Por Diego Cornejo Castellanos
“Mi mérito es relativo porque mi carácter se forjó en las enseñanzas de mi hogar provinciano y se inspiró en el ejemplo de mis mayores y en la abnegada dirección espiritual de mi madre, guiada por los preceptos de nuestra Fe, que contiene el código moral más admirable que haya conocido y practicado la humanidad”,.Con la transcripción de éste párrafo, del discurso, que hubo de pronunciar el 3 de junio de 1943, con motivo de proclamarse su candidatura para Presidente de la Nación, ya muestra algunos rasgos espirituales que caracterizaron la personalidad del doctor Robustiano Patrón Costas.
Estos conceptos vertidos cuando se aprestaba a alcanzar la más alta dignidad a que puede aspirar un político, luego de un largo “cursus honorum”, que inició cuando contaba, con tan sólo 22 años de edad, al ejercer el cargo Ministro de Hacienda de Salta, testimonian tangiblemente, que en su corazón como en su memoria, estuvieron presente, su hogar, el amor y el estímulo brindado por su madre viuda, como su apego a la tierra que lo vió nacer.
Don Robustiano Germán Patrón Costas, nació el 5 de agosto de 1878, en el seno del hogar constituido por don Robustiano Patrón Escobar y doña Francisca Costas Figueroa.
Tanto su padre Robustiano, como su tío Domingo Antonio Patrón Escobar, contrajeron matrimonio con dos hermanas Costas Figueroa, Robustiano con Francisca, y Domingo Antonio con Isabel, ambas quedaron viudas en un intervalo de muy corto de tiempo, encontrándose en la plenitud de su juventud.
Robustiano y Domingo, conformaron la sociedad “Patrón Hnos”, el primero, más allá de contar con una marcada inclinación por el comercio, fue también un destacado latinista, egresado de la Universidad de Córdoba.
Ambos hermanos junto a sus respectivas familias, tenían como hogar y centro de sus actividades económicas a la casa que aún hoy subsiste y es propiedad de la provincia, con reformas realizadas al sólo efecto de su preservación, en la actualidad es un polo de atracción turística, conocida bajo el nombre de Mercado Artesanal.
Comercialmente la sociedad “Patrón Hnos” se dedicó al desarrollo de su curtiembre, al igual que de un aserradero, poseían además, un molino hidráulico, y diversas fincas.
¿Cómo era la Argentina, en la que transcurrió sus primeros años y adolescencia, don Robustiano?, éste dato es clave para entender cabalmente la formación, los ideales y la concepción de vida, que tuvieron marcada influencia en la persona del doctor Patrón Costas.Oportuno es destacar, que junto a su madre y hermanos, su familia decidió radicarse transitoriamente en Buenos Aires, en 1883.
Buenos Aires, se transformó en núcleo al cual convergieron las más diversas manifestaciones de nuestro país, aquella “vieja aldea” se erigió en metrópolí, Patrón Costas, cursó sus estudios primarios en el Colegio de Lacordaire, a cargo de la orden de los dominicos, sus estudios secundarios, los desarrolló parte en Buenos Aires y los concluyó en nuestra provincia, debido a que los negocios de la familia, no podían ser descuidados y además éstos iban acrecentándose de modo vertiginoso. Aquí podemos inferir como surge el perfil empresario de Robustiano, desde aquella herencia, de sus antepasados provenientes de Betanzos, España, que también le legó su padre, y que desde muy joven procuró incrementarla, en base al esfuerzo y perseverancia, con audacia como pocos, poseyó el don de ser un visionario.
Don Robustiano, gradualmente formó su temple y temperamento, y lo hizo en la medida en que concretaba cada proyecto que iniciaba, he ahí, la prueba más perceptible de su afán de superación. La Argentina de los 80, era una Nación, que emergía de largas décadas de luchas intestinas y también se vió obligada a defenderse en múltiples ocasiones del acecho de invasores extranjeros.
Aquellas conmociones, quedaron atrás, como testigos fieles del coraje de sus habitantes; de ahora en más, los argentinos se lanzarían a la conformación del país real, y para ello, contaba con personalidades descollantes, todas ellas, dejaron su impronta en esta nueva etapa del país. Acallados los enconos, surgieron figuras que interpretaron fielmente los requerimientos de la hora, Urquiza, Mitre, Sarmiento, Avellaneda, Roca, Pellegrini, entre los más recordados, ellos avizoraron con gran ímpetu, la necesidad, de que la Argentina se consolidase como un país con porvenir, forjaron en cada uno de sus períodos presidenciales, en el parlamento y ya desde su retiro del escenario público, la denominada “generación del 80”.
El Gobernador Patrón Coostas junto a su gabinete (Archivo Histórico de la Provincia de Salta)
Y estos hombres, como los que los secundaron, profesaron un credo político caracterizado por un liberalismo, que se expandía en todas la esferas del poder y la sociedad, tanto en la economía, cuanto en la educación, en sus relaciones, por momentos tensas con la Iglesia Católica, y esa concepción de país, tuvo marcados rasgos europeizantes, debido a que en muchos de los países que conformaban el viejo continente, los argentinos con acceso a la cultura, habían abrevado de sus pensadores e intelectuales más relevantes, también los clásicos greco-latinos, fueron leídos con avidez por aquella “elíte” gobernante.
Este “orden conservador”, implementado en nuestro país, produjo una marcada influencia en los jóvenes argentinos de la época, Robustiano Patrón Costas, no sería la excepción, aunque a diferencia de sus compañeros del puerto de Buenos Aires, como hombre del interior, que conocía a la “Argentina invisible”, al decir de Mallea, él profesó su conservadorismo desde sus primeros años, conforme a aquellas ancestrales virtudes, propias de su tierra natal.
En 1895, al concluir su bachillerato decide estudiar derecho en la Universidad de Buenos Aires, aquella Facultad, contaba como profesores a juristas de la talla de Joaquín V. González, Aristóbulo del Valle, Manuel Augusto Montes de Oca, el decano por entonces, fue el doctor Manuel Obarrio; en 1900 obtiene su título de abogado, y al año siguiente, a los veintidós años presenta su tesis bajo el título de:“La Hipoteca Naval”, dedicada a su madre doña Francisca Costas de Patrón y a su hermano Juan, por el apoyo moral y material que le brindaron a lo largo de su carrera.
Resulta anecdótico, que 25 años atrás otro ilustre comprovinciano, el doctor Indalecio Gómez, presentara sus tesis “Hipoteca marítima”, pero lo que resulta más singular aún, es que ambos eran hombres nacidos entre las montañas.
A su regreso a Salta, de la que pese a la distancia, siempre se mantuvo en contacto, en el joven Robustiano emergió su definida vocación por los asuntos públicos; por entonces gobernaba nuestra provincia, don Angel Zerda, a quien diversos sectores políticos cuestionaban por entender éstos, que su gestión, estaba siempre en connivencia con un grupo determinado, en especial, compuesto por parientes y amigos. El senador nacional don Pío Uriburu, como un gesto de colaboración con la gestión de Zerda, y con ánimo dispuesto a descomprimir el malestar reinante, le dirigió una carta al primer mandatario y le encomendó a Patrón Costas que se la entregue en mano, desconociendo el portador de la misiva, el contenido de la misma.
Don Pío Uriburu, percibiendo las condiciones de Patrón Costas, en su carta le sugiere al gobernador, que integre al joven de apenas 22 años como miembro de su elenco ministerial: “el mozo es serio y reposado, siendo un muchacho. Tiene opinión entre los muchachos y lleva él una suma de elementos importantes. Sale de entre las filas que se presentan en oposición y Ud, los satisface y apacigua”.
El gobernador don Angel Zerda, decidió renovar parte de su gabinete y designó al flamante profesional, recién arribado de Buenos Aires, como ministro de Hacienda, sería extenso reseñar la labor cumplida por este novel abogado, al frente de dicho Ministerio. Basta transcribir, párrafos del Mensaje del Gobernador de Salta Don. Angel Zerda, referidos al desempeño y realizaciones que se produjeron en el Ministerio de Hacienda: “Convencido de que la acción del Ministerio de Hacienda para que sea eficaz debía desvincularse de la política, he puesto todo mi empeño en conseguirlo; por que estoy también convencido de que la mejor política son las buenas finanzas y la gestión administrativa”, y luego acotó: “Los resultados obtenidos plenamente satisfactorios, son La prueba más evidente de las ventajas que para los intereses públicos entrañan las reglas de conducta que mi gobierno se ha trazado en materia financiera.”
El malestar reinante en la política lugareña, alcanzó tal punto, que se realizaron reuniones entre distintos grupos, como una manera de hacer público su malestar por el manejo discrecional entre miembros de determinadas familias, luego de su paso por el gabinete del gobernador Angel Zerda, don Robustiano Patrón Costas se sumó junto a otras fuerzas políticas y que decidieron conformar una nueva corriente a la que designaron con el nombre de “Unión Popular”, los diarios de la época dan cuenta de las tratativas por conjugar voluntades hacía un mismo objetivo.
Al respecto, afirma el historiador Luque Colombres:“Alma y nervio de este ambicioso movimiento de opinión fue el Doctor Robustiano Patrón Costas, quien encabezó la invitación juntamente con una serie de ciudadanos de diversa extracción política, reunidos bajo una misma bandera, con un mismo propósito de libertad, orden, y progreso. Baste decir que a este movimiento popular se adhirió el propio Dr. Joaquín Castellanos, para no mencionar sino al hombre más representativo del Partido Radical”.
En 1912, se convocó a elecciones par Gobernador de la Provincia, el flamante partido “Unión Provincial”, postuló como candidato al doctor Robustiano Patrón Costas, mientras que la Unión Cívica Radical, proclamó al doctor Joaquín Castellanos, quien desechó de plano tal ofrecimiento. El gobierno nacional envió en calidad de comisionado, no de Interventor, al doctor Horacio Rodríguez Larreta, con el objeto de verificar los reclamos del radicalismo, previos a la elección, quienes solicitaron al poder central una intervención federal, que les fue denegada.
Contaba, tan sólo, con 35 años de edad, cuando asume el gobierno de Salta, el flamante gobernador electo expresó: “La Unión Provincial de Salta” ha demostrado ser un partido con capacidad para el Gobierno porque quien en el ardor de la lucha sabe conservar la cultura y elevación de su prédica, la moderación de sus procederes y el sometimiento estricto a la ley, tiene que ser en el Gobierno garantía de orden, de respeto por las opiniones y derechos ajenos y guardián de las libertades políticas bajo cuyo amparo ha obtenido un legítimo triunfo” .
Néstor, Robustiano y Luis Patrón Costas junto a grupo de amigos 1937 (Archivo Histórico de la Provincia de Salta)
A su gabinete de ministros lo constituyó con gente joven, en el Ministerio de Gobierno lo secundó el doctor Francisco M.Uriburu, de 30 años, y de Hacienda, el doctor Macedonio Aranda, cercano en edad con el anterior; al doctor Uriburu, a quien reemplazó en 1914, por el doctor Julio Cornejo, de 40 años de edad.
La acción de gobierno del doctor Patrón Costas, tuvo características muy singulares, en razón de la crisis general que tuvo que soportar nuestro país por aquellos días, debió reducir todo presupuesto en materia de obras y gastos. Pese dichas limitaciones, durante su gestión, se efectuaron obras como la construcción de canales desde el río Mojotoro, trabajos del Ferrocarril de Pichanal a Orán, de Talapampa a Rodeo de las Latas, para su consecución se solicitó ayuda financiera al gobierno central, se elaboraron leyes de protección a la vitivinicultura, proyectos de reformas a la Constitución Provincial y el régimen municipal.
Inauguró obras para dotar de agua corriente a localidades como Rosario de Lerma, Cerrillos, La Merced, Güemes, y Metán. En febrero de 1915, tomó posesión del Obispado de Salta, Monseñor José Gregorio Romero, quien sucedió a Monseñor Matías Linares y Sanzetenea. En materia legislativa merece consignarse leyes y decretos dictados a lo largo del período, 1913- 1916, declarando de utilidad pública al Parque 20 de Febrero, estudios de irrigación en la margen derecha del río Arias, impuesto a la transmisión gratuita de bienes, construcción y conservación de puentes y caminos, impuesto al consumo de alcohol, subvención a los cargadores de productos en los Departamentos de Cafayate y San Carlos. Se aprobó el programa de examen presentado por el Tribunal de Contadores, integrado Dn. Florentino M.Serrey,
Dn. Rafael Figueroa, y Dn. Juan Velarde.
A modo de síntesis, podemos concluir que la gestión del gobernador Robustiano Patrón Costas, se caracterizó como un gobierno con carencias económicas, en donde predominó el orden político y equilibrio financiero. Digno es consignar, que Patrón Costas, fue el primer magistrado, que ejerció la gobernación de Salta, tras la sanción de la Ley Sáenz Peña, cuyo artífice fue el doctor Indalecio Gómez, una de las personalidades más destacadas de la salteñidad, guerrero, jurista de nota, diplomático y hombre versado en las más variadas materias del conocimiento. Al concluir su mandato, el doctor Patrón Costas afirmó: “Nadie podrá decir, ni aún mis más encarnizados adversarios, que haya recibido ataques ni agravios en sus derechos”.
Ya mencioné que uno de los rasgos que caracterizaron al doctor Patrón Costas, desde sus primeras incursiones en la vida pública, fue el de proponerse unir a corrientes políticas afines; y tan es así que en 1914, junto a los doctores Lisandro de La Torre, y con su comprovinciano el doctor Carlos Ibarguren, y simpatizantes de otras provincias, fundaron el Partido Demócrata Progresista. Fruto de esa convergencia de partidos locales, es que accede a la gobernación de Salta, su sucesor el doctor Abraham Cornejo, según apuntó el doctor Luque Colombres, “Si se examina el resultado de los comicios se puede comprobar que la Unión provincial, hoy adherida al Partido Demócrata Progresista, ha mejorado constantemente su situación, robusteciendo sus fuerzas y su organismo. Este hecho debe considerarse altamente auspicioso para él como para el Gobierno, cuya acción política y administrativa apoya”.
En una de las cartas, que intercambiaron De la Torre y Patrón Costas, de fecha 4 marzo de 1916, el caudillo rosarino expresó a Patrón Costas “Fue usted precisamente, y por fortuna, quien me invitó a concurrir a la formación del Partido Demócrata Progresista, de manera que a usted le consta que entré a él sin repudiar mi pasado y sin aceptar compromisos de ninguna clase que me pudieran obligar un día a someterme a situaciones contradictorias con mi concepto de la política y del gobierno”.
En febrero de 1916, fueron electos senadores nacionales los doctores Luis Linares y Robustiano Patrón Costas, para el período 1916-1925.Y en julio de 1916, el Congreso proclamó como Presidente de la Nación, al caudillo radical, don Hipólito Irigoyen y como Vicepresidente de la Nación Argentina, a don Pelagio Luna. Se desempeñó como legislador tanto provincial como nacional a lo largo de varios períodos en esta última función, llegó ocupar la Vicepresidencia del Senado, y también en 1942, durante 32 días, fue Presidente interino de la Nación, con motivo de un viaje del presidente doctor Ramón S. Castillo.
El parlamentario salteño, que más acompañó al doctor Patrón Costas, fue el doctor Carlos Serrey, jurista de reconocida trayectoria, poseedor de una gran erudición, al mismo tiempo fue el que promovió importantes proyectos de carácter legislativo, muchos de los cuales firmaron juntos, en más de una ocasión. El doctor Serrey con motivo de un agasajo ofrecido a su compañero de banca y militancia política lo evocó con realismo: “Ligado al Dr. Patrón Costas por una cordial amistad, jamás interrumpida; compañero de tareas que hemos desarrollado una acción común; vinculado por una conducta uniforme, que ha obedecido a idénticas inspiraciones y a la orientación de los mismos principios éticos, creo que aquella amistad y compañerismo, quitarán imparcialidad a mis palabras. Pero, tratándose del leader del partido, que ha sabido presidir con singular destreza varios años, cabía necesariamente al presidente del comité, la honra de exponer el pensamiento común. Además, esa misma estrecha vinculación me ha permitido conocer mejor que nadie, la fuerza de su voluntad, su capacidad de acción y los quilates de un espíritu verdaderamente superior”.
Vista aerea del Ingenio (Álbum del Ingenio 1946)
Patrón Costas, más que parlamentario, fue temperamento e inclinación natural un eficaz contemporizador, que se propuso desde joven aunar fuerzas, ya sean políticas, sociales, económicas o culturales, y no escatimó en utilizar todas sus energías al momento de hacer primar sus ideas, ya sea influyendo sobre personas o grupos, cuando las circunstancias así lo requirieron. Si bien gustaba del diálogo, prefirió que conversación abordarse de lleno los asuntos a tratar, sereno a la hora de emitir juicios, contó con reflejos rápidos, como negociador, en suma, fue un pragmático en cada uno de sus actos. Jamás fue afecto a la exposición pública, y no se conoce que haya aceptado entrevistas periodísticas, hizo del silencio, un arte, y éste fue el que contribuyó en grado sumo, para que pudiera alcanzar muchos de sus objetivos o posiciones políticas expectables y también empresarias.
Tuvo un innato sentido del orden y las jerarquías, de tanto andar por lugares tan disímiles como pueden ser las múltiples zonas rurales de nuestra provincia, y el contraste que percibía de cotidiano, en sus estadas en Buenos Aires, gracias a ello aprendió a captar la idiosincrasia de los porteños como de los provincianos; sin duda, estas percepciones enriquecieron sus calidades como hombre público en la etapa más significativa de su vida, pero nuca fue ni aspiró a cautivar a las muchedumbres..
Hospital del Ingenio (Álbum del Ingenio 1946)
Don Robustiano, según los testimonios recogidos, fue un hombre en el que la sobriedad era un atributo esencial de su personalidad, lo mismo que como parlamentario, nunca se destacó como orador, ni como político de comité, con Hipólito Irigoyen guarda un rasgo en común, ambos poseían un timbre de voz más bien bajo, según relatos de quienes conocieron a los personajes, resaltaron que a los dos, les resultaba más adecuado, recibir de uno por vez a sus visitantes.
Pero sin duda alguna, son pocos los argentinos que recuerdan y conocen al Patrón Costas visionario, aquel que no trepidó en adentrarse en la selva Orán, y forjar con auténtico sentido empresario, lo que luego, se constituiría en su obra magna, me refiero al Ingenio y Refinería San Martín del Tabacal, que con el tiempo llegó a ser uno de los ingenios más importantes de toda Sudamérica. Para consolidar este emprendimiento, sobre el que nadie podía vaticinar resultado alguno, se entregó con total pasión, con la pasión de los que en su fuero íntimo presienten que sus proyectos, obtendrán resultados, más allá de lo esperado o imaginado por ellos mismos. Pero Robustiano, era antes que nada un ser humano, y en muchas oportunidades, debió haberse sentido atribulado por la duda, la impotencia, incertidumbres, ante un desafío de esa magnitud,él, tiempo después hará una remembranza de todos esos sentimientos encontrados, y los escollos que tuvo que sortear junto a sus socios, en un discurso que pronunció una década y media más tarde.
Hermanas Terciarias Franciscanas a cargo del Hospital del Ingenio
En el año 1908 Robustiano Patrón Costas, junto a su hermano Juan y al Dr. Pedro Mosoteguy (dueño y fundador de la firma Bagley), compraron en sucesivas operaciones las tierras donde años más tarde se levantaría el complejo agroindustrial San Martín del Tabacal. Entre las adquisiciones de mayor cuantía puede mencionarse el juicio sucesorio de don Evaristo Uriburu y de su esposa doña Josefa Álvarez de Arenales, que se tramitó en Buenos Aires, poseedores de grandes extensiones de tierra fértil, ya que sus dominios comprendían entre otros, la zona de Río Seco, el Valle de Zenta, también compraron las propiedades de doña Mercedes Cornejo de Leguizamón, de Julio Carlsen, a los herederos de don Dámaso Uriburu, al doctor Ricardo Zorrilla, a Marcos Martigena, y las de Julio Colque, entre los más recordados.
Por aquellos años, con la llegada del ferrocarril a Orán, se comenzaron a efectuar los primeros desmontes y a plantar caña de azúcar. Debe tenerse en cuenta que había que hacerlo todo, esta tierra de promisión, que en esa época contaba en la ciudad con 1.321 habitantes y el departamento, con una extensión de 28.000 km2,(equivalente a toda la provincia de Tucumán) tenia 10.403 habitantes. Al presente, el departamento tiene una población estable de cerca de 140.000 habitantes.
Iglesia del Ingenio (Álbum del Ingenio 1946)
San Ramón de la Nueva Orán, está situado en la Provincia de Salta, ubicado al Norte del Trópico de Capricornio, tiene características topográficas y climáticas singulares, dado que su clima es cálido, sus inviernos primaverales, abundantes ríos para irrigación, todos estos atributos le dieron fama a esta zona.
Según se relata en el libro que se editara en 1946, en homenaje a los fundadores del Ingenio San Martín del Tabacal, allí se narra la historia del Ingenio desde sus orígenes, y las imágenes, que el lector admirado observa, datan del año 1934 “en 1918 se vendía en Tucumán el Ingenio San Miguel.Como por la guerra europea no podía importarse maquinaria, repensó en adquirir esa propiedad para trasladar su fábrica a las tierras de Orán. Resultado de esas tramitaciones fue la incorporación al grupo del señor Pedro Bercetche y la constitución en ese año de la Sociedad colectiva Patrón Costas, Bercetche y Mosoteguy, con un capital de $ 4.400.000 a la que se le transfirió las tierras, a las que nos hemos referido, y adquirió en remate público el Ingenio San Miguel, en Tucumán” y en otro párrafo, la referida publicación expresa: “La tarea a realizar era ímproba, se trataba de instalar una gran fábrica moderna en el desierto, en plena selva virgen. Todo lo que existía era una pequeña parcela desmontada y una casa de tres habitaciones de paredes de adobe, techos de caña y teja y piso de tierra apisonada y, como lujo, una con piso de ladrillo asentado en barro. Allí se instaló el socio administrador con su estado mayor. En una ramada de techo y paredes de paja, se habilitaron los escritorios y el personal, en carpas y viviendas de chapa de cinc, improvisadas”
Toda esta obra de inusitada magnitud, estuvo signada, por un profunda acción de carácter social, religioso, educacional, sanitario, de esparcimiento para las familias que de a poco, pasaron a residir de manera permanente, y tanto padres e hijos, pudieron ver con sus propios ojos, que su lugar de trabajo, se transformaba en una pequeña ciudad, con barrios obreros, una Capilla, que fue expresamente construida no sólo para que todos los habitantes del lugar pudieran elevar sus plegarias a Dios, sino que el diseño y cada detalle de ella, se realizó con gran maestría por ebanistas, contratados por don Robustiano Patrón Costas.
Tanto la escuela hogar como el hospital estaban bajo el control y dirección de las Hermanas Franciscanas de María, quienes junto a los sacerdotes de la misma orden religiosa, realizaron una obra magnifica no solo en estas tareas, sino también por su labor evangelizadora. En ese hospital que contaba con médicos permanentes solventados por la empresa, nacieron algunos nietos de don Robustiano.
Se trazaron las calles, se abrieron caminos y se construyó un ferrocarril de trocha angosta con cerca de doscientos Km. de extensión para el transporte de la caña para lo cual se utilizaban 16 locomotoras. También se encaró la levantó una toma de agua y la red para el consumo humano con sus instalaciones sanitarias, así también el tendido de la red eléctrica y la generación de energía para la fábrica y su distribución al pueblo, la que se otorgaba gratuitamente.
Así podemos apreciar, que este conglomerado humano, aglutinó tanto a trabajadores rurales provenientes de los Valles Calchaquíes, a técnicos y profesionales, que arribaron de distintas latitudes, como a la familias de sus propietarios, a modo de ejemplo, puedo citar que algunos de los nietos mayores del doctor Patrón Costas, aprendieron sus primeras letras en la escuela del Tabacal.
Por eso, cuando por desconocimiento o manifiesta mala fe, se habla de Robustiano Patrón Costas, bajo el calificativo de explotador, cual,” señor feudal”, que humilló de palabra y vejó con violencia a sus empleados, como si se tratasen “de los siervos de la gleba medioeval”, estimo que se cae en una apreciación infamante, y hasta el momento, nunca respaldada por vía de hechos comprobables.
Casa de empleado común del Ingenio (Álbum del Ingenio 1946)
La sola mención de Patrón Costas y el Ingenio San Martín del Tabacal, en muchos casos se reduce únicamente a exacerbar un odio irracional hacia la figura de esta figura multifacética, de este visionario, que cometió errores como cualquier ser humano, pero son muy pocos los que se permiten reconocer y realzar su magnifica labor, que no tenía motivaciones puramente personales, va de suyo, que era un emprendimiento empresarial, y como tal, quien arriesga su capital, apuesta a recuperar sus costos y a incrementarlos, pero también, a favor de la comunidad.
Robustiano Patrón Costas, supo, pudo y quiso ir más allá, y con ingentes esfuerzos primero, construyó el Ingenio, que luego se transformó en una comunidad por el que transitaron varias generaciones de trabajadores, y existen testimonios, de obreros que una vez acogidos al régimen jubilatorio, solicitaron quedarse a vivir allí hasta el fin de sus días.
Es el mismo Patrón Costas, el que formuló muchas de estas aseveraciones, con motivo de la visita, que realizó a Salta y al Ingenio Tabacal, el entonces Presidente de la República, el General Dn. Agustín P. Justo, en el transcurso del año 1934. Estimo un acto de justicia histórica transcribir algunos párrafos de su alocución pronunciada ante el Presidente Justo: “En este acto público, el primero de tal naturaleza que se realiza en este Ingenio, creo que será útil que os haga una sucinta historia de nuestra empereza, por las enseñanzas que ella entraña y por las hondas sugestiones que se desprenden para el hombre de gobierno que, dejando de lado el malsano y falaz electoralismo, trata de hacer la grandeza de la patria por el amparo al trabajo, amparo que debe extenderse tanto al obrero, que es la fuerza humana de inestimable valor, a la que es necesario considerar con el amor que nuestra religión impone para todos sus semejantes; como al capital que es potencia creadora, pero que tiene la obligación de ser inteligente, comprensivo y generoso, si quiere inspirar respeto”.
El Presidente de la Nación Gral. Aguustín P. Justo visita Salta en 1934 (Colección Patrón Costas)
Luego de realizar un resumen acerca de cómo se fue planeada, hasta en sus más mínimos detalles la construcción del Ingenio, recordó con nostalgia y satisfacción una acertada advertencia que le hiciera años atrás el ex – gobernador don Sixto Ovejero, al que Patrón Costas, calificó de “el inteligente pionner del Ingenio Ledesma “He sabido que ustedes han formado una sociedad para instalar un Ingenio en el Tabacal; bueno amigo, ahora conocerá usted las amarguras que cuesta producir azúcar. Nos reímos de la ocurrencia; más tarde, cuántas veces en mis noches sin sueño recordé sus proféticas palabras, dictadas por su larga experiencia”. Por último, a modo de confesión abierta y pública, afirmó “El camino recorrido ha sido largo y fatigoso, pero nos queda la satisfacción de haber cumplido honradamente con nuestras obligaciones y el de haber sido útiles a la Nación y a nuestra provincia mediante un esfuerzo industrial genuinamente argentino, pues son argentinos los capitales, argentinos los técnicos, argentinos los empleados y obreros. En 1943 la sociedad colectiva Patrón Costas, Bercetche, y Mosoteguy vendió su activo y pasivo a la sociedad anónima Ingenio y Refinería San Martín del Tabacal, integrada por otros aportantes, a través de ingreso nuevos capitales, recibiendo el importe de la venta, parte en acciones y parte en dinero en efectivo.
En lo social, se inauguró el estadio de fútbol con tribunas de cemento, como así también canchas de básquet y tenis dando continuidad a la obra y fuertes convicciones de su fundador.
Mientras tanto, el curso de los acontecimientos de orden político, siguieron inquietando la existencia del doctor Patrón Costas, integró varias Comisiones en el Senado de la Nación, entre ellas la de Acuerdos, a raíz del decreto del Poder Ejecutivo, por el cual se declaró la intervención a la provincia de Buenos Aires, cuyo gobernador era Dn. Marcelino Ugarte, dicha norma promulgada en abril de 1917 antes del comienzo de las sesiones preparatorias de ambas Cámaras, cuando le cupo hacer uso de la palabra al senador salteño, éste efectuó manifestaciones, que pueden encuadrase en diferentes etapas de la vida institucional argentina.
Robustiano Patrón Costas, afirmó convincentemente “Entre nosotros el poder fuerte de la Constitución es el Poder Ejecutivo. Fue necesario hacerlo así hasta dominar el caudillismo, la anarquía, y la hidra revolucionaria. Pero, como Estados Unidos, creció en la práctica, lo que siempre es menos malo en una democracia. Entre nosotros, a las facultades del Poder Ejecutivo, se agregaron las de hecho; a tal extremo, que si no se reacciona, a poco más que andemos por este camino habrá desaparecido el sistema de los contrapesos en el ejercicio de los poderes de la Constitución”.
Don Robustiano se vió en la necesidad de adecuar su tiempo y responsabilidades, entre su familia, la política y el Tabacal, por eso es que su actuación, se nos presenta como la de un hombre de acción, no exento de un intenso sentido de la vida en familia, en particular, a medida que se casaban sus hijos, e iban apareciendo sus nietos, que siempre fueron su debilidad y un motivo de esparcimiento e intimidad, distante del personaje público y empresario exitoso.
En 1937 el Ingenio recibe la visita del senador nacional socialista, doctor Alfredo L. Palacios, que en viaje por el norte del país, aprovechó para cerciorarse personalmente sobre la obra de su adversario político, el doctor Patrón Costas, y a su regreso a Buenos Aires, en la sesión del Senado de fecha 22 de junio de 1937, para asombro de propios y extraños, con la grandilocuencia oratoria que lo caracterizó, sostuvo “De Vespucio partí para el Tabacal. En Yacimientos Petrolíferos pude aplaudir la acción de una gran repartición nacional. En el Tabacal, debí aplaudir la acción de un hombre. Aplauso que quiero reiterar lealmente, desde mi banca al adversario político que realiza un gran obra de argentino, en medio de la selva, donde es frecuente la explotación del hombre por el hombre, en la forma más brutal. La escuela de El Tabacal, sería un ejemplo, en nuestra propia metrópoli. Aulas con techos altos donde la luz entra a raudales, paredes blancas; las puertas con telas metálicas; una higiene admirable. Los niños todos calzados, con guardapolvos blancos; limpios y bien arreglados. Se bañan en la misma escuela.
Clase en la Escuela 033 (Álbum del Ingenio 1946)
Quinientos alumnos bien alimentados, sanos y fuertes, con la pupila brillante, el pecho fuerte y el paso ágil, a mi llegada entonaron el Himno Nacional con voz clara y vibrante. Entraron después en las aulas, que recorrí una a una. Hice innumerables preguntas. Hasta los más pequeños conocían nuestra historia, hablaban con viveza de las distintas regiones del país y resolvían problemas en la clase de aritmética. Y entre los alumnos había algunos, hijos de indios chaguancos, que hablaban en castellano con facilidad. Al lado de la escuela hay una gran extensión de tierra para la granja, donde se enseña a los niños nociones de agricultura, vinculándolos así a la tierra.
Y bien, señores senadores; imitemos la acción privada y los resultados serán proficuos”
El 6 de septiembre de 1930, es derrocado el presidente radical Hipólito Irigoyen, ante la actitud pasiva de la ciudadanía y en otros casos complaciente, el Jefe de la Revolución, fue un militar salteño, el General José Félix Uriburu, quien actuó estimulado por grupos nacionalistas, y amplios sectores de la oposición, a partir de esa fecha se quebró el orden institucional de la Argentina, que alcanzó a consolidar su estabilidad democrática, por espacio de casi 80 años. Si bien el estado del presidente derrocado, era el de un hombre aislado de la realidad, y de su pueblo, con su salud quebrantada, a ésta situación, se sumó una ininterrumpida sucesión de actos de gobierno, que produjeron desazón en vastos sectores sociales incluso en el seno del propio partido radical, y esto se debió en gran parte, al manejo inescrupuloso del poder, que hicieron los dirigentes que conformaron el círculo más cercano al presidente destituido. Yrigoyen fue detenido y encarcelado en la isla Martín García, pero salió del gobierno en un estado de absoluta pobreza y con salud en declinante estado.
Salón de Actos y Biblioteca del Ingenio (Álbum del Ingenio 1946)
Robustiano Patrón Costas, a diferencia de la mayoría de los políticos de la época, no se enroló con grupos que conspiraron par derrocar a Yrigoyen, ni emitió aprobación alguna al respecto; esa actitud se evidenció, por su ausencia deliberada cuando la Unión Provincial de Salta, se reunió en diversas oportunidades para manifestar su beneplácito al Genera Uriburu. Lo que sí, es de público conocimiento y nunca lo ocultaron ambas personalidades, fue la estrecha amistad que unió a Patrón Costas con el general Uriburu, desde los años de juventud, en varios libros pueden encontrase extractos del valioso intercambio epistolar entre ambos dirigentes, análoga situación se presenta entre el doctor Patrón Costas con el doctor Lisandro de la Torre, la que todavía no salió a la luz, para ser motivo de análisis por parte de los historiadores.
Almacenes (Álbum del Ingenio 1946)
En marzo de 1931, tuvo lugar en Buenos Aires una reunión de delegados de los partidos provinciales, en respuesta a la convocatoria de los presidentes del conservadorismo bonaerense don Antonio Santamarina y el ingeniero Emilio F. Olmos, por los demócratas cordobeses, Patrón Costas representó a la Unión Provincial de Salta. Al inicio de las deliberaciones, Santamarina abogó por constituir una fuerza que se sustentase en un programa político, en el cual convergieran todas las aspiraciones e ideas, que nutrían los principios de los partidos de tendencia conservadora. Se conformó un Comité provisorio, en el que Robustiano Patrón Costas, fue designado secretario. También se aceptó que la nueva fuerza se denominara Partido Demócrata Nacional, y debía redactarse su Carta Orgánica, que fue aprobada el 10 de julio, siendo presidente provisional el representante nominado por Salta. El 3 de agosto el doctor Patrón Costas, resultó ungido entre sus pares como presidente del flamante partido, la vicepresidencia recayó en la persona de don Luis Duhau, y la segunda en el doctor José Heriberto Martinez.
Almacenes (Álbum del Ingenio 1946)
El gobierno del General Uriburu, decidió convocar a elecciones generales para el 8 de noviembre de 1931, mientras tanto el Partido Demócrata Nacional, logró aglutinar a otros sectores políticos, en una alianza que se denominó La Concordancia, de allí surgió triunfante la candidatura a Presidente de la Nación, del General Agustín P. Justo, y a Vicepresidente el doctor Julio A. Roca, quienes resultaron triunfantes en el acto eleccionario, y asumieron sus cargos el 20 de febrero de 1932, mientras tanto, el doctor Patrón Costas, inició otro período como senador nacional por la provincia de Salta, pero en esta oportunidad fue ungido por sus pares como Presidente Provisional del Senado, cargo en que se mantuvo durante casi todo su mandato legislativo; antes de concluir su gestión presidencial, el presidente Justo convocó a elecciones generales, en ésta ocasión, la fórmula presidencial que alcanzó la mayoría de los sufragios, la encabezó el doctor Roberto M. Ortíz y Vicepresidente el doctor Ramón S. Castillo, luego por razones de salud, el doctor Ortíz presentó su renuncia al Congreso antes de concluir su mandato.
Al ex – presidente enfermo, le sucedió en el cargo, el vicepresidente Castillo, éste político conservador, nacido en Catamarca, fue antes que nada un hombre de carácter afable, consagrado a su profesión de abogado, profesor titular, en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires. Mientras estos sucesos acaecían en nuestro país, el mundo permaneció convulsionado, tanto por la duración como por las atrocidades y aberraciones cometidas entre seres humanos a lo largo de la Segunda Guerra Mundial.
En 1943, pese a las continuas advertencias de sus asesores, el doctor Castillo, desestimó, toda posibilidad de un golpe de estado, que lo removiese de su cargo. El pedido de renuncia a su Ministro de Guerra, General Pedro Pablo Ramírez, permitió a la Logia GOU, integrada por oficiales del Ejército, cuya figura más destacada fue la del coronel Juan Domingo Perón, que en la madrugada del 4 de junio de 1943, las Fuerzas Armadas protagonizaran un nuevo golpe de Estado, el cual, obviamente, hechó por tierra la candidatura presidencial, del doctor Robustiano Patrón Costas, por el Partido Demócrata Nacional.
Patrón Costas, tuvo casi la certeza de que en esta oportunidad alcanzaría el cargo de presidente de la Nación, porque además su candidatura, no fue fruto de componendas ni digitaciones, ni de parte del presidente de la Nación, el doctor Castillo, y menos aún desde el seno de su propio núcleo partidario, él, por sí solo, acreditaba una encomiable conducta política y empresaria, que lo hacía merecedor de tan legítima aspiración.
Estimo imprescindible rescatar fragmentos del discurso que debió pronunciar ante la Convención del Partido Demócrata Nacional, prevista para el día 3 de junio, ese texto, expresa claramente las ideas rectoras de un hombre de Estado que constituye el legado político de alguien que se construyó así mismo. Su texto fue el fruto de ideas elaboradas, por alguien que desde su juventud mostró sus dotes para gobernante, que pudo acreditar hasta el final de sus días, que subió peldaño por peldaño, para poder acceder a cada una de las funciones que ejerció.
“Soy, más que un político, un hombre de trabajo” a través de ésta afirmación, dejó entrever el valor que le otorgaba al trabajo, y de ninguna manera desdeñó su condición de político de raza, con todas las implicancias que este rango lleva implícito, simplemente hizo hincapié en esa herramienta, sin la cual no habría llegado a ser la personalidad que fue.
Pero su “credo conservador”, es el que más fuerza cobra en esta alocución “Somos conservadores porque queremos y respetamos nuestro pasado; porque aspiramos a que la familia mantenga su actual organización como escuela de virtudes, de carácter y de nobles sentimientos; porque aspiramos a que, dentro del respeto de todas las creencias, la sociedad argentina continúe fiel a la fe de sus mayores, como el mejor fundamento de su moral; porque anhelamos enaltecer nuestra tradición y el culto de nuestros próceres civiles y militares, para formar así un pueblo con ideales, con espíritu de sacrificio, en que la vida tenga un sentido, no de vanos placeres y de torpe materialismo, sino de heroica milicia, en la paz o en la guerra”
“Ser conservador es querer una organización social y política con jerarquías, pero entiéndase bien, con la jerarquía que da la conducta ejemplar, la inteligencia, la ciencia, el arte, el trabajo, los servicios prestados al país; el nacimiento, cuando se sabe honrar la estirpe; la fortuna, cuando se es digno de ella. Jerarquía abierta para el ascenso de quienes lo merezcan, por humilde que sea su origen”
A poco de producida la revolución de 1943, la figura del entonces coronel Perón, va abriéndose paso, y se incorporó de lleno al terreno político, que era su más recóndita aspiración, ejerció funciones como la de Secretario de Trabajo y Previsión, en donde comenzó a palpar personalmente, los requerimientos de la clase trabajadora, es allí que va urdiendo paulatinamente, la conformación de un partido político, que luego se transformaría en uno de los movimientos populares más perdurables de la historia argentina. Mucho se habló, de un posible encuentro entre el entonces coronel Perón con el doctor Patrón Costas, el historiador Félix Luna en su libro “El 45”, hace una mención al pasar y refiere que el mismo, se habría concertado en el departamento que poseía Evita, en la calle Posadas, pero nada se sabe a ciencia cierta sobre los temas abordados entre ambos.
Lo cierto es que, una vez que accedió como Presidente de la Nación, el General Perón, envío al Ingenio Tabacal, al doctor Rodolfo Valenzuela, quien después fue Presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, el funcionario arribó acompañado por un numeroso sequito de empleados e inspectores del Ministerio de Trabajo y Previsión, allí a se instalaron por varios días y en el lugar, el funcionario pudo constatar fehacientemente el buen trato y estado del personal del Ingenio.
De ahí en más, durante todo el período de gobierno peronista, jamás aparecieron inspecciones con esas características, excepto las habituales. El sindicato de Trabajadores del Azúcar del Ingenio San Martín del Tabacal fue uno de los primeros en afiliarse a la C.G.T. a nivel nacional, pero ante todo, don Robustiano supo captar las necesidades del país y de su gente, pero ostentó el don innato del visionario, aquel que se anticipa antes que los sucesos le ganen la partida, y la muestra más elocuente de esto, fue la fundación del Ingenio Tabacal como también, el apoyo brindado a Monseñor Roberto José Tavella, para que Salta, pudiera contar con una casa de altos estudios.
Para la creación de la Universidad, Católica, se aprovechó la promulgación de leyes dictadas por el gobierno del Dr. Arturo Frondizi, que posibilitaron desgravar de impuestos a aquellas empresas que realizaran inversiones de capital para el desarrollo industrial y volcar determinados importes para obras de interés general, así la empresa además de invertir para incrementar su crecimiento, resolvió donar ciento cincuenta millones de pesos de esa época para la creación de la Universidad. Luego se sumó el aporte desinteresado de don Jaime Durán, quien cedió 50 hectáreas en Castañares, en los predios, en los cuales, luego se levantarían los edificios en que actualmente funciona la Universidad, también el Ingenio San Isidro S.A, contribuyó para que éste objetivo se hiciera realidad. La idea de dotar de una Universidad a nuestra provincia, siempre estuvo latente en el espíritu educador, que caracterizó a Monseñor Roberto J. Tavella, quien encontró en el doctor Robustiano Patrón Costas, a su más consecuente aliado.
Esta brillante iniciativa, compartida junto a Mons.Tavella, decidió al doctor Patrón Costas, respaldarla moralmente y económicamente, pero dado que su salud, y el transcurso de los años le significarían múltiples esfuerzos, delegó estas funciones en su hijo, el ingeniero Eduardo Patrón Costas, por entonces Administrador del Ingenio Tabacal, hasta que la obra emprendida se consumase íntegramente.
De esa manera, se iniciaron las tratativas y complejas gestiones ante las autoridades nacionales y eclesiásticas del país y del Vaticano. Monseñor Tavella, no pudo ver concretada su aspiración, ya que se encontraba muy delicado de salud, y falleció el 21 de mayo de 1963.
Finalmente al tomar posesión de la Arquidiócesis de Salta, Monseñor Carlos Mariano Pérez, en junio de 1.964, se anunció que la casa de Altos Estudios, era una realidad y el 5 de ese mes se firmo el Acta de Constitución y los estatutos del Centro Cultural del Noroeste Argentino.
El doctor Patrón Costas, tuvo un gesto de grandeza poco común entre los políticos con predicamento en las diferentes etapas históricas de nuestro país, supo alejarse en el momento oportuno del escenario, que lo tuvo a él, como a uno de sus protagonistas más descollantes a lo largo de varias décadas, se retiró con dignidad y sin estridencias, de allí en más, se transformó en un hombre que ameritaba una fecunda trayectoria, como para ser un consejero sereno, imparcial y mesurado. Respecto a este tema, Patrón Costas, fue contundente en su memorable discurso “No tienen derecho de hablar mal de la política y de los políticos quienes renuncian a la lucha. El que se encastilla en su propia dignidad y teme que el barro de la calle lo salpique y no actúa, tiene tanta responsabilidad en la mala política como quien la prostituye, porque éste ha ocupado el puesto que el otro abandonó por cobardía, por egoísmo o por comodidad”
Dos criterios historiográficos e ideológicos antagónicos, impregnados de una significativa carga de preconceptos se disputan con su pluma, difundir biografías o relatos, que en muchos casos ponen de manifiesto, una parcialidad no esperada de hombres consagrados al estudio de la historia, por ello, me permito afirmar que existe una bibliografía bastante acotada, sobre Robustiano Patrón Costas, si bien se publicaron libros, folletos, y múltiples artículos, ellos denotan, a poco de leerlos, concepciones abiertamente parciales.
Un reconocimiento hacia la trayectoria del doctor Patrón Costas, provino de la Academia de Ciencias Económicas, que en mayo de 1956, lo designó por “unanimidad de votos” como Académico Titular de dicha corporación, y se lo eximió de asistir al acto de incorporación, según se desprende de la nota que le cursó su presidente, el doctor Alfredo Labougle. “No podía ser de otra forma porque es un honor que Ud. forme parte de nuestra Institución”
Los últimos años del doctor Robustiano Patrón Costas, transcurrieron en viajes temporarios entre Salta y Buenos Aires, y disfrutaba del contacto con la naturaleza en su casa de “La Montaña”, también encontró sosiego al observar el crecimiento paulatino de nietos y bisnietos. Pero un hecho luctuoso quebró su espíritu, del que jamás se recompuso, el fallecimiento de su mujer y compañera de casi seis décadas, doña Elisea Ortíz Isasmendi, el 17de febrero de 1964, de allí en más, nada fue igual y su ánimo y como su salud comenzaron a debilitarse.
El 12 de agosto de 1965, pocos días antes de su fallecimiento el Dr. Robustiano Patrón Costas, recibía de manos del padre Candido Gaviña, Provincial de los Jesuítas en la Argentina, la condecoración de Caballero Pontificio de la Orden de san Gregorio
Magno, conferida por su Santidad, el Papa Paulo VI.
El 24 de septiembre de 1965, fallece don Robustiano, a la edad de 87 años, en su residencia de Buenos Aires, acompañado de su familia y de las hermanas terciarias franciscanas. El Senado de la Nación Argentina, dispuso la rendición de honores al ilustre hombre público desaparecido, por su parte, el Poder Ejecutivo Nacional, decretó duelo nacional en homenaje a su memoria, el entonces Presidente de la Nación, el Dr. Arturo U. Illia, perteneciente al Partido Unión Cívica Radical, si bien no asistió al velatorio de los restos del político y empresario salteño, encargó tal misión a miembros de su gabinete.
El Senado de la Nación Argentina, emitió un decreto de honores, rubricado por el entonces Vicepresidente de la Nación, Dr. Carlos Perette para quien en vida, fue miembro de esa Cámara, su Presidente Provisional, y ocasionalmente Presidente interino de la República, en los considerandos del mismo, el parlamento nacional de entonces le consagró conceptos laudatorios para el extinto político salteño:
Que el Dr. Patrón Costas fue una figura de singulares relieves en la vida pública del país,
Que su nombre estuvo, a partir de los primeros años de este siglo, vinculado a nuestras luchas políticas como una presencia indiscutible en las filas del conservadorismo;
Que fue hombre de sólidos principios y de ideas que consideró las más adecuadas para servir al país y creía en la libertad y la democracia dentro de las normas establecidas por el Estado:
Que dentro de este esquema de su pensamiento estaba seguro de que cabían todas las reformas que exigía la evolución progresista de la República Argentina. Por encima de la lucha de clases y como una posibilidad firme de conciliación entre todos los sectores de la sociedad;
Patrón Costas Presidente interino de la Nación (Colección Diego Cornejo Castellanos)
Que estos mismos principios le sirvieron para su actividad industrial, que le permitió crear sólidos establecimientos que fueron en su momento fuentes de trabajo para familias enteras de conciudadanos de la provincia de Salta;
Que durante su mandato como gobernador de Salta impulso obras públicas de notorio beneficio para la provincia y dicto leyes sociales que en aquellos momentos se consideraron avanzadas en materia salarial y de trabajo;
Que desde su banca de Senador de la Nación y como presidente provisional del Honorable Senado desempeñó con elevado criterio numerosas tareas en el seno de las comisiones de Hacienda y de Acuerdos, y, designado presidente de la República para el caso de acefalía, ejerció este cargo interinamente en 1.942
Que consideraba que todo ciudadano se debe al país y que la indiferencia en materia política solo contribuye a crear confusión y escepticismo en el pueblo;
Que fue el Dr. Robustiano Patrón Costas un hombre que militó con altiva dignidad en una tradicional agrupación política que dio grandes figuras a la República, entre las que él ocupa un lugar eminente, por encima de todas las discrepancias ideológicas y de la lucha cívica”
Con la desaparición del doctor Robustiano Patrón Costas, se apagó la existencia del último exponente político conservador de la República, quien desde su juventud se preocupó y se impuso aglutinar, a todas las fuerzas políticas que sutentaran un mismo ideario, una misma visión de país.
En suma, Robustiano Patrón Costas, estaba dotado de todas las calidades personales para ser un estadista, contó con una gran capacidad para ejercer el poder, formado desde niño en la escuela del deber, sólo concibió la vida como una lucha en donde se conjugan esfuerzo y sacrificio, gracias a los cuales se obtienen grandes satisfacciones, que dignifican la conciencia de los hombres, era esa clase de personas cuya sola presencia infundía respeto.
Estatua en el Tabacal
A los hombres públicos de esta talla, cualquiera haya sido su dimensión y trayectoria, en la vida de nuestra nación, debemos abordarlos desapasionadamente, y en base a documentos fidedignos, testimonios imparciales, podremos evaluarlos cada uno, según nuestras convicciones, pero contando para ello con una visión más certera acerca del legado, que supieron o no, dejar para las generaciones actuales y las por venir.
Ante la ausencia del doctor Robustiano Patrón Costas, la Argentina, quedó huérfana de una raza política excepcional, que pese a sus errores como aciertos, debemos computarle a su favor una acción constructiva y progresista, hombres que supieron visualizar e interpretar con agudeza, al país que amaron. Poseyeron un criterio realista, como modo de hacer posible el desarrollo del país y de sus instituciones, fueron personalidades, que sobresalieron por ser ciudadanos cabales y paradigmas de una forma pragmática de concebir e implantar sus ideales, al servicio de la Patria.
Diego Cornejo Castellanos
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