Relaciones de dominación y explotación en el sistema colonial

Las Encomiendas - Gobernación del Tucumán

Isabel Castro Olañeta

La encomienda consistía en la entrega de un grupo de indígenas a un español para su "protección, educación y evangelización" a cambio de cobrar (el encomendero) un tributo. El deber de los encomenderos era entonces instruir al indígena en la fe católica y hacerles hábitos de buenas costumbres:

[...]para que os sirváis dellos conforme a las ordenanzas reales e con que dejéis, a los caciques, sus mujeres e hijos e indios de su servicio, e con que los dotrinéis e hagáis dotrinar en las cosas de nuestra santa fe católica, como Su Majestad lo tiene mandado[...]

La Corona estaba interesada por el Tucumán sólo en tanto ruta hacia el Atlántico y como región económica subsidiaria de los centros del sistema colonial. (LORANDI, 1988:139) "La región quedó bajo la tutela de un gobernador y los indios fueron totalmente repartidos en encomiendas privadas (con pocas excepciones). Los controles institucionales resultaron así poco efectivos y las desviaciones respecto a las ordenanzas reales mucho mayores que en las zonas centrales." (LORANDI, 1988:140)
La explotación de los indios sometidos al sistema colonial en la región de la Gobernación del Tucumán, se organizó de una manera particular, la cual es entendible en relación con las formas de explotación de los indígenas sometidos en las regiones centrales del Virreinato peruano, donde se sucedieron distintas formas de organización de la explotación de la sociedad indígena. Hasta 1545, los conquistadores, transformados en vecinos encomenderos se consolidaron como señores de la tierra, afianzando un fuerte poder independiente de la corona, que se basaba en una relación directa con los indios de su encomienda. En tanto se tendió a mantener las formas incaicas donde los pueblos entregaban principalmente trabajo, como forma de tributo, a esta forma que adoptó la encomienda se la ha denominado "de servicios personales". (PALOMEQUE, 2000)

Reconocemos un corte en 1545, debido al intento de la Corona de imponer un sistema jurídico que regulara las relaciones de los encomenderos con los encomendados con las Leyes Nuevas, tratando de impedir la consolidación de un sistema señorial o feudal. La consecuencia fue la rebelión de los encomenderos y el enfrentamiento con la Corona, conflicto que se extendió durante varios años, pero que concluyó con la victoria –en cierta medida "negociada"- de la Corona, la cual irá imponiendo en la práctica sus políticas e irá debilitando el poder de los encomenderos. (PALOMEQUE, 2000)

Portada del libro de las Leyes Nuevas de 1542 que abolían las encomiendas indígenas.

Fue el virrey Toledo en 1570 quien organizó finalmente el sistema de dominación "indirecto" de la población indígena, por el cual, ésta quedó reducida en "pueblos", en parte gobernados por sus antiguas autoridades étnicas, y obligada a entregar el trabajo "mitayo" que beneficiaba a distintos sectores de la economía española. De esta forma, el proyecto toledano cortó la relación directa entre el encomendero y los indios encomendados, quienes comenzaron a pagar su tributo a los funcionarios de la Real Hacienda y no directamente al encomendero, como en la etapa anterior, a su vez, dicho tributo, ya no se medía en "trabajo", sino con una "tasa" estipulada como renta anual, liberando al indio de la sujeción personal directa.

Sin embargo, estos cambios en el sistema de explotación de la sociedad indígena, no se aplicaron directamente en la Gobernación del Tucumán, región que soportó un largo proceso de conquista, donde los encomenderos adquirieron un gran poder, mientras se derrumbaba y desestructuraba la población indígena sometida. El estado colonial era flexible frente al sector de "vecinos-encomenderos" de esta gobernación, autorizando ciertas formas de relación directa entre el encomendero y sus escasos indios encomendados. (PALOMEQUE, 2000)

En términos legales, en el Tucumán, la "encomienda de servicios personales" se enmarcó normativamente dentro de las Ordenanzas de Abreu de 1576 y persistió -formalmente- hasta 1612 cuando se dictaron las Ordenanzas de Alfaro. "Las Ordenanzas [de Abreu] no pretendieron hacer desaparecer el poder de los encomenderos sino, más bien, fueron sólo una primera injerencia estatal donde –el estado y los encomenderos- acordaron las normas para la explotación de los indios de paz." (PALOMEQUE, 2000:114) Estas primeras Ordenanzas consolidaron una situación jurídica similar a la del Perú previa al proyecto toledano, donde los encomenderos -generalmente a través de un "poblero" o administrador- organizaban directamente la producción del tributo de la familia indígena exigiendo una cantidad de trabajo que dependía solamente de su capacidad de trabajo.

La encomienda de servicios personales es un sistema de aprovechamiento directo de la mano de obra indígena donde "el tributo no es sino el resultado de la aplicación de la mano de obra que proporciona el repartimiento a empresas productivas del poseedor de éste" (DOUCET, 1986:95). Para Lorandi, el trabajo de los indios consistía en una "superposición de obligaciones", ya que los mismos no estaban tasados y no pagaban el tributo con los productos provenientes de la explotación de sus tierras comunales. (LORANDI, 1988:148) Se acepta que las Ordenanzas de 1576 consolidaron este sistema, en tanto el tributo que los indios debían dar a sus encomenderos no estaba tasado, sólo establecían el tiempo de trabajo y no la cantidad ni la materia de los tributos. (DOUCET, 1986:65-66)

"La falta de tasación de los tributos y el régimen de prestación personal nos conduce a un problema de fondo: el de la encomienda como institución básica de la economía colonial del primer período, que aglutina la mayor parte de la fuerza de trabajo. La encomienda representa una modalidad de servicios de tipo feudal, pero al transformarse el encomendero en hombre de empresa revierte el signo y el valor de la prebenda por el uso que hace de ella: las entregas en especias o trabajo recibidas de una economía natural son ingresadas en una economía de cambio, en una economía monetaria." (ASSADOURIAN, 1972:90)

"Al proveer de mano de obra, las encomiendas se convirtieron en el motor inicial de la economía y en la base de la prosperidad y del acceso al poder político de muchos feudatarios locales. Todas las necesidades del asiento hispánico estuvieron facilitadas por el trabajo indígena, y las actividades mercantiles del encomendero se sostuvieron con los aprovechamientos laborales de los indios." (PIANA, 1992c:10) La encomienda proporcionaba como capital inicial la mano de obra indígena, a lo que se sumaba la propiedad de la tierra. En la sociedad de la época el encomendero concentraba los recursos para iniciar las actividades agrícolas, ganaderas, de transporte y obrajes, que eran las empresas económicas de mayor envergadura.

Las encomiendas fueron la base de cuatro actividades productivas fundamentales: las manufacturas textiles (tejidos bastos realizados por los indios de encomienda, cuya materia prima provenía de la compra o de la producción propia, en los pueblos, de ganado ovino y cultivo de algodón, producción orientada a los mercados de Potosí, Río de la Plata y Paraguay); la agricultura comercial (dentro de la cual se destaca la producción de harinas de trigo, orientada al comercio con Brasil, del que retorna metálico y esclavos), la ganadería (de crecimiento sostenido, y con orientaciones diversificadas: venta en pie, productos derivados como el sebo y los cueros, la "guarda", o como moneda natural) y los fletes (de los que dependen los flujos de los excedentes rurales y los circuitos mercantiles). (PIANA, 1992a y b)

A fines del siglo XVI, la repercusión de las guerras, los malos tratamientos y abusos derivados del sistema de encomienda de servicios personales, produjeron una gran caída demográfica de la población nativa, lo que originó numerosas quejas y denuncias por parte de diferentes sectores de la sociedad colonial. En 1612, el visitador Alfaro dictó nuevas ordenanzas para la jurisdicción, en virtud de las cuales se concretó la reducción de los indígenas en "pueblos de indios" y la organización de dichos pueblos con sus autoridades compuestas de caciques y cabildos indígenas, mientras establecía el monto y composición del tributo y prohibía la presencia de pobleros y encomenderos en los pueblos. Al crear pueblos de reducción como en el Perú estaba separando el territorio indígena del español, y al tasar el tributo reemplazaba el sistema de la prestación de servicios de toda la familia indígena por una renta anual que el indio varón adulto debía pagar a su encomendero, como único tributo.

La principal característica de este sistema era que combinaba nuevos y viejos elementos, ya que mientras implantaba el nuevo sistema de separación territorial y de los sistemas de gobierno, de la sociedad indígena y de la española, no rompía totalmente la relación directa entre sociedad indígena y encomendero, sobre todo porque permitía "conmutar" el pago del tributo en días de trabajo, aduciendo que estas eran regiones pobres donde los indios tenían dificultad para obtener dinero; y porque el tributo se entregaba al encomendero. (PALOMEQUE, 2000)

Si bien las Ordenanzas del Oidor Alfaro aportaron una base legal que permitía cierto nivel de preservación de la sociedad indígena, su efectividad dependió de la capacidad de cada pueblo para acceder a los niveles superiores del sistema judicial, donde el poder de los vecinos fuera más débil. En estas condiciones, sólo algunos lograron mantenerse organizados en pueblos y controlar las tierras que les fueron adjudicadas. Junto con este proceso, los abusos de los encomenderos continuaron, lo que dio origen a un conjunto de situaciones ambiguas y diferentes en cada región y pueblo, según cómo se entrecruzara esto, con la aplicación de las Ordenanzas de 1612. (PALOMEQUE, 2000)

Parte del Artículo: Relaciones de dominación y explotación en el sistema colonial temprano: encomienda, actividades productivas, tierra, tributo y actores sociales. Pueblo de indios y Encomienda de Quilino, 1573-1620 de Isabel Castro Olañeta

Bibliografía:

LORANDI, Ana María:

1988. "El servicio personal como agente de desestructuración del Tucumán colonial", en: Revista Andina, 6, Cusco, pp.135-173.

1997. El Tucumán Colonial y Charcas, 2 vols., Buenos Aires.

PALOMEQUE, Silvia

2000. "El mundo indígena. Siglos XVI-XVIII", en TANDETER, E. (compilador): Nueva Historia Argentina, Tomo II: "La sociedad colonial", Ed. Sudamericana, Buenos Aires.

DOUCET, Gastón Gabriel:

1986. "Los réditos de Quilpo: funcionamiento de una encomienda cordobesa a fines del siglo XVI", en: Jahrbuch für Geschichte von Staat Wirtschaft und Gesellschaft Lateinamerikas, Nº 23, pp.63-119, Colonia.

ASSADOURIAN, Carlos Sempat:

1972. "La conquista", en: ASSADOURIAN, C.S., BEATO, G., CHIARAMONTE, J.C.: Historia Argentina. De la conquista a la independencia, Bs. As.


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