Historia de Salta |
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1880 - Los Inmigranes |
El contexto político, económico y social de la Argentina a fines del siglo XIX atrajo una migración masiva europea. Italia y España fueron preponderantes
Salta recibió inmigrantes provenientes de distintos orígenes.
El contexto socioeconómico de la Argentina de fines del siglo XIX atrajo una migración masiva proveniente de diferentes países europeos. Italia y España cumplieron un rol preponderante en este sentido, aunque también hombres y mujeres provenientes de otros países europeos dejaron su impronta. Las causas de índole económicas, pero también políticas y sociales se contextualizaron en un proceso de transformación a escala mundial, constituyendo el marco temporal los dos conflictos bélicos mundiales.En 1889 había casi tres mil europeos recién llegados a Salta que, entre otras cosas, cambiaron el comercio, difundieron los ideales de la masonería, introdujeron el colectivo y trajeron la primera bicicleta. La población de inmigrantes seguiría creciendo con sucesivas olas que ingresaron hasta después de la segunda guerra mundial, en gran parte porque la provincia se publicitaba en el exterior como un buen destino para emigrar. Un folleto que repartían agentes oficiales argentinos en naciones europeas hacia 1888 publicitaba a la provincia como destino para emigrar destacando que 'en la mayor parte de los departamentos hay minerales como oro y plata”. El documento también contenía mapas y detallaba en diferentes idiomas los derechos de los inmigrantes.
En 1889 la provincia tenía 142.000 habitantes. De este total, 2.835 eran europeos que habían llegado en barco a Buenos Aires y luego vinieron por tierra a Salta. Los inmigrantes dejaron su marca en el arte, el transporte público y el comercio, además de extender la masonería a nivel local.
Los italianos y franceses iniciaron la logia General Belgrano 250, cuyo centro de reuniones estaba en la calle San Luis 514. La organización tenía como objetivos buscar la justicia y la libertad. El francés Juan Peyret estuvo al frente de la logia además de desempeñarse como comisario inspector de la Capital y empresario. En su función pública, hizo supervisiones para evitar que las construcciones se hicieran con materiales inflamables. Peyret también quedó en la historia por haber trabajado en el traslado del la imagen del Cristo que actualmente se encuentra en la cima del cerro San Bernardo desde la iglesia La Viña, donde se hallaba inicialmente.
Otro emigrado de Francia e integrante de la logia General Belgrano 250, Fermín Delclaux, introdujo en 1910 el primer colectivo de pasajeros de la ciudad junto al argentino Ramón Barbarán. También practicante de la masonería, el italiano Luis Bartoletti fue el dueño de un emblemático comercio de la ciudad. Su negocio, ubicado en la actual peatonal Florida frente a la casa de Moldes, era a la vez ferretería, armería y almacén de ramos generales. Antonio Ravizza, italiano, trajo a Salta la primera bicicleta en 1891. El medio de transporte tuvo una gran aceptación y años después se fundó el club 'Unión de ciclistas'.
Los árabes, libaneses y sirios llegaron partir de 1880 pero su presencia se afianzó desde 1900. Pusieron su empeño para aplicar los conocimientos que traían sobre agricultura y comercio. Como la mayoría de los inmigrantes que ingresaron en grandes corrientes, venían atraídos por las noticias que hablaban de las posibilidades de trabajar y crecer en América. Muchos fueron vendedores ambulantes a pie y a lomo de mula, extendiendo esta forma de comercio en los diferentes departamentos. Se cree que eligieron Salta porque tenía paisajes similares a los de sus tierras.
El aporte italiano, en tanto, dio rasgos progresistas a una sociedad tradicional y de neto corte colonial que los recibió por la calificada inserción en el ámbito laboral y la formación cultural de la mayoría de los miembros de esta comunidad de esta comunidad.
En su libro Los italianos y descendientes en Salta (1983) del escritor y compositor salteño José Juan Botelli, logró registrar los primeros apellidos italianos tomados de actas bautismales, entre los años 1840 y 1880, los “que podrían considerarse entre los hijos de los “pioneros”, pues sólo después de 1880 es que empieza a notarse una gran proliferación de los apellidos itálicos”. En un documento del Vice consulado de Italia en Salta de 1896 figuran censados 567 italianos residentes en la capital. La mayoría son “contadini" (aldeano, campesino), operarios y pequeños comerciantes. Esto nos dice del reducido número de extranjeros si se lo compara con el flujo migratorio de la región pampeana.
Pero hay datos anteriores de la presencia de italianos en Salta. Teresa Cadena de Hessling en Visión retrospectiva de la ciudad de Salta (1982), cuenta que la corona de Holanda ordenó levantar un censo de extranjeros residentes en las ciudades y el gobernador Alonso de la Rivera, en 1606 informó que la ciudad contaba entre sus residentes a un inglés, un alemán, tres italianos, un noruego y tres flamencos y que “todos se dedicaban a trabajos honrados”.
Si bien la inmigración europea en Salta no alcanzó la magnitud que tuvo en la Pampa húmeda, la ciudad de impronta colonial se fue transformando a fines del siglo XIX y principios del siglo XX. Fundamentalmente porque se reemplazaron las construcciones por edificios de estilo italiano. Pertenecen a esa categoría arquitectónica llamada “italianizante” varios monumentos, edificios públicos y residencias privadas: Francisco Righetti, Luis Giorgi Luis Ortelli, Carlos Sampieri, José Buccianti, son algunos de los tallistas, arquitectos, escultores que construyeron las iglesias de San Francisco, La Viña, La Merced y la Catedral Basílica.
La arquitectura italianizante, corriente de gran importancia en la transformación de la ciudad en el período 1880/1930, se denomina ecléctica (movimiento que usa las corrientes neoclásicas y romanas y las reproduce) y es la que se observa en los edificios del “Corredor de la Calle Mitre”.
Pionero de la enseñanza artística fue Arístene Papi, oriundo de Urbino, llegado a la ciudad en 1899. Trabajó para familias, pintó cuadros y decoró casas e iglesias de la época: el palacio Díaz de Bedoya de Day, las capillas del colegio Santa Rosa de Viterbo, del colegio Belgrano, del Hospital del Milagro, la iglesia y capilla del convento de San Bernardo, la capilla del Monasterio del Buen Pastor y el presbiterio de la iglesia de Nuestra Señora de la Candelaria (la Viña). En 1908 abrió la primera escuela particular de Dibujo Artístico e Industrial.
Los italianos, entonces, con sus actividades laborales han dejado sus contribuciones al crecimiento de la ciudad, al mejoramiento del sistema sanitario, la iluminación urbana con las primeras farolas, al embellecimiento de plazas y parques con tallas en piedra, etc.
Fuentes: Textos extraídos de: Lisi, Fulvia Gabriela y Tissera de Molina, Alicia: “Itinerarios de la memoria: la permanencia de los italianos en Salta”. En Primer Congreso Internacional: La cultura de la cultura en el Mercosur. Volumen I. Salta. 2004. Págs. 99/ 104.
Diario El Tribuno, 22 de octubre de 2007: Artículo “Los Inmigrantes en Salta”.Fuente: http://www.lineadetiempo.org.ar/enciclopedia/evento?eventoId=20468
Más Información:
1) http://www.portaldesalta.gov.ar/viborero.html