Por Luis Mesquita Errea

La íntima relación de la historia de Salta, de nuestro País y de América con la de España nos invita a formarnos una visión panorámica de lo que sucedió en ésta, para mejor comprender nuestra idiosincrasia y antecedentes históricos.

La historia primitiva

La historia hispana es rica y variada: se encuentran, combaten y entrelazan las etnias más diversas. Entre los primeros pobladores se contaron los íberos, procedentes del norte de Africa, distante sólo algunos kilómetros del continente europeo.

Por el norte, a través de los Pirineos, penetraron los celtas: la fusión de ambas poblaciones formó los celtíberos.

El litoral marítimo de la península atrajo a colonizadores griegos, fenicios y cartagineses, que instalaron sus factorías coloniales en la costa y dejaron sus huellas culturales y artísticas.

España incorporada al Imperio Romano – Santiago y el Evangelio

Los caminos imperiales romanos hicieron que España pudiera comunicarse consigo misma y abrieron paso, también, a los impulsores de la evangelización.

El Catolicismo se extendió rápidamente. San Pablo anuncia en las epístolas su venida a España, pero el padre de la Cristiandad hispana es el apóstol Santiago el Mayor (muerto alrededor del año 43), hermano de San Juan Evangelista. Jesús los llamaba "hijos del trueno" por su ardor y celo, característica que Tiago o Diego (o Jacobo) comunicó al catolicismo español.

A él se apareció la Virgen María y le entregó su imagen, de acuerdo a la tradición, sobre el Pilar de Zaragoza, columna de mármol que los peregrinos llegaron a cavar al expresar su devoción con millares de besos. Sobre él asienta la imagen de la Virgen del Pilar, Patrona de España, en cuya festividad, el 12 de octubre, las naves de Colón llegarían a América 14 siglos después. Numerosas urbes americanas llevan el nombre de Santiago, entre ellas la primera ciudad argentina, Santiago del Estero.

Podemos imaginar a las mujeres íberas asistiendo a misa vestidas como la elegante "Dama de Elche", en los tiempos del Apóstol.

Roma que, aún pagana, incorporaba los cultos de los diversos pueblos, no hizo lo mismo con el Cristianismo, al que persiguió tenazmente. Los primeros cristianos defendieron la Fe hasta dar su vida por ella, especialmente en Mérida, Córdoba, Tarragona y César-Augusta (Zaragoza) -"la ciudad de los mártires"-, donde la civilización romana estaba más sólidamente establecida.

Prudencio, uno de los primeros poetas cristianos, data de esta época.

De la Cristiandad hispana comienzan a salir misioneros para propagar la fe en otras tierras. Uno de ellos fue el célebre Osio, Obispo de Córdoba, que influyó (ca. 315) sobre el emperador Constantino para que cesaran las persecuciones y se hiciera cristiano.

Debido a éstas, los primeros avances del Catolicismo se dieron en parte al amparo de escondites subterráneos, las catacumbas. Luego salió a la luz del día, tornándose numeroso. Entre los que se acercaron había paganos que no querían renunciar a los elementos de su cultura incompatibles con la fe católica. Del intento de mezclar ambas cosas nacieron las herejías, movimientos y sistemas de creencias que negaban principios cristianos, como los describe Marcelino Menéndez y Pelayo en su erudita Historia de los Heterodoxos Españoles .

La que más enfrentamientos creó fue el arrianismo, que rebajaba a Jesús a la categoría de simple hombre. La vehemencia con la que cristianos y arrianos defendían sus posiciones dio origen a la expresión popular: "se armó la de Dios es Cristo".

La influencia del Obispo de Córdoba fue decisiva al presidir el histórico Concilio de Nicea (año 325), que condenó las ideas de Arrio y redactó la fórmula del Credo, símbolo de la Fe que desde entonces se reza en la misa.

La obra misionera de España creció con el Papa San Dámaso. El y su contemporáneo, el emperador Teodosio, eran españoles. Convertido este último a la Fe católica, la estableció como religión oficial del mundo romano. ¡Qué distancia, si lo pensamos, había recorrido el Catolicismo, desde el exterminio de los primeros cristianos a esa situación de preeminencia! El Imperio se tornaba cristiano. Comenzaba el ocaso de la Antigüedad y el amanecer de la Cristiandad europea.

El mejor acueducto que queda de Hispania y una de las obras de arte e ingeniería más grandiosas del mundo romano es el acueducto de Segovia, construido probablemente entre la segunda mitad del s. I y principios del II, en tiempo de los emperadores Vespasiano y Trajano.

La invasión germánica – Godos y visigodos

Luego de los romanos, a fines de la Edad Antigua, llegan las oleadas de godos y visigodos que marcan la caída del Imperio Romano. Mantienen su predominio desde el siglo V hasta principios del VIII de la era cristiana.

La invasión musulmana – Don Pelayo inicia la Reconquista – El primer rey español

En 711 se produce la invasión musulmana, avanzada de la expansión militar del Islam, movimiento religioso y guerrero nacido en Arabia en el siglo anterior. Los pueblos arábigo-beréberes establecen emiratos independientes y más tarde un núcleo superior, el Califato de Córdoba. Beneficiado por la cultura adquirida de los persas y otros pueblos de Oriente conquistados por los guerreros árabes, el Califato será uno de los altos centros culturales de su época. Nuevas invasiones africanas y divisiones internas producen su desmembramiento en los reinos de taifas.

La invasión árabe del siglo VIII concentró la resistencia de los cristianos en los cerros asturianos. Don Pelayo de Asturias derrota a los invasores, algunos años después, en la memorable batalla de Covadonga. La España cristiana renace, con nuevos caracteres y nuevo sentido de unidad. Es el primer rey español, símbolo de la nación. También los españoles americanos lo considerarán como un padre, a fines del período hispánico (principios del siglo XIX).

Don Pelayo es el iniciador la Reconquista de España, que durará 8 siglos, marcando a fondo el espíritu de sus hijos.

Los Reyes Católicos concluyen la Reconquista – España tiende a la unidad y llega a América

Los Reyes Católicos, a fines del siglo XV, harán esfuerzos sobrehumanos por reconquistar las plazas fuertes y reinos musulmanes que quedaban. Concluyen esta larga epopeya de Fe, sangre y heroismo revivida en los cantares de gesta, en 1492...

En la Edad Media habían surgido en la Península reinos cristianos independientes. La unión conyugal entre Isabel y Fernando será un paso decisivo hacia la unidad de “las Españas”, que tienden a constituir un solo reino de gran pujanza.

A esa España remozada corresponderá protagonizar un acontecimiento sin igual en la historia: el descubrimiento del Nuevo Mundo, desconocido en el Antiguo, que abrió panoramas inéditos y contribuyó a generar una nueva era histórica, con sus luces y sombras.

La Carabelas de Colón