro superior del Jefe al centro de la punta[29].
Jefe es la parte superior central del escudo.
Campo: Se designa campo, a la superficie interior del escudo
donde se dibujan las figuras y las piezas.
Esmaltes[30]:
Metales:
Oro: Es el más noble de los metales y corresponde al color
amarillo, simboliza heraldicamente la justicia, prudencia y poderío de los
caballeros que usan dicho metal. Se representa acromáticamente con puntos muy
menudos distribuidos en todo el campo o figura.
Plata: Metal heráldico que corresponde al color blanco, da a
entender la limpieza de sangre de las familias que lo traen. Su representación
acromática es en blanco o en el color natural del material en que fue hecho el
escudo.
Colores:
Azur: Nombre heráldico del color azul. Denota justicia,
calidad, lealtad y celo que han tenido los de estas familias a sus monarcas. Acromáticamente
se representa por líneas horizontales a la base del escudo.
Gules: Nombre heráldico del color rojo. “Simboliza el fuego y representa aridez, atrevimiento y vencimiento con
sangre que han logrado de los enemigos”[31].
Se representa acromáticamente por líneas verticales a la base.
Figuras[32]:
Cruz: Pieza heráldica honorable, muy utilizada y de diversas
manifestaciones[33]; símbolo de
la fe cristiana. Su inclusión en el escudo, es una muestra de fe del caballero
o linaje.
Veros: Especie de campana que repitiéndose, se presenta
siempre de plata y azur. Simboliza heráldicamente la administración de justicia
con fortaleza y verdad y éstos se han llevado mucho en los vestidos sobre
vistas y faldones, muy usado en España y Francia. Semejante al armiño, es uno
de los paños empleados en los escudos de armas[34].
Castillo: El castillo al igual que la torre, es una de las
figuras utilizadas con mayor profusión, lo cual es muy comprensible atento a
que al periodo histórico en que la Heráldica tuvo su esplendor, las construcciones
como castillos y torres[35]
cumplían una importante función cívico militar. “Significa haber sido ganado y defendido por los de esta familia por
virtud personal o poderío”[36].
Aspa: Pieza heráldica compuesta de dos bandas largas y
lisas, una que va del costado diestro del jefe al siniestro de la punta, y otro
que va desde el ángulo siniestro del jefe al diestro de la punta. Se designa
Aspa de San Andrés, Cruz de Borgoña o Borgoñeta, a la cruz cuyos brazos se presentan en forma de X[37].
Es igual al sotuer.
Bordura: Pieza llamada “de
honor” o “fundamental”. Rodea el campo del escudo por su interior, viniendo
a formar como un ribete o borde. Tiene un ancho de un sexto del que tiene el
escudo. Alude a la cota de armas del caballero. “Se concedía a los esforzados guerreros que salían del combate con ese vestido ensangrentados por la sangre
del enemigo”[38].
Divisas o lemas[39]:
“se denomina así a al breve y expresiva
sentencia que figura en una cinta, banda o listón, que colocada tremolando y
haciendo volutas –para mejor simular un gallardete- se coloca sobre el escudo o
por debajo de éste. Hay divisas tradicionales en una familia, dinastía o
nación, y otras que adopta cada individuo, siendo muy generalizada la costumbre
de redactarlas en latín, y ello incluso lo encontramos así en armerías
anglosajonas. El lema se ha llamado también “voz de guerra” cuando se trata de
una frase imperiosa de mando, que los caudillos lanzaban en el combate,
recordaba después de generación en generación al quedar plasmada
tradicionalmente en la parte externa de un determinado blasón”[40].
Bibliografía:
Cornejo,
Atilio. “Historia de Güemes”.
Industrias Gráficas Codex SA, Salta, 1983.
De Atienza,
Julio. “Diccionario Heráldico de
Apellidos Españoles y de Título Nobiliarios”. Madrid, 1948.
De Gandía,
Enrique. “Del origen de los nombres y
apellidos y de la ciencia genealógica”. Librería y Editorial La Facultad,
Buenos Aires.
De Guerra,
Juan Carlos. “Estudios de Heráldica
Vasca”. San Sebastián, 1928.
FAURE,
Roberto; RIBES María Asunción y GARCIA, Antonio. “Diccionario de apellidos españoles”. Espasa Calpe SA. Madrid,
2001.
Fernández Pradel,
Pedro Xavier. “Linajes vascos y
montañeses en Chile”. 1930.
Frias, Bernardo. “Historia del General Martín Miguel Güemes y
de la provincia de Salta o sea de la Independencia Argentina”. Ediciones
Depalma, Buenos Aires, 1972.
González Doria,
Fernando. “Diccionario Heráldico y
Nobiliario”. Editorial Bitácora SRL, Madrid, 1994.
Güemes,
Luis. “Güemes documentado”. Tomo VII.
Plus Ultra, Buenos Aires, 1982.
López Mendizabal,
Isaac. “Etimologías de apellidos vascos”.
Ediciones Librería del Colegio,
Buenos Aires, 1958.
Messia de la Cerda y Pita, Luis F. “Heráldica
Española – El diseño heráldico”. Aldaba Ediciones SA, Madrid, 1990.
Muñoz Molina,
Teodosio. “El enigma de los nombres y
apellidos – Su origen y significado”. Lidium, Buenos Aires, 1996.
Newton,
Jorge. “Güemes El caudillo de la guerra
gaucha”. Ediciones Plus Ultra, Buenos Aires, 1986.
Olmedo Alvarez,
Julio. “Heráldica”. Perea Ediciones
Ilustrativa, Madrid, 1989.
Pardo de Guevara,
Eduardo. “Manual de heráldica española”.
Aldaba Ediciones SA, Madrid, 1986.
Tibón, Gutierre. “Diccionario etimológico comparado de los
apellidos españoles, hispanoamericanos y filipinos”. Fondo de Cultura
Económica, México, 1992.
[1] Faure Roberto y otros. “Diccionario de apellidos españoles”, pág. XVI.
[2] Idem anterior. Pág. XVI.
[3] Ej. Sastre, Molinero, etc.
[4] Pontevedra, del latín “ponte
vetera”: “puente viejo”.
[5] Guadalquivir, del árabe “río
grande”.
[6] Topónimos prerromanos: Lérida, Tarragona, Teruel, Ebro,
etc.
[7] Faure Roberto y otros. Ob. cit. Pág. XVIII.
[8] Idem anterior. Pág. XX.
[9] Faure Roberto y otros. Ob. cit., pág. XXI.
[10] También Guemes.
[11] Cornejo Atilio. “Historia
de Güemes”, pág. 11.
[12] Urkidi Alfonso. “Boletín
del Instituto San Felipe y Santiago de Estudios Históricos de Salta”; N° 4,
pág. 79.
[13] López Mendizabal Isaac. “Etimologías de apellidos vascos”. Pág. 499.
[14] El gamón es una planta liliácea, de hojas erguidas, largas,
flores blancas en espiga apretada, con una línea rojiza en cada pétalo y raíces
tuberculosas. Son flores son de color blanco mezcladas con verde, rosa o gris.
Crece en los prados, rocas y bosques. Alcanza una altura de 8 a 18 decímetros.
[15] Letra protética o adherida al comienzo de una palabra.
[16] De Atienza Julio. “Diccionario
Heráldico de Apellidos Españoles y de Títulos Nobiliarios”; pág. 757.
[17] Cornejo Atilio. Ob cit.
[18] Güemes Luis. Ob. cit. Pág. 67.
[19] Faure Roberto y otros. Ob. cit., pág. XII.
[20] Idem anterior. Pág. XIII.
[21] El 21 de mayo de 1748.
[22] Güemes Luis. “Güemes Documentado” N° VII, pág. 20.
[23] “En nuestro Anexo
Segundo, transcribimos el expediente traído por don Gabriel de España, el que
hemos completado, agregando la documentación que anteriormente se dijo que le
faltaba, tomándola de dos fuentes: Primero, de las actas sacramentales
testimoniadas por el Reverendo Padre don Isidoro Ruiz Gómez, cura párroco de la
Iglesia de San Cristóbal de Abionzo, que nos enviara el presbítero don Mateo
Escagedo Salmón, en 1936, y, segundo, con la Real Provisión de Hidalguía ganada
por don Manuel y don José de Güemes que nos remitiera don Fernando Muñóz Altea”
(“Güemes Documentado” N° VII, pág. 16).
[24] Güemes Luis. Ob. cit. Pág. 67.
[25] Fernández Pradel Pedro Xavier. “Linajes vascos y montañeses de Chile”.
[26] De Guerra Juan Carlos. “Estudios
de heráldica vasca”.
[27] González Doria Fernando. “Diccionario Heráldico y Nobiliario, pág. 572.
[28] “Es claro que en los
primeros tiempos y sin existir norma alguna que especificase el uso y
significado de cada elemento, los que aplicaban a sus escudos de guerra o al
blasón de sus casa, figuras u objetos lo hacían a su libre albedrío y sin razón
alguna que justificase, más que de una forma personal, la situación o emblema
que se adoptaba. Por ello, es, en muchos casos, imposible para el heraldista,
conocer el por qué de tal o cual símbolo que figura en determinado escudo, y aún
mucho menos la razón de su situación dentro del mismo, a no ser que con
posterioridad, y ya con la intervención de algún Rey de armas o heraldo, se
corrigiese aviniéndose a las normas por las que se rige la Heráldica.” (“Heráldica
y Genealogía”, Tomo I, pág. 13).
[29] A la división
horizontal de la denomina Cortado, es decir dos cuarteles iguales uno sobre el
otro.
[30] Los esmaltes en la Heráldica Española, comprenden: Metales:
Oro (amarillo) y Plata (blanco); Colores: Gules (rojo), Azur (azul),
Sinople (verde), Púrpura (morado) y Sable (negro); y Forros: Armiños y
Veros
[31] Güemes Luis. Ob. cit. Pág. 72.
[32] Las piezas o figuras, son todos los objetos colocados en el
campo del escudo. Su número es ilimitado y se pueden clasificar en: a) figuras
propias o heráldicas; b) figuras naturales; c) figuras artificiales, y d)
figuras quiméricas.
[33] Algunas de sus manifestaciones se denominan: triunfante,
pluma de halcón, cordonada, truncada, potenzada, repotenzada, ancorada, papal,
Lorena, Jerusalén, Santiago, Calatrava, trebolada, Borgoña, calvario, escalondad, jironada, perforada,
latina, teutónica, pisana, armiñada, anillada, hendida, ajedrezada,
horquillada, montesa, estellada, angulada, etc.
[34] De Guerra Juan Carlos. Ob. cit. Pág. 489.
[35] Se pueden representar: Abierta, cubierta, aclarada,
artillada, rastrillada, almenada, atalayada, adjurada, mazonada, demolida, etc.
[36] Güemes Luis. Ob. cit. Pág. 67.
[37] De Guerra Juan Carlos. Ob. cit. Pág. 473.
[38] Alvarez Julio Olmedo. “Heráldica”.
Pág. 22.
[39] Ejemplos: Prado: “Primero
faltará la tierra que Prados en ella”; Hoz: “Entre piedras y tormentos fui lanzado, más nunca de vencimientos
sojuzgado”; Rada: “Si Dios quisiera,
más subiera”; Cueto: “Nobles sois de
la Montaña, no lo pongais en olvido”; Cubas: “Ni juicio, ni vanagloria, ni tal cosa pretender; solo pretendo poner
de pasados memoria, por si fuera menester”; Velarde: “El que sierpe mató y con la infanta casó”; Quirós de Castro: “Antes que Dios fuese Dios y los peñascos,
peñascos, los Quirós eran Quirós y los Castro eran Castro”; Valle: “El que más vale, no vale tanto como Valle”;
Pacheco: “Estas calderas grabadas de oro
y de plata mixto, fueron aquí pintadas antes de la venida de Cristo”;
Escobedo: “Barrieron a los enemigos hasta
el mar”; Estrada: “Yo soy de la Casa
de Estrada fundada en este peñasco, más antigua en la Montaña que la Casa de
Velasco y al Rey no le debe nada”; Cossío: “Mis obras, no mis abuelos, me habrán de llevar al Cielo”; etc.
[40] González Doria Fernando. Ob. cit. Pág. 321.