Historia de Salta y del Norte Argentino

Historia del Pueblo de El Carril

El municipio fue creado el 22 de Febrero de 1914, mediante Decreto N 49

 

l 16 de Abril de 1.885, en el acuerdo Nº 3 de la Sección municipal de Chicoana, se nombro por el partido de El Carril, juez propietario a Don. Emilio Figueroa y juez suplente a Don Balbín Díaz...

   En 1.886, vecinos de la villa de El Carril solicitan al gobierno provincial la creación de un pueblo y el traslado de la capital departamental A El carril, hecho que no se concreto hasta el año 1.912 en que por decreto N 49 se crea el pueblo de El Carril y se lo delimita.

   El 2 de Febrero de 1.912, el Ministerio de Gobierno de la Provincia, viendo la presentación hecha por los vecinos del Partido de El Carril, que solicitan la creación de una Comisión Municipal y de acuerdos a los informes de los comisionados Don. David Zambrano (h), el Dr. Abraham Cornejo y Don Indalecio Zuviría, quienes aconsejaban los limites jurisdiccionales. El Ejecutivo Provincial a cargo de Don Avelino Figueroa, mediante decreto N 49 crea la comisión municipal de El Carril y fija los limites.

   En el articulo N 9 nombra como miembros a los Sres. Rafael Zuviría, Ricardo San Millan,Waldino Goytea, Segundo Juárez Moreno y Abel Belmonte.

   El 10 de Octubre de 1.929 se sanciona la nueva constitución Provincial que contempla el Régimen Municipal en la Sección Sexta Capitulo Único de acuerdo a lo establecido en el Articulo N 171, correspondiente al municipio de El Carril la tercera categoría.

   El articulo N 178 determina la composición del gobierno a cargo de una comisión municipal de cinco miembros, de los cuales uno era designado por el Ejecutivo Provincial y se llamaría presidente o intendente.

   El 2 de Junio de 1.986 la Convención Provincial aprueba la Nueva Constitución Provincial, la que en su sección tercera capitulo único dedicado al régimen municipal en 14 artículos desde el 164 al 177 trata su naturaleza y determina que todo centro poblacional permanente que cuente con un numero de 900 habitantes constituye un municipio encargado del gobierno y administrador de sus intereses y servicios. Goza de autonomía política administrativa y financiera.

ORIGEN DE SU NOMBRE

   EL CARRIL significa ruta, huella, surco, camino de paso, el que en el siglo XVIII era él transito obligado y vía de comunicación entre los Valles Calchaquíes y el Valle de Salta.

   Fue posta o parada estacionaria de comerciantes, artesanos y alfareros que desde Potosí, Perú, Tarija, Córdoba, Santa Fe, Los Valles de Catamarca, Calchaquíes, y de Lerma, venían entre los meses de Febrero y Marzo, a los predios de Sumalao, donde se llevaba a cabo la Gran Feria Anual de Salta.

   El establecimiento paulatino de vallistos, españoles y de grupos culturales como: cholos, negros y esclavos, posibilitó el desarrollo de las haciendas a orillas de El Carril de Chicoana.

   De esta manera se fue formando un núcleo poblacional espontáneo y progresista que constantemente reafirma su condición de nudo troncal de comunicación.

   Documentos históricos de distintas épocas, registran el nombre al igual que permiten vislumbrar su significado de actividades económicas y conformación socio-cultural.

  Desde fines del siglo XVIII, en el que El Carril de Chicoana era transitado asiduamente por los comerciantes y troperos que asistían a la Feria de Sumalao originando un poblado a orillas de la ruta central del Valle de Lerma, se visualizan las siguientes etapas:

1. Una primera de formación socio-económica.
2. Una segunda etapa de integración regional dada la intervención de la población en la Guerra de la Independencia Institucional.
3. Una tercera etapa de integración departamental y desarrollo institucional como partido del departamento de Chicoana 1.850.
4. Una ultima y cuarta etapa de autonomía local desde 1.880, cuando la Villa de El Carril solicita la creación de un pueblo con delimitaciones geográficas y políticas.

PERIODO HISPANICO

   Si bien es cierto que el origen del nombre del pueblo de El Carril, data de la época hispánica, mal podríase reconocer su historia como comunidad sin hacer referencia a la vida de los primeros habitantes, antecesores raciales y culturales: los nativos u hombres de esta tierra, quienes pasaron a constituir las culturas del silencio de este continente al que se denomino AMERICA.

   A 500 años del discutido acontecimiento europeo, Descubrimiento y Conquista del Nuevo Continente, se continua diciendo que los verdaderos dueños de estas tierras eran salvajes, incivilizados, feroces; sin embargo hoy somos poseedores de tradiciones culturales remotas en el tiempo, pero nos identifican como pueblo.

   Alrededor del año 1.400, esta zona estuvo habitada por tribus de aborígenes, quienes establecidos a orillas de los ríos, en las sierras y lomas, desarrollaban un estilo de vida propio denominado por los arqueólogos contemporáneos Cultura del Valle de Salta.

   Los parajes de esta representan en sus suelos restos de cerámica, las que en el pasado fueron olas, pucos, platos, vasos ceremoniales o bien urnas funerarias de niños o adultos; hachas de mano y de mango de 10 a 15 cms de obsidianas y piedras duras.

   Estos elementos permiten leer la vida de una comunidad sedentaria, en la cual se dio la actividad de la caza de animales organizada y progresivamente aparecieron la domesticación de animales y de plantas, el cultivo del maíz y la transformación de los granos en harinas o féculas mediante a la molienda en metales y morteros.

   Siendo la base de la comunidad la familia, formaron tribus con un jefe militar y religioso al frente, entre los que se puede citar la de los: ATAPSIS, los YACAMPIS, los PULARES y los CHICOANAS.

   Dice Antonio Serrano, estudioso de la zona, que los nombres de las tribus son parcialidades del sector conocido como KAKANO, que desarrollaron culturas entroncadas todas en una cultura básica general, pero diferenciadas en el tiempo y el espacio.

   La riqueza de los valles y la facilidad de comunicación favorecieron el intercambio de productos, así la ruta que bajaba desde la quebrada de Humahuaca por la del Toro y los Valles Calchaquíes por el Sur y Oeste, permitía la acción comunitaria del trueque de productos agrícolas y artesanales de los Valles con los tejidos, sal de los Andes y Puna, al igual que los frutos silvestres y maderas de los bosques. Prueba de esto son los restos de cerámica de los horizontes culturales de Santa Maria, San Francisco, La Candelaria y la Tosca Marleada, propia de la selva y bosques esparcidos en numerosos parajes de la zona.

   Tuvieron una religión politeísta y naturalista. Adoraban y rendían culto a los animales relacionados con el agua, como ser el sapo, la víbora, el suri. Creían en tres planos representativos del mundo: el de los dioses, el de los hombres y el de los muertos, unidos por un eje de la vida desde donde se genera todo movimiento.

   Alrededor del año 1.480, como consecuencia de la expansión del Tahuantisuyo, llegaron los Incas y organizaron la provincia de Chicoana, que abarca desde él rió Toro, al Norte, hasta el Tolombón al Sur, con lo que esta zona quedaba dentro de ella, con capital en la ciudad de Chicoana, en la Paya, lugar donde se trazo el camino Inca que llegaba a Mendoza.

   El centro militar y poblacional de esta región, se estableció en Las Lomas Chatas, en el actual paraje de Chivilme, reducto Incario delimitado por pircas de piedra que protegían el caserío y permitían el dominio de la ruta a Tolombón. Quizás desde este centro se domino a las tribus que habitaban las sierras y lomas de Sancha, de la banda del rió Rosario y Arias, en las que se encuentran restos de cerámica Inca. Con este pueblo se introdujo el habla de la lengua quechua y el culto a la Pachac, divinidad propiciatoria de la fertilidad de la vida y bienestar, representada por alimentos, productos de la cosecha, coca, bebidas, sangre de los animales, los que entierran en un lugar sagrado o apacheta.

   En 1.550, la zona vallista estaba habitada por la nación de los Pulares Diaguitas y la tribu de los chicoanas, quienes se resistieron a la dominación Inca, prueba de ello son los fuertes o pucaras que construyeron los Incas para asegurar sus dominios.

   En 1.535, desde el Alto Perú, hacen su entrada por la quebrada de Humahuaca los conquistadores españoles. Algunos historiadores modernos opinan que Diego de Almagro en 1.536 llega a Chicoana, ubicada en los Valles Calchaquíes siendo el camino del Inca; otro s afirmaban que dicha población estaba ubicada en El Valle de Lerma, de esta forma la ruta pasaba por El Carril.

   La expedición de Diego de Rojas en 1.543, por la Quebrada del Toro o por Escoipe, llega también al mismo Chicoana. Todas buscaban llegar a Chile y encontrar riquezas metalíferas. Recién a partir de la incursión de Juan Núñez del Prado se inicia la política fundacional del Rey de España, en el año 1.549, sin embargo, de acuerdo a relatos de cronistas, no se menciona a Chicoana.

   En 1.563, el Rey Felipe II crea por Real Cedula de Gobernación del Tucumán y ordena una acción poblacional mediante la fundación de ciudades. De esta forma, el gobernador Gonzalo de Abreu, llamo rió de Abreu, en el actual paraje de Peñaflor.

   Esta fundación española, fue seguida por una acción colonizadora por parte de las ordenes religiosas de los Jesuitas, Franciscanos y Mercedarios, quienes iniciaron una labor evangelizadora y cultural, enseñando la doctrina de la Santa Fe Católica Romana, suministrando los sacramentos e introduciendo elementos culturales europeos, como la lengua castellana, vestimentas, cultivo de tierra e introducción elemental de la lectura, escritura y cálculos numéricos.

   En 1.650, se estableció la doctrina de San Pablo de Los Pulares y luego de San Pablo de Chicoana, Las Mercedes, reales consistentes en tierras e indios, dio lugar a la formación de Chacras y Haciendas, como la implantación del sistema de la encomienda indiana, cuyas consecuencias fueron las perdidas de vidas, ya que el aborigen se resistía a la privación de la libertad y al trabajo forzado.
   El desarrollo de la actividad minera del Perú y Potosí, al igual que en los cerros de Chicoana, entre los siglos XVII y XVIII, proporcionaban grandes ganancias económicas a los comerciantes de Salta y del Valle de Lerma, mediante la habilitación entre los meses de Febrero y Marzo, de La Gran Feria Anual de Salta, en los predios de Sumalao. Al inicio del Verano los potreros de esta zona vallista presentaban sus pastos tiernos, verdes y eran alquilados a comerciantes de Santa Fe y Córdoba para la invernada de las mulas.

   Este centro comercial permitió que El Carril del Curato de Chicoana sea transitado asiduamente por españoles y vallistos, tucumanos, riojanos, catamarqueños, quienes como artesanos y productores de mercancías alimenticias, llegaban al Sumalao para comercializar sus productos.

   El éxito de la Feria de Sumalao, el suelo apto para el desarrollo de la agricultura y ganadería, su posición geográfica y estratégica en el centro de la ruta a los Valles Calchaquíes y de Lerma, posibilitaban la integración comercial y cultural. Poco a poco se fue poblándose, convirtiéndose en residencia definitiva de los vallistos, españoles, cholos y rioplatenses, esclavos, libres y negros, quienes formaban parte de un orden socio-cultural.

   A comienzo del siglo XIX, El Carril del Curato de Chicoana y la Hacienda del Bañao de El Carril, propiedad de don Santiago de Figueroa, fueron centros poblacionales, el primero dedicado al comercio y el segundo a la ganadería, pero ambos atraían constantemente a los transeúntes de El Carril.

Esto permite afirmar que El Carril, desde sus orígenes, fue un pueblo de formación espontánea y no de fundación española, producto de causas sociológicas y económicas.

   A partir de 1.810, cuando se lleva a cabo el proceso de emancipación del Rió de La Plata, el Norte comienza a participar en defensa de sus tierras y por la libertad, animados por la propaganda ideológica en Salta de los patriotas Gurruchaga y Moldes frente al avance español.

   El fracaso de las expediciones militares comandadas primero por Castelli, luego por Belgrano que es derrotado en Vilcapugio y Ayohuma, lleva a solicitar relevo y se nombra al Gral. San Martín, jefe del ejercito Auxiliar del Norte. Este hecho permite a los pobladores de El Carril, escribir sus paginas de gloria en la historia de la Independencia Nacional. Los ideales de Mayo se hicieron carne en el campesino como era llamado entonces, el hombre dedicado a la faena rural, pero con la llegada del Gral. San Martín y el reconocimiento oficial de la milicia de Güemes, comenzó a registrarse con el nombre de Gaucho en los partes militares.

   Desde 1.814 y hasta 1.817, el Valle de Lerma desde la Caldera hasta Guachipas, fue el escenario natural de un vasto terreno de operaciones militares, conocida como Guerra Gaucha de los Gauchos, para evitar la concreción del objetivo español de dominar el Tucumán, avanzar a Córdoba, unirse a las tropas de Chile y tomar Buenos Aires. Para esto planificaron invasiones militares a Jujuy y Salta, ante la que los gauchos de Güemes,

Comandados por hábiles estrategas lugareños, formaron escuadrones y partidas para defender el suelo patrio.

   Así en 1.814, invadida por segunda vez Salta, por la fuerza del Virrey del Perú, Joaquín de la Pezuela, sus tropas exhaustas se dirigieron a Chicoana, saquearon a la población y produjeron el levantamiento del gaucho, que eligió comandante a don Luis Burela y Saavedra. Abandonando sus bienes y familias, se encolumnaron con su jefe y derrotaron al enemigo el 9 de Marzo de 1.814, en el mismo pueblo.

   Luego, sesenta gauchos a las ordenes de don Pedro Savala, terrateniente del lugar, lo persiguieron hasta El Carril del Bañado, donde los emboscaron, hirieron al comandante, les quitaron sus armas y los tomaron prisioneros. San Martín en su parte militar fechado el 25 de Marzo de 1.814 informa al director Posada que ha recibido noticias de Güemes de que una partida de sus gauchos sorprendió y tomo prisioneros a varios realistas en El Carril.

   El gobernador Martínez de Hoz, habiendo recibido refuerzos de Pezuela, el 10 de Junio, se dirigió a Guachipas con cuatrocientos soldados de infantería y caballería con el objeto de recoger víveres y ganado, como así también de castigar a los gauchos. El comandante Savala acampo en Sumalao con refuerzos enviados por Güemes y a la llegada de los españoles los ataco por sorpresa librando un combate que duro mas de dos horas. La columna giro y tomo dirección a Chicoana, fueron perseguidos hasta Pulares, allí pasaron la noche del 21 y al romper el DIA 22 siguieron a Escoipe perseguidos por Burela y Zavala, pasaron por la Viña y regresaron al Carril donde fueron emboscados cinco veces, en estos duros combates murió el coronel Sardina, que fue reemplazado por Vigil y este emprendió la huida primero a Escoipe y luego a la ciudad con unos setenta hombres. Los patriotas tuvieron seis muertos y dieciocho heridos.

   De esta forma el pueblo de El Carril presto servicios a la causa noble de la Independencia Nacional.

Información extraida de la Página Web de la Municipalidad del Carril:

http://www.civitas.gov.ar/municipios/portal.asp?MID=85

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