Regreso de Belgrano - Corajiada de Dorrego en Salta - Encuentro con San Martín

Cuando la patria pasó por sus cerros y ríos, esas verdes lomas de San Lorenzo también guardan un retazo de la histórica Guerra de la Independencia

Por Darío Illanes y Luis Borelli

Bien sabemos que el Valle de Lerma fue uno de los más importantes escenarios de la Guerra de la Independencia, pero pocas noticias cuentan que en entre esas hermosas lomas de la actual villa veraniega de San Lorenzo, se dio el primer enfrentamiento armado, cuando se produjo la segunda invasión realista a Salta en 1814.

En ella no combatieron los bravos gauchos de Güemes, pero si los valientes soldados del Ejército del Alto Perú, que venían en retirada y derrotados desde los llanos de Ayohuma. Quizá, esa misma noche de la batalla de San Lorenzo, Güemes era designado en Yatasto por el general San Martín, Jefe de la Línea del Pasaje. Quizá esa misma noche en aquella histórica posta de Metán, San Martín lograba la tan ansiada reconciliación entre Belgrano y Güemes.

Antecedentes

Fracasada la segunda campaña libertadora al Alto Perú, luego de las derrotas de Vilcapujio y Ayohuma, el General Manuel Belgrano emprende la retirada hacia el sur, a mediados de noviembre de 1813 dirigiéndose primero a Potosí y después a Tobaco-Ñaco, Lajatambo, Quirve, Humahuaca y Jujuy, a donde llega a fines de diciembre.

En pos del Ejercito del Norte, venía el realista Pezuela con la intención de avanzar con sus 4 o 5 mil soldados, primero sobre Jujuy, luego Salta y finalmente pasar a Tucumán, para ocupar toda la actual frontera norte de Argentina.

Así es que de nuevo el general Belgrano está en Jujuy, con las pocas fuerzas que le quedaban, habiendo perdido hombres, artillería, armamento y ... ¡cuanta sangre!.

Urge pues, la formación de una buena retaguardia que cubra sus espaldas mientras continúa con su retirada rumbo a Salta y Tucumán, ya que Pezuela no demorará en hacer sentir su acoso. Y Belgrano recurre a Manuel Dorrego, pues necesita un jefe con actitudes especiales para maniobrar hábilmente la retirada y retardar al enemigo entre los cerros de La Caldera.

Con Dorrego como jefe de la retaguardia, Belgrano inicia su marcha de Jujuy a Salta, el 8 de enero de 1814 por el camino de montaña. Dorrego comenzó con su trabajo de retrasar al enemigo, al menos hasta que los 1.800 hombres que quedan del Ejercito del Alto Perú abandonen Salta y se encaminen por el Pasaje a Tucumán, hasta encontrarse con el Ejército Auxiliar del Perú, que viene al mando del general José de San Martín.

Manuel Belgrano permaneció en Salta pocos días y continuó lentamente rumbo al sur, pasando con sus tropas por Cerrillos, La Merced, Sumalao, Río Pasaje hasta La Junta, a donde llega el 20 de enero, día que se encuentra con San Martín en Yatasto. A todo esto Dorrego debe moverse al frente de la retaguardia, pues el frente realista, al mando de Ramírez Orozco avanza hacia Jujuy. En esta ciudad destaca el 16 de enero, al salteño Saturnino Castro para que se apodere de Salta, por sus conocimientos del terreno. Dorrego maniobra entre cerros, quebradas y los crecidos ríos que separan Jujuy de Salta, hostilizando al enemigo en audaces arremetidas, haciendo retumbar entre las montañas el estampido de los fusiles.

Oleo de Augusto Ballerini - Instituto Nacional Sanmartiniano

El jefe patriota hace lo que puede mientras retrocede a Salta, siempre hostigando, hasta que después de pasar por el pueblito de La Caldera, ya tiene la ciudad a la vista, al pie de las cumbres aledañas al Campo de Castañares, y sin dudar, enfila con sus tropas para el poniente, para ocupar las lomas de San Lorenzo, a la espera de Castro, el que se hace presente el 20 de enero. Son las 3 de la tarde cuando ambas caballerías se avistan. El jefe realista no espera y se lanza al ataque, seguro de arrollar a Dorrego, pero éste hace un hábil uso del terreno, y con serenidad y astucia logra sacarle provecho a las lomas de San Lorenzo, logrando por cuatro horas, no solo resistir el asedio de los españoles, sino hostigarlos y demorarlos en la zona mas bella del noroeste del Valle de Lerma.

La noche cae y Castro con su ejército invasor se paraliza, contrariado al verse defraudado en sus certezas de arrollar fácilmente a los patriotas, los que ya entre las sombras se escabullen rumbo al Sur, hasta Quinta Grande y Cerrillos. Así, San Lorenzo inscribió su nombre en una de las páginas más gloriosas de la Guerra de la Independencia, un 20 de enero de 1814.

 

Edición: El Tribuno del domingo 21 de octubre de 2001

 

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