Este trabajo pertenece a la Publicación
Institucional Nº 4 del Centro de Investigaciones Genealógicas de
Salta, Salta 2006.
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ISBN 987-22075-1-8. República Argentina.
LA GOBERNACIÓN
DE LOS ANDES
SU
HISTORIA Y ANTECEDENTES
Ricardo Federico MENA ·
María Carolina MENA SARAVIA ··
GOBERNACIÓN DE
LOS ANDES Y LAS PROVINCIAS ALTOPERUANAS
DE POTOSÍ Y
TARIJA
MAPA ESQUEMATIZADO DE LA GOBERNACIÓN
DE LOS ANDES
Puna
en general, puede considerarse a una extensa planicie desértica con alturas
superiores a los 3500 metros de altura, compartida por Argentina, Bolivia,
Chile y Perú. Técnicamente es una región fría, con intensa radiación solar y
vientos fuertes que provocan variaciones drásticas en las temperaturas. La
media anual y las precipitaciones no superan los 10º y 500 mm respectivamente.
Biogeográficamente
se distinguen tres altitudes que conforman otras tantas regiones distintas, a
pesar de la adversidad de su temperamento. La prepuna o monte, la Puna en
sentido estricto y la zona altoandina. En la prepuna son característicos de la
región los matorrales de churquis, mientras que en la puna propiamente dicha
señorean los arbustos o tolares de hojas duras y achaparradas. Existen también
bosques aislados de queñoa, especialmente en las nacientes de los arroyos. Son
plantas de flor, que forman pequeños bosques, y alcanzan una altura de seis a
ocho metros. Ambos son muy usados en la zona para la fabricación de aberturas en
la construcción o para calefaccionar los hogares como leña. A diferencia de
estos, los ambientes altoandinos, presentan la superficie desnuda, con pastos
adaptados a extremas condiciones de aridez. Algunos de los ríos que cruzan las
provincias comprometidas en el territorio de la Puna, nacen en las altas
cumbres andinas, pero otros van a morir en lagunas o salares de distintos
tamaños. Son en general de baja profundidad, y alimentan vegas donde crece un
pasto apropiado para forraje de los animales silvestres.
Dentro
de los cursos de agua se encuentran los ríos de San Antonio, de los Patos y de
los Pastos Grandes, que alimentan vegas u oasis de verdor, como las de
Taca-Taca, Rincón e Incahuasi.
Las
aves le dan un colorido impresionante, como por ejemplo las garzas y los
flamencos en sus distintas variedades, como el flamenco de James, andino y
chileno, cóndores, diferentes especies de chorlos cabezones, pequeñas aves
denominadas agachonas, teros serranos que se alimentan de invertebrados en la
línea de la costa. También se encuentran las gaviotas serranas y es posible
encontrar numerosos grupos de gauayatas, posados en las costas o pastando sobre
las gramíneas que crecen cerca de las lagunas, y también se les observa en
parejas a lo largo de las vegas o arroyos. Las vegas se comportan como esponjas
de agua que reservan el agua para la estación seca, y por ello son importantes
como fuente de alimento y de agua para los animales salvajes y domésticos. A
todo esto se suman los ya conocidos auquénidos, parientes sudamericanos de los
camélidos en las extensas “pampas” de la Puna.
Esta
región se encuentra surcada por volcanes, algunos en actividad y cuenta con el
de mayor altura en el planeta, que es el Llullaillaco, que accedió a nueva fama
internacional debido a las mal llamadas momias, dado que los niños encontrados
en éste enterratorio de altura, fueron enterrados vivos, encontrándose en
perfecto estado de conservación; no son momias debido a que no fueron
eviscerados ni sometidos a procesos de momificación.
La
significación del nombre Llullaillaco, según la acepción del diccionario
quechua de González Holguín (1608), provendría de los vocablos Llulla, que
significa, mentira o cosa engañosa, y Yacu o ICAO, que quiere decir agua. De
manera entonces, que la traducción sería: agua del engaño o agua mentirosa.
La
traducción parecería condecir con una característica de este volcán, pues es
conocido que los volcanes de grandes alturas poseen grandes reservorios de
agua, a partir de las nieves que coronan si cima, que desaguan por vertientes
naturales. En ese preciso caso, las vertientes que dado su tamaño podría tener,
no son las esperadas, más bien escasas, estando los depósitos de agua
concentrados en pequeñas lagunas de altura.
Es
bien sabido que los caminos incaicos estaban conectados con el Cuzco, y en el
tema que estamos tratando, el Llullaillaco, no estuvo ajeno al interés del
Inca, pues poseía dos caminos por los cuales se accedía a sus alturas. En la
actualidad se ha encontrado otro que asciende por el S.O. de la montaña. Estos
caminos alcanzan su mayor simbolismo al dirigirse hacia tan elevadas alturas y
parece de ficción, que seres humanos de aquellos tiempos hayan podido realizar
esta obra, nada menos que casi hasta los siete mil metros de altura. Debido al
tiempo transcurrido (cinco siglos), y a las inclemencias climáticas, el estado
de conservación es malo, pero aún pueden observarse retazos de muros de piedra,
con los cuales nivelaban el piso. Además es notable la persistencia de postes
erguidos en las curvas, posiblemente para indicar la presencia del camino
durante las nevadas. El ancho de los mismos era de entre 1.50 a 2 metros. En
suma una increíble obra de ingeniería, impensada dentro de las culturas
andinas. Por este camino marcharon los tres niños, hacia el sacrificio, muerte
y gloria.
Respecto
de la Puna, la Profesora Ercilia Navamuel: “La Puna tiene una cuenca endorreica
que se alimenta de los deshielos, y las pobres lluvias de verano. Se destacan
las lagunas de Pozuelos donde desembocan los ríos Santa Catalina y Cincel.
Laguna de Guayatayoc, donde vierten sus aguas los ríos Miraflores, Doncellas,
Cangrejillos, de Las Burras, y San Antonio. Hay otras lagunas menores, como
Antofagasta, Alumbrera, Viloma, Jama y otras a la que confluyen arroyos y ríos
de escaso y temporario caudal. Por el contrario, al norte está la cuenca del
río Iruya que desemboca en el Bermejo. También son frecuentes las vertientes y
las aguas termales como las de Pompeya y otras”.
La
Puna de Atacama en su biogeografía no es distinta a la descripción que
efectuamos, sino que constituye una unidad territorial, hoy dividida por azares
políticos entre Chile y la Argentina. Todo este desierto tanto en la época
preincaica como en la incaica, estuvo habitado por comunidades mas o menos
organizadas y fueron hasta casi fines del siglo XIX, una unidad política bajo
la jurisdicción de Bolivia. Su fragmentación fue consecuencia de las siempre
desastrosas y erráticas políticas de nuestra diplomacia. Luego de la guerra del
Pacífico, pasó al dominio chileno, de quien luego del laudo arbitral, se
fragmenta y pasa a pertenecer a ambos países.
La
inmensa soledad de la Puna tiene dentro de sus límites, grandes e inmaculados
salares, cerros de nieves eternas, volcanes apagados o semiapagados, pero por
sobre todo gigantescas planicies desérticas, donde un sol de fuego y permanente
hace cabrillear sus arenas ardientes.
Las
comunidades indígenas, pobladoras de Atacama, respondían desde antes de la
dominación española, a las etnias originarias del Alto Perú, con las cuales
debido a su común origen, y a la obligada ruta del comercio, estaban ligadas
por el afecto. Las etnias vecinas correspondían a las comunidades calchaquíes y
diaguita, de las cuales eran totalmente diferentes, tanto en su aspecto físico,
como en sus costumbres. Los hallazgos arqueológicos expuestos por Eric Boman,
así lo confirman, como también las referencias de los primeros conquistadores,
en lo que hace a su estilo de vida, a sus enterratorios y a su cultura en
general.
El
Inca Gracilazo de la Vega, en sus Comentarios Reales, dejó constancia sobre la
conquista de este territorio por parte de los Incas. Bajo el gobierno de Yahuar
Huacac, un gran ejército al mando de su hermano Mayta Capac, partió desde el
Cuzco, en dirección al sur a fin de someter a los naturales que encontrara a su
paso. Garcilazo comenta que, “más tiempo gastaron los Incas en caminar por ella
(la tierra desértica) que en reducirla a su señorío”.
El
Abate Juan Ignacio de Molina, por otra parte dice que la invasión Inca al Reino
de Chile, se gestó por el año 1450, bajo el gobierno del Inca Yupanqui. Este
Rey, llevó a todo su Estado Mayor, instalándolo precisamente en la región de
Atacama, desde donde planificaba tranquilamente toda la invasión. Los esfuerzos
logísticos eran enormes, y tanto armamento como bastimento, fueron llevados en
enormes cantidades de llamas cargueras. Todo este colorido movimiento guerrero
llevó a la construcción de caminos de acceso, que luego conformaron el mítico
“Camino del Inca”que vinculaban estrechamente los asientos poblacionales.
Respecto a esto, podríamos consignar que la red caminera del imperio incaico
estaba constituida por 23.000 kilómetros de buenos caminos con los que se
comunicaban con los distintos distritos conquistados, pues al morir el Inca,
sus territorios quedaban en la familia, por lo cual los nuevos emperadores se
veían en la obligatoriedad de extender sus dominios. La historia y la
arqueología incaica es por demás fascinante. La red caminera se complementaba
con diversas estructuras de puentes, que hacían de los caminos verdaderas rutas
de fácil comunicación. Aún hoy en día existen en la provincia de Salta y en
otras partes de América partes de dicho camino, a lo mejor ocultos en selvas
impenetrables. Se han descubierto algunos y en buen estado.
Historiando
brevemente los distintos poseedores de la Puna, diremos que, a principio de
1535, Diego de Almagro, impulsado por urgentes razones estratégicas, partió a
la conquista de Chile para su Rey. Para esto contó con la ayuda del Rey Manco
Inca, quien para congraciarse con el conquistador pone bajo su mando quince mil
hombres de guerra y para su Estado Mayor a su hermano el Inca Paullu y al Sumo
Sacerdote Villac-Uma.
Los
españoles participantes de la invasión eran poco más de un centenar. Almagro a
pesar de haber sido aconsejado de no tomar el camino del desierto, lo hizo,
pues desconfiaba de los indígenas. De los quince mil indios se helaron tras las
copiosas nevadas que debió afrontar, aproximadamente diez mil, mientras que los
españoles, a pesar de sus ropas de abrigo, perecieron según el Inca Gracilazo,
mayoritariamente.
Luego
de terminada esta conquista, empezaba el repartimiento de estos indios; así en
la encomienda de don Juan Velásquez Altamirano, vecino de Chuquisaca, se
colocaron más de dos mil de ellos. Don Juan Lozano Machuca propone al Virrey en
el año 1581 concentrar parte de estos indígenas en el Puerto de Atacama, o
Puerto de Cobija- alguna vez Argentino- y hoy en poder de nuestros inefables
vecinos: los chilenos.
Una
publicación del Coronel Estanislao Maldones especifica que a fines del siglo
XIX, la región de Antofagasta de la Sierra había sido adjudicada a la
jurisdicción de la ciudad de San Juan Bautista de la Rivera de Londres en el
año 1633.
En
el año 1766, el Gobernador del Tucumán don Juan Manuel Fernández Campero otorgó
la Merced del Peñón de Carachapampa y Antofagasta de la Sierra, que comprendía
prácticamente la casi la totalidad de la Puna de Atacama.
Debemos
recordar aquí que, siendo el General Melgarejo, Presidente de Bolivia,
desconoció los derechos de la Merced del Peñón de Carachapampa y Antofagasta de
la Sierra, declarándolos fiscales. Luego los adquirió por compra.
Al
terminar la campaña libertadora en el Alto Perú, Simón Bolívar, por decreto del
16 de mayo de 1825, creó lo que se llamó primeramente República del Alto Perú,
englobando dentro de su jurisdicción a las provincias rioplatenses del norte.
Una asamblea reunida en Chuquisaca el 11 de Agosto del mismo año, juró la
independencia y cambió la denominación de Alto Perú por la de Bolívar, para
luego devenir en Bolivia. Este hecho pareció no afectar a los argentinos,
enfrascados en sus eternas rencillas.
Tanto
Bolívar como Santa Cruz, tenían sus planes acerca de los territorios
argentinos. Durante la guerra de la Confederación Peruano-Boliviana con Chile,
al ser vencido el General Freyre, enviado de Santa Cruz, en uno de los barcos
de guerra apresados por los trasandinos, en septiembre de 1836, se descubrió
que la zona andina desde Jujuy hasta Mendoza, debía formar parte de la dicha
Confederación Peruano- Boliviana. El General Bolívar por su parte, en un
banquete que le ofreciera el pueblo de Quito, luego de la batalla de Pichincha,
dijo al final de su discurso, más precisamente en el brindis, a los cuales era
muy afecto:
“(...) no tardará mucho, el día en
que pasearé el pabellón triunfante de Colombia, hasta el suelo argentino. Esto
mereció la aclaración y la contraofensiva del entonces Coronel Juan Galo de
Lavalle que, recogiendo el guante decía: “¡Pido permiso para salvar un error!
La República Argentina se halla libre de toda dominación española (...).
La
escena de Quito volvió a repetirse en Arequipa. Allí el General Alvarado ofreció
un banquete a Bolívar, quien, levantando una copa de champagne dijo: “Este es un día muy placentero para mí, y
luego de otras palabras remarcaba “(...) en breve pisaré el territorio
argentino. El Coronel Deheza que se encontraba presente, respondió molesto que:
“Sus compañeros no aceptaban dictadores en su territorio”. De inmediato
Bolívar, de un salto se trepó a la mesa y aplastando las copas con su bota
decía: “¡Así pisotearé a la República Argentina!”.
En la misma Arequipa, Bolívar,
ofreció seis mil, de sus veintidós mil efectivos, al general Alvarado, para la
ocupación de Salta. Naturalmente que la dignidad del General le impidió aceptar
semejante propuesta.
Después
de la independencia boliviana y de la guerra que mantuvo con la Argentina, donde
tuviera una activa participación el general tucumano Alejandro Heredia, se
cortaron las relaciones diplomáticas con el nuevo país, hasta el año 1858,
cuando se efectuó en Oruro, el primer tratado de amistad entre el ministro
boliviano don Manuel Buitrago y el representante argentino, don Ramón Alvarado.
Mediante este acuerdo, ambos países se comprometían a no recurrir a la guerra
para definir sus límites territoriales, los que se pospusieron hasta tanto se
afianzara esta amistad y se generara una corriente de comercio que así la
fortaleciera. Este tratado jamás pudo ratificarse debido que el congreso de
Paraná, dejó claramente establecido que Argentina no renunciaba a sus derechos
sobre la provincia de Tarija.
Un
nuevo tratado se gestó debido a los trabajos de Elizalde y Matienzo en el año
1865. Tampoco llegó a ser ratificado debido al inconveniente, que el acuerdo
establecía que la posesión no daba derechos sobre los territorios ocupados por
Bolivia o la Argentina. No obstante las gestiones continuaron desarrollándose,
y se firmó en el año 1868 otro acuerdo, que tampoco pudo ser ratificado.
Comenzaban
entonces a gestarse las primeras dificultades entre Chile y Bolivia, debido a
que el país trasandino pretendió modificar el límite que estaba marcado en el paralelo
24. Luego de ríspidas negociaciones, Chile reconoció el límite en el paralelo
24, pero con el agregado que debían distribuir equitativamente el impuesto a
los minerales que se encontraran al sur del paralelo 23.
Consecuentemente
el encono entre las compañías guaneras y del salitre, provocó la ruptura de las
relaciones y la guerra, que pasó a llamarse “Guerra del Pacífico”, en el
año1870, donde un ejército pequeño y disciplinado de Chile, se enfrentaba a un
ejército con serios problemas logísticos y estratégicos. Chile al ganar la
guerra pasó a ocupar territorios bolivianos.
Después
de la guerra, en el año1884, Chile extendió su dominio sobre la Puna de
Atacama, que pertenecía entonces a Bolivia. Este territorio no podía limitarse
con la Argentina de acuerdo a los principios del tratado de 1881.
Un
tratado firmado entre Bolivia y la Argentina entre 1889 y 1893 ratificaba que
el límite entre ambas naciones será la línea que une las cumbres más elevadas
de los Andes, desde el extremo norte del límite con Chile, hasta “la
intersección del grado 23º, continuando desde allí hasta el cerro Zapaleri. Fue
un acuerdo afortunado, posiblemente un golpe de los bolivianos a los chilenos.
El
15 de noviembre de 1898, por un acuerdo firmado en Sucre, entre el ministro
boliviano Manuel María Gómez y el representante argentino, don Alejandro
Guesalaga, donde se establecía que cualquier arreglo de límites entre Bolivia y
Chile, no afectará los que Bolivia le reconociera a la Argentina en la
conflictiva Puna de Atacama.
El
año 1810 significó para nosotros el primer grito de libertad, es decir la
primera manifestación de independencia de la tutela española. El Alto Perú ya
lo había hecho el año antes, y a consecuencia de los continuos conflictos
armados, la presencia de España en Sudamérica fue apagándose poco a poco, desde
el Perú hacia el sur.
En
definitiva, desde los comienzos, Bolivia ejerció soberanía sobre La Puna y
sobre las poblaciones de la costa del Pacífico. Considerado un distrito de la
Intendencia de Potosí y fue dividido por sus autoridades en siete cantones,
cuyas cabeceras eran las siguientes:
1- Antofagasta
2- Toconao
3- Chiu-Chiu
4- Santa Bárbara
5- Incahuasi
6- Calama
7- Susques
Algunas
de ellas forman parte del hoy territorio Argentino.
No
es mucho lo que se ha escrito acerca de esta mítica Gobernación, surgida desde
el fondo de la historia, como resultante del fracaso argentino en el campo de
la guerra y de la diplomacia.
Toda la
documentación referente al tema que nos ocupa, se encuentra en el Archivo
General de la Nación, pero no obstante ello, al parecer, el desaparecido
Territorio Nacional no ha movido demasiado el interés de los investigadores.
Nos
proponemos en este trabajo hacer una breve síntesis de los acontecimientos que
llevaron a la Argentina a plantar la bandera de su soberanía en aquellos
desolados territorios, acaso abandonados de la mano de Dios.
Es
bien sabido que luego de la Organización Nacional de 1853, la República
Argentina, comienza a preocuparse con seriedad acerca de los límites sobre los
cuales debía ejercer su soberanía.
Desaparecido
el viejo Virreinato del Río de la Plata, era lógico suponer que sus posesiones
y límites al momento de la independencia, deberían quedar en manos del país
independizado. Así lo consignaba el Derecho Internacional con su teoría del
“Uti posidetis Juris”, pero lamentablemente ya se habían producido las
independencias de Paraguay, Chile y el Alto Perú. Sólo quedaba sin resolver la
importantísima cuestión de la Provincia de Tarija, tan cara a los sentimientos
argentinos y especialmente al de nuestras provincias norteñas, con quién habían
peleado bravamente para sacudir el yugo español. La Provincia de Tarija había
sido anexada a Bolivia, quien aún maniobraba entre las sombras, para acaparar
un pedazo mayor de los territorios argentinos del norte.
Esta
injusta anexión motivó la respuesta argentina que marchó en el año 1838 a la
guerra contra la Confederación Peruano- Boliviana, en un desesperado intento de
recuperar esta provincia hermana. Lamentablemente tanto para ellos, como para
nosotros, luego de haber perdido tres batallas fundamentales que decidieron el
curso de la guerra, nuestro país se vio privado definitivamente de esta
importante región, y quizá otra hubiera sido la historia con la posesión de tan
rico territorio. La Confederación Argentina, fue derrotada en las batallas de
Iruya, Humahuaca y Montenegro, pero no obstante, el sentimiento de despojo,
hizo que nuestro país mantuviera incólumes sus pretensiones territoriales sobre
Tarija.
El
tratado firmado entre Bolivia y Argentina el 10 de mayo de 1889, luego
modificado en el año 1891, signaba definitivamente la renuncia a la hermana,
que tanto había colaborado en las guerras de la independencia, manteniendo bajo
el genial comando de nuestro General Martín Miguel de Güemes, el límite norte
del territorio nacional.
De
acuerdo con arreglos diplomáticos, no siempre felices para una Argentina a la
que al parecer la extensión molestaba, recibe en compensación por parte de
Bolivia la cesión de los derechos que la misma tenía sobre la zona de la Puna
de Atacama, perdidos luego del fracaso de la guerra. No creemos que nuestro
país ignorara, que los territorios cedidos, se encontraban comprendidos dentro
del cepo chileno, terminada la guerra del Pacífico realizada entre los años
1879 y 1880. Naturalmente que los chilenos, que habían llevado el peso de la
guerra, se negaron sistemáticamente a desprenderse de su presa, pues su
posición limítrofe entre Argentina y Bolivia le otorgaba un potencial valor
estratégico. También pensaron, con visión de futuro, que aparte de su
desolación, no convenía desprenderse bajo ningún concepto por la potencial
riqueza de sus entrañas, como veremos más adelante. Comprobamos una vez más que
la diplomacia argentina continuaba siempre feliz en sus negociaciones.
Dice Arturo Jauretche en su libro Manual de
Zonceras Argentinas, refiriéndose a las zonceras en general “Les he
dicho todo esto, pero pienso que pa´ nada, porque a la gente azonzada no la
curan los consejos: cuando muere el zonzo viejo, queda la zonza preñada”.
Refiriéndose más precisamente a una de las
zonceras que aquejaron hasta recientemente a nuestro país, la número 2 del
libro mencionado anteriormente: “El mal
que aqueja a la Argentina es la extensión”, vale tanto para el caso Tarija
que en este momento nos ocupa, como para los recientes acuerdos con Chile sobre
los hielos continentales o aquel nefasto sobre el canal de Beagle.
La profesora Ercilia Navamuel, miembro del Centro de Investigaciones Genealógicas de
Salta, en su libro “Atlas Histórico de Salta”, dice: “En 1898 se pierde
Yacuiba y Las Juntas de San Antonio que eran de Orán. Por el tratado de 1925,
serán argentinos los territorios de Santa Victoria, Santa Cruz, Los Toldos, San
Juan y Granada”.
Si
de algo nos sirve de consuelo, aunque “mal de muchos, consuelo de tontos”
refiere Jauretche, que en obsequio a esta zoncera un rey francés se deshizo del
Canadá, considerándolo un simple montón de nieve, y los norteamericanos que se
afanaban por asegurar su dominio en el Ártico, rechazaron humorísticamente por
boca de su Presidente Taft, el Polo Norte ofrecido por su descubridor, Peary.
Dentro de la política internacional, los
acuerdos sobre territorios se dan sobre motivos circunstanciales y altamente
beneficiosos, no sobre el premeditado achicamiento del territorio, como nos
ocurrió, sino más bien basados en un principio que avala todo lo contrario: “El
mal consiste en la falta de extensión”.
No obstante este obvio contratiempo, las partes decidieron someter el
diferendo al arbitraje internacional.
Felizmente
por esos azares el destino, el diplomático estadounidense, Mr. William
Buchanan, decidió entregar a la Argentina el 75% de los territorios disputados,
a pesar de que el 25% restante constituyó un nuevo regalo de la Argentina a
sus siempre angurrientos vecinos.
Después del acuerdo Quirno-Costa-
Vaca Guzmán, en el cual Bolivia declaraba, que sólo y únicamente había cedido
la Puna de Atacama a la Argentina- jamás a Chile- y luego por el acuerdo Quirno
Costa-Guerrero de 1896, la Puna quedó fuera del arbitraje británico al cual
querían llevar los chilenos.
Los
representantes de ambos países, Moreno y Barros Arana enfrentados no sólo
diplomáticamente sino también personalmente, debido al gran desgaste de la
negociación, rompieron definitivamente lanzas, ya que Chile pretendió llevar
también al laudo Británico el tema de la Puna. La Casa Rosada rechazó la
propuesta ya que Gran Bretaña, no sólo era nuestro principal acreedor, sino
también invasor de nuestras islas Malvinas y principal propietario de nuestros
bienes.
Finalmente,
estando Moreno aún en Santiago de Chile, buscó una entrevista personal, en el
propio domicilio del presidente Errázuriz, gran defensor de la paz, donde
convinieron que se reunirían dos comisiones con hasta cinco miembros por bando,
y en caso de no llegar a un acuerdo, nombrarían un delegado, nombrándose
árbitro definitivo, al Ministro Plenipotenciario de los EE UU de Norteamérica,
Mr. William Buchanan. Roca, recién elegido Presidente de los Argentinos, aceptó
de inmediato la propuesta. Esto trajo una serie de inconvenientes que culminó
con la renuncia y portazos de por medio de ambos representantes. Las comisiones
continuaron con su trabajo con diversas alternancias y enconos personales.
Las
comisiones estuvieron compuestas de la siguiente manera: 1-Por la Argentina,
Bartolomé Mitre, José Evaristo Uriburu, Bernardo de Irigoyen, Benjamín
Victorica y J.J. Romero. Aquí Uriburu, estando en Chile, tuvo una desafortunada
actuación, sin que nunca se supieran los motivos. Cuando el Presidente de
Chile, anunció ante el Congreso la ocupación de la Puna por parte de las
fuerzas armadas de su país, nada hizo al respecto. Es más, aconsejó al Ministro
de Guerra y del Interior de ese momento, no hacer nada, con lo cual se
institucionalizó la ocupación con los posteriores dolores de cabeza que dieron
lugar a las arduas negociaciones que acabamos de mencionar.
2-
Por la República de Chile: Enrique Mac Iver, Eduardo Matte, Luis Pereira y
Julio Zegers. Como no hubo acuerdo entre las partes se nombraron los delegados
previstos en el Acuerdo. Por la Argentina se designó a José Evaristo Uriburu y
por Chile a Enrique Mac Iver. Cada uno con sus respectivos alegatos concurrió a
la legación de estados Unidos para someterlos al juicio del Ministro
Norteamericano.
Dicho
funcionario, resolvió la cuestión de una manera harto curiosa. Preguntó a los
delegados, sobre cuántos puntos había coincidencia, a lo que respondieron que
en sólo uno. De manera que quedaban como ríspidas aristas siete partes. Decidió
que se sometieran a votación. Como eran tres, su voto era fundamental. Cinco
veces votó por el delegado argentino y dos por el chileno. Las sesiones se
realizaron entre el 20 y el 24 de marzo, quedando asentadas como LAUDO
BUCHANAN. Por el mismo, la argentina perdió el 25% de su territorio, pero dado
la persistencia abusiva del lado chileno, puede conformarse como un triunfo
entre comillas.
Acaso
convenga efectuar una breve recordación acerca de los acontecimientos que nos
llevaron a perder a la provincia hermana.
En aquellos años se presentaban dos conflictos
internacionales: El tema Malvinas estaba aún fresco y el país trataba de hacer
valer sus derechos a las islas heredadas de España, sin generar un conflicto
internacional, ante la negativa de los Británicos a desalojar las islas, pues
con ellas se aseguraban el control del Atlántico Sur y del canal de Beagle.
Volviendo
al conflicto de 1837, con la Confederación Peruano- Boliviana, el proceso
llegaba a su clímax. Su creador el dictador Mariscal Santa Cruz como decíamos
anteriormente maniobraba sus estrategias para acaparar territorio argentino.
Rosas ocupado en el conflicto con Francia y su bloqueo, designa al General
Alejandro Heredia, gobernador tucumano al frente de las tropas nacionales.
Chile
había declarado la guerra en el año 1836 a la Confederación Peruano- Boliviana,
por lo cual Rosas que a la sazón estaba al frente de las relaciones exteriores
del país, decide aprovechar la oportunidad para declarar la guerra al Mariscal
Santa Cruz, el 19 de mayo de 1837. Desdichadamente no envió al general Heredia
la ayuda necesaria en bastimentos y víveres, lo cual derivó en la infausta
derrota de Coyambuyo.
Ambos Heredia, tanto Alejandro,
gobernador de Tucumán, como Felipe, gobernador de Salta, eran profundos
conocedores de la geografía de esta provincia, como asimismo de los factores de
poder imperantes en el momento, por estar casados con dos damas salteñas,
hermanas ellas, doña Juana Josefa y doña Juana Manuela Cornejo y de la Corte y
Medeiros.
El
General Alejandro Heredia, nació en Tucumán en 1790, y junto a Francisco de
Gurruchaga, ambos nombrados por la Junta de Representantes, tuvieron la misión
de concluir la guerra con Facundo Quiroga. Murió asesinado por el Comandante
Gabino Robles en la localidad tucumana de Lules. Felipe Heredia, también
tucumano, nació hacia 1797. Fue nombrado por Rosas, Jefe del Estado Mayor del
Ejército de Operaciones contra Bolivia, siendo derrotado en el combate de Santa
Bárbara, el 13 de setiembre de 1837, lo que significó la ocupación boliviana de
extensos territorios del norte de Salta, que fueron devueltos a la provincia
por gestiones del Gobernador Manuel Solá”. (Diccionario Biográfico de Salta- Manuel
Solá-página 86).
Los
conflictos internos entre unitarios y federales eran muchos, ya que desde
Bolivia los emigrados unitarios confabulaban contra la política rosista.
Aquí
cabe preguntarse, si dentro de los conflictos internacionales que la Argentina
enfrentaba, el de Bolivia y el de Francia, correspondía haber declarado una
guerra para la cual no estábamos preparados. Si por el frente sur, el mayor
enemigo era Chile, quizá una intensificación de los juegos diplomáticos hubiera
sido menester, en vez de una guerra que casi no libramos, y cuando lo hicimos,
debido a lo antecedentemente explicado, la concretamos mal.
En
el campo militar, la estrategia de Santa Cruz se basó en evitar a ultranza
dentro del teatro de operaciones, la confluencia de ambos adversarios; esta
estrategia se llevó a cabo con una serie de movimientos divergentes. A esto se
sumaron dos pequeños triunfos defensivos en Humahuaca. Otro triunfo también
pequeño en 1838 hacía que tratara de evitar la confluencia a la que hacíamos
referencia anteriormente.
A
todo esto el frente chileno realizaba operaciones contundentes, que culminaron
en una inconsulta paz para con sus aliados argentinos, realizada por los jefes
militares chilenos en Paucarpata. Tanto en aquellos años como en los años posteriores,
la historia nos ha demostrado la poca seguridad de las alianzas con el país
trasandino.
El
Patriarca Federal del Norte, como se nombraba al caudillo Federal norteño
Alejandro Heredia, enfrentaba sucesivos levantamientos de sus tropas que
desgastaron el ánimo para la lucha, a lo cual viene a sumarse esta paz
inconsulta que fue considerada por parte de los argentinos, como una flagrante
traición, a la que nos tiene acostumbrados el vecino país. Entonces el general
Heredia presenta su renuncia a la jefatura del ejército de operaciones. Al no
ser aceptada esta renuncia, como expresáramos anteriormente, Rosas le aconseja
llevar una guerra de operaciones rápidas y simultáneas a fin de desgastar a su
oponente. Destina para el efecto, una fuerza de 1000 hombres al mando del
General Pablo Alemán buscando envolver a los bolivianos; estos eluden la
maniobra pero dejan liberados gran parte de los territorios argentinos que ya
habían sido ocupados durante el conflicto.
Envía
para reforzar esta acción otras dos fuerzas, la una comandada por el Coronel
Manuel Virto, hacia la región de Iruya, y otra al mando del General Gregorio
Paz, hermano de Marcos Paz con la misión de ocupar Tarija y seguir hasta
Chuquisaca. Ambos son derrotados en una complicada operación por errores
cometidos por el General Gregorio Paz. Heredia cansado de la poca ayuda de
Rosas que dejaba todo en manos de los chilenos por el Pacífico, y a las
dificultades de Santa Cruz en su retaguardia, decide retirarse del teatro de
operaciones e incluso al licenciamiento de su tropa, como le comunica Rosas
expresándole que: “es indiferente que el ejército de operaciones se halle
acantonado en éste o en otro punto”.
Esta es en definitiva la
causa por la que perdimos a la querida Tarija y luego de arduas negociaciones
diplomáticas no del todo felices, logramos consolidar la presencia argentina en
la Puna de Atacama.
Estos
hechos en la práctica no han merecido demasiadas atenciones de la
historiografía nacional.
Fue una realidad que desde los primeros años
de la década de 1830, el gobierno de Bolivia mantuvo una tensa expectativa
expansionista, al punto de intentar la anexión de las provincias argentinas del
norte, quizá con el auspicio de algunos malos argentinos refugiados en el
vecino país.
Volviendo nuevamente a los orígenes del conflicto, Chile
a partir de 1836 entra en graves fricciones por cuestiones comerciales y
territoriales con Perú y Bolivia, y en ese mismo año debido a estas mismas
circunstancias, se conforma la Confederación de ambos países, pero hay una
evidente intención del Mariscal Santa Cruz, de anexar a la Argentina y a Chile
a la mencionada Confederación. El mayor enemigo de Santa Cruz era en realidad
Chile, por lo cual por momentos aumentaba o aflojaba la presión sobre las
provincias argentinas del norte.
Desde fines de 1836, ya el gobernador de Salta don Felipe Heredia
tucumano también- hermano de Alejandro, como ya lo habíamos consignado, venía
anunciando las provocaciones bolivianas en la frontera. Así Salta comienza a
prepararse para el conflicto inminente. Se suceden entonces una serie de
circunstancias de alto sabor historiográfico, que hacen que Alejandro Heredia
no comulgue con la conducción de Rosas, por lo cual se producen los hechos
enunciados precedentemente. Estudiando brevemente los prolegómenos del
conflicto, debemos recordar la manifiesta inferioridad militar Argentina ante
la Confederación Peruano-Boliviana, la indefinición chilena a una alianza
expresa y el no-reconocimiento de Chile acerca de la cuestión Tarija entre otras.
Por otra parte Santa Cruz no reconocía a Rosas como Encargado de las Relaciones
Exteriores de nuestro país y ordena en consecuencia a sus ejércitos de
frontera, a preparar una invasión sobre territorio argentino. Decide enviar
también un Agente de Negocios ante “el Gobernador de la Provincia de Buenos
Aires”. Ante la maraña de acontecimientos que se avecinaban, Rosas decide
cerrar la frontera con Bolivia en febrero de 1837, además de toda comunicación
con estos dos países, declarando la guerra a su Confederación.
Firmada la paz, Rosas-equivocadamente-
concede a Bolivia la no-exigencia de entregar Tarija. Recordamos aquí,
nuevamente, lo dicho por Jauretche:
Cuando muere el zonzo viejo, queda la zonza preñada.
Debido pues, a esta salvaje medida del siniestro personaje de nuestra
historia, se perpetra la mutilación de una parte de nuestro territorio, tan
caro a los sentimientos de la región. No obstante, luego de terminada la guerra
continuó la infructuosa negociación para reintegrar ese territorio al seno de
la Nación. Reiteramos: todo esto termina con el sometimiento al
arbitraje mencionado, de los territorios otorgados en compensación por Bolivia,
ya en poder de los chilenos. Debemos esto, en consecuencia, a nuestro ilustre Restaurador de las Leyes y a su equipo diplomático, en
calidad de representante de las Relaciones Exteriores de la Confederación
Argentina.
En el enjundioso trabajo de la historiadora María Inés
Garrido de Solá, “La Disolución del Territorio de Los Andes y los Derechos de
la Provincia de Salta”, pleno de notas y documentos respaldatorios, publicado
por la Academia Nacional de Historia, presentado en el Décimo Congreso Nacional
y Regional de la Historia Argentina, la mencionada investigadora escribe que
Salta, desde el mismo momento de su fundación comienza a realizar actos de
posesión sobre el territorio que ulteriormente conformara la Gobernación de Los
Andes.
Lamentablemente para los salteños, cuando esta
Gobernación se fragmenta entre tres provincias limítrofes, nuestra provincia se
ve seriamente afectada en la distribución. No se tuvieron en cuenta todos los
actos posesorios que se venían realizando desde el mismo momento de la
fundación. El trabajo que comentamos, se refiere exclusivamente a las
diferencias limítrofes entre Salta y Catamarca.
A pesar de la injusticia, Salta no renuncia a lo que en
justicia le corresponde. El gobierno nacional de facto no incursiona ni
cuestiona las reclamaciones de Salta, pero lo deja para una posterior
resolución del Congreso Nacional, medida esta que nunca se toma.
El acta de fundación de la ciudad de Salta, señala ya los
límites de la provincia diciendo “(...) el señor gobernador ha venido a este
dicho valle y asiento, con campo formado y gente de guerra, a la conquista de
los naturales de este valle de Salta, Jujuy, Calchaquí, Pulares, Cochinoca,
Humahuaca, e demás circunvecinos e comarcanos... y los indios de Choromoro...
(Zorreguieta Mariano)- Apuntes históricos de la provincia de Salta.
La jurisdicción se va conformando con el aporte de nuevas
fundaciones. Así Jerónimo Luis de Cabrera, fija los límites con Catamarca,
diciendo que Salta hacia el norte confina con el valle Calchaquí. (Sic) Londres
y Catamarca-página 297-Debió decir Sur.
En este valle el gobernador Alonso de Mercado y Villacorta,
otorga en Merced, por servicios prestados a la corona en la guerra contra los
Calchaquíes, todo el valle de Molinos, que se extendía hasta la cordillera que
limitaba con Chile. Fue una de las mercedes más grandes. Por líneas sucesorias
fue pasando a las familias de Isasmendi y ulteriormente a la de Dávalos.
María Inés Garrido cita una publicación de la Junta de
Estudios históricos, Boletín año II Catamarca 1942, que fija los límites con la
citada provincia, cuando se concede la Merced de Antofagasta al general don
Joseph Luis Díaz, que luego conformará el Mayorazgo de Díaz de la Peña, donde
sus límites son: por el norte y noroeste, la mina de oro Nuestra Señora de
Loreto, alias Ingahuasi.
Cuando se hace el inventario y tasación de los bienes de
don Nicolás Severo de Isasmendi, nieto del fundador, la hacienda de Calchaquí
estaba conformada por los siguientes distritos: Molinos, Colomé, Tacuil, La
Banda, La Angostura, Jasimaná, Amaicha, Compuel, Pucará, Luracatao, Gualfín,
Churcal, La Despensa, Roselpa, Pucarilla, Humanao, Vallecito, Carrizal, Tía
Pampa, La Falda, Pozo, Bosques, Pampa Llana, Pallinado,Loma Llana, Barrancas,
Cerro Blanco, Despensa, San Lucas, Cortaderas... (A H S).
Al ser los Isasmendi de neto corte realista (recordemos
que don Nicolás Severo de Isasmendi fue el último gobernador realista), la
hacienda se convirtió en su máximo bastión.
Entre los años 1816 y
1825, Atacama permanece, según Garrido de Solá, voluntariamente incorporada a
Salta, y bajo la protección de Martín Miguel de Güemes.
El testamento de don Nicolás Severo de Isasmendi, se hace
público recién en 1846, y los límites de la colosal hacienda eran: “Por parte
del poniente, la cordillera de los Andes, que dividen las aguas que caen al
Pasto Grande, y los potreros a deslindar con San Antonio de Los Cobres, en la
cortadera en cuya cumbre hay un mojón, por el naciente el Cerrito Negro que
está cerca de la Apacheta, por el norte en las tierras de Pan llevar, hasta la
Cañada Seca que divide con Waldo Díaz y por el Sud, con los Altos de Santa
María y Belén, cuyas cumbres y vertientes nos dividen, y tirando río abajo, en
una y otra banda con los linderos correspondientes a la ciénaga de Angastaco,
hasta el estrecho Vallecito que linda con el potrero de Los Cardones”.
(Testamento de Nicolás Severo de Isasmendi. AHS.
Son numerosos los testimonios de posesión por parte de
Salta, en la Puna de Atacama, investigados prolijamente por la historiadora
Garrido de Solá. Citaremos los siguientes:
1- Entre 1775-1781, don Nicolás Severo de Isasmendi, como
Gobernador Intendente de Salta, acude con gente de guerra y recursos de la
Provincia, a sofocar las sublevaciones de los indios en la Provincia de
Atacama.
2- Laboreo de las minas de oro de Incahuasi, a las
orillas del Salar del Hombre Muerto, por parte del mismo Isasmendi en tierras
de su propiedad.
3- Lo mismo en San Antonio, próximo al pueblo de
Antofagasta.
4- Memoria de don Filiberto de Mena, sobre minas en la
jurisdicción de Salta –1791.
5- Constitución de Catamarca de 1855, por la cual
reconoce los límites territoriales de la Real Cédula de 1679-Historia de la
Nación Argentina. Vol. XV-Academia Nacional de la Historia-Bs. As. 1947, citado
por Garrido de Solá.
6- Luego de 1825, Atacama es anexada injustamente a la
recién surgida Bolivia, cuando en realidad pertenecía al patrimonio particular
de Isasmendi. Pero de acuerdo al plano oficial de la República de Bolivia,
publicado en 1859, durante la Presidencia del Dr. José María Linares, deja para
la Confederación Argentina, Provincia de Salta, el salar de Cauchari, Pastos
Grandes y Ratones, quedando Antofagasta de la Sierra para Bolivia. (Bolivia-
Archivo General de la Nación, citado por Garrido de Solá.
7- El gobierno de la provincia designó una Comisión de
Límites que ratifica la posesión de Salta sobre la Puna de Atacama, en 1823
(investigación de la misma autora).
8- Documento de la derrota del Coronel Pedro Corvalán en
suelo Salteño ante Felipe Varela- 12 de enero de 1869-
9- En Su Memoria Descriptiva de las Provincia de Salta,
Manuel Solá, en ese año se creaba el departamento de la Poma con nueve
distritos a saber: La Poma, Payogasta, San Antonio de los Cobres, Potrero, Río
Blanco, Catua, Pueblo Viejo, Pastos Grandes, Rosario de Susques.
10- Luego de la guerra del Pacífico Bolivia pierde su
litoral marítimo a manos de Chile.
11- Don Indalecio Gómez (padre) explota en Antofalla, una
mina, instalando trapiche. (Antofalla quedó bajo jurisdicción catamarqueña.
12- En 1887, Arturo Dávalos, Fiscal General de la Provincia,
advierte sobre intromisiones chilenas en territorio argentino. Propugnaba una
directa acción del Gobierno Nacional, pasando por una advertencia de la
provincia a las mencionadas autoridades nacionales. Aseguraba que los derechos
de Salta eran indisputables como también lo hacía la compañía boratera de los
Sres. Boden.
Como consecuencia de esto el gobierno de la Provincia de
Salta envió, una comisión para investigar la explotación de boratos y la
ocupación indebida por parte de las autoridades chilenas. (García Pinto Adolfo-
Jurisdicción sobre la Puna de Atacama- Diario El Intransigente- Salta 6-7-1978,
citado por Garrido de Solá).
Cita la misma fuente que Abraham Becerra, informa que las
únicas borateras de la zona, concesionadas por la Provincia de Salta, son:
Siberia y Antuco, y quien realizara la mensura fue el Sr. Emilio Fressart.
(Becerra Abraham- Informe al Gobierno de Salta- El Nacional 1887-
En el año 1899, doña Ascención Isasmendi de Dávalos,
mediante poder, gestiona ante el gobierno de la Provincia de Salta los títulos
de la boratera Calchaquina, situada en sus tierras autorizando también su
venta.
13- Manuel Solá en su trabajo “Nuestros derechos a la
Puna de Atacama” cita que la mencionada zona siempre fue salteña-
14- Arturo Dávalos, advierte en su trabajo “La Cuestión
Argentino-Chilena”, acerca de la apropiación por parte de Chile de más de
doscientas leguas por derecho de conquista.
15- Un mapa de la Puna de Atacama, define en 1898 el
límite argentino-boliviano, antes del tratado de 1889-
16- Por esa misma época Belisario y Arturo Dávalos,
solicitan en la Provincia de Salta, la boratera “La Calchaquina”-año 1898-que
figura en el padrón minero nacional en terrenos de doña Ascensión Isasmendi de
Dávalos.
Son numerosos e importantísimos los antecedentes
investigados por la autora mencionada anteriormente, pero consideramos que con
los expuestos, comprendemos la justa reclamación salteña y argentina a esta
importante región.
17- En el año 1899, el Gobernador de Salta don Pío
Uriburu, por nota 670, dirigida al Ministro del Interior, se opone al
cercenamiento de una parte de Salta para conformar el Territorio Federal de Los
Andes- Ese mismo año el Senado de la Nación eleva un proyecto de Ley sobre la
organización del Territorio Nacional de Los Andes, y el gobernador Pío Uriburu
envía instrucciones a los diputados y senadores por Salta para que hagan valer
sus derechos. (Investigación de Garrido de Solá- Libro copiador Nº 41-fs 16 y
27- A.H.S-1899).
El Poder Ejecutivo de la Nación en el mismo año de 1899,
cuando tenía el proyecto de Ley sobre la creación del Territorio Nacional de
Los Andes, manifiesta que el mismo estará bajo la exclusiva dependencia del
Estado Nacional, sin que esto signifique ignorar los derechos que cada
provincia tiene sobre las tierras que siempre le pertenecieron.
En la faz práctica, pareciera que de alguna manera se
reconocían los derechos salteños, al punto que sus gobernantes, pertenecían a
nuestra provincia, a excepción del General Cerri, de origen milanés. (Adolfo
García Pinto- El Intransigente-Salta 6-7-1978- Citado por Garrido de Solá).
18- En 1884, soldados chilenos merodeaban la región en
tierras que no estaban en discusión y en 1887 el Gobernador Güemes instaba al
gobierno nacional a tomar urgentes medidas.
La ocupación chilena, solapada como todas las traiciones,
comienza con la aparición del cólera morbus en el norte de las provincias de
Argentina y Chile. Chile dispone entonces que sus fuerzas militares bajen hasta
La Puna. Luego de esto, llegaron los ingenieros Bertrand y San Román con la
misión de trazar límites imaginarios entre ambas repúblicas. Las expediciones
chilenas llegaron hasta la zona de Molinos, destituyendo progresivamente a las
autoridades salteñas. Antofagasta también fue ocupada por Chile.
Cabe consignar aquí, que de nuevo aparece la zonza
alumbrando su cría. Inexplicablemente nuestra Cancillería, según Estanislao
Zeballos, citado por Garrido de Solá, confunde el Antofagasta de la costa del Pacífico, con Antofagasta de la Sierra.
Como consecuencia de esta horrible y supuesta negligencia, el Estado Nacional
desaprueba los nombramientos efectuados por Salta, siendo de hecho consentida
en forma oficial la ocupación trasandina sobre la Puna Argentina. Sólo faltaba
poner nombre a la cría, y esto sucedió con la firma del protocolo de 1896,
donde se ratificaba el colosal error. (Estanislao Zeballos “Orígenes y Límites
de las Jurisdicciones Políticas – Revista de Derecho, Historia y Letras – Bs.
As. 1889- 1892. Citado en el trabajo de Garrido de Solá).
Bolivia desde 1825 mantenía posesiones y autoridades en
Toconao, San Pedro de Atacama, Antofalla y otros lugares y en síntesis para no
abundar más en el “zonzo muerto y la zonza preñada”, la ocupación militar
chilena en la Puna Argentina fue definitivamente oficializada, en detrimento de
nuestros antecedentes.
Reiteramos que la investigación sobre los derechos de
Salta a la Puna de Atacama es por demás contundente y numerosa, como así las
presentaciones y trabajos efectuados por la familia Dávalos en su carácter de
propietarios, por ser herederos de don Diego Diez Gómez y de don Nicolás Severo
de Isasmendi, a través de doña Ascensión Isasmendi de Dávalos.
Dentro de los sueños no concretados por la Argentina,
debemos recordar los de dos eminentes salteños, los doctores Facundo de Zuviría
y Benjamín Zorrilla que sostuvieron en la legislatura de la provincia de Salta.
Ambos sustentaban posiciones antagónicas, pero sin duda, mejor de la que
obtuvimos.
La Junta de Representantes, concluyó que al menos una de
las dos regiones debía pertenecer a la Intendencia de Salta, Atacama o Tarija.
Zorrilla se pronunció por Tarija, debido a la feracidad de su suelo y a la
proximidad con Salta, mientras que Zuviría se pronunció por Atacama, por poseer
un puerto con el cual se incrementarían y agilizarían las relaciones
comerciales con otros países dando una distinta potencialidad a la Intendencia.
Pero lamentablemente ocurrió que el Congreso en Buenos Aires, dejó librada a su
suerte y voluntad a las cuatro provincias altoperuanas. Otro error inconcebible
de nuestros representantes.
La historia comienza a desenvolverse con la disposición
de la corona, que en año 1807 crea el Obispado de Salta del Tucumán,
disponiendo entre otras medidas que el Partido de Tarija se segregara de la
Intendencia de Potosí, y fuera agregado a la de Salta del Tucumán.
Al producirse la independencia en 1810, la mencionada
Intendencia de Salta del Tucumán, estaba conformada por las siguientes
jurisdicciones: las actuales provincias de Salta, Jujuy, Catamarca, Santiago
del Estero y el Partido de Tarija.
El 8 de octubre de 1814, el Director Posadas dispuso el
desdoblamiento de la Intendencia en dos. La del Tucumán, que comprendía,
Tucumán, Santiago del Estero y Catamarca y la de Salta con jurisdicción sobre
Salta, Jujuy, el Valle de Santa María (hoy de Catamarca), Tarija y la parte
occidental de las actuales provincias de Chaco y Formosa. Más aún, en el año
1816, el Partido de Atacama solicita su incorporación a la Intendencia de
Salta, separándose de la de Potosí.
De acuerdo a la Real Cédula del 22 de Agosto de 1783, la
citada Intendencia estaba formada por las Provincias de Porcos, Chayanta,
Atacama, Lipez, Chichas y Tarija. De forma entonces que las antiguas provincias
de Atacama y Tarija, antes dependientes de la de Potosí, de hecho y de derecho
pasaban a pertenecer a la Intendencia de Salta. Dicho de otra manera: la
Intendencia de Salta como parte integrante de las Provincias Unidas del Río de
la Plata, comprendía territorios que hoy pertenecen a Bolivia, entre ellas, la
salida al Pacífico por Atacama y su puerto de Cobija o Atacama.
Existen pruebas contundentes de la efectiva incorporación
de estas regiones a la jurisdicción salteña, entre ellas: donaciones efectuadas
por Atacama para la gesta del Norte, medidas relativas a impuestos de tránsito,
que se deben abonar; pedidos para que la Junta de Representantes de Salta,
nombre autoridades para el nombrado Partido y para la Puna. A partir de 1825,
Salta deja de legislar sobre Atacama, pues fue nuevamente anexada a la
Jurisdicción de Potosí. Sería largo enumerar las idas y venidas de la política
local, nacional e internacional, que justificarían un nuevo trabajo y una nueva
investigación. Sólo queremos, los autores consignar el sueño y la utopía de
haber sido un país bioceánico, y no haber sabido conservarlo. En Sudamérica,
solamente Colombia, puede vanagloriarse de ello. El sueño de Zuviría y
Zorrilla, se disipó, llevado por los no siempre acertados vientos de la
política y de la diplomacia.
A
B
A- Mapa
de la República Argentina, según la visión de don Marcos Zorrilla, sostenida
ante la
Legislatura de Salta, sin salida al mar, incorporando la región de Tupiza.
B- Mapa
de la República Argentina, según la visión de don Facundo de Zuviría, con
salida a
los dos océanos (Revista Todo es Historia).
Los territorios nacionales del país, se organizaron dentro de la Ley
Nacional Nº 1532(980)-RN 1882/84-p. 857-, acogiéndose a sus disposiciones
generales. Entre ellas se encontraban las hoy provincias de La Pampa, Neuquén,
Río Negro, Chubut, Santa Cruz, Tierra del Fuego, Misiones, Formosa, Chaco,
además de Los Andes.
Dentro de estas disposiciones generales y
por el decreto Nº 8667 del 3 de abril de 1944, se establecía en su primer
artículo: “Se denominará oficialmente “Territorio Nacional”, a la entidad
territorial que encierran sus límites geográficos, y “Gobernación” al órgano
del estado a cargo de su administración y gobierno.
El artículo 4º disponía asimismo que: “Cuando la
población de una Gobernación alcance a sesenta mil habitantes constatados por
el censo general y los censos suplementarios sucesivos, tendrá derecho a ser
declarada Provincia Argentina.
El articulado Nº 5 establece que el Congreso demarcará
con arreglo a esta ley, los límites de las nuevas provincias que se formen.
Dentro de las disposiciones generales de la ley de
organización de los territorios nacionales, en el apartado que dice de los
derechos y obligaciones del gobernador, dice que el mismo durará en sus
funciones tres años, cosa que en el caso de la Gobernación de Los Andes, fue de
dos. El articulado de la ley especifica también los deberes y atribuciones del
Secretario, de los Jueces de Paz, del Consejo Municipal cuando la población
supere los mil habitantes, así como también las modificaciones que estas leyes
fueron sufriendo en el transcurso del tiempo, figurando todo ello en Los Anales
de Legislación Argentina.
Así transcurren los años hasta que el Congreso de la
Nación dicta la Ley Nº. 3906 del 13 de enero de 1900 (t. III-página 366-Leyes Nacionales), por
la cual se organizaba el Territorio de Los Andes, y cuyo gobierno se
encomendaba a un ciudadano nombrado exclusivamente por el Ejecutivo Nacional,
con acuerdo del Senado, por un período de dos años. Esta misma Ley exigía al
gobernador, designar un Secretario de Gobernación, fedatario, que debía ser
abogado y ejercer las funciones de Presidente del tribunal de Apelaciones en
todas aquellas causas que comprendían las jurisdicciones de los Jueces de Paz.
Cabe acotar aquí, que el término fedatario
se hace extensivo a todos aquellos funcionarios que puedan dar fe pública, pero
en este caso particular, al ejercer la Presidencia del Tribunal de Apelaciones,
debía naturalmente ser abogado.
Por el mismo decreto, la Gobernación dependió
directamente del Ministerio del Interior de la Nación y por un decreto del
mismo Ministerio, el Ejecutivo procedió a nombrar el 31 de enero de 1900 a los
primeros funcionarios del Territorio de Los Andes. El primer Gobernador fue el
General de Brigada don Daniel Cerri y su Secretario el Dr. Arturo Dávalos.
Seguidamente se reglamentó la Ley de creación de Los Andes.
Recapitulando los conflictos limítrofes con Bolivia y
Chile, recordemos que desde la segregación boliviana, Argentina mantuvo sus
derechos sobre la Puna de Atacama, por todas las consideraciones vertidas
anteriormente. No obstante ello, el nuevo territorio permaneció en poder de
Bolivia hasta la guerra del Pacífico. Entonces nuestros siempre atentos
vecinos, invaden militarmente Atacama incorporándola de hecho, como botín de
guerra, a su propio territorio. Esta provincia estaba en litigio con la
República Argentina, pero sin importarles la situación, Chile consideró
graciosamente al firmar el Tratado de Tregua con Bolivia en el año 1884, que la Provincia de Atacama estaba de hecho, pero no de
derecho incorporada a su soberanía.
Ya nos hemos referido anteriormente
que, con motivo del estallido del cólera en ese mismo año, Chile so pretexto de
establecer un cordón sanitario envió sus tropas hasta los mismos límites de
Salta, Jujuy y Catamarca, llegando a la audacia de destituir en la zona, a las
autoridades salteñas, reemplazándolas por otras trasandinas. Salta exige la
defensa de sus derechos, pero ya la Zonza preñada estaba gestando un nuevo
bebé. Reiteramos aquí la inexplicable actitud del General José Evaristo Uriburu
que a la sazón era Ministro Plenipotenciario en Chile que, no sólo escucha
impasible la comunicación del Presidente chileno ante el Congreso, sobre la
ocupación, sino que al mejor estilo del zonzo muerto, aconseja al gobierno
nacional no enviar ninguna protesta a su par trasandino. De esta forma se
oficializó otro de los despojos a los que estábamos acostumbrados. Para nuestra
sorpresa, fue Bolivia la que protestara, por considerar esto una flagrante
violación al Tratado de Tregua. Pero ¡Qué podía importarle al vecino país la
protesta de un vencido y la ignominia de un débil!
Dentro de todas las zonceras, por el tratado
Quirno Costa- Vaca Guzmán de 1889, Bolivia cedió a la Argentina la Puna de
Atacama, a cambio de renunciar a todos sus derechos sobre la Provincia de
Tarija. Pero esto no es todo ni lo principal: había nacido la nueva cría de la
zonza, Canjeamos un territorio propio, por otro territorio propio, y para
colmo ocupado militarmente por otra potencia.
Como decíamos más arriba, Chile se
negó a entregar dicho territorio alegando que lo había conseguido por el Tratado
de Tregua con Bolivia. La Argentina decide entonces enviar a La Paz a don Dardo
Rocha a fin de aclarar la situación. Entonces se firma un Tratado Adicional,
por el cual Bolivia declaraba que La Puna de Atacama no estaba comprendida en
el mencionado tratado. A todo esto por el sur el diferendo con Chile sobre la
Patagonia estaba ardiendo de tal manera, que el país comenzó a prepararse para
la guerra, a pesar que, como siempre, estábamos en inferioridad de condiciones.
Chile
no se resignaba a perder el bocado y trató de llevar todo el conflicto tanto
del norte como del sur al arbitraje de su Majestad Británica. Ya era demasiado,
y la Argentina se negó a incluir la cuestión Puneña en el arbitraje, como ya lo
consideramos anteriormente. La cuestión molestó a los círculos argentinos más
pensantes. Por el Acuerdo Quirno Costa-Guerrero, la cuestión de la Puna quedó
fuera del arbitraje Británico.
Las
negociaciones no prosperaban, ya que hubiera sido fatal que aceptáramos
semejante arbitraje. Sucede aquí lo que ya comentáramos más arriba, y que
arribaría al laudo Buchanan. La zonza estaba por dar a luz nuevamente. Buchanan
dictó el curioso fallo ya comentado donde él mismo desempataba. El conflicto
por el norte se había enfriado, pero la zonza aumentaba su familia con una cría
nueva. Argentina había perdido el 25% de su propio territorio. Por el sur se
estaba gestando una nueva cría patagónica, que en otra ocasión trataremos in
extenso.
El
Laudo Buchanan, fijaba la frontera argentino-chilena, desde la latitud del Paso
de San Francisco, hasta el Cerro Zapaleri.
Los
problemas limítrofes con Chile, no se limitaron solamente a la zona Norte, es
decir a la Puna, sino que las ambiciones expansionistas de los vecinos era tal,
que por el sur en el año 1843 ocuparon el estrecho de Magallanes. La Argentina
como era lógico no aceptó tal ocupación que más tarde fue sometido al arbitraje
de su Majestad Británica.
A
todo esto en Chile, con el advenimiento de una clase dirigente ambiciosa e inteligente,
al descubrirse los yacimientos de carbón en la Patagonia, redoblaron sus
ambiciones sobre dicho territorio, pretendiendo englobar en el arbitraje del
estrecho, también a la Patagonia. Este dilatado territorio pertenecía
virtualmente a la Argentina, pues en la práctica estaba sometida a la autoridad
de los indios.
Desde
siempre la división entre los dos países, fue la línea de las altas cumbres,
que como corresponde a las interpretaciones de mala fe, los chilenos
tergiversaban permanentemente los acuerdos, acaso redactados de tal manera que
pudiera haber doble interpretación. Otra falla de nuestra Chancillería. La
Patagonia era el gran zarpazo, que les aseguraría una salida al Atlántico. Un
cuarto de siglo de negociaciones no condujo a nada y estuvo a punto de llegarse
al conflicto armado. No estalló porque como habíamos expresado anteriormente en
1879, Chile entra en guerra con la Confederación Peruano-Boliviana. La
Argentina se mantuvo neutral, no presionó sobre Chile, pero aprovechó la oportunidad
para realizar la efectiva ocupación del desierto.
Los
vaivenes políticos eran numerosos e importantes, pero como no es posible
tratarlo en esta oportunidad, concluiremos diciendo que el General Julio
Argentino Roca cuando asume el Ministerio del Interior, por muerte de Alsina,
se pone al frente del ejército y marcha contra los indios. Siguió en grandes
líneas los caminos tratados por Rosas, hasta concluir la campaña en sólo
cuarenta días, terminando en el Río Negro. Los indios fueron arrojados hacia la
cordillera, que es de donde habían venido. Chile nada pudo hacer, sólo mirar
con aprensión el avance del ejército argentino.
Los
conflictos con Chile no pensaban terminar allí, al punto que nuevamente
estuvimos al borde de la guerra por la disputa sobre el Canal de Beagle, que
perdimos en la negociación, a pesar de asistirnos la razón. Los autores de este
trabajo, sin comulgar con la ideología política de Vicente Leónides Saadi,
pensamos que desde el punto de vista de los argumentos y la verdad histórica,
tenía toda la razón, mal expuesta en el referéndum por el Sí o el No. Fue su
oponente el entonces Canciller del Dr. Alfonsín Dr. Dante Caputo, quién con la
complicidad de la prensa, desarmaron la argumentación de Saadi. Reiteramos, a
nuestro juicio no bien expresados. Cabe acotar aquí nuestra total discrepancia
personal y política con el representante del Justicialismo de entonces, pero
justo es reconocer, que tenía la verdad histórica en el puño.
Por
decreto del 12 de mayo de 1900, el Poder Ejecutivo decidió dividir el
Territorio de Los Andes en tres departamentos administrativos: El de Susques o
del Norte que limitaba con la provincia de Jujuy hacia el este (ver mapa), y
cuya cabecera sería el poblado de Susques; el de Pastos Grandes o del Centro,
limitaba con la provincia de Salta y el de Antofagasta de la Sierra o del Sur,
que limitaba con la provincia de Catamarca.
El primer
asiento de las autoridades nombradas se efectuó en el poblado de Susques, pero
remitiéndonos a un trabajo del Dr. Félix Alberto Montilla Zavalía, el gobierno
nacional solicitó a la provincia de Salta que cediera el departamento de La
Poma cuya capital San Antonio de los Cobres por ley nacional Nº 4059 fue
designada capital de la nueva jurisdicción nacional, y reglamentada por el Ministerio
del Interior con fecha 26 de septiembre de 1902. Ya habíamos consignado
anteriormente que el Gobernador de Salta don Pío Uriburu se opuso tenazmente y
sin resultado, a la amputación territorial de la Provincia a su cargo.
Con
esta nueva incorporación, el Territorio Nacional de los Andes circunscribió una
extensión de 5.696.000 hectáreas aproximadamente. (Montilla Zavalía).
Don Fermín Grande, propietario de
tierras en el nuevo departamento de San Antonio de los Cobres ofreció la
donación de solares para la construcción de edificios públicos, los cuales
fueron aceptados por el gobierno nacional por ley federal Nº. 4061.
Corría el año 1903, y nuestro país,
luego de decidir qué hacía con el territorio recién incorporado, el Presidente
de la República, General Julio Argentino Roca, portador de gran inteligencia e
intuición política- realizó la conquista del desierto, aprovechando el
conflicto de Chile con la Confederación Peruano-Boliviana-decide asentar la
presencia de la patria en aquellas desoladas regiones, nombrando las
autoridades que debían gobernarla.
Con fecha 30 de enero de 1900,
decide nombrar mediante un decreto, a un viejo colaborador suyo, el General de
Brigada, Daniel Cerri en el cargo de primer Gobernador. Otro decreto, nombra al
Dr. Oscar Doering comisionado científico con el objeto de realizar
investigaciones en el mencionado territorio. Desde el 12 de septiembre de 1900,
asumió el nuevo Secretario de la Gobernación el Dr. Delfín Leguizamón, hábil
político que ostentó, al menos dos períodos, la gobernación de Salta. El Dr.
Delfín Leguizamón Cobos, fue medio hermano del Dr. Juan Martín Leguizamón, dos
salteños de destacada trayectoria en la provincia.
En momentos de asumir el cargo que
su país le encomendara, el General Cerri, contaba con 57 años, pero ello no fue
impedimento para que tomara con calor este nuevo emprendimiento. Recibe el
encargo con la energía de un joven, pues la función que le tocara era nada más
y nada menos, que la de reconocer o más bien descubrir los territorios de su
administración. Para eso debía viajar y recorrerlo, naturalmente a lomo de
mula. Desde abril de 1900 y en enero de 1901, recorrió nada menos que tres mil
kilómetros de sendas desoladas de la puna.
Como primera autoridad oficial,
representando a la Nación Argentina, su misión era la de contactarse con los
pobladores autóctonos. El mismo manifestaba en sus escritos”: (...) los
habitantes son de raza india pura, costumbres bolivianas y aman mucho esa
nacionalidad. Se identificaban con Bolivia, por pertenecer a sus mismas etnias,
y a la circunstancia de traficar intensamente con este país.
El General, renuncia en el año 1902,
pero deja muy detalladas conclusiones de sus viajes en una “Memoria
Descriptiva”, dirigida al Ministerio de Interior en el año 1900.
En el año 1906, publica por su
cuenta una “Reseña Geográfica y Descriptiva”, consignando que su autor, es el
primer gobernador de Los Andes.
Fue sin duda un poeta, pues en la
mencionada Reseña, al dirigirse a los lectores, les dice:
“Deteneos un instante: contemplad con nosotros el grandioso y muerto
paisaje... Ahí eternamente enclavadas tres extensas y elevadas cordilleras de
montañas... Por todas partes reina la soledad y el silencio abrumador. ¡Hasta
los volcanes han enmudecido! ¡Y como titanes fatigados, han cerrado las fauces
ígneas de sus enormes bocas y cruzado sus graníticos y hercúleos brazos,
contemplan con desdén sombrío, el gran trastorno que yace inerte a sus
plantas!”.
La misión del General Cerri, más que
la de gobernar, como decíamos, fue la de recorrer la zona, para lo cual en 35
días, partiendo de la ciudad de Salta, recorrió 1.400 kilómetros.
Recorrido de su 2º viaje
Revista Todo es Historia
Recorrido de su 1er viaje
Revista Todo es Historia
El punto de partida fue la localidad
de Molinos, en los valles calchaquíes, con destino a Antofagasta de la Sierra,
por intrincados caminos de herradura. Pasan cerca del Cerro Toldo, donde
contraen el denominado sorocho o puna, a consecuencia del enrarecimiento del
aire. En Antofagasta de la Sierra permanece varios días, contactando a sus
pobladores, encuestando sus necesidades, luego de advertir que el cauce del
arroyo, ostentaba una temperatura de 20 grados, en contraposición del resto de
los ríos cuyas temperaturas no pasaban de los 6 grados.
El lugar se llamaba Aguas Calientes.
Llegaron a Antofagasta de la Sierra siguiendo, luego de pasar por el arroyo
mencionado anteriormente, por el cauce del río de la Punilla.
El primer viaje de exploración del
General Cerri, lo hizo en compañía del Ingeniero militar don Carlos Moret que
actuaba como cartógrafo y del cura Juan Isella. Viajaban también el Dr. Arturo
Dávalos en su carácter de Secretario de la Gobernación y el Teniente Alberto
Austerlitz.
El Mayor Monet anotaba rigurosamente
los recursos que ofrecía en esos momentos la región. De las 25 vegas
existentes, sólo 8 estaban habitadas, y en Antofagasta había solamente dos
hectáreas de alfalfa sembradas.
Luego de múltiples peripecias,
arribaron al poblado de Santa Rosa de los Pastos Grandes, que en esos momentos
estaba constituida por 15 casitas de barro y paja y una capilla del mismo
material. Finalmente después de recorrer varias localidades, arriba al poblado
de Susques, donde contabiliza 30 casitas, una capilla y una población de unos
cuatrocientos habitantes.
En Coranzulí, la presencia Argentina
no fue recibida con agrado, más bien diríamos con manifiesto desagrado, lo cual
hace pensar a Cerri, que la incorporación de estos pobladores a la nacionalidad
argentina, habría de ser harto difícil. Ni siquiera la prédica del cura Isella,
pudo dar resultados satisfactorios.
El general Cerri, continuó con sus
funciones administrativas, trabajando para conseguir la capital del Territorio.
Como consecuencia de su gestión, se
dividió el territorio en cuatro departamentos, escogiéndose como capital a San
Antonio de los Cobres.
Un
serio problema legal se presentaba ante el General Cerri: hacia la mitad del
siglo XIX, el Presidente de Bolivia, Coronel Severo Melgarejo, estando la Puna
de Atacama, bajo la tutela de Bolivia, decide, luego de las tasaciones
correspondientes, poner a remate la mencionada región. Se vendió en la suma de
11.226 pesos bolivianos, cifra que ingresó a las arcas del vecino estado.
Cuando los compradores quisieron
cobrar sus arriendos, los pobladores se rehusaron hacerlo pretextando que ni
ellos ni sus antepasados lo hicieron, pues oblaban sus contribuciones o al
gobierno de Bolivia o al de Chile. Todo esto, naturalmente estuvo respaldado
por los intrigantes vecinos del otro lado de la cordillera. Los señores Isaac
Aranibar y Fermín Sonete, obligaban a los miserables pobladores a pagar sus
contribuciones, según ellos arregladas a su manera. El laudo Buchanan, vino a
sosegar estas demandas, pues los antiguos pobladores vinieron a pedir la
protección del Presidente de la República, en su carácter de máxima autoridad.
El 29 de enero de 1902, el Ministro
del Interior, Dr. Joaquín V. González, en una elogiosa nota acepta la renuncia
presentada por el General Cerri. Sólo nos queda acotar que este general, de
origen milanés había desempeñado sus funciones con patriotismo y con honor. Su
trabajo y esfuerzo había sido de fundamental importancia, para la futura
organización administrativa de este estado nacional, incorporado a la vida
política y económica del país.
Por decreto del Ministerio del
Interior, la renovación administrativa se realiza en la persona del Teniente
Coronel don Nicolás Menéndez, el 29 de enero de 1902.
La sucesión luego de terminada la
administración del Tnte. Coronel Menéndez, recayó por decreto del 25 de octubre
de 1904 en don Ricardo Isasmendi y renovada por dos años más, por decisión del
Presidente don José Figueroa Alcorta, nombrando como secretario al Dr. Pedro
Aguilar.
Al terminar su mandato don Ricardo
Isasmendi, se nombró provisionalmente al Dr. Pedro Aguilar, por un muy corto
período de tiempo, ya que por decreto del Ministerio del Interior del 8 de
enero de 1908, fue nombrado Gobernador de los Andes el sargento Mayor don Brígido
Zavaleta.
En la segunda parte de este trabajo,
trataremos el quehacer de estos ciudadanos que precedieron y sucedieron al
Mayor Brígido Zavaleta. Centramos esta historia casi desconocida para la
juventud actual, en la circunstancia de haber sido el Mayor Zavaleta, el
Gobernador que más tiempo ostentó ése cargo.
Intercalar
Mapa
de
evolución histórica de la jurisdicción de Salta
E.
Navamuel- página 94
MAPA DE
LA EVOLUCIÓN HISTÓRICA DE LA JURISDICCIÓN DE SALTA
Fuente: Ercilia Navamuel, Atlas Histórico de Salta, 1997
Mientras tanto bullían en Salta las
apetencias personales de destacados e influyentes personajes de la política
local, oponiéndose con fuerza a la designación del Mayor Zavaleta. Felizmente
las intrigas palaciegas se esfumaron en el aire, para beneficio del territorio
y de su pueblo, ya que Zavaleta capitalizó la mayor obra pública en los cuatro
períodos de su gestión.
Al respecto de lo expresado en carta
de abril 18 de 1908, el Ministro de Interior don Marco Avellaneda, en carta
dirigida a don Brígido Zavaleta, entre otros considerandos le comenta: “Debo
prevenirte que el Senador Ovejero, dejó de manifestarse contrario a tu
nombramiento, se expresó en muy buenos términos a tu designación y creo que
trabajará para que no haya oposición en el Senado. Firma su tío y amigo: Marco
Avellaneda”.
El
Territorio Nacional de Los Andes fue luego desintegrado entre las tres
provincias que lo componían, Salta, Jujuy y Catamarca en el año 1943, por
decreto Nº 9375, del Estado Nacional. Se dejó establecido en el mencionado
decreto, que las reclamaciones de Salta sobre su amputado territorio serían
consideradas “en su oportunidad”, cosa que nunca ocurrió.
Otra carta dirigida desde el Ministerio del Interior con
fecha 19 de marzo de 1908 a don Brígido Zavaleta dice:
“Mi querido Brígido:
Recibí tu carta del 10 del corriente. Te
agradezco los datos que me transmites sobre los hombres y las cosas de esa
provincia, los que he leído con mucho interés y tendré presente en mis soluciones
con los hombres que mencionas.
La situación política se despeja y el gobierno
cuenta con las simpatías de la gente honesta del país. Los diarios son los
únicos opositores que van quedando, los que son guiados unos por sus pasiones
políticas y otros por sus intereses materiales.
Deseo que lo pases bien y cuentes siempre con
el cariño de tu tío y amigo. Marco Avellaneda
De acuerdo a lo que leemos, comprobamos que nada ha
cambiado sobre la faz de la tierra, específicamente en la aparentemente bucólica
paz de estas regiones de nuestro noroeste. La pasión política inflama a los
hombres acicateados por los intereses de los diarios lugareños.
Todas estas designaciones de funcionarios se hicieron por
decreto del Ministerio del Interior, pero recién en el año 1923, se organizan
por Ley, los Territorios Nacionales, entre los que se encontraba Los Andes.
Estos territorios eran diez y diez los Gobernadores que se reunieron en el
Congreso de Territorios Nacionales de 1913.
EL PASTO
ESPIRITUAL
En
lo que respecta a la actividad religiosa de la región transcribiremos parte de
un extenso artículo aparecido en el diario La Tribuna Popular de fecha 8 de
septiembre de 1909. Bajo el título de: ECOS DEL DÍA - La Gobernación de Los
Andes y su Servicio Religioso, dice: “Con motivo de la festividad
celebrada el día 2 de agosto próximo pasado en el Convento de los
Redentoristas, en honor del fundador de la Orden, San Alfonso de Ligorio, a la
que fuimos invitados, ha tenido el honor de ver y de admirar los adelantos y
los progresos realizados por ésta en tan corto tiempo transcurrido desde su
establecimiento en esta ciudad.
Se
edificó el Convento, no con mucha amplitud, más sí, con la comodidad necesaria
para el corto número de religiosos que lo habitan, pues no pasan actualmente de
seis. Se le dio los jardines necesarios y una amplia huerta de árboles
frutales. Últimamente se la ha dotado de las obras de salubridad, de manera que
la comodidad y la higiene dulcifican un tanto la soledad amarga de la vida
conventual.
Unida
al Convento está la Capilla edificada provisoriamente al parecer; porque hemos
visto otra en actual construcción, bajo un plano elegantísimo y moderno, la que
quedará terminada en los primeros meses del año venidero. Las puertas, los
altares, todo el obraje de madera, se trabaja dentro del mismo Convento y por
un religioso de él, llamando la atención el cúmulo de las molduras que lo
adornan, todas hechas a mano y con una habilidad y una maestría consumadas.
(...)
Existe una biblioteca algo abundante para la continua ilustración de sus
miembros, que habrá también de servirles de solaz y de consuelo.
(...)
La Gobernación de Los Andes tiene a uno de estos padres Redentoristas como
Capellán para el servicio religioso en todo el territorio.
(...)
Es un acto de verdadera nobleza, de verdadera justicia, que todo el cuerpo de
redactores de Tribuna Popular, se ha mostrado unánimemente acorde en darlo a la
publicidad, acto que ha tenido por móvil y objeto reparar el olvido o la
malevolencia de los hombres en cuanto respecta a la religión cristiana, y
satisfacer al propio tiempo por parte del Gobernador de Los Andes, los anhelos
de su propio pueblo, que no encontraron eco en sus predecesores.
(....)
Todo hubiera quedado envuelto en el misterio a no ser por la modestia de los
particularmente afectados, con lo cual no estamos de acuerdo y por eso...
El
Gobernador Zavaleta, al posesionarse de su cargo(...) se encontró con unas
manifestaciones populares de gratitud y contento, originadas por el digno
comportamiento del Capellán en el desempeño de su misión evangélica.
En
nota publicada en el mismo Tribuna Popular con fecha 14 de mayo de 1909 dice:
“Al
Reverendo Padre Superior del Convento de Redentoristas
Presente
Reverendo
Padre:
Tengo el agrado de dirigirme a Ud.
Adjuntándole la nota que con esta misma fecha, pasa este gobierno al Sr.
Capellán Padre Luis María Lorber, del Territorio de los Andes, comunicándole
oficialmente las congratulaciones del pueblo de Antofagasta de la Sierra, con
motivo del correcto desempeño de sus funciones sacerdotales, a fin de que usted
como su superior jerárquico, se imponga previamente de ella, y se digne si lo
tuviera a bien ponerla en manos del interesado. BRÍGIDO ZAVALETA- JUAN T.
FRÍAS- Secretario.
En la misma fecha ambos funcionarios se dirigen al Sr.
Capellán del Territorio de los Andes. (...) Para su conocimiento y satisfacción
particular transcribo la parte pertinente de una nota del Comisario de Policía
de Antofagasta de la Sierra (...)
Me es grato comunicar a SE que hemos tenido la visita del
Sr. Capellán del Territorio, padre Luis María Lorber, acompañado por el padre
José Sandbhote. El vecindario de este Departamento me ha pedido que haga saber
a S E, que queda muy agradecido del Capellán y de su acompañante, pues han
desempeñado su misión (...) con una corrección que los honra. Alberto Durand-
Jefe de Policía.”
Comenta asimismo el artículo que en el presupuesto no se
contempla una erogación para que el mencionado capellán pueda desplazarse con
la decencia de la que es merecedor, teniendo en cuenta las dilatadas regiones a
recorrer, y que por sueldo sólo recibe la insignificante suma de sesenta pesos
que no le alcanzan para sufragar los gastos de su propio transporte. Luego de
felicitarlo calurosamente de nuevo firman: Zavaleta- Frías.
Una carta personal del 10 de abril de 1910, fechada en
Montevideo y dirigida al Señor Gobernador Don Brígido Zavaleta, entre varias
consideraciones de orden personal, expresa: “Supe que S E tuvo una entrevista
con mi superior en Buenos Aires y que se quedó satisfecho. Me alegro mucho que
esta historia se haya desembrollado bien y que yo tendré el gusto de volver
pronto a ésa.
Mientras tanto me repongo admirablemente bajo el cielo
templado de Montevideo y mi alma recobra fuerza en este ambiente silencioso,
para volver a echarse a los trabajos apostólicos en el Territorio y en la
Provincia de Salta.
(...) He oído algo de los cambios en San Antonio y me
alegro mucho de que las cosas van bien allá.
Y en Salta ¿se pegan tiros por fracaso en la política y
otras yerbas?
¡Qué cosa bárbara! El
hombre que lucha por un verdadero ideal debe luchar y sucumbir honradamente,
pero no escaparse como un cobarde y manchar así su memoria.
Ya van a principiar las fiestas del Centenario... (1910)
De mi patria llegarán dos cruceros grandes para la
fiesta, Bremen y Edén como prueba de simpatía.
Firma la carta Capellán P. José Sandbhote”
Firma la nota periodística
OVIDIO ORSOLINI
Queda entonces aclarado que los Capellanes fueron los
padres Lorber, Sandbhote, y en el último año de la Gobernación, el padre
Mercenaro Boutell, que llegara a la capital del Territorio en el año 1942, o
sea un año antes de su disolución. No debemos perder de vista al primer
sacerdote que acompañó al General Cerri, padre Juan Isella.
Al parecer el doctor Juan Tomás Frías fue secretario
hasta 1912 o principios de 1913. En el Congreso de Gobernadores de abril de
1913, aparece el nombre de Luis J. Ruiz Guiñazú acompañando a Zavaleta –
MAYOR BRÍGIDO ZAVALETA
GOBERNADOR DEL TERRITORIO NACIONAL DE LOS ANDES
SU OBRA
MAYOR BRÍGIDO
ZAVALETA GOBERNADOR DE LOS ANDES 1908-1917
(CUATRO
PERÍODOS)
Brígido
Zavaleta no ha muerto en el recuerdo de los argentinos y más específicamente en
la memoria de los salteños, ya que las raíces del viejo árbol tucumano, han
penetrado hondamente en esta tierra de promisión, manteniéndose eternamente
verde en la pujanza de quienes le sucedieron en el tiempo. Fue un joven
gobernador, cuya juventud brilló con todas las madureces de la vejez y, viejo
ya, resplandecieron en él todas las primaveras de la juventud. Diremos que
luego de su desaparición física, su figura entró en la leyenda, que es la
negación de la muerte, en esta tierra que tanto amó, brindándole generosa, el
aura de sus brisas más puras.
El
territorio donde desplegó su eficiente acción política, fue uno de los retazos
de patria que conforman hoy, parte de tres provincias argentinas: Salta, Jujuy
y Catamarca, pero que en aquellos momentos constituían una cruda y árida
realidad, donde la mano del hombre pugnaba por posarse en las eminencias de tan
dilatados horizontes. La naturaleza no había sido pródiga en la magnificencia
de los verdes, pero sí hartamente generosa en la riqueza metalífera de sus entrañas.
Historiar
el acontecer público del Gobernador Zavaleta, se ha facilitado grandemente,
debido a la prolijidad extrema de la Sra. Clara Mollinedo Gurruchaga, su
esposa, que atesoró día a día, las noticias periodísticas de la que se hacían
eco los diarios locales y nacionales de la época.
Recorrí
con avidez los recortes varias veces, del primero al último, sazonados con
cartas y misivas particulares de importantes personajes de la política de
entonces, entre las cuales se destaca la clara y elegante letra del Ministro
del Interior Dr. Marco Avellaneda, de origen tucumano como nuestro
protagonista.
Leer
esta documentación, da la sensación de estar ante una secuencia de radiografías
políticas, o ante un imaginario pincel que va abocetando inexorablemente, la
figura del Mayor don Brígido Zavaleta.
ACUERDO DEL SENADO PARA
GOBERNADOR
DEL TERRITORIO NACIONAL DE LOS
ANDES
AL SARGENTO MAYOR DON BRÍGIDO
ZAVALETA
Leer
los diarios de una época ya pasada, y no tan lejana en el tiempo, nos exhibe,
en comparación con la ágil tarea del periodista contemporáneo, una cierta
redacción, acaso lenta o de entrecasa, a pesar de las virulentas contiendas
manifestadas en forma directa o expresadas entre líneas. De todas formas, su
lectura, a veces retórica y distinta a la contundente síntesis a la que nos
tiene acostumbrados el estilo actual, respetaremos su redacción, como una
manera de vestir con respeto los ropajes del pasado. Viajemos entonces hacia
él.
Dice
el diario Provincia del 26 de diciembre de 1908 en su encabezado:
“El
Mayor Zavaleta- Nuevo Gobernador de Los Andes- El telégrafo nos ha anticipado
la grata noticia de haber prestado el Senado Nacional el acuerdo constitucional
para el nombramiento del Mayor del ejército don Brígido Zavaleta para
Gobernador del Territorio de Los Andes.
Las
reconocidas amabilidades de carácter y las dotes de orden administrativo que le
son reconocidas al distinguido jefe, son causas positivas para felicitar a los
habitantes del territorio que va a gobernar, muy dignos, aunque pocos y pobres,
de los beneficios de un buen gobierno. Y al Sr. Zavaleta nuestra especial
enhorabuena, que irá agregada a las muchas que a estas horas muy justamente
habrá recibido”.
Parecidas
consideraciones refleja el diario porteño El Demócrata en su edición del 8 de
enero de 1909, a las que se agrega:
“Zavaleta
es tucumano, ingresó al ejército a los diecisiete años de edad, y prestó sus
servicios durante quince años en las fronteras chaqueñas, a las órdenes del
Coronel José María Uriburu, jefe del 12 de caballería y se retiró cuando fue
nombrado ayudante del General don Emilio Mitre, que le distinguió como un
oficial digno y correcto”.
Dice
La Tribuna del 31 de diciembre de 1908:
“Causó
buen efecto el nombramiento de Zavaleta como Gobernador de Los Andes. Dícese al
respecto que Ovejero ha quedado resentido con Avellaneda, pues era su candidato
Isasmendi”.
En
fechas posteriores los diarios se hacen eco en forma más o menos similar,
felicitando al nuevo gobernador, y algunas personalidades de la época, le hacen
llegar sus calurosas felicitaciones.
El
Cívico de Marzo de 1909, dice:
“Ayer
emprendió viaje para el territorio de los Andes el gobernador Brígido Zavaleta,
quien va a organizar el gobierno en la forma que sea una verdad administrativa
y que reporte en beneficio de aquella población. El Gobernador Zavaleta fijará
su residencia en la capital del territorio todo el tiempo que los rigores de la
temperatura de esas regiones desiertas y glaciales lo permita. Dice el Mayor
Zavaleta, que entiende que es su principal deber prestarle atención preferente
a la justicia de paz, y va dispuesto a organizarla bien”.
La
Nación de Marzo 1908, da cuenta del viaje del gobernador que partió acompañado
de varios empleados de la gobernación, y en compañía también del capitán Carlos
Villanueva.
Dada
la profusión de testimonios periodísticos, sólo pondremos en consideración de
nuestros lectores, algunos de los más importantes, o que nos ilustren acerca
del accionar de nuestro virtual entrevistado, pues las noticias de la época nos
van llevando insensiblemente a compenetrarnos del personaje.
La
Nación de marzo 25 de 1909 dice entre otras cosas:
“El
Sr. Zavaleta ha resuelto pedir la creación de resguardos aduaneros en dos
puntos del territorio: Antofagasta y Cátua, con el fin de evitar los
contrabandos que se llevan a cabo. También gestionará el aumento del personal
de policía y de sus haberes”.
El
mismo diario en su edición del 30 de marzo del mismo año publica:
“(...)
que el gobernador de los Andes indica la necesidad de que el gobierno nacional
señale una asignación mensual para reparar el camino que une Salta con la
capital del Territorio”.
El
diario La Provincia de Julio 30 de 1909, bajo el título de “OTRA BUENA NOTICIA-
Correo a San Antonio de los Cobres:
“En respuesta a un pedido efectuado por el Gobernador
de Los Andes, la Dirección de Correos y Telégrafos, ha contestado lo siguiente:
Buenos Aires Julio 29 de 1909- Al Gobernador de los Andes, don Brígido
Zavaleta- San Antonio de los Cobres:
“En
respuesta a su despacho de fecha 27 del actual, respecto al pedido de
establecimiento servicio de transporte de correspondencia entre Estación
Alvarado y San Antonio de los Cobres, particípole que dentro de breves días
será este despachado favorablemente. Salúdalo atte. CARBÓ
Me
parece particularmente interesante la nota aparecida en el diario La Tribuna
Popular, del 5 de agosto de 1909 que dice así:
“TERRITORIO
NACIONAL DE LOS ANDES- Llegó por fin el día grande para este territorio
nacional, día que, como los hombres, tienen también los pueblos, y en el que
sienten ensanchar el corazón de gozo, e inundar de entusiasmo el alma. Largos
años este pedazo de tierra Argentina, pasó entregado al sueño, un sueño injustificable.
A nadie asombra que los desiertos del Sahara y de Gobi pasen su vida
retorciéndose en tibio lecho; pero sí extraña que haya permanecido inerte una
región de incalculables riquezas mineras, que posee los depósitos de bórax más
grandes del mundo, en la que abunda el oro, la plata, el plomo, el cobre, el
antimonio la sal y un sinnúmero de minerales que permanecen ocultos, y así
estarán hasta que la voz de ¡Eureka! ¡Del minero que anuncie su existencia!
Pero
ya despertó a nueva vida debido al impulso de su actual gobernante, el Mayor
Brígido Zavaleta.
Desde
que se hizo cargo del mando trabaja por la prosperidad del territorio que
gobierna, después de haberlo recorrido en todas direcciones y visto de cerca
todas sus necesidades. Alguien ha dicho: “Al hablarme de un hombre, dadme sus
obras”. Al tratar nosotros del distinguido gobernante que nos ocupa, damos a
continuación una lista de las gestiones hechas por él, ante el gobierno de la
nación. En ella se verá que los trabajos del señor Zavaleta, benefician no sólo
a la gobernación de Los Andes, sino también a la provincia de Salta.
Hela
aquí:
Edificio
para la gobernación y jefatura de policía. (Se ha autorizado para pedir
presupuesto)
Creación
de una escuela nacional en mina Concordia. (En funcionamiento)
Correo
de Estación Alvarado a San Antonio de los Cobres. (Se efectuará)
Línea
telegráfica que, después de llegar a San Antonio de los Cobres, pasará a
Cafayate (Provincia de Salta) En esto ha trabajado con empeño el diputado
nacional por Salta Dr. Marcos Alsina, consiguiendo que en el presupuesto del
año entrante, se incluya una partida de 200.000 pesos a ese efecto.
Creación
de dos resguardos aduaneros en Cátua, el uno en Antofagasta de la Sierra, el
otro (se tomará en consideración al tratarse el presupuesto de 1910)
Solicitud
de protección de parte del gobierno nacional a favor de la industria minera,
marcándose este pedido en pro de la Mina Concordia.
Creación de impuestos en el territorio. (No se ha
hecho lugar)
Establecimiento
de derechos de aduana para los productos que entren del extranjero. (No se ha
hecho lugar)
Galpón
de carga en la estación Rosario. (Será construido)
Asignación
de sueldos para los encargados del Registro Civil. (Háse (sic) negado dos veces
el señor Ministro de Justicia, habiéndose insistido por tercera vez)(Aún no se
conoce el resultado)
Colección
de leyes. (Se proveyó en parte)
Médico
y gastos de botica. (Van incluidos en el presupuesto de 1910)
Fondo
para la traslación de presos menores y mantención (sic) de los mismos. (Van en
el mismo presupuesto)
Vestuario,
armamento y montura para el cuerpo de vigilantes. (Se proveyó lo primero, se
espera lo segundo)
Fondo
para compra de mulas. (Acordáronse 1.000 pesos)
Muebles
para todas las comisarías y jefatura de policía-(Han sido provistas)
Útiles
de escritorio para las mismas. (Han sido provistas)
Aumento
del personal de policía. (Acordóse)
Un
sub.-comisario para el establecimiento Pompeya. (Acordado)
Aumento
de sueldo para todo el personal, desde jefes de policía hasta agentes;
exceptuándose como se ve, el señor gobernador y su secretario.
Se
han hecho gestiones para crear internados en las escuelas del territorio.
(Esperase resultado)
Memoria
del Dr. Doering y planos de la Gobernación. (No se ha provisto por estar
agotados)
Además
se ha encargado al Dr. Juan Tomás Frías, secretario del gobernador, el
ordenamiento en forma de catálogo, del archivo del territorio, trabajo este que
necesita contracción y prolijidad, por lo que se ha designado al mencionado
señor, persona de vasta ilustración y de una labor a toda prueba.
Como
se verá no ha descuidado absolutamente nada, preocupándose de mejorar la
situación de los pobres agentes de policía, que hasta ayer por su vestido y
medios de vida, podía dignamente competir con un espartano; como también de la
educación primaria, con la creación de internados, cuya necesidad se hace sentir más cada día. La administración de
justicia, los medios de comunicación, precursores del ferrocarril, que en sus
férreas calderas funde para siempre la barbarie, y esparce la civilización en
forma de vapor. Y lo que es más aún que todo esto, la solicitud de apoyo,
pecuniario por cierto, del gobierno nacional, a favor de la industria minera y
en especial para el establecimiento Mina Concordia, por ser el que más dinero
ha invertido, por la calidad del mineral que explota y por las perspectivas del
progreso que ella ofrece. Es una de las minas más ricas de la República. Hasta
ahora la industria minera no ha recibido la atención debida por parte de la
nación. Es conveniente que ésta le dé impulso, haciendo así funcionar este
poderoso brazo del cuerpo industrial nacional. “La Minería- dice el Dr. Joaquín
V. González- más que ninguna otra industria, está destinada a satisfacer, como
lo hizo en todos los tiempos, ya sea en los altos santuarios de las
civilizaciones griega y romana, ya sea en las grandes guerras en que los
productos del subsuelo nacional, suministran todos los elementos de fabricación
bélica, ya en fin en la época del desarrollo industrial en la que “el estado
debe convertirse en empresario y entrar en la lucha del trabajo y la
producción, con todas las demás fuerzas sociales”.
Por
otra parte las minas no son como dice Mr. Dallos – res nullius, “porque las
minas tienen un dueño singular y capaz-el Estado- como administrador y
mandatario general del tesoro público, como poder político y financiero,
encargado de cumplir fines prácticos, para los cuales se requiere una suma
considerable de bienes”. Y si el Estado es su dueño, está en el deber de darles
realce- si no directamente- ayudando a los sindicatos mineros con las
cantidades de dinero necesarias para seguir adelante sus trabajos; dinero que
sería devuelto bajo cualquier forma, una vez que hayan mejorado su condición.
Todas
las naciones civilizadas que tienen regiones minerales, favorecen su
explotación, sobre todo Chile y México. Podríamos citar muchos ejemplos
prácticos, pero el corto espacio del que disponemos nos lo impide.
Antes
de terminar, séanos permitido felicitar al señor gobernador, a su distinguido
secretario, Jefe de Policía y demás autoridades del Territorio Nacional de Los
Andes”.
En
días posteriores en sucesivas notas de los diarios La Tribuna Popular de agosto
24 de 1909, de agosto 29 del mismo año, dan cuenta de que los fondos necesarios
para la construcción de un galpón de carga para la Estación Rosario de Lerma
del F.C.C.N fueron acordados y enviados a la brevedad para la consecución de la
obra, como así la comunicación telegráfica, a fin de que el servicio de correo
a caballo entre San Antonio de los Cobres y la ciudad de Salta, sea establecido
provisoriamente, hasta tanto se adjudique definitivamente en la licitación
pública a la que se ha llamado.
El
diario La Nación en un artículo publicado en Septiembre de 1909, da cuenta de
una nota dirigida al Ministerio del Interior por parte de don Brígido Zavaleta,
donde se envía el plano y el presupuesto para la construcción de un edificio
destinado a la gobernación, por un monto de 36.212 pesos, exigiendo un pronto
despacho, debido a que “allí sólo existen ranchos, alguno de los cuales los
facilitan los pobladores, para instalar las comisarías de policía y en otros
casos se hace necesario posesionarse de ellos por la violencia, en virtud de no
haber ninguna casa donde instalar ciertas oficinas”.
Vemos
así, como en tan corta gestión de gobierno, los resortes de la voluntad
creadora tensan al máximo la musculatura y el nervio de la región y de sus
ocupantes.
El
desierto será siempre desierto, pero el improperio del viento aullando sobre la
melena escasa de los tolares o estrellándose en una exultante sinfonía de
sonidos sobre la mole de las montañas, donde el sol es su inexorable vecino,
producen una combinación mágica, a la espera de la fuerza muscular que mueva la
metáfora del pico y de la pala, y arranque así la rica entraña de la tierra.
Zavaleta
en tan corto período de gobierno busca afanosamente con esa fuerza
interior-sólo impulsada por su juventud y buenas intenciones- borrar ese gesto
contrito que la pobreza y la desesperanza, han burilado como barreno sobre la
piedra, la expresión tristísima de sus gobernados.
Miro los recortes periodísticos, pegados amorosamente
sobre las hojas de un viejo cuaderno, y me parece estar contemplando una
radiografía del tiempo. Ha quedado éste, atrapado en un túnel atemporal,
edificado en esas páginas amarillas, dando cuenta de un tiempo ya pasado, donde
todo estaba por hacerse; donde el vientre de la tierra esperaba el nacimiento
de sus hijos de oro, plata, bórax y la inescrutable pléyade de elementos que
asegurarían para el Territorio y para el país, un destino superior. Todavía
estamos a tiempo, de manera que el país, en la exaltación de su riqueza y del
trabajo, pongan bajo el paño celeste y blanco, esa fuerza motriz que haga de
esta tierra, el contrapeso meridional del continente americano.
Es
así, como un pueblo que prospera, agradece a su gobernador y a sus autoridades
en algunos artículos publicados en los diarios de Buenos Aires.
La
Nación, setiembre de 1909:
“Este
acto de verdadera justicia producido por el Gobernador Zavaleta (...) merece
ciertamente los honores de la publicidad. El acogimiento de la prensa argentina
y el aplauso sincero de los gobiernos y de los pueblos. A continuación se publican
notas del gobernador y del comisario de policía felicitando al capellán, con
fecha 14 de Mayo de 1909- La Tribuna Popular.
El
mismo diario en su edición del 15 de septiembre de 1909, hace mención a la contestación
de una nota enviada por el Gobierno de Los Andes al Consejo Nacional de
Educación pidiendo que se instalen internados en las escuelas del Territorio, y
que dicho Consejo corra con la manutención y vestuario de los alumnos. La
contestación dice que la nota ha recibido una acogida favorable en el seno de
esa Corporación, pero que debido a lo exiguo del presupuesto general vigente,
no permite ese gasto, resolviendo que el Inspector General de Territorios don
Abraham Mendieta y a la vista de su informe, se procederá el año entrante a
tomar las providencias necesarias “de una manera eficiente, las deficiencias
que usted hace notar en su comunicación. Firman José Ma. Ramos Mexía y Alberto
Julián Martínez”.
Debido
a lo extenso de la documentación periodística, nos veremos en la penosa
obligación de comentar sólo algunos, y en sus pasajes más importantes.
Una
solicitada aparecida en diario El Tiempo, con fecha 24 de septiembre de 1909,
un grupo de empresarios y personas del medio, con la firma en primer lugar del
Dr.(sic) R. Martín, ingeniero y administrador de la Mina La Concordia,
solicitan al Gobernador que por su intermedio solicite al gobierno nacional un
urgente pedido de ayuda pecuniaria, especialmente para las minas: La Concordia,
La Virginia, El Progreso, La Libertad, Vicuña, Lamartine, Recuerdo, Porvenir,
Olarós, Cauchari, etc., etc. Dice en un apartado que en las tres
últimas-riquísimas borateras- sólo hay que arrimar el carro para obtener el
producto. “No exageramos absolutamente nada”. En el mismo sentido una nota
aparecida en el diario El Cívico con fecha septiembre de 1909.
La
Tribuna del 1 de febrero de 1910, dice que en breve por gestiones del
Gobernador Zavaleta, se radicarán trescientas familias de colonos y que el
gobierno nacional enviará también a la brevedad, una comisión técnica a efectos
de estudiar las riquezas mineras de la zona. Comunica también un rumor del que
se hace eco el diario inglés “The Morning Post”, refiriendo que el gobernador
Zavaleta embiste nuevamente en el gobierno nacional, exigiendo se envíe
prontamente a su territorio una Comisión Técnica que estudie las riquezas
mineras existentes.
El
Cívico del 5 de Agosto de 1910, da cuenta bajo el título “Un Buen Proyecto”,
acerca de Jubilaciones y Pensiones. El Gobernador y su Secretario presentaron a
la Cámara de Senadores de la cual forman parte, este proyecto, por el cual de
acuerdo a la Ley Nacional se descontará el 5% del sueldo a los empleados
creándose una caja. Sería administrada por un Presidente y dos vocales.
Felicitan al Gobernador Zavaleta por ser un funcionario probo y cumplidor de
sus deberes.
Nueva
Época de Noviembre 11 de 1910, hace la apología de don Brígido Zavaleta,
saludando y propiciando su reelección.
La
Nación de Julio 8 de 1912, da cuenta de la preocupación del Gobernador
Zavaleta, en notas dirigidas al Ministro de agricultura, solicitando su
colaboración para las zonas de Los Andes susceptibles de ser cultivadas: San
Antonio de Los Cobres, Antofagasta de la Sierra y Pastos Grandes, donde se han
realizado exitosos cultivos de alfalfa. A tal efecto el Dr. Mujica, prometió
envío de $ 5000 para dichos cultivos en San Antonio de Los Cobres. Prometió
facilidades para los productores de los tres valles donde se podrían cultivar
entre diez y doce mil hectáreas.
Finalmente
el Mayor Brígido Zavaleta fue reelegido, como comenta el diario La Provincia de
enero 9 de 1913, y en el mismo sentido La Tribuna Popular del 8 del mismo mes y
año.
La
obra de gobierno es extensa, prolija, honesta y entusiasta, de manera que en
solicitadas los pobladores puneños “piden a una voz, el mantenimiento en el
cargo de tan digno gobernante”. Comentan esta merecida designación El Cívico y
Nueva Época de enero de 1913.
Tribuna
Popular y Nueva Época, del 18 de enero del mismo año, en extensos artículos
comienzan a comentar el proyecto del diputado Nacional, por Buenos Aires Carlos
Estrada, acerca de la conveniencia de anexar Los Andes a las tres provincias
circundantes, toda vez que se esfumara la tensión con Chile, que veía con
buenos ojos su anexión.
El
Cívico del 18 de marzo de 1913, comenta bajo el título:
“EL
FERROCARRIL A HUAYTIQUINA: Las noticias que llegan de Buenos aires, traen la
grata nueva de que es un hecho la iniciación de los trabajos para el
ferrocarril a Huaytiquina. Si se tiene en cuenta que esta obra trascendental,
era considerada como una utopía irrealizable (...) (...) El ferrocarril a
Huaytiquina es un hecho, exclama el público; y a ése anuncio feliz parece que
revivieran las industrias adormecidas (...)
Para
dar una idea cabal de los ciclópeos esfuerzos de la dirigencia gobernante de
aquellos años, teniendo en cuenta la avanzada tecnología que se dispone en
estos momentos, promediando el año 2006, nos remitimos nuevamente a lo que se
entiende por Puna, denominación ésta con la que se conoce el territorio hoy
compartido por las provincias de Salta, Jujuy y Catamarca.
Puna
de acuerdo a los conceptos del Diccionario Enciclopédico Espasa Calpe, es:
“Paraje o terreno que ofrece las condiciones o caracteres de las tierras altas,
o sea de la puna, como su temple que es frío; su suelo que es arcilloso; sus
pastos que son fuertes o repugnan al ganado- El aire rarificado que se aspira
en estas regiones, lugares ó parajes- Extraña y penosa enfermedad que se experimenta
por efecto de esa rarefacción del aire en dichos parajes.// Mal de Montaña”.
De
acuerdo a la misma fuente es también: “Nombre que se da en la América del Sur a
las altiplanicies. En la República Argentina se llama en especial Puna a la
altiplanicie que ocupa la parte occidental de la Prov. de Jujuy (sic) y que se
extiende sobre todo por los departamentos de Santa Catalina, Rinconada y
Cochinoca. Está limitada al N. por la sierra de Esmoraca, hacia el E. por el
elevado cordón de Humahuaca, al S por la sierra de Tastil y del Toro y por el
O. Por la cordillera del Agua Caliente. Su altura oscila ente los 3500 y 4500
metros de altura. En esta meseta se encuentran grandes salinas que ocupan en
conjunto (sic) una extensión de unos 1000 Km. Cuadrados. Los pastos son por lo
general escasos, pero a pesar de ello se puede emprender allí la cría de
ovejas, en pequeña escala.
(...)
Su aspecto es triste y su vegetación pobre reducida a simples criptogramas. No
obstante en ella viven las representaciones superiores de la fauna boliviana,
como el guanaco, la alpaca, la vicuña, la llama, la vizcacha, la chinchilla y
el majestuoso cóndor. (...) Desde el punto de vista ecológico, ofrece un
carácter extremadamente xerofítico, pues el clima de la puna es seco, a diferencia
de los llamados páramos de la misma cordillera andina, que está caracterizado
por lluvias y nieblas. Sus características son la estepa y el desierto. La
estepa consta principalmente de la gramínia Stipa
Ichu, cuyas formaciones reciben el nombre vulgar de Ichales. El
desierto es una formación muy abierta de matas leñosas bajas y abundantes cactus.
En la puna argentina Fries ha distinguido tres subtipos de formación desértica.
Entre el desierto y la estepa hay diversos grados de mezcla y transición”.
Durante
el siglo XIX, algunos importantes viajeros dejaron sus impresiones acerca de la
región en sus libros y memorias. Pasaron por la Puna Burmeister, Martín de
Moussy, Von Tschudi, Stelzner, y Brackebush entre otros no menos importantes.
Los
trabajos efectuados por estos viajeros constituyen joyas historiográficas, que
acaso puedan ser encontradas en las revistas especializadas y científicas, en
los MUSEOS, en la Academia Nacional de Ciencias, o en el Instituto Geográfico
Argentino.
En
ese tiempo, a pesar de que Bolivia mantenía su hegemonía sobre la Puna de
Atacama. Chile aviesamente, comienza a dar forma a sus propósitos
expansionistas, y envía al Dr. R.A. Philippi a reconocer esas heladas regiones.
La
independencia de Bolivia ocurre en el año 1824 y como ya lo expresáramos los
límites estaban aún difusos. Hacia 1825 el General Guillermo Miller, gobernador
de Potosí, reclamó y ejerció jurisdicción sobre “El Desierto de Atacama” que
involucraba lo que hoy es la Puna Argentina. El territorio fue repartido en
consecuencia entre bolivianos notables que registraron como de su propiedad
gran parte del territorio comprendido entre las serranías de
Cochinoca-Cobres-Luracatao-Laguna Blanca. El presidente boliviano Mariscal
Mariano Melgarejo a mitad del siglo XIX, tenía pertenencia sobre tierras que
estaban en la zona de Antofagasta de la Sierra. (Florencio Gilberto Aceñaloza)
Esta
situación se vio registrada en los trabajos que por encargo del General Urquiza
hiciera Martín de Moussy, con el objeto de hacer una descripción de la
Confederación Argentina; en ellos más que nada Moussy se refería a la
potencialidad de San Antonio de los Cobres.
El Dr. Philippi partió desde el puerto de
Taltal (Chile) y llegar hasta San Pedro de Atacama, le llevó 13 días de fatigas
sin cuento. La totalidad de su misión de “observación” le demando nada menos
que 81 días donde las fatigas de los trece primeros días se vieron
multiplicadas superlativamente. Anotó cuidadosamente sus observaciones sobre la
geología y la vegetación de los lugares visitados.
Respecto
a sus pobladores que calculaba en 500 o 600 en la localidad de Atacama, decía
que eran casi todos indígenas, aunque se encontraban también algunas personas
que venían del Río de la Plata escapando a la Mazorca de Rosas, o refugiados
peruanos o también bolivianos.
Para
este naturalista, los grupos indígenas observados, eran diferentes de los
indios de Bolivia y portadores de un extraño idioma, según él desagradable y
gutural. Describió también su naturaleza a la que calificó de caprichosa.
Regresó a Chile después de los 81 días de periplo, por uno de los Caminos del
Inca, al cual calificó como la expresión de la inteligencia y buena voluntad
del pueblo peruano.
El
geógrafo J. J. Von Tshudi, unos años más tarde se internó en el desierto,
partiendo desde Córdoba con destino al puerto de Cobija. Para llegar a la Puna
propiamente dicha, partió desde la última población argentina en el valle
Calchaquí en Molinos, a través de la quebrada de Luracatao. Describió sus
salares, y la soledad sobrecogedora del desierto de altura y las pocas tierras
de labranza habitadas por pastores pobrísimos.
Decía
este geógrafo textualmente: “San Pedro de Atacama pertenecía desde 1829 al
departamento de Potosí. Ese año el mencionado puerto fue declarado puerto libre
y Atacama, distrito independiente. Diez años después se constituye el
departamento litoral de Atacama, que se extendía hasta Antofagasta de la Sierra
(límite con Argentina) hasta el océano Pacífico. En los últimos años aparece
como uno de los 34 distritos en que el Presidente Linares dividió al país”.
Describe al pueblo como habitado por unos doscientos indígenas que viven en
ranchos miserables.
El
idioma atacameño, según Von Tschudi, iba desapareciendo, debido a que los curas
que venían desde lejanos rincones, no pudiendo aprenderlo, obligaban a los
indios la adopción del idioma español.
Un
miembro de la Academia Nacional de Ciencias, el Geólogo Brackebush, fue un
naturalista contratado por el estado argentino, para el estudio de sus recursos
naturales.
En
el año 1881, el entonces Ministro del Interior de nuestro país, Dr. A. Del
Viso, lo envía a la Provincia de Jujuy a estudiar las formaciones petrolíferas.
En
el año 1883, vuelve al norte, esta vez con destino a la Puna de Atacama. Esta vez
lo hace desde el Valle de Santa María y, a través de la quebrada del Toro,
llega hasta la Puna de Atacama, que estaba bajo dominio chileno.
Estando
en San Antonio de los Cobres, que para esa época lo describe como un pueblito
habitado por unas trescientas casas abandonadas, pues el pueblo sólo era
habitado durante las fiestas patronales, decía: “Pasé dos veces por este lugar,
una vez a la luz de la luna; debo confesar que la tranquilidad de la muerte- ni
un perro ladraba- me impresionó maravillosamente, y me sugirió vivamente una
ciudad de espectros, como en los cuentos de hadas”. Desde allí exploró hacia el
sur, en la localidad de Laguna Blanca, hoy en territorio catamarqueño. Cuenta
las peripecias vividas luego que su guía indio lo abandonara a su suerte en
esas heladas regiones. Sobrevivió milagrosamente guiándose por el sentido común
nada más. Logró llegar hasta Antofagasta de la Sierra, donde se encontraba
acantonado un destacamento militar chileno que lo tomó prisionero. Después de
nerviosas negociaciones pudo recuperar su libertad. En los años 1886 y 1888,
realizó sus dos últimos viajes, visitando nuevamente Laguna Blanca, y explorar
las plataformas puneñas hasta el Paso de San Francisco y regresar por el valle
de Hualfín con destino a la ciudad de Salta.
Respecto
a la minería en la Puna nos dice don Ricardo Alonso, eminente geólogo y
compañero de luchas en el Centro de
Investigaciones Genealógicas de Salta, que la minería, nunca fue una
actividad brillante en el país, pues los indicadores económicos en el país
siempre estuvieron relacionados con el campo, y que nuestras exportaciones
tradicionales siguen siendo el trigo, la carne y en estos últimos tiempos, la
soja.
La
falta de infraestructura vial, sólo en la provincia de Jujuy, a fines de la década
del 80, se produjo el remate de 153 minas, en las que nadie manifestó interés,
y la provincia de Jujuy jamás recuperó lo que invirtió en propaganda, a pesar
que la Puna es tan potencialmente rica, que en ella subyacen algunos minerales
únicos en el país, y en Sudamérica.
Dice el mencionado autor que la Argentina está
considerada, como una de las últimas fronteras a escala internacional, para la
exploración de sustancias minerales de valor económico.
Creemos
que Zavaleta, en aquellos años, dentro de las funciones de gobierno que le
tocara realizar, fue un visionario de la minería moderna, que hoy, en los
albores del siglo XXI, luego de cíclicos períodos de alzas y bajas en la
actividad, se está convirtiendo nuevamente en la gran esperanza para el desarrollo
de la zona que estamos describiendo. Tal expectativa la dio, la puesta en
marcha del proyecto minero de Bajo La Alumbrera, en la provincia de Catamarca,
donde el oro y el cobre se encuentra tan entremezclados que son imposibles de
detectar para el ojo humano. Bajo La Alumbrera invirtió en el proyecto más de
1.200 millones de dólares, siendo superado solamente por dos emprendimientos
mundiales, en Chile y China. En la actualidad están levantándose voces de
protesta en los departamentos de Andalgalá. Santa María y Belén, pues cada
trescientas cincuenta mil toneladas que se muelen, es necesario utilizar cien
millones de litros de agua, que son tomados del río Santa María, a la altura
del lugar denominada Punta de Balasto, y de los campos del Arenal, en su ruta
hacia Andalgalá. Los vecinos manifiestan que sus cosechas se secan por falta de
agua, y sus familias contraen enfermedades incurables, ante la impasibilidad de
sus representantes. Manifiestan asimismo un progresivo envenenamiento de las
napas de agua, con sustancias tóxicas como sulfuros, sulfitos y arsénico entre
otros acaso más deletéreos. Solicitan medidas urgentes, para obligar a las
concesionarias mineras a profundizar al máximo los recaudos que preserven la
salud de los habitantes. Que la industria debe seguir su camino, pero con la
conciencia limpia de culpas que atenten en contra de la salud de víctimas
inocentes. Se trata éste de un delicado tema a investigar en profundidad por
autoridades y científicos, que procedan sin conceptos preconcebidos, donde las
acusaciones de los ambientalistas y la inocencia seráfica de los industriales
encuentren su verdad.
En
Salta, existen también emprendimientos importantes como el de Organullo,
Taca-Taca y Diablillos, situados en el borde oriental del Salar de
Arizaro, donde sus sistemas de pórfidos de oro son similares a los existentes
en el lado chileno, constituido hoy en uno de los principales exportadores
mundiales.
En la parte jujeña, antiguamente perteneciente al
Territorio de Los andes, son actualmente vigentes los emprendimientos de La
Rinconada, Santa Catalina y Eureka, descontando La Mina Aguilar, que constituye el más
importante yacimiento de Zinc-Plata-Plomo del país.
Siguiendo
siempre a Alonso, la República Argentina, gracias solamente a la explotación de
Bajo La Alumbrera, se convertirá en el noveno más grande productor mundial de
cobre y en el catorceavo más grande productor de oro.
Las
reservas minerales que tiene la Argentina, y la Puna de la cual específicamente
estamos hablando, y sólo los boratos la ubican en el tercer nivel mundial, en
cuanto se refiere a la calidad y el volumen de sus yacimientos.
Dice
el Dr. Alonso en una publicación del diario El Tribuno del 7 de enero de 2006,
que Salta mantuvo durante el año 2005 el liderazgo dentro de la argentina como
primera exportadora de minerales, contando con 42 mercados abiertos en los
cinco continentes.
Este
año a los mercados tradicionales se le sumaron otros países como Bolivia
Bangladesh, Irlanda del Sur, Paraguay, República Dominicana, México, Singapur y
Nicaragua. Los rubros más considerables en materia de exportación fueron los
boratos con más de cien mil toneladas, siguiendo el cloruro de litio con nueve
mil toneladas. El mercado Chino, creció un 535 por ciento más durante el 2005,
tomando como parámetro lo exportado en el año 2004. El mercado australiano
creció también considerablemente, al punto que de 500 toneladas de boratos
exportadas en el año 2004, aumentó a 15.300 toneladas en el último año.
El
año 2005, finalizó con una exportación minera de 112.605 toneladas que
representan un crecimiento de 11% más que el año anterior. En dólares
representan nada menos que 66.994.669, lo cual demuestra que a pesar de las
inhóspitas condiciones de su geografía, La Puna constituye un territorio que
valió la pena defender y consolidar. La fe de sus gobernantes pioneros, y sus
denodados esfuerzos se ven recompensados hoy, con los guarismos que consignamos
en este trabajo.
Salta
tiene una larga tradición minera, pues los indígenas explotaron los metales en
Cobres, y Acay, al punto que también uno de los principales motivos de los
conquistadores españoles, fue el descubrimiento y explotación de las ingentes
riquezas mineras de la tierra descubierta.
En
su libro Minería y Medio Ambiente, Alonso destaca que hoy nuestro país es
competitivo a nivel mundial (sic), tanto en sus operaciones como en su
potencial geológico, contando asimismo con tecnología para seguir compitiendo
en el exterior.
Una
nota aparecida en el matutino El Tribuno de Salta, con fecha 27 de junio de
2006, y bajo el título de: “NACE EN LA PUNA SALTO- JUJEÑA UN POLO MINERO DE ORO
Y PLATA- da cuenta que la compañía minera canadiense Silver Standard Resources,
invertirá de inmediato la cifra de 150 millones de dólares, como iniciación,
para completar los estudios en la zona de Diablillos, situada en el extremo
N.E. del Salar del Hombre Muerto.
Este
emprendimiento constituirá la punta de lanza de Salta como productora de
metales metalíferos, junto a la catamarqueña Bajo La Alumbrera.
La
Silver Standard Resources ya adquirió los derechos sobre la mencionada mina
salteña, como asimismo en la vecina provincia de Jujuy la mina de Plata y
Estaño Pirquitas, en Rinconada. La empresa canadiense en breve aumentará la
inversión debido al respaldo que proviene de la primera etapa ya casi concluida
del gasoducto a Chile, que nace en el Río de Las Burras (Susques), hasta el
Salar de Los Pocitos, con una estratégica extensión hasta El Salar del Hombre
Muerto.
En
la zona lindera con Catamarca se han localizado importantes yacimientos
metalíferos como Lindero (oro y cobre) de la empresa canadiense Mansfield;
Fénix (de FMC Minera del Altiplano (litio); la antiquísima mina de Incahuasi
(oro); Tinkalayu (bórax) y la siempre nombrada Diablillos.
Naturalmente
que esta ambición minera de desarrollar a Salta, como potencia minera-que la
tiene y mucha-debería complementarse con funcionarios probos, interesados más
en el bien común, que en los particulares. Zavaleta, fue un funcionario probo,
solo que lamentablemente le tocó trabajar sus aspiraciones sobre el bien común,
muy lejos en el tiempo y con una tecnología precaria e incipiente.
Al
respecto de las tecnologías, se expresa don Roberto Vitry, también miembro
fundador del Centro de Investigaciones
Genealógicas de la Provincia, cuando en un artículo publicado en el diario
El Tribuno, recuerda la hazaña realizada, por nuestro personaje en los años
1915, con los primeros y precarios automotores en existencia. Al respecto
recuerda que: “(...) La traza por el Abra Pampa, era el derrotero desde el
siglo pasado de las arrias de ganado vacuno a Chile, pero igualmente uno de los
pasos obligados para todos aquellos que iban o venían desde los centros
poblados de la Puna. Hoy esa ruta, con una altura superior a los 4000 metros
sobre el nivel del mar, fue recuperada, por imperio de la remodelación de la
ruta internacional a Sico, y se la conoce como la variante Muñano”.
“Los componentes de la
expedición conducida por el Mayor Brígido Zavaleta, se posó sobre el sinuoso lomo
del Abra Blanca. Batieron de esta manera el record mundial de altura, en la
Argentina, al trasponer un automóvil, los 4.100 metros. Fueron sus
compañeros el Ing. Pedro Cornejo, Pastor López Aranda, el capellán de San
Antonio de los Cobres, padre José Sandbhote, el Ing. Otto Niebhur de la firma
Bromberg y Cía. Vendedora del camión, un chofer y un mecánico” (Sic)
Retrocedemos
otra vez en el tiempo, y volviendo a nuestro recorrido periodístico,
comentaremos que el diario La Opinión, de Julio de 1912, en un reportaje al
primer mandatario provincial, dice con este titulado: “GESTIONES DEL GOBERNADOR
ZAVALETA: (...) “El Sr. Zavaleta tiene ya contratados los materiales para la
construcción de la Casa de Gobierno y Jefatura de Policía de dicha localidad.
Una
de las primeras medidas que pondrá en práctica, será una reglamentación de la
caza de la vicuña, para impedir la extinción de la especie, hecho que
fatalmente ocurrirá si las cosas continúan como hasta ahora. El Sr. Zavaleta
regresará hoy, a fin de disponer inmediatamente lo necesario para la
construcción de la casa de la gobernación”.
La
Nación de Julio 8 de 1912, comenta las gestiones del gobernador en lo que
respecta a la ayuda del gobierno nacional para la agricultura, y la ganadería,
como también celebra el descubrimiento de una mina de carbón, próxima al
establecimiento Huaytiquina, disponiendo el Ministro Mujica, la suma de cinco
mil pesos a tal efecto. El periodista reportea al gobernador Zavaleta, quien
dice que la agricultura propendería de inmediato al aumento de la población, si
se tiene en cuenta que hoy apenas cuenta con 3.500 habitantes en una superficie
estimada en 90.000 kilómetros cuadrados”.
“Y
cuando esas 10 o 12 mil hectáreas de alfalfares comenzaran a producir ¿cuál
sería el mercado consumidor?- preguntamos pensando en la situación poco
privilegiada de aquel territorio, y en los difíciles medios de transporte.
-
No faltaría- nos contestó el Mayor Zavaleta con acento de
convicción. En primer lugar tendríamos que de ello harían las 30 o 40 mil
cabezas de ganado que exportadas de Salta a Chile pasan anualmente por el
territorio, precisamente por las zonas de Pastos Grandes y San Antonio”.
-
Es necesario recuperar la memoria de lo que acontecía en aquellos
difíciles años, respecto a los medios de comunicación entre las ciudades de
Salta y la incipiente de San Antonio: “El ferrocarril proyectado de Salta a
Chile que debe arrancar de una de las dos estaciones de Cerrillos o de Rosario
de Lerma, del ferrocarril Central Norte y tener su punto terminal en
Huaytiquina o en Antofagasta de Chile, dará al territorio medios de transporte
relativamente económicos. En verdad que las obras recientemente comenzadas,
fueron suspendidas casi inmediatamente, después de hecho un kilómetro de
terraplén, en el punto denominado Río Blanco, departamento de Rosario de Lerma
de la provincia de Salta; pero esa suspensión no puede durar mucho por ningún
concepto, ya que obedece a un erróneo criterio de la compañía belga que adquirió
la concesión. Pretende el directorio de esa compañía- en la cual el gobierno
nacional tiene acciones por 2.500.000 pesos oro- que la región no posee medios
suficientes para sostener los gastos de explotación, fundándose en el informe
que le ha suministrado un ingeniero inspector que ha visitado los lugares que
ha de cruzar el trazado de la línea, y que viene desencantado.
-
Es una falsa apreciación. El territorio de los Andes, no
produce hoy y no tiene por consiguiente nada que transportar, por la sencillísima
razón de que carece de medios económicos de transporte; pero que cuando cuente
con ellos, cuando haya un ferrocarril que garantice los transportes, dará lo
suficiente para sostener el tráfico.
-
(...) La Mina Concordia, en la cual no se trabaja hace
tiempo, produjo durante mucho tiempo 12 toneladas diarias de mineral de plata y
cobre, y tiene instalaciones que podrían hacerla producir mucho más. Si la
empresa propietaria suspendió la explotación, fue precisamente debido a los
altos costos del transporte desde San Antonio a Rosario de Lerma. La utilidad
era casi nula. Se elevaba ese costo a 60 pesos por tonelada por una distancia
de 28 leguas. Con el ferrocarril se disminuiría notablemente ese costo. De
Rosario de Lerma a Rosario de Santa Fe, costaba esa misma tonelada 16 pesos, y
la diferencia de fletes y la rapidez del transporte, serían bastante aliciente
para que se reiniciaran los trabajos en esa mina. No se trata de un
establecimiento insignificante. Sus maquinarias e instalaciones representan un
capital que puede estimarse en tres millones de pesos. Luego, alrededor de
ésta, en un radio de tres a cinco leguas, hay 20 minas más, que entrarán en
plena producción tan pronto como haya medios de transporte que lo permitan.
Continúa diciendo el Gobernador: “Los productos conocidos y explotados en Los
Andes son variadísimos y susceptibles de costear fletes moderados: las minas de
cobre, plata, antimonio, caolín y boratos abundan”.
-
“Las lagunas de sal son suficientes para abastecer a todo el
país, y para completar la riqueza del subsuelo se ha descubierto una mina de
carbón de piedra. El laboratorio químico del Ministerio de Agricultura, ha
analizado una muestra que traje de Pastos Grandes, y resultó que ese material
es rico en materias volátiles y pertenece a las hullas de gas.
-
¿Piensa usted entonces que con fáciles medios de transporte,
podrá prosperar el territorio?”
-
Prosperar y poblarse en la medida de lo necesario, y con la
mayor población vendrá el descubrimiento paulatino de nuevas fuentes de riqueza
que hoy guarda el suelo, ignoradas, porque no hay quien busque ni quién
transite siquiera por una extensísima parte del territorio. Figúrese usted lo
que pueden recorrer sus tres mil quinientos habitantes, en una superficie de
90.000 kilómetros cuadrados. Pero producción y riqueza hay. ¡ Hasta piedras
preciosas, se han descubierto en sus sierras!”.
Luego de leer detenidamente estos
reportajes, sólo cabe inferir que, nuestro imaginario entrevistado, fue como
funcionario, no sólo probo como decíamos anteriormente, sino también un hombre
que llevaba dentro de sí, ese misterioso resorte que constituye el Ideal. Esto
último no es fácil de adquirir, si es que interiormente no se tiene ese fuego
sagrado que impulsa a las acciones trascendentes. Ese Ideal fue sin duda su
mejor blasón, la más alta cimera de su temperamento; quizá podría decirse que
constituía un gesto magnífico del espíritu en consecución de lo perfecto en su
gestión de gobierno.
Aquí, acaso debamos detenernos en la
consideración del concepto que acabamos de consignar, para decirnos en una muy
íntima reflexión que, los ideales siendo una formación que se produce
espontáneamente en el ser humano, sólo nacen cuando el pensamiento alcanza tan
desmesurado desarrollo que, la imaginación- uno de sus componentes principales-
alcanza un vuelo tal, que puede cómodamente anticiparse a la experiencia. La
imaginación es la madre de toda originalidad.
Brígido Zavaleta imaginó el
territorio encomendado a su cuidado, con la pasión de una idea fija,
visualizando a Los Andes como un ideal a realizar, donde de acuerdo al concepto
filosófico de lo que se tiene por ideal, la mente despoja a la realidad de todo
lo que es malo o difícil, adornándolo de todo lo bueno y positivo que la mente
pueda crear. Imaginó así a su territorio, grande y pujante, a pesar de la
adversidad geográfica y de los medios, siempre pensando en la vigorosa
potencialidad escondida en sus entrañas milenarias. Sin ideales, y sin hombres
idealistas, acaso sería inexplicable la evolución humana. Esos ideales palpitan
vigorosamente detrás de todo esfuerzo realizado, ya sea por un hombre o por un
pueblo, constituyéndose en los faros que iluminan las rutas del progreso. En
Zavaleta, las lecciones de la realidad, no intimidaron al hombre idealista,
sino que, mas bien, lo educaron para soportar los embates de la adversidad,
dándole de esta manera a su idealismo, una sólida firmeza que, en el devenir,
se transformara en magnífica experiencia. Es así como en el juicio de los
siglos, en el vaivén eterno de las eras, el ideal que en este caso se enraíza
con el porvenir, constituye un símbolo que es patrimonio de los visionarios,
pues la vida sólo es digna de ser vivida, cuando la ennoblece algún ideal, o
por el uso que de ella hacemos o quizá, por las obras que realizamos. Un hombre
sin ideales es un hombre sin personalidad, una sombra de la naturaleza.
Pero volviendo nuevamente al tesoro
de los recortes periodísticos nacionales, no se puede soslayar una nota del
diario porteño El Cívico del 5 de septiembre de 1911 con el titulado de
“JUSTICIA AL MÉRITO- El pueblo del Territorio de Los Andes no podía permanecer
indiferente para con su actual gobernante, el Mayor Brígido Zavaleta; no les
era posible conformarse con manifestaciones personales que transparentan en verdad,
el aprecio de que es objeto; ha querido exteriorizar de una manera más palpable
su gratitud, haciendo acuñar una artística moneda de oro, cuyo anverso ostenta
en bajorrelieve, la figura simpática del noble militar y las palabras:
HONESTIDAD-ADMINISTRACIÓN Y PROGRESO, que pocas veces han sido dichas con mayor
exactitud, con más acabada justicia.
Esta medalla con que se obsequia a
tan ilustre mandatario, no es sino la precursora del bronce, que en la capital
del apartado Territorio levantarán los hijos de aquella tierra, para perpetuar
a través de las edades y del tiempo, el nombre y la memoria de aquel que,
poniendo en juego todas sus energías, supo labrarles la felicidad de que gozan.
Sus numerosos amigos se han asociado también, contribuyendo moral y materialmente
a tan digna demostración. Felicitamos efusivamente al Sr. Gobernador de Los
Andes por tan merecido homenaje. Firma: Sombra”.
El diario LA OPINIÓN de fecha 16 de
septiembre de 1911, con el título: EN HONOR DEL GOBERNADOR SEÑOR ZAVALETA y
subtitulado Entrega de una medalla, da cuenta de la entrega de la mencionada
medalla. (...) A la hora de los brindis el Sr. Carlos Cornejo, pronunció un
bello discurso, que fue contestado por el Sr. Zavaleta con frases llenas de
emoción. (...)
(...) Señor Gobernador:
profundamente gratos a los beneficios de vuestra honesta administración en el
Territorio de Los Andes, en que por diferentes conceptos –demasiado conocidos
para ser tratados aquí- se ha hecho sentir- cada día más- vuestra meritoria
actuación, irradiando energías, acierto en vuestras decisiones, encomiable
honradez, economía, justicia, verdadero equilibrio intelectual, en fin (...)
(...) Permitidme esta pregunta:
Cuándo veis en vuestro pecho los colores nacionales ¿no es cierto que bajo de
ellos se agiganta y cobra bríos tu corazón de soldado? Diríase un volcán de
gloria con un cráter de bandera (...) Recibid señor esta medalla, y parodiando
al poeta, os diré: que hemos grabado tu imagen y tu nombre, sobre el metal más
precioso, el oro, así como grabamos tu recuerdo en nuestra eterna gratitud que
es ¡El oro del alma!
Aquí nos permitiremos hacer una
valoración de lo que significa la Ética y la Honestidad de la que carecen gran
parte de las clases políticas y gobernantes, de la actualidad, donde la política
es una salida laboral, o el trampolín para la elaboración de feudos políticos o
económicos, aunque valga la aclaración: existen muy honrosas excepciones, que
lamentablemente no son mayoría.
No es nuestro propósito establecer
en este trabajo toda la inmensa gama que ocupa este concepto dentro del campo
filosófico, bástenos saber que deriva del griego (ethika- derivada de ethos-
costumbre) y estudia los principios básicos de la costumbre humana, a veces
llamada moral por derivar del latín- mores, costumbre- Aplicamos este concepto
de filosofía moral dentro del ámbito de la civilización occidental, pues las
distintas civilizaciones han desarrollado su propia ética. Se ocupa por lo
tanto de las normas de la conducta humana.
A veces el concepto filosófico de la
ética privilegia el PODER, por sobre todas las cosas, y puede ser el resultado
de una competición; entonces cada una de las victorias se convierte en una
elevación del nivel de competición, cuyo final lógico es el poder ilimitado.
Entonces, los que buscan el poder, no aceptan las reglas éticas marcadas por la
costumbre, luchando desesperadamente para conformar nuevas reglas que les
ayuden a conseguir el tan ansiado poder. Quizá puedan convencer a las
multitudes desalentadas e incultas, de que son morales, y así enmascarar los
deseos de poder, sin dejar de conseguir los beneficios habituales de la
moralidad. El advenimiento del cristianismo, trajo un cambio en la ética, al
añadir a su concepción clásica, una concepción religiosa de lo bueno en el
pensamiento occidental, extendiendo esa ciudadanía moral a todos sus
integrantes. A pesar de ello, la corrupción que nos carcome, es cada vez más
insolente y su irreverencia se plasma en la hipócrita sonrisa con que algunas
dirigencias nos atropellan.
Todo esto atenta contra la patria,
pues para que haya salud en ella se necesitan ideales de cultura, que es
precisamente lo que nos falta. Se debe inexorablemente concurrir a un nuevo
clima moral para reconstituir efectivamente la patria. La contaminación
general, ha llegado a los estrados parlamentarios, domesticados por el poder de
turno; la política asimismo se degrada, convirtiéndose en una profesión que se
entrega a actividades de especulaciones lucrativas que muerden las arcas del
Estado. Al no tener el ejecutivo, la natural contención que da el
republicanismo con sus Cámaras y con el Poder Judicial adictivo, el
presidencialismo se vuelve autoritario, dando lugar, en el mejor de los casos,
al nacimiento de una democracia autoritaria. De allí, el devenir puede deparar
cualquier sorpresa, de no mediar los remedios que naturalmente dan las
democracias antiguas y perfeccionadas por hombres que sólo buscan el bien
común.
La
adulación y el servilismo están en los estrados más importantes del poder; la
adulación vergonzosa, escapa de madre, pues no sólo se adula a los poderosos,
sino que falazmente se adula al pueblo, quizá ignorante, debido a los
desastrosos programas educativos que se enseñorearon en nuestra nación. Se
halaga al pueblo para merecer su aplauso, pregonando sus derechos y jamás sus
deberes y responsabilidades.
La
Argentina de hoy, es un claro ejemplo de lo que manifestamos, donde la
influencia del ejecutivo, sobre los otros dos poderes se pone de manifiesto en
la aprobación en tiempo récord, de leyes fundamentales para el país, donde el
presidente maniobra con su mayoría para obtener el quórum necesario, en medidas
que deberían someterse a un intenso debate, donde participe la oposición con
fórmulas alternativas. La oposición esta disgregada y sin fuerzas, al punto que
recientemente en diciembre de 2005 se concretaron dos medidas contradictorias:
la prórroga de la emergencia económica, y el pago con reservas de país la deuda
que la argentina debía al fondo monetario internacional, por un monto de 9.800
millones de dólares. El autoritarismo lleva a intolerantes medidas como las de
decidir el bloque de Frente para la Victoria, (Responde a nuestro actual
presidente, el cierre de la lista de oradores. Por lo tanto, hoy el Congreso
cumple sólo un papel decorativo. (Diario El Tribuno- 24 de diciembre de 2005).
El
diario La Gaceta de Tucumán, en su edición de la misma fecha, y en su página 4,
bajo el título: KIRCHNER no tiene oposición en el Congreso, dice en un
subtitulado: “La últimas sesiones de ambas cámaras, demostraron que el
Parlamento perdió autonomía y que, cada vez más, el oficialismo maneja el
quórum del recinto”.
Esto
no es propio de un gobierno que se dice republicano, donde el arbitrio de la
pareja reinante, hace su antojo, ante el zalamerío de los obsecuentes que
medran a costilla del estado, la impasibilidad de los ingenuos y la frustración
demente de una oposición, que se estrella en el muro invisible del poder.
A
pesar de estas desgracias que aquejan a nuestro país, con la anuencia de la
corruptela política- a pesar de las honrosas excepciones- es nuestra esperanza,
que una dirigencia ilustrada y patriótica, tome las riendas de esta nación que
merece mejores destinos.
Saliendo
de nuestra crudelísima realidad, volvemos a la historia, donde Brígido Zavaleta
es un paradigma de corrección en la administración de gobierno y en la
preocupación por la cultura de hombres abandonados de ella. Personas como él
debieran formarse, como una alegórica siembra para cosechar con la frente alta,
todas las bondades del bien común. El bronce le espera en San Antonio de los
Cobres, su antigua capital, en la ciudad de Salta a quien pertenece la más
importante porción del desmembrado territorio y en el corazón de los virtuosos
y soñadores, que esperan el fin de un tiempo de desesperanzas, y el
advenimiento de un aura nueva, que anule las avanzadas etapas de la decadencia.
Respecto
de la honradez a que hacíamos referencia anteriormente, ya desde la antigüedad
Confucio que afirmaba ser un restaurador de la moralidad antigua, afirmaba que
los propios actos externos, enmarcados dentro de las cinco virtudes básicas,
encierran el conjunto del deber humano. Esas cinco virtudes eran bondad, honradez,
decoro, sabiduría y fidelidad. Quien poseyera esas virtudes, podría
considerarse un Chün-tsu, o sea un perfecto caballero. Decía asimismo
que en materia de educación no había diferencia de clases y que el estadista
debía cultivar la perfección moral, para dar ejemplo a la gente.
Decía José Ingenieros, que la
mediocridad moral es impotencia para la virtud, y cobardía para el vicio; que
los privilegios de la cultura y del nacimiento imponen a quien los disfruta una
lealtad ejemplar para consigo mismo. Noble es el que revela en sus actos,
respeto por su rango, y no el que alega su alcurnia para justificar actos
innobles. Por esa virtud, se miden los valores de la aristocracia moral.
Estas
visiones del pasado, de un pasado que arrastra errores y aciertos, en más de
cien años de transcurridos, en uno de los lugares más recónditos de nuestra
geografía, nos vuelve de improviso a nuestra dolorosa realidad.
Vivimos
en un país magnífico, lleno de riquezas y posibilidades, habitados por hombres
desesperanzados y con un cuarenta por ciento de pobres, donde el cartoneo es el
horizonte inmediato, dentro de un infierno de miserias. Las cifras oficiales no
concuerdan con una realidad que estremece, dentro de una democracia atípica, no
sustentada por el equilibrio de sus poderes. Se trata en realidad de una
democracia autoritaria, donde el poder presidencialista arrasa con el
legislativo, manejándose con decretos, y no con leyes elaboradas en sus
recintos.
Las
visiones del pasado, nos retrotraen irremisiblemente a la realidad general de
nuestro país, donde la silenciosa geografía del viento y los páramos del sur,
se mimetizan con las de su hermana del norte: La ex Gobernación de Los Andes.
No
es posible historiar un sector de nuestro dilatado país, olvidando el resto de
la realidad Argentina. El silencio de los tolares puneños se complementa con el
de las ovejas del sur y los viñedos de Cuyo, como también con la dulce
exuberancia de los cañaverales tucumanos y salteños, o con la exhuberancia
productiva de la pampa húmeda y de la mesopotamia. Vivimos el momento histórico
que nos toca, sin olvidar la docencia del pasado y sin perder de vista los
anhelos de futuro, del que se nos priva por las apetencias extranjeras, mal
reglamentadas o mal controladas, o por las apetencias locales, de quienes
piensan en su propia realidad personal, olvidando la Patria y el bien común.
Los
argentinos seguimos buscando nuestro vellocino de oro, quizá una metáfora del
país que queremos ser, golpeados incesantemente por una realidad abrumadora.
El diario La Razón de Buenos
aires, entrevista al Gobernador Zavaleta el 26 de Junio de 1912. Dentro del
artículo, hay un subtitulado en negrita que dice:
LO
QUE SE DEBE HACER: “El Sr. Zavaleta cree que el gobierno debe comenzar por
fomentar la explotación agrícola. Al respecto comenta: La gente del territorio
dice y yo he participado del mismo error, que las tierras eran ineptas para la
agricultura; pero esto ha tenido una comprobación en contrario, evidenciando
que el suelo es fecundo para las industrias agropecuarias; la alfalfa y toda
clase de forrajeras se producen admirablemente en las zonas donde hay riego.
En
este sentido dice que el gobierno debe por su cuenta hacer alfalfar el
territorio y hacer construir obras de riego. Para esto habría que utilizar las
corrientes de los ríos principales como el de San Antonio de Los Cobres. Piensa
pedir al Ministerio de Agricultura, 15.000 pesos para llevar a acabo la
ejecución de un pequeño dique de embalse, con lo cual se podría dar riego a una
extensión de 100 hectáreas.
Entre
otras iniciativas gestionará que el Ministerio de Agricultura arriende la
tierra o de facilidades para su compra, a fin de que los pobladores del
territorio puedan adquirirla y dar así base a sus futuras propiedades, pues en
la actualidad la tierra es fiscal y ello contribuye a la ausencia de
iniciativas particulares.
Respecto
al resto de la entrevista Zavaleta habla acerca de las riquezas mineras, sobre
la industria ganadera, ya que se cuenta con un plantel de 150.000 ovinos que en
su mayoría son llevados a Chile. Acerca del carbón de piedra, manifiesta que la
nueva mina descubierta en Huaytiquina, no parece desmerecer en calidad, a las
muy famosas de Cardiff- Inglaterra-.
La
administración pública sigue preocupando al Gobernador, que no pensaba hacer
grandes pedidos, salvo solicitar un aumento de sueldo para los empleados de la
administración, convencido de que sin buen sueldo no pueden tenerse buenos
empleados.
Agrega
el columnista que el olvido de las administraciones anteriores, y las
distancias de los centros poblados ha sido la causa principal de la
postergación de estas tierras.
A
todo esto, ya venía gestándose la sucesión en las funciones gubernamentales.
LA
REELECCIÓN
El
cuaderno, con sus hojas arrugadas por el peso del engrudo, sigue fascinándome,
y sus letras desplegadas sobre el papel de diario, ya color sepia, me guiñan
sus ojos de tinta. El cuaderno parece no poder contener tanta información sobre
sus hojas corrugadas y pecosas por el paso inexorable de los años. Sus
protagonistas ya no viven, pero justamente esta delicada obra de doña Clara
Mollinedo ha permitido rescatar el sabor exacto de los acontecimientos para que
nosotros, desde nuestra virtual atalaya, degustemos el pensamiento y la acción
de sus protagonistas: funcionarios, periodistas, políticos y pueblo en general.
Asistimos sin pensar a los vaivenes de la historia regional, desde un cómodo
avant-scène. Naturalmente que no podemos erigirnos en jueces, dado que todo
hecho político, debe analizarse en su tiempo y espacio correspondiente.
Los
matutinos La Opinión, La Provincia, La Tribuna Popular, El Cívico, se hicieron
eco de la noticia de la reelección. Todos se expresan en forma similar.
La
Tribuna Popular en su edición del 8 de enero de 1913, con el título:
REELECCIÓN
QUE SE IMPONE, expresa “Hoy termina su período de Gobernador del territorio de
Los Andes el Mayor Brígido Zavaleta; funcionario de una honradez acrisolada,
puso en acción todas sus energías, toda su labor en pro del adelanto de aquel
desierto y lejano pedazo del suelo Argentino.
Baja
del puesto al que lo elevaron por sus especiales condiciones de carácter,
honestidad y competencia, con la conciencia tranquila, henchido de la más
grande satisfacción por el deber cumplido. (...)
Ahora
toca al Sr. Presidente de la Nación que, consecuente con las manifestaciones
que públicamente hiciera de tener en cuenta para la reelección de gobernadores
de territorios la laboriosidad y decencia administrativa de estos y no las
recomendaciones de personas más o menos influyentes, lleve a cabo la del Sr.
Gobernador de Los Andes, para el desempeño del nuevo período.
Sería
un acto de la más estricta y alta justicia, colocar de nuevo en su puesto, al
hombre que supo mantenerse con altura en el sitio que se le señalara. Esperamos
que así se hará; ¡debe hacerse!”
NUEVA
ÉPOCA, en su edición del 10 de enero de 1913, con el título:
TERRITORIO DE LOS ANDES,
comenta- “La reelección del actual gobernador del Territorio Nacional de Los Andes,
resuelta muy acertadamente por el Ejecutivo, según nuestras informaciones de
ayer, nos recuerda del proyecto que presentara un joven diputado por Buenos
Aires, y que tuvo la suerte, como tantos otros buenos proyectos, de empolvarse
en las carpetas de la Comisión.
Proponía
este legislador anexar geográficamente dicho territorio a las provincias de
Salta, Jujuy y Catamarca que lo limitan, entregando su gobierno a la
jurisdicción respectiva. Razones de carácter económico, sobre todo, invocaba a
favor del proyecto, que habrá caído a la fecha en los términos de la Ley
Olmedo.
Sin
ser nueva la idea, cuando fue sometida a la aprobación del Congreso, es siempre
oportuna y de conveniencias innegables. La Nación está gastando anualmente
sumas fuertes que gravitan en el presupuesto, para sostener una entidad
territorial constituida en horas de peligro con Chile. Debiera por lo mismo
responder al criterio estratégico de su creación. Pero antes ni estuvo
artillado San Antonio de Los Cobres o habían puestos de avanzada en los
boquetes de la cordillera, ni se explica que hoy, esfumado aquel nubarrón
internacional y teniendo una línea férrea que nos hermana con el país vecino,
haya causa que justifique la existencia de la gobernación andina.
(...)
Esto en cuanto a la faz estratégica. Ningún habitante del Territorio se rebela
contra la soberanía argentina, porque el empeño del General Cerri y del
Teniente Coronel Menéndez, gobernadores años atrás, supo imponerlas en Pastos
Grandes, Susqui, Coranzulí, Atacama y en otros núcleos de población, haciendo
rendir pleno homenaje a la bandera de la patria. Los gobiernos sucedáneos,
encontraron sometida la indiada, que pretendía estar bajo el pabellón de
Bolivia, ni tan siquiera de Chile. (sic)
Dicho
lo anterior, es obvio agregar que somos partidarios decididos del anexamiento.
(...)
El
diario Tribuna Popular del 14 de Enero de 1913, rebate las consideraciones de
Nueva Época, acerca del proyecto Carlos Estrada, sobre la anexión territorial
de Los Andes a las tres provincias circunvecinas, asegurando las excelentes
condiciones de muchas tierras con agua para la siembra de la alfalfa, trigo y
cebada.
“El
citado colega se declara a favor de la anexión, pero ni constitucional ni
económicamente ello es posible ni conviene políticamente, por las razones que
fluyen de las siguientes consideraciones:
1º-
Porque el artículo 67, inciso 14 de la Constitución Nacional establece, entre
las facultades conferidas al Congreso, la de arreglar definitivamente los
límites de la Nación, fijar los de las provincias etc. Determinando además por
una legislación especial la organización, gobierno y administración que deben
tener los Territorios Nacionales que queden fuera de los límites de las
provincias.
Como
se ve el Congreso no tiene facultades, por este artículo, para anexar
territorio alguno a las provincias, porque sus límites han sido fijados ya
definitivamente, y porque se le ha dado ya a Los Andes, la Administración,
Organización y Gobierno de que habla el artículo constitucional citado.
2º-
Porque aún en el caso de una reforma constitucional posible, se oponen al
propósito del legislador las siguientes razones:
¿Qué
harían los gobiernos de las provincias de Salta, Jujuy y Catamarca, con zonas
territoriales inmensas agregadas tan de arriba al propio suelo, de por sí extenso e inexplotado
en sus dos terceras partes?
¿Vigilarlas? Imposible. En la
actualidad, carecen de recursos y de policía para cuidar del malevaje sus
campiñas (...) Acrecentar su valor industrializando las tierras cedidas? ¿Cómo?
(...) ¿Cultivarlas por partes? Tampoco (...) ¿Qué harán entonces? ¿Venderlas?
(...)
Porque
así como apunta el colega, el Territorio de Los Andes, es pobre, improductivo y
eroga muchos gastos, razón de más para que la Nación lo administre tenga a su
cargo y no las nombradas provincias de Salta, Jujuy y Catamarca, que ahítas de
una desventura económica inacabable, aún no pueden vivir la vida libre de sus
hermanas del sur, y periódicamente recurren al Congreso en aflictiva
peregrinación llorosa”.
Nueva época, en su editorial del
18 de enero de 1913 “sin ánimo de entrar en polémica” rebate con un solo
considerando: “Si la anexión de Los Andes no favoreciera a Salta, tampoco
perjudicaría al país y al Territorio mismo, cuyos beneficios por parte del
gobierno nacional son limitadísimos. En cambio habríase resuelto toda una
cuestión de carácter económico”. (...)
El
Cívico de Marzo 18 de 1913, comenta el hecho auspicioso de que llegaron los
primeros materiales para la concreción de la obra Ferrocarril a Huaytiquina,
con la consiguiente expectativa para los productos de Salta hacia los puertos
del Pacífico, pues hasta esos momentos toda la producción de Salta, tenía que
ir a Buenos Aires o Rosario.
CONGRESO
DE GOBERNADORES
LA
TARDE, en su edición de marzo 25 de 1913, con el subtitulado de “La sesión de
hoy”– Población Escolar-
“A
las 10.15 a.m. bajo la Presidencia del Gobernador de Formosa, Sr. Juan J. Silva
y con la presencia de los diez Gobernadores, el sub.- Secretario del Ministerio
del Interior, delegados de los Ministerios de Guerra y Marina y Secretario del
Ministro del Interior, se declara abierta la sesión. (...) El Ministro del
Interior propuso en la eventualidad que se incluyera en los temas a tratarse,
el propuesto por el Gobernador de los Andes, Mayor Zavaleta.
Con
la firma de los Gobernadores Zavaleta, Luis J. Ruiz Guiñazú, Gregorio López y
Eduardo Elordi se aprueba el proyecto que decía:
“Población
escolar- Medios prácticos de obtener la mayor concurrencia a las escuelas: 1º-
Que en todos los territorios nacionales se declare obligatoria la concurrencia
a las escuelas, de los niños de edad escolar, cualquiera que sea la distancia
que los separe del lugar en que funcionen las mismas. 2º- Que en cada una de
las capitales departamentales, o donde fuera necesario, se proceda a la
instalación de internados en cantidad suficiente, y según el número de
población escolar. 3º que el Estado corra con la manutención de los pupilos y
el vestido de aquellos niños, que sus padres no puedan costearlos, por su pobreza.
4º- Que es condición indispensable para dirigir a los internados, que los
directores sean casados y residan con su familia en el establecimiento. 5º- Que
el cuidado y la manutención de los internados, será atendida por los
directores, bajo el control de una Comisión Escolar nombrada por el Gobernador.
6º- que todo el personal docente de las escuelas de los Territorios, tendrán
por jefe al Gobernador, quien asesorará al Consejo Nacional de Educación en
esta materia y en la provisión de cargos. 7º- que se recomienda la propaganda
para la asistencia a las escuelas nocturnas, de los adultos analfabetos que
residan en los puntos donde funcionan las escuelas, desde la edad de 15 a 40
años”.
La
respuesta de ÚLTIMA HORA, del 26 de marzo de 1913, con el título de: LA JUNTA
DE CAMAMA, expresa:
“Quién
dijo que los gobernadores de los territorios nacionales se habían reunido en
tren de candombe, no dijo la verdad. Los mandatarios han hecho algo peor: han
metido las cuatro(sic), prohijando ideas tales como la de contratar policías
dispuestos al crimen, llevar mujeres reclutadas en las cárceles, sustituir las
estampillas de correo por sobres especiales, cuya omisión será castigada con
quinientos pesos de multa; Contratación de diez automóviles que costarán ciento
cuarenta mil pesos al estado – en parajes que hoy están debidamente atendidos
por las “diligencias” o “galeras”, y como si todo esto no fuera suficientemente
ridículo y perjudicial, en la sesión llevada a cabo ayer, los congresales
Zavaleta, Elordi y Valdez, metidos pedagogos, como quien dijera en lo que no
comprenden, presentaron a la conferencia, un despacho que fue aprobado respecto
a la población escolar de los Territorios.
Según
los informantes, se declara obligatoria la enseñanza en los territorios y
asimismo la asistencia de los niños a las escuelas, cualesquiera sea la
distancia que los separe del lugar en que funcionen las mismas, bajo pena de
multa.
Como
en el territorio abundan las víboras que llevan el veneno en la cola, los
gobernadores han aprendido de ellas a poner en la cola de sus resoluciones el
veneno. Y este está en la disposición que comentamos en lo siguiente: ¿Cómo han
de concurrir los niños de los Territorios, a las escuelas, si estas están
separadas por distancias enormes de ciento cincuenta leguas en algunos sitios?
¡Pero
si en los territorios no hay escuelas! Empero los gobernadores saben que hay
niños imposibilitados por esa causa de recibir instrucción, y por ende, habrá
multas.
El
despacho aprobado tiene otra peregrina ocurrencia: “es condición indispensable
para dirigir los internados de varones que se crearán en las capitales de
departamentos, que los directores sean casados y que vivan con sus respectivas
esposas en los establecimientos”. ¿Y porque?
Es
de presumir los apremios en que se encontrarán los directores mal parecidos, en
los negocios propios de conseguir novias para colocarse en las condiciones
prescriptas.
Por
último se crearán escuelas ambulantes para adiestrar en la cartilla a los
adultos; los carros escuelas conducirán a los maestros y a los pizarrones, en
la forma en que lo hacen las carretas de los titiriteros de la comiquería
andante allá en la tierra de Porriño. Estas escuelas funcionarán asimismo de
noche, y será de ver el espectáculo que ofrecerán en el desierto, la carreta,
el maestro y los subcomisarios a la luz de la luna o alumbrados por los
resplandores del fogón; hemos dicho que alrededor del maestro se reunirán los
sub.-comisarios; bien: si tal hemos dicho, no es porque creamos que solamente
ellos necesiten aprender a leer, sino porque a fuerza de atropellos, la policía
ha logrado arrojar a los demás pobladores, quedándose sólo ella en medio de los
territorios”.
La
Razón de Buenos Aires con fecha 27 de marzo de 1913, da cuenta del gran evento
que significó la Conferencia de Gobernadores, como asimismo los nuevos temas a
tratar, como ser la identificación dactiloscópica y las comunicaciones
postales, las comunicaciones telegráficas y radiotelegráficas, y el fomento de
los puertos patagónicos.
Luego
de omitir algunas notas a fin de no hacer demasiado tediosas estas noticias,
desembocamos en una nota del diario La Tarde, del 9 de Abril de 1913, donde da
cuenta que el gobernador ya dispone de una partida de 35000 pesos y de algunos
materiales ya depositados en San Antonio de Los Cobres a fin de dar comienzo a
las obras de la instalación del telégrafo en la mencionada capital.
La
Raza Latina, publica en París el 30 de agosto de 1913. Hace un el panegírico de
Brígido Zavaleta, diciendo (...) Una semblanza de este hombre, es lo mismo que
una definición de lo que puede hacer la educación, modificando la esencia de
los individuos, y haciendo de estos dueños de su voluntad para encausarla por
derroteros armónicos. (...) La actuación que al frente de este puesto realiza
D. Brígido Zavaleta es de las que sin vacilaciones puede considerarse de
modelo.
Aquí
cabe acotar que la educación del hombre, llevada a la práctica con
perseverancia, debe ser una actitud de vida y este hombre no sólo la practicó
en cada uno de sus actos personales y de gobierno, sino que mostró asimismo en
su labor exigencia y gestión.
Nueva
Época, y La Razón de Buenos Aires, entrevistan al Gobernador que comenta en la
nota que los habitantes del Territorio a su cargo son, “descendientes de los
incas, pero que sólo hablan el castellano, tuteando a todo el mundo, y llevan a
sus hijos a las 8 escuelas que funcionan en el territorio. Se calcula en 3500
los habitantes de la zona.
(...)
La hacienda vacuna y mular pasa de Salta, criándose las demás en Los Andes.
Según
los cálculos efectuados por el Gobernador, los “remeseros”, llevan anualmente a
Chile 50.000 vacunos, 10.000 mulas, 10.000 burros y 10.000 corderos.
(...)
El mercado principal donde se comercia esa hacienda es San Pedro de Atacama,
localidad chilena de regular importancia. La hacienda vacuna se vende a 13 y 14
libras esterlinas por cabeza, las mulas entre 200 y trescientos pesos, los
corderos a 1 o 2 libras y los burritos entre 30 y 40 pesos.
Nueva
Época de Julio 2 de 1914, bajo el epígrafe de DESMENTIDO anuncia;
“Sr.
Director de Nueva Época-
Pido a
usted que haga publicar en su ilustrado diario, que todos los artículos
injuriosos contra el Sr. Gobernador de Los Andes, Mayor Brígido Zavaleta y del
Jefe de Policía don Miguel Mollinedo, todos los he hecho en un momento anormal
e inducido por varios enemigos del señor gobernador y jefe de policía del
territorio de Los Andes. Saludo al Sr. Director muy atte.
Firma el
desmentido Ovidio Orsolini”
Con motivo
de la reelección el diario La Argentina de Buenos Aires, de julio 22 de 1914,
manifiesta que todo el pueblo de Los Andes firmaron unánimemente el pedido de
reelección, “solicitud que será elevada en breve al Presidente de la Nación”.
En igual
sentido el 24 de julio de 1914, se expresa el matutino tucumano, EL DIARIO DEL
NORTE.
En el
mismo sentido y con consideraciones parecidas publican los distintos diarios en
días sucesivos, el tema de la reelección y de las prendas morales del Gobernador.
Esos diarios son: EL ORDEN, NUEVA ÉPOCA, TRIBUNA POPULAR, LA GACETA, etc.
El 4 de
diciembre de 1914, este último matutino publica una serie de considerandos
favorables respecto a Los Andes, y dentro del mismo sólo comentaremos lo que
sigue:
“UN POCO
DE ESTADÍSTICA
En 1909,
cuando se hizo cargo el mayor Zavaleta, la Capital del Territorio, San Antonio
de Los Cobres, contaba solamente con 17 ranchitos. Existían tres escuelas.
Hoy cuenta
con 60, entre ranchos y casas y además funcionan 8 escuelas. Se enseñaba sólo
hasta primer grado, y hoy se enseña hasta tercer grado, contando con numerosos
alumnos. El comercio estaba representado por una casa, hoy existen 8 casas
comerciales con capitales que oscilan entre 3 y 10.000 pesos cada una”.
TRIBUNA
POPULAR, de enero 22 de 1915, publica:
“APROBACIÓN
DEL SENADO-
Buenos
Aires, enero 21- Se reunió el Senado y votó los siguientes mensajes:
Nombrando
Intendente municipal de la Ciudad de Buenos Aires al doctor Arturo Gramajo; gobernador
de la Tierra del Fuego, al doctor Fernández Valdez; gobernador del Territorio
de los Andes al Mayor Brígido Zavaleta, miembros del Directorio del Banco de la
Nación, a los señores Abel Bengolea, Samuel Pearson y Avelino Figueroa;
ministro ante la Santa Sede al señor Samuel García Mansilla y se promovió al
grado de general de división a los generales de brigada”.
La
Nación en su edición del 8 de mayo de 1915, comenta la visita del Inspector de
Territorios Nacionales Sr. Rodríguez Iturbide, el que a pedido de Zavaleta se
constituirá en San Antonio de los Cobres, a fin de estudiar la posibilidad de
un servicio de automóviles de carga, como los que funcionan en el Río Negro y
Chubut, con tan satisfactorios resultados.
En
igual sentido publica La Voz del Norte, que el Sr. Lopresti y Rodríguez
Iturbide viajarán a San Antonio a fin de posesionar al primero en el cargo de
Jefe de Policía en reemplazo de Andrés Peme, que fue exonerado. Una vez en el
lugar junto con el gobernador estudiarán la factibilidad de concretar el
servicio de automóviles de carga (camiones), los cuales harán el recorrido de
San Antonio de los Cobres a Salta y viceversa.
LA
TARDE de Buenos Aires en su edición del 11 de marzo de 1915, publica con el
encabezado de:
“GOBERNADOR
DE LOS ANDES”. El Poder Ejecutivo ha resuelto ayer que el asiento gubernativo
del Territorio de Los Andes, es su capital, San Antonio de Los Cobres, y que de
ella no podrá ausentarse, el Gobernador don Brígido Zavaleta, sin permiso
previo del Ministerio del Interior.
Desde
que la Gobernación fue creada, quedó designada la mencionada localidad como
asiento del gobierno, de manera que es una redundancia fijarla nuevamente por
decreto.
Igualmente
la ley de Territorios Nacionales, indica a su capital como asiento inamovible y
establece con toda precisión que de ella no podrán ausentarse los funcionarios
sin permiso previo.
Evidentemente
la respuesta del gobierno nacional debió ser en contestación a denuncias
fermentadas en la caldera política de entonces.
La respuesta no se hace esperar, y una solicitada
publicada en el diario Nueva Época, el 10 de abril de 1915 expresando entre
otros conceptos que (...) “el sujeto que firma ese libelo, sin propuesto por
S.E. ha venido en mala hora a desempeñar el cargo de sub- comisario de policía
de esta capital, pues en su breve y fatal estadía, ha dejado un recuerdo
ingrato y difamante para un hombre, comprometiendo a la vez la soberanía de la
autoridad que se le confirió. (...): Sigue la nota y hay nombres de personas y
vecinos que la sustentan.
El 5
de enero de 1915, publicada por el diario “El Orden” de Tucumán, comenta:
“Gobernación
de Los Andes- Reelección del Mayor Zavaleta”
Por
fin después de muchos cabildeos y de un activo gasto de influencias
encontradas, se ha puesto término al asunto Gobernación, de ese territorio,
reeligiendo al Sr. Brígido Zavaleta, que entra así al tercer período de su
cargo.
El
Ministro del Interior, ante quien se llevaron los tiras y aflojes de los
candidatos, ha desatado el nudo gordiano, de la mejor manera que podía
esperarse. Ninguna razón se oponía a que el Sr. Zavaleta continuara
desempeñando sus funciones, en las que ha acreditado, labor, probidad y anhelos
constantes en bien del territorio a su cargo. (...) “Refiriéndonos a nuestro
distinguido comprovinciano reproduce:
“(...)
bajo el gobierno del Sr. Zavaleta han aumentado las escuelas en los Andes, se
extendió el área de los cultivos agrícolas, se realizaron, gestionándose otras
que aún penden, como el telégrafo nacional (...).
El
diario El Orden, de Tucumán bajo el título RASGO ALTRUISTA DE UN
COMPROVINCIANO, del 17 de agosto de 1915, se explaya sobre la donación de los
postes para el tendido telegráfico hasta la capital del territorio, refiriendo
que “(...) vale La pena como ejemplo de generosidad y altruismo, “rara avis” en
esta época de utilitarias preocupaciones, gestos tan honrosos como el que acaba
de producir (...)
LA
NACIÓN DEL 11-12 1915, reportea al Mayor Zavaleta quien confirma que sus
proyectos han sido aprobados por el Senado de la Nación y por el Director de
Territorios Nacionales, entre otros, referente al transporte de los productos
de la región por medio de automóviles que harán el recorrido desde San Antonio
hasta Rosario de Lerma en invierno, y en verano sólo irán hasta la puerta de
Tastil, a causa de que las lluvias deterioran mucho el camino de Rosario de
Lerma a dicho punto.
Reproducimos
una copia facsimilar del artículo publicado por NUEVA ÉPOCA, del 17 de
noviembre de 1915.
La
Voz del Norte, edición del 10 de enero de 1916 - UN GRAN PROGRESO
“La
altiplanicie argentina, La Puna como se la llama, ha pasado por el momento más
trascendental de su corta vida- Por vez primera ha visto hender sus arenas, y
flanquear sus montañas por el más nuevo y perfeccionado medio de transporte
terrestre: el automóvil.(...) Arranca desde la Estación de Rosario de Lerma
(Salta) yendo a terminar en San Antonio de los Cobres, capital de la Alaska
Argentina.(...) Viajaba únicamente el gobernador Mayor Brígido Zavaleta, el
ingeniero de la casa Bromberg y CIA, vendedora del automóvil, Sr. Otto Niebhur
y el chauffe-mecánico, enviado especialmente por los vendedores para asesorar a
la gobernación” (sic).
Comenta
el periodista que es la primera vez que un automóvil de esa naturaleza se
arriesgaba a transitar por esas alturas en el mundo. Comenta asimismo que esta
proeza se debió al impulso de su gobernador, como también del Ingeniero Pedro
J. F. Cornejo, jefe de la sección puentes y caminos del Ministerio de Obras
Públicas de la Nación, para dejar expedito y en perfectas condiciones el
camino.
GRÁFICO
INSERTO POR LA SRA. CLARA MOLLINEDO DE ZAVALETA, EN SUS
APUNTES SOBRE
LA GESTIÓN DE BRÍGIDO ZAVALETA
FACSÍMIL DE LA
NOTA DEL DIARIO NUEVA ÉPOCA DEL 17-11-1915 CON LAS
DISTANCIAS A
RECORRER Y EL PRECIO DE LOS PASAJES
FACSÍMIL DEL MISMO DIARIO, DANDO CUENTA DEL PRECIO
DE LOS CARGAMENTOS SEGÚN SU LA DISTANCIA A RECORRER
Casi estamos al final de sus períodos
de gobierno, donde se suceden las demostraciones de afecto y de reconocimiento
hacia su labor.
Respecto
a las publicaciones periodísticas sólo mencionaremos la de Nueva Época del 3de
enero de 1917 que dice escuetamente:
“Acaba
de terminar su último período de gobernador del Territorio de Los Andes el
digno mandatario Mayor Brígido Zavaleta. Su larga y laboriosa actuación al
frente de tan delicado puesto está marcada con rasgos prominentes e
indelebles”.
Se
extiende luego en enfáticas consideraciones acerca de su labor.
La Provincia destaca el 4-1-1917 la demostración
realizada en el club Gimnasia y Tiro de esta ciudad, donde oficiaron de
oradores el director del diario “Nueva Época, Sr. Arturo Gambolini y de La
Provincia, Sr. Mejuto González. Al término de sus alocuciones, habló el
homenajeado siendo ovacionado por la concurrencia.
Se
suceden en los diarios locales y del país las repercusiones acerca de las
demostraciones con que fue agasajado don Brígido Zavaleta.
Se
suceden tanto en años anteriores, como en los que siguen a la última nota, una
serie de demostraciones y artículos elogiosos para la labor y la persona de don
Brígido Zavaleta que, por razones de espacio nos es imposible reproducir;
debemos agregar aquí que luego de cumplidas sus funciones políticas en la
Gobernación, otras inquietudes lo poblaron, y es así que nos reservamos para
las consideraciones finales, que constituyen un lógico corolario a lo expuesto
precedentemente, luego de cuatro períodos de gobierno consecutivos y exitosos.
Esas inquietudes se canalizaron en la Presidencia del Directorio del Banco
Provincial de Salta, en la Jefatura de Policía de la Provincia, y en la
Presidencia del club Gimnasia y Tiro de esta Provincia.
El resumen
final de su obra de gobierno se expresa acabadamente en un extenso artículo
publicado en LA VOZ DEL NORTE, de abril 29 de 1924, donde bajo el título de MAYOR BRÍGIDO ZAVALETA- Ex Gobernador de Los
Andes- Antecedentes de su obra-
Omitiremos
comentar este extenso artículo, que resume elocuentemente el antes y el después
de la Administración Zavaleta en la Puna de Atacama, o más precisamente La
Gobernación de los Andes. Pensamos que con lo expresado por nosotros
reproduciendo textualmente las manifestaciones periodísticas, hemos dado
cumplimiento a la divulgación de un trabajo excepcional, llevado a cabo por un
gran patriota argentino.
Quizá
sea necesario destacar aquí un gesto tan importante, que hoy nos resulta
imposible de discernir, donde el que me importa del país, donde la política,
gracias a Dios no siempre, es considerada no un servicio a la patria, sino el
trampolín para negocios y negociados personales, para los más temidos, o
simplemente una salida laboral para los más tímidos.
El 14 de agosto de 1915, con el título
GENEROSIDAD DE UN GOBERNANTE, NUEVA ÉPOCA, destaca:
“No es posible-no queremos- dejar pasar por alto el digno
acto de altruismo de su excelencia el Gobernador Zavaleta al donar al
Ministerio del Interior, todos los postes que sean necesarios para la
construcción de la línea telegráfica que partiendo de la Estación de Rosario de
Lerma, vaya a parar a San Antonio de Los Cobres. (...) Téngase en cuenta que en
la precariedad de las actuales circunstancias la donación es de 32 leguas. Será
menester emplear lo menos 3200 postes de una altura mínima de 4 metros. (...)
Que sirva de ejemplo.
Otros diarios de la época también se refieren a este
mismo hecho, repetimos hoy inconcebible.
Su nombre merece estar en el podio de los esforzados hacedores de este
hoy maltratado país, corroído por los intereses personales que a pesar de todo
por esos azares de la predestinación, no puede ser destruido.
No
todas fueron alabanzas para la gestión de Zavaleta, hubo publicaciones
periodísticas acaso intencionadas en su contra y las repuestas de los órganos
adversarios. Las pasiones por la sucesión eran muchas y virulentas, como las
campañas políticas actuales donde dicterio y la vehemencia pueblan los campos
de batalla.
Nos
encontramos así, con una publicación del diario La Tribuna Popular del 26 de
Octubre de 1914, que dice, bajo el título de: “Trabajos de Zapa.
Nuestro
colega de la Capital Federal, La Nación en su número correspondiente al sábado
próximo pasado, publica un suelto, crítico a la acción del Gobernador de los
Andes, Mayor Brígido Zavaleta.
“Lo hemos leído detenida e imparcialmente, y
aunque a primera vista parece lógico y puesto en razón, cuando dice respecto a
la residencia de dicha autoridad en el territorio a su cargo, nada es sin
embargo menos razonable y lógico. Parecerá paradójica la afirmación, y con todo
no lo es.
El Gobernador de Los Andes tiene su residencia oficial
allá, en el Territorio, en el que permanece el tiempo que debe permanecer, y
que es precisa su presencia en él, para el mejor gobierno del mismo. Cuando se
ausenta, lo hace con la debida autorización del Ministerio del Interior y por
razones beneficiosas para aquel territorio, toda vez que desde esta capital,
puede tramitar con mayor ligereza y con menos estorbos de tiempo, cuanto se
relaciona con el progreso del mismo.
Es pues, legal y autorizada y beneficiosa la temporal
ausencia del gobernador de Los Andes, del lugar donde debe tener la habitual
residencia por razones del cargo.
Lo que ocurre es que acercándose la fecha de la nueva
elección, se le procura hacer por todos los medios, ambiente hostil a su
persona, ya que parece que el ambiente y la opinión general son favorables a su
reelección. Esto es todo”.
Los pedidos de reelección al Ejecutivo Nacional por parte
de los vecinos de Los Andes, eran reiterados y numerosos, pero los dicterios de
sus oponentes eran también numerosos y acaso bajos, para la consecución de sus
fines, cuales eran la no- reelección. A tal punto llega su virulencia que NUEVA
ÉPOCA, en su edición del 17 de Junio de 1914 dice con el título de:
“DESMENTIDO
San Antonio de Los Cobres-julio 2 / 14
Sr. Director de Nueva Época Salta
Pido a usted que haga publicar en su ilustrado diario,
que todos los artículos injuriosos contra el Sr. Gobernador de Los andes, Mayor
Brígido Zavaleta y del Jefe de Policía don Miguel Mollinedo, todos lo he hecho
en un momento anormal e inducido por varios enemigos del señor gobernador y
jefe de policía de la Gobernación de Los Andes. Saludo al Sr. Director muy
atentamente
Firma: OVIDIO Orsolini”
Otra publicación, esta vez del diario La Libertad, dice con fecha 24 de
junio de 1916 y bajo el título de QUEJAS AMARGAS
“Amargas son en verdad las quejas
que llegan hasta nosotros, los habitantes del territorio de los Andes con
motivos de los atropellos de que son víctimas por parte de los encargados del
orden.
(...) el
Gefe (sic) y Comisario de Policía señores Antonio Lopresti y Manuel Sánchez
Vera, abusan de su autoridad de modo inhumano, según se nos cuenta por personas
que nos merecen entero crédito.
Algunos de
los vecinos han concurrido con sus denuncias por ante el señor gobernador,
Mayor Zavaleta, y estamos seguros que este señor, que es un cumplido caballero,
pondrá la atención debida y tomará las medidas pertinentes contra aquellos
abusos de autoridad”.
No hay
firma, ni quien se haga cargo de lo que dice, pues las acusaciones se remiten a
castigos corporales, registrarles sus domicilios, llevarles sus hijas,
someterlos a trabajos forzados, sin darles siquiera alimento, de hacerles
suscribir con cantidades en dinero para regalar al Gefe (sic) de policía, el
día de su cumpleaños, que suele cumplir tres o cuatro veces por año, y a raíz
de recibir sus sueldos sus subalternos, de hacer confeccionar una medalla de
oro para que los vecinos la obsequien a la fuerza”.
El DIARIO
LA TARDE de Buenos Aires de marzo 11 de 1915, comenta:
“El poder
ejecutivo ha resuelto ayer que el asiento gubernativo del Territorio de Los
Andes es su capital San Antonio de Los Cobres, y que de ella no podrá
ausentarse su gobernador Brígido Zavaleta, sin permiso previo del Ministerio
del Interior.
(...) El
justificativo de estas repeticiones lo asienta el decreto de ayer, en el hecho
de que anteriores gobernadores no residieron nunca en esta capital, y
gobernaron desde cualquier punto fuera del mismo.
Es el caso
del gobernador actual don Brígido Zavaleta, reelecto por un nuevo período a
pesar de la comprobación de que residió en Salta todo el tiempo de su mandato,
desatendiendo sus obligaciones e interviniendo activamente en la política de
esa provincia. Lejos de apercibir, al funcionario que olvida sus deberes, el
ejecutivo lo premia con una reelección”. (...)
Una solicitada
del 10 de abril de 1915, fechada en San Antonio de los Cobres dirige al
Director de NUEVA ÉPOCA en los siguientes términos:
“(...)
dirijímonos a usted quiera dar cabida en las columnas de su ilustrado diario a
esta correspondencia que la motiva la intensa y justa indignación que ha
provocado la infamia inconcebible de un individuo sin conciencia que desconoce
por completo de las augustas leyes del honor y de la decencia.
El sujeto
que firma este libelo ha venido en mala hora a desempeñar el cargo de sub.-comisario
de policía de esta capital, pues en su breve y fatal estadía, ha dejado un
recuerdo ingrato y difamante para un hombre, comprometiendo a la vez la
soberanía de la autoridad que se le confirió.
Su paso ha
sido señalado por el abuso de autoridad, petulancia, violación de domicilio y
estafas, cargo que hacemos en sus públicos y notorios procedimientos que han
motivado sumarios que están para ventilarse en el Juzgado Federal de esa
ciudad, en virtud de la justicia que imploran las víctimas de sus desmanes,
señores Juan D. Martínez, Martín Abregú, Petrona V. De Ustares, María U. De
Ovalle y otros que sería largo enumerar.
(...) Las
imputaciones de Juárez respecto a las 17 mulas y a los nueve empleados entre
cabos y agentes, que dicen están al servicio particular de S E, son
completamente inexactas, y sin ningún fundamento que sólo pueden ser producidas
por una mente insana o mal intencionada. Los agentes simulados y la suspensión
de empleados a que se refiere, si es verdad que se han producido, ellos no han
emanado del Sr. Gobernador, sino del actual Jefe de Policía, señor Andrés Peme,
quien se encuentra suspendido en el ejercicio de sus funciones, hasta tanto se
esclarezcan estos hechos y varias otras acusaciones pendientes.
Por otra parte, el sano criterio y la reconocida
honradez del Mayor Brígido Zavaleta, que al decir de muchos no corresponde a
esta época de dobleces y ambiciosos positivismos, no han de ser empañados jamás
por calumnias y acusaciones antojadizas de perversos individuos, pues su
actuación de gobernante ha dejado durante sus tres períodos consecutivos una
huella indeleble de equidad, progreso y pundonor. Saludamos al Sr. Director muy
atte.
Hay
numerosas firmas
Los
diarios locales, en el fragor de las luchas partidarias, emprendieron campañas
contra la gestión Zavaleta, como por ejemplo, el diario El Cívico, o La
Libertad, a los cuales responde entre otros, La Provincia, o La Tribuna
Popular, que debido a razones de espacio sólo mencionaremos, sin ignorar que
toda gestión política tiene admiradores y detractores.
Luego de
esta larga enumeración de hechos positivos como así también de los negativos,
pues no hay hombre público que deje de sufrirlos - siempre producto de la
envidia o de la ambición humana- nos queda realizar una conclusión, de por sí
evidente: la del Zavaleta, hombre moral y la del Zavaleta idealista.
Decíamos
la del Zavaleta, hombre moral, pues esta recorrida periodística a través del
tiempo y desde la óptica del siglo XXI- tiempo suficiente para decantar las pasiones
de su época- decimos que nuestro reporteado tuvo un innato talento moral,
totalmente alejado de todo lo que signifique hipocresía, que es el medio más
apropiado para callar la dignidad y enmudecer los escrúpulos. La moral de
Brígido Zavaleta está, no en la declamación de la misma ni en las untuosas
oratorias, sino en los hechos, es decir, en la intención y en el fin de las
acciones y en su conducta ejemplar, que es la exteriorización de la virtud. Los
hombres rectos son siempre blanco preferido de los cobardes, de los hipócritas
y de los mediocres, pues con su conducta, humillan siempre al mimetizado
deshonesto, de maniobras oblicuas, que acaso sonríen ante el íntimo vejamen de
la honorabilidad y corrección, tanto pública como privada.
Todo esto
se refleja en la vida íntima y exterior de los hombres, pues no debemos perder
de vista que, en las relaciones humanas, la nobleza de los caracteres hace
madurar despacio las amistades permanentes, mientras que en las morales
fingidas e hipócritas, esa amistad crece sin sustento, sin motivaciones
valederas, y por lo tanto débil en extremo, apoyándose en vicios recíprocos o
en intrigas.
Es por eso
que en política difícilmente puedan generarse amistades y casi siempre
cómplices, pues el continuo trasiego entre amistades y complicidades lleva de
por sí, simplemente, a no tener amigos.
En las
complicidades políticas, esa misma complicidad se extingue al concluir el
interés que las motivara, mientras que en el hombre honorable, esa amistad
persiste, sustentándose en méritos recíprocos.
Cada
hombre es producto de dos grandes factores, el de la herencia y el de la
educación. El primero viene naturalmente con los genes, mientras que el segundo
es producto de las influencias del medio social en el que está obligado a vivir.
En el caso
que hoy nos ocupa, Zavaleta heredó una aristocracia moral que, luego de su
natural adaptación, le llevó a ser un hombre honrado e idealista, en el mejor
sentido de la palabra. No sólo un idealista romántico, como el de los muy
jóvenes, sino un idealista concreto, alimentado de vastas experiencias, donde
el porvenir por el que trabajara, haya sido propiamente el de los visionarios.
La figura
de estos hombres, como la de Brígido Zavaleta, esperan con naturalidad el gesto
del bronce, que resiste estoicamente el juicio inapelable de los siglos.
Las nuevas
generaciones de argentinos, deben rendir a la memoria de este hombre, un
homenaje cada vez más intenso, toda vez que es la expresión paradigmática de lo
que un político y hombre de principios debe ser.
La figura
de este republico, se modeló en los inciertos vaivenes de una Argentina que
finalizaba el siglo diecinueve y principiaba las angustias del veinte, y a
pesar de ser un militar de carrera, tuvo como Sarmiento más fe en la educación
de las escuelas, que en los fusiles, para poner en paz, la soberanía argentina
en la Puna y desarmar la ignorancia de sus habitantes.
Y bien,
para terminar esta historia, desleída por el tiempo y el olvido, podríamos
decir los salteños y quienes vivimos en esta tierra generosa: aquí estamos,
Señor de Los Andes, viejo león de la Puna. Argentina está viva en el corazón de
los salteños, y tu pueblo está de pie, martillo en mano, esperando el momento
de burilar tu nombre, al pie del monumento que consagre tu memoria.
SARGENTO MAYOR
DON BRÍGIDO ZAVALETA
BOCETO GENEALÓGICO
I)
Sargento Mayor Brígido
Zavaleta.
Nacido en San Miguel de Tucumán, el 24 de febrero de 1867. Hijo de D. Armando
Zavaleta y Silva y de Da. Javiera Bravo Carrasco. Nieto paterno de D. Lucas
José Zavaleta y Ruiz de Huidobro y de Da. Mercedes Silva y Zavaleta. Bisnieto
paterno de D. Clemente Mariano de Zavaleta e Inda y de Da. María Josefa Dolores
Ruiz de Huidobro. Nieto materno de D. Manuel Bravo y de Da. Javiera Carrasco. Falleció en la ciudad de Salta el 22 de
noviembre de 1933. Contrajo matrimonio con Da.
Clara de Mollinedo y Gurruchaga, nacida el 31 de diciembre de 1876 en la
ciudad de Salta y fallecida en la misma ciudad; hija de D. Felipe Gregorio M.
de Mollinedo y de Ormaechea y de Da. Delia de Gurruchaga y Güemes.
Fueron padres de:
1-
Da. María Lía Zavaleta
Mollinedo,
que sigue en II
2-
Da. María Nelly Zavaleta
Mollinedo,
que sigue en III
3-
Da. Clara F. Zavaleta Mollinedo, que sigue en IV
4-
Da. Javiera Delia Zavaleta
Mollinedo,
que sigue en V
5-
D. Armando Felipe Zavaleta
Mollinedo,
que sigue en VI
6-
D. Brígido José Zavaleta
Mollinedo,
que sigue en VII
7-
Da. Lidia Estela Zavaleta
Mollinedo,
que sigue en VIII
8-
Da. María Esther Zavaleta
Mollinedo,
que sigue en IX
9-
Da. Marta Betty Zavaleta
Mollinedo,
que sigue en X
II)
Da. María Lía Zavaleta
Mollinedo.
Nació el 13 de febrero de 1898 en la ciudad de Salta y falleció en la misma
ciudad. Contrajo matrimonio con D.
Víctor Luis Outes, nacido y fallecido en la ciudad de Salta.
Fueron padres de:
1-
D. Víctor Evans Outes
Zavaleta,
fallecido de 7 años.
2-
Da. Betty Outes Zavaleta, contrajo matrimonio con D. Carlos J. Varangot.
Fueron padres de:
A)
Da. Victoria Varangot Outes.
B)
D. Carlos Varangot Outes.
C)
D. Fernando Varangot Outes.
3-
Da. Ethel Adela Outes
Zavaleta,
falleció soltera, sin sucesión.
4-
D. Eddy Outes Zavaleta, contrajo matrimonio con Da. Marta Horteloup. Fueron padres de:
A)
Da. Virginia Outes Horteloup.
B)
Da. Carolina Outes Horteloup.
C)
Da. Mercedes Outes Horteloup.
5-
D. Luis Outes Zavaleta, soltero, sin sucesión.
III)
Da. María Nelly Zavaleta
Mollinedo.
Nació el 9 de septiembre de 1900 en la
ciudad
de Salta y falleció en la misma ciudad. Contrajo matrimonio con D.
Wadin Struckhoff, de nacionalidad rusa. Sin sucesión.
IV)
Da. Clara F. Zavaleta
Mollinedo.
Nació el 3 de enero de 1902 en la ciudad de Salta, falleció soltera en la misma
ciudad sin sucesión.
V)
Da. Javiera Delia Zavaleta
Mollinedo.
Nació el 24 de marzo de 1904 en la ciudad de Salta y falleció en Capital
Federal, provincia de Buenos Aires. Contrajo matrimonio con D. Raúl de Zuviría Martínez Castro en
Capital Federal.
Fueron padres de:
1-
Da. Carmen de Zuviría
Zavaleta,
contrajo matrimonio con D. Juan Pablo
López Herrera.
Fueron padres de:
A)
Da. Ana López de Zuviría.
B)
D. Pablo López de Zuviría.
C)
Da. María Pía López de
Zuviría.
D)
D. Javier López de Zuviría.
E)
D. Fernando López de Zuviría.
2-
D. Raúl de Zuviría Zavaleta, contrajo matrimonio en
primeras nupcias con Da. Martha Lucila
Posse Molina, divorciados. Luego contrajo matrimonio con Da. Martha Inés Bramante Romero.
Hijos del primer matrimonio:
A)
D. Facundo de Zuviría Posse.
B)
D. Martín de Zuviría Posse.
C)
D. Juan de Zuviría Posse.
D)
Da. Rosario de Zuviría Posse.
3-
Da. Marta de Zuviría
Zavaleta,
contrajo matrimonio con D. Colin Richard
Shaun Kauntze, divorciados.
Fueron padres de:
A)
Da. Caroline Patricia Shaun
de Zuviría
B) D. Richard Brian Shaun de Zuviría
4- Da. Esther de Zuviría Zavaleta,
contrajo matrimonio con D. Edgardo Saban,
divorciados.
Fueron padres de:
A)
Da. Solange Saban de Zuviría
B)
D. Rafael Saban de Zuviría
VI)
D. Armando Felipe Zavaleta
Mollinedo.
Nació en la ciudad de Salta el 22 de enero de 1906 y falleció en San Fernando
del Valle de Catamarca. Contrajo matrimonio con Da. Elsa Julia Olmos Galínez, nacida y fallecida en San Fernando
del Valle de Catamarca.
Fueron padres de:
1-
D. Armando Osvaldo Zavaleta
Olmos,
contrajo matrimonio con Da. Victoria
Aráoz.
Fueron padres de:
A)
Da. Valeria Zavaleta Aráoz.
B)
D. Armando Felipe Zavaleta
Aráoz.
C)
D. Estanislao Zavaleta Aráoz.
D)
D. Ramiro Zavaleta Aráoz
E)
D. Nicolás Zavaleta Aráoz.
F)
Da. Agustina Zavaleta Aráoz.
2-
Da. Lidia Stella Zavaleta
Olmos,
contrajo matrimonio con D. Marcelo
Joaquín Ponferrada.
Fueron padres de:
A)
Da. Ana Ponferrada Zavaleta.
B)
D. Marcelo Joaquín
Ponferrada Zavaleta.
1-
D. Carlos Eduardo Zavaleta
Olmos,
contrajo matrimonio con Da. María Rosa Gastellú, separados, sin
sucesión.
2-
Da. María Elena Zavaleta
Olmos,
contrajo matrimonio con D. Raúl Guzmán
Rodríguez.
Fueron padres de:
A)
Da. María Clara Guzmán
Zavaleta.
B)
D. Raúl Guzmán Zavaleta.
3-
D. Guillermo Alberto
Zavaleta Olmos, contrajo matrimonio con Da.
Susy Folker, divorciados.
Fueron padres de:
A)
D. Diego Zavaleta Folker.
4-
D. Sergio Zavaleta Olmos, contrajo matrimonio con Da. María Victoria Narváez.
Fueron padres de:
A)
Da. María Victoria Zavaleta
Narváez.
B)
D. Indalecio Zavaleta Narváez.
5-
Da. Elsa Esther Zavaleta
Olmos,
contrajo matrimonio con D. César René
Morcos.
Fueron padres de:
A)
D. Carlos Morcos Zavaleta.
B)
D. César Morcos Zavaleta.
C)
Da. Magdalena Morcos
Zavaleta.
D)
D. Juan Ignacio Morcos
Zavaleta.
E)
D. Pablo Javier Morcos
Zavaleta.
VII)
D. Brígido José Zavaleta
Mollinedo.
Nació en Salta el 15 de Marzo de 1908 y falleció en la misma ciudad. Contrajo
matrimonio con Da. Aurora Stalhammar
, nacida y fallecida en la ciudad de Salta.
Fueron padres de:
1-
Da. María Delia Zavaleta
Stalhammar,
contrajo matrimonio con D. Martín
Eduardo Rial, divorciados.
Fueron padres de:
A)
D. Martín Alejandro Rial
Zavaleta.,
contrajo matrimonio con Da. María Martha Gianola Terán.
Fueron padres de:
1. Da. Julieta María Rial Gianola.
2. D. Facundo Rial Gianola.
3. Da. María Candelaria Rial Gianola.
4. D. Martín Rial Gianola.
B)
Da. María Ana Rial Zavaleta,
contrajo
matrimonio con D. Marcelo Homero Castelluccio.
Fueron padres de:
1. Da. María Sophia Castelluccio Rial
2.
Da.
Martina Rafaela Castelluccio Rial.
C)
D. Sebastián Rial Zavaleta., contrajo matrimonio con
Da. María Laura Lorenzini Teson
Fueron padres de:
1. D. Tomás Augusto Rial Lorenzini.
2. D. Lucas Santiago Rial Lorenzini.
2-
Da. María Martha Zavaleta
Stalhammar,
bautizada en Salta. Contrajo matrimonio con D. Bernardo Solá López.
Fueron padres de:
A) D. José Vicente Solá Zavaleta
, contrajo matrimonio con Da.
Carmen Avalía Orozco.
Fueron padres de:
a) Da. Bernardita Solá Avalía.
b) D. José Vicente Solá
Avalía
B) D. Bernardo Solá Zavaleta, contrajo
matrimonio con Da. Silvia Alonso.
Fueron
padres de:
a)
Da. Felicitas Solá Alonso.
b)
Da. Emilia Solá Alonso.
C) D.
Manuel Lisandro Solá Zavaleta, contrajo matrimonio con Da. Josefina Fleming
García Pinto.
Fueron
padres de:
a)
Da. Josefina María
Solá Fleming
D) D.
Benjamín Brígido Solá Zavaleta, contrajo matrimonio con Da. María Ana
Zambrano Achaval.
Fueron padres de:
a) Da. Delfina Solá Zambrano.
b) D. Benjamín Solá Zambrano.
3- Tte. Coronel Brígido Zavaleta Stalhammar, contrajo matrimonio con Da. Ana María Garat, nacida en la
ciudad de Esquel . Fallecida en la ciudad de Salta .
Fueron padres de:
A)
D. Brígido Raúl Zavaleta
Garat, contrajo
matrimonio con Da. Eugenia Zandaner.
B)
D. Santiago Gastón Zavaleta
Garat
C)
Da. María Trinidad Zavaleta
Garat, contrajo
matrimonio con D. Christian Petersen.
4- Da.
Lucrecia Zavaleta Stalhammar, contrajo matrimonio con D. Jorge Mario Gigena.
Fueron padres de:
A)
Da. María Marcela Gigena
Zavaleta, contrajo
matrimonio con D. Gustavo Lima. Divorciados.
Fueron padres de:
a) D. Lucas Lima Gigena.
B)
Da. María Pía Gigena
Zavaleta, contrajo
matrimonio con D. Juan Néstor Garay Michel.
Fueron padres de:
1. D. Juan Ignacio Garay Gigena.
2. D. Francisco Garay Gigena.
3. Da. María Pía Garay Gigena.
4. D. Bautista Garay Gigena.
C)
D. Mario Fernando Gigena
Zavaleta, contrajo
matrimonio con Da. Susana A. Abrebanel.
Fueron padres de:
a) Da. Martina Gigena Abrebanel.
VIII)
Da. Lydia Stella Zavaleta
Mollinedo.
Nació y falleció en la ciudad de Salta. Contrajo matrimonio con D. Francisco Cabrera Chavarría en Salta,
nacido y fallecido en la misma ciudad.
Fueron padres de:
1-
D. Francisco Brígido Cabrera
Zavaleta,
contrajo matrimonio con Da. Sara María
Van Cawlaert.
Fueron padres de:
A)
D. Francisco José Cabrera
Van Cawlaert
B)
D. Cristián Cabrera Van Cawlaert
C)
Da. María Paula Cabrera Van
Cawlaert
D)
D. Facundo Cabrera Van
Cawlaert
E)
Da. Ana Dolores Cabrera Van
Cawlaert
2-
D. Ricardo Cabrera Zavaleta, contrajo matrimonio con Da. Norma Alicia Vaca.
IX)
Da. María Esther Zavaleta
Mollinedo. Nació
en Salta el 4 de Julio de 1913 y falleció el 6 de Julio de 1977 en la misma
ciudad. Contrajo matrimonio con D.
Carlos Rosa Avila López en el año 1936 en Salta, hijo de D. Fenelón Avila y
de la Quintana y de Da. Candelaria López Solá. Nacido el 31 de Julio de 1910 y
fallecido el 16 de Julio de 1964 en la misma ciudad.
Fueron padres de:
1- D. Carlos María Avila Zavaleta, fallecido a los 6 años
2- D. Fenelón María Avila Zavaleta contrajo matrimonio con Da. María Esperanza Camps.
Fueron padres de:
A)
D. Pablo Carlos Avila Camps,
contrajo
matrimonio con Da. Olivia Catulo.
Fueron padres de:
1. Da. Micaela Avila Catulo.
2. D. Pablo Fenelón Avila Catulo.
B)
Da. María Gabriela Avila
Camps, contrajo
matrimonio con D. Francisco José Xuxa, divorciados.
Fueron padres de:
a) D. Francisco Gervasio Xuxa Avila.
3- D. Federico Raúl Avila Zavaleta contrajo matrimonio con Da. Isabel Martearena.
Fueron padres de:
A)
D. Federico Raimundo Avila
Martearena
4- Da. Lidia Esther Avila Zavaleta , contrajo matrimonio con D. Carlos Rodolfo Molina.
Fueron padres de:
A) D. Carlos Gervasio Molina Avila, contrajo
matrimonio con Da. Diana Carola Llimós.
Fueron
padres de:
1.
D.
Carlos Estanislao Molina Llimós.
2.
Da.
Candelaria María Molina Llimós.
B) D. Federico Matías Molina Avila, contrajo
matrimonio con Da. Ana Inés Salinas.
Fueron
padres de:
1.
Da. María de las Mercedes
Molina Salinas.
2. D. Juan Ignacio Molina Salinas.
3. Da. María del Rosario Molina Salinas.
4. Da. María Victoria Molina Salinas.
C)
D. Ignacio Javier Molina
Avila, contrajo
matrimonio con Da. Carolina Aré.
D)
D. Francisco José Molina
Avila
X)
Da. Martha Betty Zavaleta
Mollinedo.
Contrajo matrimonio con D. Francisco
García.
Fueron padres de:
1- D. Víctor Francisco García Zavaleta, contrajo matrimonio con Da. Ana Gabriela Villalba, divorciados
Fueron padres de:
A)
D. Lucas García Villalba
B)
Da. Ana Lía García Villalba
2- Da. María Esther García Zavaleta contrajo matrimonio con D. Roberto Méndez .
Fueron padres de :
A)
Da. María Belén Méndez
García, madre
de:
a) D. Dylan Alejo Martín Solá
B)
D. Patricio Agustín Méndez
García
3- Da. María del Milagro García Zavaleta, contrajo matrimonio con D. Héctor R. Cristófari.
Fueron padres de:
A) D. Sebastián Cristófari
García
B) Da. María Florencia Cristófari García.
EL FERROCARRIL
HUAYTIQUINA O
RAMAL C 14
Mientras
las acciones de gobierno se realizaban con los vaivenes clásicos de la política
argentina, un hombre soñaba con revitalizar el norte argentino; soñaba con
devolverle lo que la provincia de Buenos Aires, en la práctica dueña de la
Nación, había olvidado. Las cenizas del más injusto de los olvidos había teñido
de un gris impávido, el recuerdo de todas las madres, de todas las viudas, de
todas las novias y de la sangre de tantos jóvenes norteños, que habían
ofrendado sus vidas a la patria.
El
norte, por razones de su geografía y los desaciertos diplomáticos que llevaron
a la pérdida del puerto de Cobija o Puerto de Atacama, había quedado encerrado
en su mediterraneidad. Los productos que ofrecían sus habitantes, en vez de
recorrer los 1700 kilómetros que la separaban de Buenos Aires, despachados a
los puertos del Pacífico, debían recorrer apenas 700, con el considerable ahorro
en fletes. El tren buscaba su destino partiendo de la localidad de Rosario de
Lerma en nuestra provincia de Salta, hasta recalar con su carga de esperanzas,
en los puertos profundos de Chile. Era una empresa de titanes el diseño de un
ferrocarril de altura, que atravesara esas inhóspitas regiones, donde reinaba
el mineral, la soledad y el silencio aterrador.
En
esta empresa ferroviaria fundacional, destacamos a su mentor, don Hipólito
Yrigoyen. Asumía la presidencia, e imbuido por un alto sentido de la argentinidad,
donde no sólo mantuvo a su país neutral frente al conflicto armado de Europa,
sino que, a la tradicional europeización del país, opuso la americanización.
Esto dentro de otras medidas, trató de plasmarlo con la condonación de la deuda
de guerra que el Paraguay debía a la Argentina.
En
materia de ferrocarriles impulsó con criterio nacional, la caducidad de 10.000
kilómetros de vías férreas imaginarias, en poder de compañías extranjeras, con
sus contratos vencidos. Esto se realiza, pues contractualmente, esto impedía el
desarrollo del plan ferroviario del estado. En realidad esta política no estaba
contra los capitales extranjeros, sino que trataba de evitar que el país se
viera perjudicado en sus planes de desarrollo. Yrigoyen pensaba al ferrocarril,
como un medio de unión y prosperidad entre los argentinos, dejando al margen el
criterio puramente utilitarista que sustentaban las compañías extranjeras, que
debían ajustarse a las normas y autoridad del Estado. En el año 1921, veta un
aumento que habían efectuado algunas compañías sin la debida autorización. Su
pensamiento de gobierno era el de dar salida a los productos regionales, por el
sur, con Ferrocarril Trasandino, y por el norte, con el de Huaytiquina. Según
su propio pensamiento los ferrocarriles “semejaban el solar colonial: puerta al
frente y larguísimo fondo ciego atrás”. La puerta del frente era Buenos Aires.
El litoral y la mesopotamia tampoco quedaban fuera del plan nacional de
ferrocarriles.
La
lucha entre radicales y conservadores dentro del congreso frenaba y a veces
paralizaba el adelanto del plan ferroviario. Yrigoyen se vio obligado a
gobernar por decreto, y es así que, el 12 de mayo de 1912, poniendo manos a la
obra, decreta la iniciación de las obras del ferrocarril que dará la salida al
Pacífico por el norte: EL HUAYTIQUINA.
No
obstante, no sólo era necesaria la decisión política, sino también la apoyatura
legislativa, cosa que no ocurría en la práctica. La Cámara de Diputados de la
Nación, contaba con cuarenta y cinco radicales y setenta contrarios, por lo
tanto, esa cerrada oposición se manifestaba en la autorización contable de la
misma. El 14 de Junio en acuerdo de ministros, Yrigoyen insiste sin resultados.
Contó de todas maneras con algunos legisladores que apoyaron su proyecto, como
el diputado Alejandro Gancedo, que en el año 1922, hizo un concienzudo estudio
acerca de los proyectos de riqueza nacional y un proyecto de ley, acerca de la
explotación de los ferrocarriles del estado. Hacía hincapié en la diferencia de
objetivos de una empresa estatal, guiada sólo por las necesidades de la
geografía económica, en contraposición a los trenes privados guiados únicamente
por las ganancias.
Para
la evolución de su proyecto, el presidente acudió a la historia y a la postergación
sufrida por las provincias norteñas, especialmente Salta y Jujuy, en las
guerras de la independencia, hasta que finalmente anunció su proyecto, más
parecido una quimera: la construcción de un ferrocarril que atravesara la
cordillera, pasando por Huaytiquina sin cremalleras y económico, y llegara al
puerto chileno de Antofagasta. Esto naturalmente tendría que hacerse con la
colaboración del país vecino, de manera que la producción del norte tuviera su
salida hacia los países y mercados del oriente, y a través del canal de Panamá
hacia la costa este de Estados Unidos y Europa. Esta línea también favorecería
a Chaco y Formosa por cuanto se entroncaría con los ramales Formosa-Embarcación
y Barranqueras- Metán. Los primeros estudios los realizó el ingeniero Abd El
Kader, por orden de las compañías salitreras de Antofagasta; Manuel Solá se
dedicó a prestigiar y a difundir la idea, y luego dos residentes salteños,
Francisco Uriburu y Aniceto Latorre, consiguieron que el proyecto se presentara
en la Cámara de Diputados de la Nación, y se aprobara en 1907.
César
Fermín Perdiguero, periodista salteño da cuenta en sus notas publicadas en el
diario El Tribuno, de fechas 14 y 21 de Noviembre de 1971, según trabajo de
María del Carmen Tomeo publicado en la Revista Todo es Historia lo siguiente:
“La concesión se otorgó luego al Ingeniero Emilio Carrasco, que vino de Chile
con influencias y poder para construir dos líneas, es decir, la argentina que
arrancando de Rosario de Lerma, terminara en la frontera, Huaytiquina, y la
chilena, viniendo de Antofagasta, hasta empalmar con aquella en el punto
señalado”.
Carrasco
fue ayudado por el diputado nacional Aniceto Latorre, que consiguió del
gobierno nacional, la ayuda necesaria para el emprendimiento.
El
gobierno de Salta también colaboró, cediendo tierras fiscales que Carrasco se
comprometió a colonizarlas enseguida, habiendo realizado ya el depósito de
garantía.
Los
trabajos habían comenzado con gran entusiasmo, cuando sorpresivamente, se
paralizó, sin que se hubieran detectado fehacientemente los motivos reales a
los que se debió. Un sólido rumor, extendido a lo largo y a lo ancho de nuestro
país, comentaba, como secreto a voces que, la legislatura chilena, boicoteó el
proyecto, pues sospechaba infundadamente, que este ferrocarril escondía
propósitos geopolíticos y estratégicos. No sólo se paralizó la empresa, sino
que llevó a la quiebra el entusiasmo y el capital del Sr. Carrasco.
La
iniciativa de Yrigoyen, se vio petardeada por la inexplicable oposición de dos
legisladores salteños: los senadores nacionales Linares y Torino. El primero de
ellos sostenía que se debía otorgar la concesión a las compañías inglesas, por
tratarse de una línea costosa y de gran altura. Por su parte el senador Torino,
manifestaba su oposición diciendo que esto se trataba nada más que de intereses
comerciales y no de intereses nacionales.
En
conclusión el proyecto a instancias de estos dos senadores, con el apoyo de la
mayoría legislativa, murió en el recinto, por lo cual el Presidente Yrigoyen,
el 1 de marzo de 1921, a contrapelo de esta decisión, dispuso la iniciación de
las obras del Huaytiquina. Hubiera sido interesante, por los azares de la
alquimia, mirar el gesto admonitorio de su mentor, al observar en la
actualidad, el destino de sus afanes. Los países más avanzados del mundo,
cuentan con transportes ferroviarios y económicos para sus productos y
mercancías. Argentina, en una inercia sin precedentes, o acaso con el agravio
de los acomodos económicos, carece de ellos, o más bien terminó con ellos. La
zonza parió una nueva cría.
Se
decretó en un principio, la autorización para la construcción de cuarenta y
tres kilómetros, quinientos veinte metros de riel, por parte de Ferrocarriles
del Estado. Se destinaban para la empresa cinco millones de pesos, debiendo el
gobierno insistir vehementemente ante la resistencia de Contaduría General de
la Nación.
Por
el protocolo Noel- Barros Jarpa, ambos países se comprometían a coordinar los
trabajos para la consecución de la obra. El presidente chileno, Alessandri, se
mostró gran defensor de la obra, como así también su Congreso.
Cuando
años más tarde Yrigoyen debió dar cuenta ante la Corte de Justicia, sobre esta
monumental obra, hizo su defensa en el
resarcimiento de las provincias del norte, por las pérdidas en las guerras de
la independencia, y en el sentido nacional y americanista de lo que
significaba estar conectados, por el norte, con los principales centros
mundiales del comercio y de la cultura. En tal oportunidad, hizo también hincapié,
que esta obra, orgullo de la ingeniería
mundial, se efectuó sin empréstitos y sin la colaboración de profesionales ni
técnicos extranjeros.
Al
respecto de los salteños que intervinieron en la obra, dice don Leandro Plaza
Navamuel en su libro “Los de Lea y Plaza. Señorío y Tradición del Valle del
Calchaquí Salteño”: que don José María Navamuel, (…) participó como
concesionario de obras en la construcción del Ferrocarril Huaytiquina, con
destino a Chile, un emprendimiento de gran envergadura encarado por el gobierno
de don Hipólito Yrigoyen, para el desarrollo del Noroeste Argentino y la
integración de los pueblos del Sur latinoamericano, meta que setenta años
después recién parece entrar en vías de una real concreción; en algunas de
estas concesiones de obras aparece -don José María Navamuel- asociado con su
yerno, don Pedro Sanz García y con don José María Decavi (...).
El
primer ingeniero argentino fue un salteño, don Enrique Rauch, que hizo un
pormenorizado estudio de la zona, anunciando su factibilidad. En contra de este
criterio, estaba la posición del ingeniero Schneidwind, que sostenía la
absoluta imposibilidad de este faraónico emprendimiento.
Por
otra parte el ingeniero Carrasco, en el año 1910, hizo un estudio minucioso,
previniendo no sólo su factibilidad, sino también que se podía construir un
tren sin la utilización de cremalleras, lo que facilitaría el transporte
intenso y poco costoso.
El
comienzo de los trabajos, acarreó vientos de progreso a la ciudad de Salta y
también a San Antonio de los Cobres, ya que daba trabajo a por lo menos tres
mil trabajadores, con un salario por día aproximadamente de seis pesos con
cuarenta centavos, lo cual para aquellos tiempos era verdaderamente importante.
Cuando
los jornales se abonaban, los trabajadores bajaban a la ciudad, a beber,
eufóricos de alegría, dando lugar a la célebre frase acuñada en el tiempo:
“Pongan nomás... ¡Huaytiquina paga! ¡Huaytiquina paga!
Es
de recordar también que, por aquellas épocas, un grupo de salteños entusiastas,
se reunió, y en automóviles Ford a bigotes, hicieron el recorrido hasta San
Antonio de Los Cobres. Entre ellos estaba el famoso poeta Juan Carlos Dávalos,
que desde su quehacer intelectual, apoyaba y difundía este colosal
emprendimiento. Atrás quedaba el desagradable recuerdo de otros dos eminentes
salteños que se opusieron a la obra, para cederla a los ingleses. Aunque
objetivamente no pueden medirse con la óptica actual, las circunstancias de
aquellos tiempos. No se midió adecuadamente que, fuera de las quebradas y
cordillera, el tren discurriría en su mayor parte por una altiplanicie que lo
convertiría en algo no demasiado difícil de solucionar. Cuando el decreto
estuvo firmado el ingeniero Acevedo, del departamento técnico de la
Administración de los FF del estado, completó los estudios de factibilidad.
Mucho se habló, que mezclado con los miles de obreros argentinos, chilenos,
bolivianos y peruanos, estuvo en la obra, el luego famoso Mariscal Tito,
constructor y Presidente del desaparecida Yugoeslavia.
Según
comentáramos recientemente, la obra en sí, constituye uno de los
emprendimientos ferroviarios más importantes a nivel mundial, por las
características de la zona y la inclemencia de su aguerrida topografía. En
nuestros días aún despierta la admiración mundial, y la visita de miles de
turistas del todo el orbe que, atraídos por esta maravilla, concurren a
visitarla.
Probablemente
con la tecnología actual, estos trabajos podrían haberse realizado con mayor
facilidad; tal vez así sea, pero para aquellos años, conseguir un ferrocarril
en tamaña geografía, sin la necesidad de cremalleras, era todo un logro. En el
mundo sólo en los EEUU existían uno o dos. Esto permitiría un tránsito más
fácil y económico.
El
espectáculo de su recorrido es en realidad impresionante, pues el tren parece
deslizarse sobre hilos invisibles, trepando por cerros y quebradas, según lo
plasma María del Carmen Tomeo en su interesante trabajo sobre el Huaytiquina,
publicado en la Revista Todo es Historia.
En
el mencionado trabajo dice, probablemente extraído de fuentes técnicas
ferroviarias inobjetables: “El trazado tiene pendiente máxima de 25 por mil, y
se compensó la resistencia ofrecida por las curvas, con una reducción
proporcional de pendiente y radio mínimo de ésta de 130 metros. Ninguna de las
líneas trasandinas, y muy pocas norteamericanas, han podido construirse dentro
de este límite. El amplio radio de las curvas eliminó el peligro que existe en
muchos caminos de montaña. También se adoptó el sistema de retroceso
(switchback), en cruces de estaciones, para reducir al máximo las maniobras. En
la vía se emplearon rieles de 37 a 40 kilogramos por metro, sobre mil
quinientos durmientes de quebracho colorado por kilómetro, con balastada de
piedra y ripio. (Las balastadas sirven para sujetar y contener las traviesas)
Tal resistencia posibilita que en trocha angosta se utilicen locomotoras de
hasta 135 toneladas de peso, y trenes de cuatrocientos cincuenta o más
toneladas, iguales a las más grandes que circulan por trocha ancha. En todo el
trayecto se colocó alambrado y también se instaló un telégrafo. Las estaciones
se instalaron a distancias de nueve a catorce kilómetros, para permitir un
tráfico intenso”.
A
todo esto las oposiciones en el senado continuaban, motorizadas por aquellos
que tenían interés en que el ferrocarril fuera explotado por manos extranjeras,
específicamente inglesas. Molestaba la actitud decididamente nacional del
presidente argentino. Trataban de hacer fracasar por todos los medios el
proyecto, o al menos demorarlo como paso previo al fracaso.
El
diario La Voz del Norte, el 22 de marzo de 1922, acusa al Gobernador salteño
Joaquín Castellanos, de estar involucrado en estas maniobras, por haberse
pronunciado en el Cívico de Salta, en contra de la prosecución de estas obras.
La repercusión que tuvieron estas declaraciones en los diarios de Buenos Aires,
La Prensa y La Nación, motivaron la terminación de su gobierno, cuando
Yrigoyen, con fecha 9 de octubre decreta con la probación de ambas cámaras, la
intervención a la provincia.
Luego
de reanudados los trabajos, cuando el tren llega a San Antonio de Los Cobres,
el pueblo se vistió de fiesta, y estuvo dotado de grandes galpones para
materiales, talleres con salas de máquinas y sub-usina y agua corriente. Las
locomotoras se encargaron a los EEUU. Desde San Antonio el tren llegaba a su
punto más alto: cuatro mil cuatrocientos ochenta y dos metros en el Abra de los
Chorrillos, hasta llegar a la Estación Mina Concordia. Desde allí el trayecto se
facilitaba, pues discurría sobre una altiplanicie hasta llegar a la cordillera.
El
pasaje a través de la cordillera, sólo podía hacerse por Socompa o Huaytiquina.
Este último que denominara al ferrocarril, resultó ser en definitiva mucho más costoso,
y con la que Socompa atravesaba zonas mucho más ricas en minerales, y por lo
tanto económicamente más rentable.
Cabe
destacar aquí, la inapreciable ayuda del Ejército Argentino que, con un
batallón de ferroviarios, estimada en cuatrocientos hombres, contribuyeron
junto a los miles de obreros, a la concreción de esta maravillosa obra. El
batallón estuvo al mando del Tnte. Cnel. Grosso Soto teniendo como segundo
al mando, al futuro Gobernador, Mayor Brígido Zavaleta.
La línea se inauguró recién en el
año 1948, bajo la presidencia del General Juan Domingo Perón, con la presencia
de distinguidas personalidades, entre las que estaba naturalmente el entonces
gobernador de Salta Dr. Lucio Alfredo Cornejo que, entre otras consideraciones
decía: “(...) Por último, hago votos para que el Trasandino del Norte, sea un
nuevo vínculo que mantenga inquebrantable la unión fraterna de dos pueblos
viriles, el argentino y el chileno(...) Lamentablemente Chile no siempre supo
comprender estos conceptos, sólo bástenos recordar su deplorable papel durante
la guerra de Malvinas, o en el conflicto del Beagle.
Para
terminar, sería interesante también recordar las memorias manuscritas de un
gran poeta tucumano, el Dr. Maximiliano Márquez Alurralde, abogado, profesor de
la Facultad de Derecho de Tucumán, periodista, y magistrado, invitado al evento
por el sólo hecho de ser poeta. Decía así en uno de sus párrafos:
“Así
como quien recuerda un sueño un tanto fantástico y pretende traducirlo en la veracidad
de un relato con sus claroscuros, sus perfiles exóticos y sus absurdas
perspectivas, tal cual se enfrentan en el sueño, y no ha de poder reflejarlo
con fidelidad, algo parecido le ocurre a uno con el paisaje cordillerano,
especialmente en el tramo cordillerano de San Antonio de Los Cobres a Socompa.
Si les cuento que he realizado un viaje a la luna, dirán quienes me lean, que
estoy relatando un sueño”.
Dice
en una parte de sus sabrosos comentarios del día inaugural: “(...) pues era un
poeta, invitado por ser poeta a participar en el primer viaje del Trasandino
del Norte, en el tren especial: sin función pública expectable, sin jerarquía
militar o eclesiástica, sin siquiera silueta de legislador, u obispo con sede
vacante (...)
“La
ciudad amaneció engalanada con banderas, con la cara recién lavada, por la
lluvia de la noche anterior, que aún persistía en descolgarse de los tejados,
por esos caños clásicos de la colonia, que asoman sus bocas hasta encima de las
veredas.
“La
figura de Güemes, iluminada por grandes reflectores que desafiaban la luz de la
mañana, parecía seguir desde su regio monumento, el movimiento inusitado de
autos, y el paso de la comitiva que acompaña a SE el Ministro de Obras Públicas
de la Nación, General Juan Pistarini, al Gobernador de Salta Dr. Lucio Alfredo
Cornejo, al Arzobispo, Monseñor Roberto J. Tavella, Jefes del Ejército,
funcionarios civiles y soldados que marchaban a rendir honores hacia la
estación del ferrocarril”.
“(...)
Así me quedé un rato, soñando en nuestro pasado, descubriendo una vez más cómo
el sentir argentino, el hondo fervor nativo, viene del Norte y va hacia el
Norte. Buenos Aires retoma el camino de la Revolución de Mayo.
“La
Nación Argentina, el Estado estaba en deuda con el Norte; y hablando de Norte,
recordemos a Belgrano y a Alvarado, y rindamos nuestro homenaje a los
Congresales de Tucumán”.
El ingeniero Guido Belzani, ingeniero principal de
los ferrocarriles del estado “consideraba que debía ser el cuarto ferrocarril.
Tuvo recuerdos de gratitud, para el Ingeniero Maury, principal factor de la
construcción y para los técnicos que han dirigido esta nueva línea.
(...)
Uno no sabe si admirar más, la audacia de la construcción, o el espíritu de
cálculo y el aplomo de ingeniería que han entrado en juego, en la visión del
ferrocarril, que pese a su costo, más parece la obra de un sueño que la
realidad del trabajo realizado y del capital invertido.
En su libro “Huaytiquina FFCC del Estado”, en el
capítulo Segunda Época de los trabajos del Huaytiquina, su autor don Teófilo
Cardozo Guerrero, nos dice:
“Al
llegar el servicio de trenes a la capital del territorio de Los Andes, se
trasladan la mayor parte de las oficinas a San Antonio de Los Cobres, donde
estaban construidas de antemano hermosas casas modernas para el personal y
obreros. La hermosa estación que embellece con su arquitectura a este lejano
pueblo de chozas incaicas, tiene grandes galpones para materiales y talleres
con salones de máquinas.
Cuentan
esta estación y playas con cañerías de agua corriente que van desde la antigua
Casa de Gobierno, y una subusina con acumuladores que recibe luz y fuerza
motriz de un viejo establecimiento minero cercano, llamado Mina La Concordia.
(...)
El camino internacional, o sea de la Ley Mitre, corre paralelo a la vía que ha
construido el Estado, por intermedio de la misma construcción ferroviaria y por
el cual han cruzado caravanas de automóviles en misión de confraternidad
argentino- chilena”.
La
historia de esta importante porción del patrimonio nacional-que pudo ser más
importante aún a consecuencia de las mutilaciones referidas en párrafos
anteriores-, luego de algunos amagos anteriores- a los que también hicimos
referencia-culmina con el decreto Nº 9375 del 21 de setiembre de 1943 (A. de
M.)
Divide
en tres fracciones el Territorio de Los Andes, anexándose a las provincias de
Jujuy, Salta y Catamarca (Bol. Of. 30/9/1943).
Dice
textualmente: “Considerando: Que la distribución del Territorio de Los Andes,
entre Jujuy, Salta y Catamarca, ya fue anunciado por el Poder Ejecutivo ante el
Honorable Congreso de la Nación, en su mensaje del 25 de noviembre de 1899, en
ocasión de la incorporación definitiva a nuestro territorio de la zona cedida
por Bolivia y delimitada de Chile por la Comisión Internacional Delimitadora.
“Que
en aquel mensaje el Poder Ejecutivo expresaba textualmente “que más adelante
cuando el Poder Ejecutivo haya hecho los estudios que se propone realizar, el
Congreso resolverá si los intereses permanentes de la Nación, aconsejarán
fundar un nuevo Territorio Nacional, o si deberán fraccionarse esas tierras,
anexando sus distintas partes a las distintas provincias que hoy lindan con
ellas”.
“Que,
agregaba también en su mensaje el Poder Ejecutivo, que las reclamaciones de
Salta sobre parte de aquellas tierras, serían consideradas en su oportunidad.
“Que
los actuales conflictos de jurisdicción entre Jujuy y Los Andes, ya tenían un
precedente en las pretensiones de Salta.” Que en distintas oportunidades y en
el deseo de terminar con estas reclamaciones fueron presentadas al Congreso
diversas iniciativas y proyectos por el Poder Ejecutivo y legisladores,
proponiendo dividir y distribuir el Territorio de Los Andes entre las
provincias colindantes.
“(...)
Que la estructura actual de su territorio dificulta su fomento, careciendo
además de los elementos de vida propia que justifique su existencia como
entidad, significando su organismo administrativo una erogación en el
presupuesto, sin ninguna ventaja para sus pobladores.
“Que el fraccionamiento proyectado adopta como base
la división departamental del territorio, dispuesta en el artículo 16, del
decreto del 19 de mayo de 1904.
Por
estos fundamentos, el Presidente de la Nación en Acuerdo General de Ministros
decreta:
Art.
1º- El territorio nacional de Los Andes se dividirá en tres fracciones que
comprenderán: 1ª) Departamento de Susques o del Norte que pasará a jurisdicción
de la Provincia de Jujuy; 2ª) Departamento de Pastos Grandes o del Centro, y de
San Antonio de Los Cobres, los que integrarán el territorio de la Provincia de
Salta, y 3ª) Departamento de Antofagasta de la Sierra, que pasará a formar
parte de la Provincia de Catamarca.
Art.2º-
La zona situada al norte de Los Andes, sobre el paralelo 23º y que culmina en
el cerro Branqui, que fuera cedida a la Nación en virtud del protocolo Carrillo
y que Jujuy siempre alegó derechos de posesión, pasará a integrar el territorio
de dicha provincia, conforme a la delimitación establecida en la Carta
Geográfica de 1940, publicada por el Instituto Geográfico Militar.
Art.
3º- Derógase la Ley 3906, creando el Territorio de Los Andes.
Firman este decreto nacional Ramírez, Alberto
Gilbert, Jorge Santamarina- Diego Mason- Elbio C. Anaya- Ismael F. Galíndez- Benito
Sueyro- Edelmiro J. Farell. (Colección Decretos del Poder Ejecutivo Nacional-
página 366).
Para
finalizar esta visión de lo que fue el Territorio Nacional de Los Andes, y
trasladando esta porción de patria a nuestros días, comentaremos una nota periodística
aparecida en diario El Tribuno de Salta con fecha 28 de junio de 2006, que dice
así:
“SE
NECESITAN 50 MILLONES DE DÓLARES AL AÑO PARA RECUPERAR EL BELGRANO.- En los
principales ramales de la red norteña, hay que reparar más de 500 kilómetros de
vías. De acuerdo a un estudio de costos, cada kilómetro de vías a reparar,
costaría 94.000 dólares.
Con
una inversión de 50 millones anuales, el volumen de cargas que mueve
actualmente el Belgrano podría triplicarse en tres años. (...) La propuesta fue
presentada a Franco Macri, directivo de la empresa argentino-china, que se
encargará del gerenciamiento del ferrocarril. (...) El Ministro de la
Producción Sergio Camacho reafirmó la gran importancia del funcionamiento del
Belgrano Cargas.
(...)
aseguró asimismo que tradicionalmente en el NOA, el transporte de carga
ferroviario era del 30%, mientras que en la actualidad, escasamente llega al
10%.
(...)
La carga actual transportada por el Belgrano es de 800 mil toneladas, cuando en
los buenos tiempos la cifra rondaba los 4,5 millones de toneladas al año.
(...)
Sólo el ramal C-14 demandaría una inversión de 20 millones de dólares anuales.
Este ramal tiene un recorrido de 570 kilómetros, de los cuales deben reparase
200 de vías y obras de arte.
(...)
Un subtitulado que reza:
“Demanda
insatisfecha del NOA:
GRANOS---600.000
TONELADAS A----ROSARIO 80%- BOLIVIA 20 %
CEMENTO- 300.000 TONELADAS – A—LITORAL Y NEA AZÚCAR
50.000 TONELADAS A- BUENOS AIRES MINERALES- 200.000 TONELADAS – A CORDILLERA
(sic), BRASIL Y CHILE”.
La
nota finaliza con el comentario de que entre el quinto y décimo año, con
fuertes inversiones en locomotoras, recién se podría alcanzar el promedio
histórico de 4.5 millones de toneladas anuales, y producir una más que
significativa disminución de aranceles de transporte.
Como
podemos comprobar, mientras que los lugares más avanzados del mundo, el
transporte ferroviario se cuida y se utiliza para abaratar los fletes, en
nuestro país, siempre a contrapelo de los intereses de la nación, los ferrocarriles
fueron cerrados, y hoy, debemos invertir la cuantiosa suma, expresada en el
epígrafe, y la espera de diez años, para poner en funcionamiento los niveles
históricos de carga.
Apreciamos
cuánta razón tenía Arturo Jauretche, cuando decía: “Para qué les viá contar, si
no sirve pá nada: Cuando muere el zonzo viejo, queda la zonza preñada”.
1-
Notas periodísticas locales y nacionales recopiladas por la
Sra. Clara Mollinedo de Zavaleta--
2-
Dr. Ricardo Alonso-Minería y Medio Ambiente-
3-
Dr. Ricardo Alonso-Minería- Propuestas y Reflexiones sobre
una actividad Productiva
Esencial.
4-
Arturo Jauretche-El Medio Pelo en la Sociedad Argentina-
5-
Carlos Alberto Floria- César García Belsunce-Historia de los
Argentinos-
6-
Félix Alberto Montilla Zavalía- La Gobernación de Los Andes-
7-
Diccionario Espasa Calpe-tomo 48
8-
José Iñigo Carrera -Revista Todo es Historia Nº 42 El Indio
Heredia-
9-
Ricardo Federico Mena- María Carolina Mena Saravia- Los Mena
y Méndez-
10-
Carta personal del Ministro del Interior Marco
Avellaneda-Buenos aires, abril 18 de 1908.
11-
Diario Provincia-26 de diciembre de 1908.
12-
Diario El Demócrata- 8 de enero de 1908- Buenos Aires.
13-
Diario La Tribuna- 31 de diciembre de 1908.
14-
El Cívico- marzo de 1908.
15-
La Nación- marzo 25 de 1908.
16-
La Nación. 30 de marzo de 1909.
17-
La Provincia – 30 de julio de 1909.
18-
La Tribuna Popular- 5 de agosto de 1909.
19-
La Tribuna Popular- 24 de Agosto de 1909.
20-
La Tribuna Popular-29 de agosto de 1909.
21-
La Tribuna Popular- 14 de mayo de 1909.
22-
La Tribuna Popular- 15 de septiembre de 1909.
23-
La Tribuna Popular. 1 de febrero de 1910.
24-
Carta personal del Capellán, P. José Sandbothe a don Brígido
Zavaleta. Montevideo, abril 10 de 1910.
25-
El Cívico- 5 de agosto de 1910.
26-
Nueva Época –11 de noviembre de 1910.
27-
La Nación-8 de julio de 1912.
28-
La Provincia – 9 de noviembre de 1913.
29-
La Tribuna Popular- 8 de enero de 1913.
30-
El Cívico de Buenos Aires- enero de 1913.
31-
Nueva Época- enero de 1913.
32-
Tribuna Popular- enero de 1913-
33-
Nueva Época- enero de 1913.
34-
La Opinión- julio de 1912.
35-
La Nación- julio 8 de 1912.
36-
El Cívico de Buenos Aires – 5 de setiembre 1911.
37-
La Opinión- 16 de noviembre 1911.
38-
La Razón de Buenos Aires- 26 de julio de 1912.
39-
La Tribuna Popular- 8 de enero de 1913.
40-
Nueva Época- 10 de enero de 1913.
41-
Tribuna Popular. 14 de enero de 1913.
42-
Nueva Época – 18 de enero de 1913.
43-
El Cívico- 18 de marzo de 1913.
44-
La Tarde – 9 de abril
de 1913.
45-
La Raza Latina (París)- 30 de agosto de 1913.
46-
Nueva Época –julio 2 de 1914.
47-
La Argentina de Buenos Aires- julio 22 de 1914.
48-
El Diario del Norte de Tucumán. 24 de julio de 1914-
49-
La Gaceta de Tucumán. 4 de diciembre de 1914.
50-
El Orden de Tucumán. 20 de diciembre de 1914.
51-
Tribuna Popular- 22 de enero de 1915.
52-
La Nación- 8 de mayo de 1915.
53-
La Voz Del Norte- 8 de mayo de 1915.
54-
La Nación- 11 de diciembre de 1915.
55-
Nueva Época- 17 de noviembre de 1915.
56-
La Voz del Norte- 10 de enero de 1916.
57-
Nueva Época – 3 de enero de 1917.
58-
La Provincia- 4 de enero de 1917.
59-
La Voz del Norte- 29 de abril de 1924.
60-
Nueva Época- 14 de agosto de 1915.
61-
La Tribuna Popular- 26 de octubre de 1914.
62-
El Orden de Tucumán-Gobernación de Los Andes-Reelección del
Mayor Zavaleta- enero 15 de 1915.
63-
La Tarde (Bs. As) Marzo 11 de 1915.
64-
El Orden de Tucumán – 17 de agosto de 1915.
65-
Nueva Época- 17 de junio de 1914.
66-
La Libertad- 24 de junio de 1916.
67-
Nueva Época – 14 de abril de 1915.
68-
El Tribuno- César Fermín Perdiguero- 14 de noviembre de
1971.
69-
El Tribuno-C F. Perdiguero- 21 de noviembre de 1971.
70-
El Tribuno- Salta 27 de junio de 2006- Nace en la Puna
Salto-Jujeña un Polo Minero.
71-
El Tribuno- Salta 28 de junio de 2006- Se necesitan 50
millones de dólares anuales para Recuperar al Belgrano.
72-
José Ingenieros- El Hombre mediocre-
73-
Miguel Ángel Scenna -El Secular Diferendo- Revista Todo es
Historia Nº 44.
74-
Iñigo Carrera Héctor -Historia y Leyenda del Indio Heredia-
Revista Todo es Historia Nº 44.
75-
Florencio G. Aceñaloza -Atacama-Ese inmenso desierto-
Revista Todo es Historia Nº 44.
76-
María del Carmen Tomeo- Huaytiquina- Un ferrocarril para
rectificar geografías- Revista Todo es Historia Nº 66.
77-
Florencio G. Aceñaloza-Los viajes del Gobernador Cerri-
Revista Todo es Historia Nº 67.
78-
Dr. Ricardo Alonso - Diario El Tribuno 7/1/2006. Página
2-Salta es hoy líder en exportaciones mineras.
79-
Dr. Ricardo Alonso- Las Cordilleras del Poniente-
80-
Todo es Historia Nº 46- Carta a los Lectores: MARISCAL SANTA
CRUZ- Raúl Capriles- Sucre 1495-año 1971.
81-
María del Carmen Tomeo-Huaytiquina- Un Ferrocarril para
rectificar geografías-
82-
Rodolfo Leandro Plaza Navamuel- Los de Lea y Plaza. Señorío
y Tradición del Valle del Calchaquí Salteño- 2000.
83-
Folleto Nº 1-año 1- 2004- Facultad de Ciencias
Naturales-Universidad Nacional de Salta- Museo de Ciencias Naturales.
84-
Sismos y Volcanes de Salta- Museo de Ciencias Naturales-Nº
2-Año 2- Julio de 2005.
85-
Dr. Maximiliano Márquez Alurralde - Recuerdos de un viaje a
Socompa- Manuscrito original del protagonista, en archivo de los autores del
presente trabajo.
86-
Teófilo Cardozo Guerrero-Segunda Época de los trabajos del
Huaytiquina- Publicación de Agenda Cultural del Tribuno- Editor Gregorio Caro
Figueroa.
87-
María Inés Garrido de Solá- La Disolución del Territorio de
Los Andes y los Derechos de la Provincia de Salta.
Décimo Congreso Nacional y Regional
de Historia Argentina-Publicación Academia Nacional de la Historia 1999.
88-
Biblioteca de la Legislatura- Decretos Nacionales.
89-
Biblioteca de la Legislatura- Anales de Leyes Nacionales.
90-
General Daniel Cerri- El Territorio de Los Andes- Reseña
Geográfica y Descriptiva- AHS -
91-
Juan Martín Leguizamón” Cuestiones de Límites entre la República
Argentina y Chile. AHS.
92-
Solá Miguel-Diccionario Biográfico de Salta. AHS.
93-
309- Leguizamón Juan Martín, Goytia Casiano y Zorreguieta
Mariano. “Límites con Bolivia”. AHS.
94-
393- Leguizamón Juan Martín “Cuestiones de Límites entre la
República Argentina y Chile- 1873- AHS.
95-
La Prensa “Cuestión Argentino-Chilena”.
96-
397- Alvarado Manuel “El Trasandino del Norte- 1879-
97-
465- Alvarado Manuel-Contribución al Estudio Histórico de
los Límites de la Provincia de Salta-
98-
Miguel Solá - Diccionario Biográfico de Salta- 1964.
99-
José de Guardia de Ponté - Mapa de la Gobernación de Los
Andes- Archivo particular del mismo.
100-
CFI -Teseira María Elena, Sola María Fernanda- CD Salta,
editado por la Cámara de Diputados de la Provincia de Salta- Webmaster José de
Guardia de Ponté- La Puna – Descripción Geográfica.
101-
Ercilia Navamuel- Atlas Histórico de Salta.
102-
Licenciado Christian Vitry -Llullaillaco- El volcán Sagrado
de los Incas-CD Salta editado por la Cámara de Diputados de la Provincia-
Webmaster José de Guardia de Ponté.
103-
D. Jorge Corominas -Los Vascos en América Tomo III-
104-
Información del Dr. Raúl de Zuviría Zavaleta publicada en
“Los Vascos en la Argentina”-Familias y Protagonismo. 3ª Edición de la
Fundación Vasco Argentina.
105-
Información actualizada del Dr. Raúl de Zuviría Zavaleta,
incluida en un trabajo aún inédito. Los autores agradecen su generosa
contribución.
106-
Información familiar del Sargento Mayor D. Brígido Zavaleta
Bravo. Proporcionada por el Teniente Coronel Brígido Zavaleta Stahllammar.
107-
Información familiar proporcionada por D. Diego Outes
Zavaleta.
108-
Información familiar proporcionada por Dña. Lucrecia
Zavaleta Stalhammar de Gigena.
109-
Información familiar proporcionada por Dña. María Martina
Zavaleta Stalhammar de Solá.
110-
Información familiar proporcionada por Dña. María del Milagro
García Zavaleta de Cristófari.
111-
Biblioteca particular de don Leandro Plaza Navamuel.
Notas
· Odontólogo, con posgrados en
algunas disciplinas. Miembro fundador (1997), de número (1999. Sitial D. Manuel
Lizondo Borda) y actual pro tesorero del Centro
de Investigaciones Genealógicas de Salta. Miembro correspondiente, entre
otras instituciones afines, del Centro de
Estudios Genealógicos de Tucumán y del Centro
de Estudios Históricos y Genealógicos Gens Nostra.
·· Miembro adherente del Centro de
Estudios Genealógicos de Tucumán, miembro correspondiente del Centro de Investigaciones Genealógicas de
Salta.