Dr. Luis Güemes |
Nació en la ciudad de Salta el 6 de febrero de 1856. Hijo de don Luis Güemes y Puch de doña Rosaura Castro y Sanzetenea. Cursó sus estudios secundarios en el Colegio Nacional de su ciudad natal.
En 1873 se inscribió en la Facultad de Medicina de Buenos Aires para terminar sus estudios en 1879. Su tesis versó sobre Medicina Moral, la que se ocupa de la necesidad del médico de “conocer al hombre entero, en su doble esencia física y moral”, es decir psíquica y anímica.
Con la mente en las famosas cátedras de Francia y de Alemania, partió hacia Europa.
En París se inscribió como simple estudiante en la Facultad de Medicina para cursar, paso a paso, la Carrera a nivel elevado que podía cursarse allí en ese momento. Terminado por segunda vez el curso escribió su tesis de graduado sobre Hematosalpine.
Regresa al país en el año 1889 precedido por un buen logrado renombre, ocupando en 1897 la cátedra de Clínica Médica a la cual consagraría su talento, su sexto sentido clínico, la sabiduría, la bondad y el señorío que conformaban su personalidad.
En 1895, fue designado Académico de Medicina en el sitial Nº 6, continuando en el mismo hasta el día de su muerte. Al incorporarse leyó su discurso, que tituló Exactitud en Medicina.
En 1907 sus comprovincianos lo eligieron para una banca en el Senado de la Nación. Fue Vice-Presidente del Alto Cuerpo varios años y alguna vez también Presidente.
En 1912 fue Consejero de la Facultad de Medicina y su actuación fue de armonía, justicia, progreso y de creación de nuevos Institutos que contribuyeron al progreso de la Escuela.
Clásico ha quedado, en los principios hipocráticos, su discurso de incorporación a la Academia cuando expresó su juicio sobre: la Medicina es una ciencia difícil, un arte delicado, un humilde oficio, una noble misión.
En 1921 el profesor Güemes se retiró de la Cátedra a la cual había entregado cinco lustros de su paternal actuación docente. El 9 de diciembre de 1927 muere el gran médico con la misma serenidad y el mismo recato con que había vivido.
Un Monumento sobre la pared de la calle Córdoba de la antigua Facultad de Medicina perpetúa su Memoria. Fue descubierto con extraordinaria pompa el 7 de diciembre de 1935 (Obra del escultor Agustín Riganelli).
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