Dr. Arturo Oñativia |
Gobernador de Salta 1956
Nació el 15 de abril de 1914, en la Capital de Salta. Es hijo de don José María Oñativia y doña Delicia Moreno Boedo. Cursó sus estudios secundarios en los Colegios Belgrano y Nacional de Salta, egresando en 1931. Ingresó posteriormente en la Facultad de Medicina de Buenos Aires, diplomándose en 1940 como Doctor en Medicina. Su monografía de doctorado Estudio clínico del síndrome adiposo genital, obtuvo la nota de “sobresaliente”.
Su actividad médica asistencial comenzó en Clínica Médica en el Hospital Torcuato de Alvear y en 1942 concursó y ganó un cargo como médico endocrinólogo en el Hospital Rivadavia, donde su jefe fue el doctor Enrique del Castillo. Completó su formación de postgrado en endocrinología a través de innumerables cursos de capacitación y de intensos trabajos científicos. También se desempeñó como docente en ese mismo hospital y compartió esta actividad con el doctor Tobias en Clínica Médica y con el doctor del Castillo en Endocrinología.
Desempeñó múltiples cargos desde 1945 a 1951 en la ciudad de Buenos Aires, en el Hospital Rivadavia y en la Facultad de Medicina. Durante el lapso de octubre de 1957 a julio de 1958 cumple la función de Delegado Sanitario Federal del Ministerio de Acción y Salud Pública de la Nación. En febrero de 1958 asume la dirección del Instituto de Endocrinología de Salta; ocupando también en octubre de 1960 el cargo de Director del Instituto en la Facultad de Medicina de Tucumán.
Ha cumplido una intensa actividad en sociedades médicas, congresos, etc., de la cual podemos destacar su participación como Miembro Titular de la Sociedad Argentina de Endocrinología y Enfermedades de Nutrición y Miembro Titular de la Sociedad de Medicina Interna de Bs. As. Algunos compañeros de esos tiempos recuerdan su destacada capacidad de observación, su prolija minuciosidad en el exámen clínico que realizaba a sus pacientes, sin perder nunca de vista que el enfermo es una persona cuya unidad psicofísica debe ser comprendida en forma integral. Este abordaje pone de manifiesto su profunda formación humanística.
En el período 1957/58 organizó y creó el Instituto del Bocio, destinado a centralizar la investigación, estudio y profilaxis del bocio endémico en la Provincia. Se inauguró en febrero de 1958 y desde entonces hasta su muerte, el Dr. Oñativia ejerció su Dirección. Esta institución se transformó, a partir de 1960, en Instituto de Endocrinología; y, desde setiembre de 1962, consiguió la implantación de la profilaxis obligatoria con sal yodada para el bocio endémico en toda la Provincia de Salta. Consiguió, además, la categoría universitaria, al lograr la creación de un Instituto Docente dependiente de la Facultad de Medicina de Tucumán, cuya dirección ejerció desde 1960. Es intensa su colaboración con trabajos científicos en revistas nacionales y extranjeras, como en libros nacionales.
Como investigador realizó treinta y dos trabajos que fueron publicados en revistas nacionales y extranjeras. Participó, además, de la redacción de libros sobre endocrinología y también en traducciones al castellano de varios libros de la especialidad.
Fue un hombre que no sólo se destacó como médico, docente e investigador, sino también como político. En su vida pública, desempeñó el Ministerio de Gobierno, Justicia e Instrucción Pública y una Intervención Federal en Salta, de diciembre de 1955 a mayo de 1956.
Militó activamente en la política desde las filas de la Unión Cívica Radical, ocupando importantes cargos directivos, inclusive la Presidencia de la misma en la agrupación de su provincia; siendo además postulado a distintos cargos electivos y, al de Gobernador. En estas elecciones (1962) no aceptó la designación de Senador Nacional con que había resuelto ungirlo la Legislatura Provincial; pero, en octubre de 1963, el Sr. Presidente de la Nación, Dr. Arturo U. Illia, en mérito a sus antecedentes profesionales, lo llama a colaborar en su gabinete de gobierno desde el cargo de Ministro de Asistencia Social y Salud Pública de la Nación. Desde ese cargo, Oñativia complementó su tarea de erradicar el cretinismo bocioso a través de la promulgación de la ley 17259 de "Obligatoriedad del uso de la sal enriquecida con yodo como profilaxis del bocio endémico". Con esta ley, se reglamentó el enriquecimiento de la sal con yodo para uso alimentario humano y animal. Esta ley se fundamentó en estudios realizados en diferentes provincias, como Catamarca, Chaco, Formosa, Jujuy, La Pampa, La Rioja, Mendoza, Misiones, Neuquén, San Juan, San Luis, Salta, Tucumán y Tierra del Fuego, en las que el índice de bocio oscilaba entre el 12 y el 50 por ciento. También se consideró el uso de sal enriquecida para la alimentación animal, ya que al tener la carne un muy alto consumo en nuestro país, era bueno que la sal enriquecida llegar al ser humano a través de esa vía. Además, se detectó que en el ganado lanar, vacuno y porcino, la carencia de yodo alteraba su reproducción y su pelaje, acarreando consecuencias adversas incluso desde el punto de vista económico.
El doctor Arturo Oñativia, a pesar de todos los avatares, disfrutó de un gran reconocimiento por parte de la comunidad científica y de la población en general. Recibió innumerables premios, como el otorgado por la Sociedad de Medicina Interna de Buenos Aires al mejor trabajo científico realizado en 1954. Obtuvo el Premio Mariano Castex entregado por la Academia Nacional de Medicina en 1970, el Premio Essex de la Sociedad Argentina de Progresos en Medicina Interna en 1975, el Premio al Mérito Distinguido del Círculo Médico de Salta en 1984, la Medalla de Oro otorgada por el Servicio Nacional de Agua Potable(SNAP) al cumplirse los veinte años de su creación. También la Fundación Konex le entregó en diploma de Honor y el Konex de platino en 1983, en la especialidad de bromatología.
Paralelamente a todas sus actividades, el doctor Oñativia nunca abandonó la docencia. Fue profesor titular de la Cátedra de Problemas Socioeconómicos de la Región del NOA y presidió la Comisión de Factibilidad de la Universidad de Salta.
En 1983, el 3 de abril y a los 69 años de edad, cuando se aprestaba a competir en las elecciones de octubre como candidato a gobernador por Salta, cayó abatido por su enfermedad que le costó la vida. Falleció el 1 de abril de 1985.
Fuente: "BIOGRAFIA DEL DR. ARTURO OÑATIVIA" - Dra. María Elena Storani, Médica endocrinóloga, Hospital Central de San Isidro, Prov. de Buenos Aires.