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Historia de Salta

Cotagaita - Primera Acción

Por José de Guardia de Ponté

Introducción:

ue un tanto difícil escribir un apunte histórico sobre el revés de Cotagaita, pero al mismo tiempo, habría sido muy arduo eludirlo. En la historiografía nacional vemos, como este hecho, ha sido tratado con la mayor ligereza posible para llegar apresuradamente ha analizar la importante victoria de Suipacha. También podemos decir que sobre la temática se han escrito diversas versiones, lo que surge también como necesidad el de esclarecer el hecho histórico que devino en la primera victoria nacional en el campo de la guerra.

El historiador tarijeño Numa Romero del Carpio, nos dice: “… El combate de Cotagaita supone criterios dispares. Su relato e interpretación resulta difícil. ” Y todo esto es ha causa de los documentos y crónicas de la época que relatan el episodio con diferentes protagonistas.

La intención de este escrito es en cierta medida reflexionar sobre los acontecimientos del 27 y 28 de octubre de 1810, dejar en claro quienes fueron sus protagonistas y responsables y analizar las consecuencias derivadas de tales hechos.

Antecedentes:

Una vez dominada la resistencia de Córdoba, la expedición auxiliadora siguió su marcha hacia el Norte, bajo el mando de Antonio González de Balcarce, aunque en lo político estaba al frente Dn. Juan José Castelli, representante de la Junta.

Mientras tanto en el Norte, la noticia de la destitución de Cisneros e institución de la Junta Nacional Gubernativa llegó a Postosí el 17 de junio y a Chuquisaca el 20 del mismo mes. La primera reacción del gobernador intendente de Charcas, don Vicente Nieto, fue desarmar el Cuerpo de Patricios de Buenos Aires que había llegado el año anterior. Expulsó a los oidores de la Real Audiencia y al fiscal Juan Antonio Alvarez de Arenales, apresuró la requisa de armas e invitó a gobernadores norteños a un congreso para establecer un plan de acción contra Buenos Aires.

Francisco de Paula Sanz, gobernador de Potosí fue el único que respondió a la invitación de Nieto. La asamblea se efectuó un mes después y se convino en pedir que las cuatro intendencias del Alto Perú fueran incorporadas al Virreinato de Lima.

Se designó al General José de Goyeneche como militar para la defensa y concentración de tropas. Cabe destacar en este sentido que ya se habían movilizado milicias de Arequipa, Puno y Oruro.

En contrapartida Cochabamba reconoció a la Junta de Buenos Aires, pero el 14 de setiembre un golpe de mano depuso a su gobernador y el Virrey del Perú José Fernando Abascal y Sousa nombró un reemplazante . Pero Dn. Francisco del Rivero y otros complotados se apoderaron de la guarnición y el pueblo los apoyó. El nuevo gobernador renunció y por pedido del pueblo el gobierno fue puesto en manos de Rivero. El 23 de setiembre se procedió a informar a Buenos Aires que Cochabamba adhería a la causa.

A mediados de octubre Rivero con una fuerza de dos mil hombres atacó Oruro y la tomó al mando de Esteban Arce. El 24 de setiembre el pueblo de Oruro proclama su adhesión a Buenos Aires

Todo lo expuesto anteriormente expresa la situación desventajosa tanto estratégica como políticamente que se presentaba contra Goyeneche quien decidió conjuntamente con Vicente Nieto establecer un puesto de avanzada en Cotagaita al mando de capitán de fragata José de Córdova y Roxas

El lugar: Santiago de Cotagaita

Actualmente es la capital de la provincia de Nor Chichas, ubicada en la ruta caminera Villazón-Tupiza-Cotagaita-Vitichi-Potosí; en el pasado el camino del inca y la ruta de los libertadores.

Iglesia Mayor de Santiago de Cotagaita

Durante la Colonia, fue asiento de familias nobles que poseían minas en las cordilleras cercanas. (Cordillera de los Frailes y de los Chichas) y sus ramificaciones ricas en varios metales de valor.

De agradable clima, invitaba a conformar un selecto vecindario, familias nobles como los Medinaceli, Echeverría, Michel, Villegas, Rocabado y otros. Son gente de recia constitución fisica, de agradable trato y sumamente hospitalaria. En sus numerosos cantones se conservan vigentes las costumbres ancestrales.

Riegan la vida del villorio los caudalosos ríos Tumusla y Cotagaita. La tierra es generosa y la brisa siempre está perfumada de albahacas y retamitas.

Cotagaita es cuna del letrado don Carlos Medinaceli quien en su célebre obra “La Chaskañawi” inmortalizó para siempre su pago y la hermosura nativa de las cholitas.

Los hechos:

El primero en entrar en suelo enemigo fue el mismo Güemes comandando tropas de Salta y Jujuy, es así como el 3 de setiembre toma un pequeño campamento realista donde se apodera de valiosa información como el sitio de la vanguardia enemiga, órdenes, armas y fuerzas que aglomeraba los del rey. (Archivo General de Nación - Sección Trelles p.56)

Llegado el Ejército Expedicionario a las órdenes del General González Balcarce se incorporó Güemes con su partida de observación. Conocedor de sus méritos, confió a Güemes la misión de ocupar la ciudad de Tupiza, la que verificó sin resistencia alguna. Luego Güemes seguiría a Tarija donde formaría una división de voluntarios que se sumaría a los ya reclutados en los Valles de Salta y Jujuy.

Entre tanto el grueso de las fuerzas realistas al mando de José de Córdova había establecido su cuartel general en Cotagaita. a 400 kilómetros al norte de Jujuy.

Ya próximos ambos enemigos, lícito resultaba pensar que algunas de las partes apurara la decisión y sin duda que ello convenía más a los revolucionarios que a los realistas puesto que Córdova había adoptado una actitud defensiva o mejor dicho cautelosa.

De acuerdo con esta apreciación González Balcarce tomó la iniciativa, primero se aseguró de haber recibido las cargas de municiones de la artillería, luego avanzó y se situó en Cazón a 3 leguas de las trincheras enemigas.

El combate:

Antes de iniciar el combate, González Balcarce dirigió un oficio “A los Señores Generales, comandante de los cuerpos y oficiales de la tropa del Alto Perú”, indicándoles que la tropa a su mando no venía a “hacer conquistas ni derramar la sangre de sus connacionales”, estaba dispuesta a que el voto de los pueblos establezca el gobierno a que han de sujetarse estas provincias mientras la península se halle convulsionada. Que venían, no a conquistar, sino a liberar.

Lugar donde se desarrolló el combate de Cotagaita

A la invitación el capitán de fragata José de Córdova y Roxas rechazó la misma y trasmitió que tampoco estaba dispuesto a rendirse.

Ante la negativa se inició el ataque el que empezó aproximadamente a las 10 de la mañana del 27 de octubre y duró hasta las dos de la tarde. Reconociendo luego Balcarce la imposibilidad de penetrar las trincheras enemigas, dispuso retirarse, lo que efectuó en el mejor orden. El enemigo no intento perseguirlo puesto que no contaba con cabalgaduras ni con ánimos.

Aquí se produjo entonces el primer choque entre revolucionarios y realistas, de lo que fue la guerra por la independencia – no considerandose una derrota formal sino más bien un revés con retirada estratégica.

Observaciones:

Llama la atención de que autores más cercanos a los sucesos referidos ven a Güemes como principal responsable de Cotagaita. Así por ejemplo, En 1946 se publicaron las “Memorias de Miguel Otero”, bajo la dirección de Miguel Solá en el que se incluye observaciones referentes al combate de Cotagaita:

“…Por la mañana del 27 de octubre arribó a la vista de Cotagaita la primer división de la Patria, al mando de su comandante en Jefe Dn. Martín Güemes, compuesta por tropas de Salta y de un batallón de milicias de Tarija, perteneciente a la misma provincia. Con un valor imprudente y atolondrado en dispersión. Puesto fuera de tiro reunió su tropa y, manteniéndola formada en el llano, subió el cerro de su izquierda o del Oeste, para observar y reconocer con un anteojo la fortificación del enemigo, operación que debió ejecutar antes de emprender el ataque, pero hace el necio al fin”…“Vio que no tenía fuerzas para vencer tan seria dificultad, y no teniendo allí más agua que la del río, que iba por contra la muralla enemiga, se retiró al Vallecito de Cazón, legua y media más de acá de Cotagaita. Allí permaneció con su división , manteniendo descubiertas sobre el enemigo hasta el 31 del mismo octubre, en que el General Nieto destacó a su Jefe de Estado Mayor Córdova con 700 ó 800 hombres a perseguirlo....”.

Justo Mateo, en la traducción de la obra de Sir Woodbine Parish, titulada “Buenos Aires y las provincias del Río de la Plata” dice :

“...Aprestóse en consecuencia una columna de 800 a 1000 hombres de las provincias de Salta, Jujuy y Tarija, que al mando del comandante Dn. Martín Güemes, salió al encuentro de Nieto, que se había atrincherado y fortificado en Santiago de Cotagaita de una manera inespugnable. Güemes sin embargo de la superioridad del enemigo, que era más del doble en número, disciplina y armamento y que estaba a cubierto de una trinchera y foso por donde pasaba todo el agua del río, lo atacó el 27 de octubre del mismo año de 1810 y fue rechazado como debía serlo....”.

Estas versiones erradas, ya que Güemes no participó de los hechos, podría tratarse de una intención de desresponsabilizar a Balcarce del revés sufrido.

Húsar

Conclusiones:

En primer lugar podemos decir que las fuerzas patriotas eran inferiores en número, el terreno no permitía el desenvolvimiento de la caballería, único factor de poder que poseían los patriotas, y faltaba artillería necesaria para poder rendir la plaza.

En segundo lugar apreciamos que el atacante no realizó un previo análisis de las defensas del enemigo ni remitió espías o vigías que le facilitaran tal información, o bien teniendo información, las desestimó.

Por estas razones podemos decir que el combate de Cotagaita muestra a las claras la falta de experiencia militar del jefe de las fuerzas patrióticas, en razón de que González de Balcarce decide un ataque nada táctico y bastante irresponsable.

En este desafortunado encuentro las fuerzas patrióticas perdieron tres hombres, cuarenta y cinco heridos, siete prisioneros y una decena de efectivos se pasaron al bando realista.

El episodio seguramente insufló ánimos a las fuerzas realistas haciendoles perder respeto por los atacantes, esto posibilitó luego que las fuerzas de Güemes atacaran a un Córdova desprevenido y confiado en Suipacha.

Y por último, siempre encontramos la cuestión de menospreciar la figura de Güemes, en este caso responsabilizandolo de algo que no realizó, y luego de sobra tenemos los que no reconocieron su importante y principal participación en la batalla de Suipacha.

Notas al pie:

1. en el libro Jornadas de Estudio sobre Guemes (Pag. 29)

2. Güemes estaba comisionado por Balcarce a ocupar la ciudad de Tupiza, la que verificó sin resistencia alguna. Luego Güemes seguiría a Tarija donde formaría una división de voluntarios que se sumaría a los ya reclutados en los Valles de Salta y Jujuy.

3. Había quedado en Salta como comandante militar.

4. Historia General del Alto Perú, Luis Paz, Tomo II, pág. 120

5. En el libro “de Güemes a Rosas” (Ed. Soc. Impresora Americana, Buenos Aires).


Datos Bibliográficos:

• La Expedición y Auxilio a las Provincias del Interior 1810 - 1812 - Emilio A. Bidondo. Ed. Círculo Militar 1987.
• Historia de Güemes - Atilio Cornejo – 2da. Edición.
• Archivo General de la Nación – Publicación Oficial – Buenos Aires – 1894 – Tomo I.
• Historia General del Alto Perú, Luis Paz, Tomo II,
• Jornadas de Estudio sobre Guemes - Numa Romero del Carpio
• Escudo de Armas de Tupiza – Prof. Michel Alfaro.
• La Batalla de Suipacha – Prof. Edgar Murillo Huarachi.

 

Batallón blandengues comandado por Abraham González

 

 

Carta de Castelli a Buenos Aires

Exmo. Señor.

Dirijo á manos de V. E. el parte original que á noche á las nueve, recibi en esta parada del mayor general Balcarce por el oficial D. Santiago Carrera, que conforma con lo que instruí á V. E. por el parte de ayer, sin haber otra novedad que haber encontrado el oficial Carrera, ya en marcha, la artillería, municiones, mulas, y tropa que había hecho retroceder Urien.

A este oficial, á quien he hecho las reconvenciones generales sobre su conducta le tengo impuesto arresto, y sin embargo de que está conocidamente enfermo, le hago seguir la marcha á la vanguardia para ser procesado y juzgado.

En consecuencia considero, que aunque pueda absolver, los cargos, que lo hallo imposible, por la enfermedad que tiene no debe servir; y así es preciso sustituirle un oficial de su clase, el mejor que pueda venir de esa. No me atrevo á determinar el que sea; pero si exijo que venga tan pronto como un correo. Entretanto he mandado venir de la retaguardia en posta á el oficial Pereyra de Lucena, que accidentalmente se encargará de la artillería, y será servida de los unicos oficiales que hay para las ocho piezas, á saber Pereyra, Villanueva, Puche, Giles, y Martinez. Faltan artilleros, que deben venir de allá al menos en número de 20 para reemplazo de los que fallen: porque aquí no hay como suplirlos.

Demas de las reiteradas disposiciones, y ordenes dadas para la artillería, municiones, pertrechos, tropas, y mulas de la retaguardia, las repito hoy para que aceleren la marcha en mi alcance al quartel general para donde me dirijo.

El adjunto impreso, que remito por lo que puede convenir á V. E. su conocimiento y publicacion de su critica, es remitido por el mayor general Balcarce á quien lo pasó el comandante de Cotagaita D. José de Cordoba por medio de D. Santiago Carrera quando fué á parlamentar é intimar la rendicion antes del ataque del 27, en cuyo acto tubieron largas discusiones sobre los asuntos del gobierno.

Conozco que en habiendo dos accioncillas nos quedamos sin municiones de artilleria pues no hay otras que las que llegarán en la retaguardia. Tengo á la vista el estado de ellas que me pasó la Junta de Comisión, pero como no distingue los destinos, ni se hace cargo de consumos no me sirvo por ahora de esa noticia. Espero tenerla mejor y determinar las que deban remitirse para avisarle á V. E.

—Dios guarde á V. E. muchos años—

Hornillos á la mañana 2 de Noviembre de 1810—

Exelentisimo Señor.

— Da. Juan JosÉ Castelli.—

Exma. Junta Gubernativa de Buenos Ayres.

Parte de Guerra de González Balcarce desde Cotagaita

Exmo Sor.

El «27» me dirijí á atacar las fortificaciones enemigas en Cotagaita como lo verifique á las dies de la mañana, desde cuia hora, hasta las dos de la tarde se sostubo de ambas partes el fuego más activo que puede imaginarse pero reconociendo que no era posible penetrar hasta las trincheras enemigas, dispuse retirarme, lo que se efectuó con el mejor orden, sin que se atreviesen los contrarios á perseguirme, ni á salir uno solo de sus parapetos. En la misma tarde acordamos en una Junta de Guerra, que era indispensable retroceder á reforzarnos, proveernos de municiones de Artillería, subsistencias, y caballerías pues si tan extrema la escaces de estos articulos que no hay absolutamte. como poder operar por su falta: mi dirección á Suipacha, donde esperaré los auxilios indicados, y las superiores ordenes de V. E. para lo que debo executar.

El Capitan D. Santiago Carrera impondrá V. E. circunstanciadamte. delo ocurrido en dha. accion y delo demas que es preciso facilitar para volver á internarnos prontamte. como interesa.

Dios guarde á V. E. ms. as. Mashara 29 de Octre. de 1810.

—Exmo Sor.—Antonio Gonzalez Balcarce.

 

Carta de González Balcarce a Castelli desde Tupiza

Exmo Sor

Aunque con fha. del 29 del corrte. participé á V. E. que regresaba á situarme en Suipacha, tube el mismo día que variar de determinacion y dirijirme á resguardar esta Villa, por haber adquirido noticias de que los enemigos benian á posecionarse de esta, como efectivmte. lo intentaron aproximandose hasta pasar la cuesta de la Almona; pero entendiendo allí la entrada delas tropas demi cargo retrocedieron á sus fortificaciones de Cotagaita, sin que hasta ahora tenga noticia alguna de que traten de dexarlas para beuir á atacarme, lo que á mas tiempo puedo suceder, y así será mui oportuno que adelanten quanto sea posible los refuerzos qe. estan en camino, afin de asegurar cualquiera acción.

En la del «27» hemos tenido tres muertos y seis heridos; y mi retirada se verificó, no por que temiese una derrota, ni esperase un ataque que absolutamte no pudiese resistir; estaba á una corta distancia de los enemigos convencido ya de que trataban de defenderse á todo coste; la tropa se hallaba sumamte escasa de subsistencias y sin recurso alguno para remediarla; no tenia dinero para el pago de sus haveres vencidos; las Caballerias por momentos se acababan de donde deducia qe. hiba á encontrarme sin arvitrio para moverme, cuias circunstancias unidas al trabajo y cuidado que requería la conservacion de un punto donde era preciso estar con las Armas en la mano; me hicieron concevir que interesaba sacar de allí la tropa, pues había padecido mucho en los días anteriores, y era necesario redoblarse sus fatigas al paso que se aumentaban sus escaceses y miserias. Este ha sido todo el origen demi retirada; deviendo asegurar á V. E. que ni al entrar en la accion ni en el tiempo que duró, ni al de restituirnos hemos tenido el mas minimo peligro de ser atacados, pues no se ha visto salir una partida enemiga fuera de sus trincheras.

La tropa se ha portado con intrepidez y valor pues á llegado á Pecho descubierto á tomar agua y hacer fuego dentro del mismo rio de Santiago, vajo del de mosqueteria y Baterias enemigas: no lo he permitido atacar á Bayoneta, como lo solicitó repetidas ocasiones, reconociendo qe. hiba mucha parte de ella á sacrificarse: se ha retirado quando sele ha mandado sin confusion ni atropellamto., conteniendo siempre la Artilleria, cuios Soldados se han desempeñado completarmte.

El atolondrado y covarde comte. de Artilleria D. Juan Ramon Urien, dibulgando la voz de hallarse herido desamparó la Pieza que mandaba en el medio de la accion, y sin darme el más minimo conocimto emprendió una vil y vergonzosa fuga, biniendo por toda la Carrera vosiferando, qe. todo el exercito se habia perdido, y que quedaba el rio de Santiago cubierto de nuestros cadáveres. Son incalculables los males que ha trahido este procedimt°. á que no puedo encontrarle principio; los Pueblos se intimidaron y salieron muchas familias fugitivas; los auxilios qe. me benian y que con tanta urgencia necesito, los hiso retroceder; y quando podía ya en el dia contar con toda la Artilleria, y refuerzos reunidos, y por consiguiente en estado de permanecer con completa seguridad aun me veo constituido á tener que sostener algun ataque con notable desigualdad.

La llegada aqui de V. E. y de todos los auxilios qe he solicitado por conducto del Capitan D. Santiago Carrera, son de la mayor importancia: es preciso aprovechar los momentos antes qe bengan las aguas próximas: no se puede subsistir en estos Pueblos, por que no hay absolutamte con qe mantenerse, y vajo este concepto si la Expedicion no ha de pasar adelante prontamte es indispensable designar otro punto para su Quartel gral.

Dios gue. á V. E. ms. as. Quartel gral de Tupiza «1°» de Novre. de 1810.

—Exmo Sor. Antonio Gonzalez Balcarce.

—Exmo. Sor. Dr. D. Juan José Castelli.

Fuente: http://es.wikisource.org/wiki/Parte_oficial_del_combate_de_Cotagaita

 


 

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A continuación ver: Suipacha la primera victoria revolucionaria sobre los españoles.

 

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