Exmo. Señor:
Escribir la historia de la gloriosa accion del 24 del presente pa. q. VE. tuviese un conocimiento de sus pormenores exige un tiempo que las muchas atenciones urgentes y de la maior importancia no me permiten emplear; pero deseoso de no defraudarle el placer q. debe llenar de sensibilidad su corazon al observar por mi sincera relacion la energia, el zelo, el valor á prueva de los individuos del Exto. y de todo el heroico paisanage de las Provincias q. nos há acompañado, muí particularmente el de Jujuy, Salta, esta Ciudad y Santiago del Estero, me contrahigo en lo posible á referir á V. E. quanto se ha executado asi en general, como en particular por salvar la Patria y poner en respeto sus armas, bien que previendo que se me escaparán muchos hechos, muchas singularidades todas dignas de la atencion de V E; pero que ya mi memoria no puede abarcar.
Por mis partes anteriores sabe VE. que el enemigo me perseguia; su numero no lo habia podido fixar pr. q. las relacions. variaban segun el modo de ver de mis espías; pero observada la resolucion de todos los individuos del Exto. y de quantos patriotas vinieron á sus banderas, de morir ó vencer, me decidí á sostener las armas, sin tener consideracion á las fuerzas que la tirania dirigia contra nosotros y ya el numero de ellas no fixaba mi atencion, sino la direccion que trahian.
Vario esta pr. los diferentes caminos q. presenta un campo que aunque cubierto de bosques tiene sin embargo diversos rumbos que se dirigen á esta Ciudad por donde puede viajarse, facilmente con un Exto. venciendose los obstaculos que hay qe no son de gran entidad.
Había preparado el campo de batalla al N. de esta Ciudad, y el 23 por los partes que se me dieron, tube alli la tropa dispuesta para recibir al enemigo que habiendo acercado sus abarizadas hasta poco mas de un quarto de legua de mi posicion, retrogradaron, y fueren á reunirse á Tafí viejo con el grueso del Exto.
Al dia siguiente esperando que bolviesen á tomar el camino real, me situé en el expresado campo á las dos de la mañana, pero á las siete de ella se me aviso venía por el camino de la costa del vosque, y en efecto vaxó hasta el manantial al S. O. de esta Ciudad, y se dirigio por ese rumbo al campo de las carreras.
Ya me habia situado en él y conocida la marcha del enemigo puse el Exto, á su frente, y observando sus maniobras, y disposiciones para formarse, antes qne pudiera verificarlo, mandé desplegar en vatalla mis divisiones y q. atacase la Infantería á la vayoneta, y abanzase la Cavallería q. cuvria mis álas, reforzando con parte de la division de reserva la del ala derecha.
Se executo con el maior denuedo despues de unos seis ú ocho tiros de cañon, que avrieron claros en la linea enemiga, en tanto grado, que en diez y seis minutos de el fuego mas vivo, se logró destrosar al Enemigo y consecutivamente apoderarse de su Artilleria, municiones, vagages, equipajes poner en vergonzosa fuga la maior parte que se persiguió por la caballeria con el maior encarnisamiento, el qual no dió lugar á rehacerla con la prontitud que se requeria para concluir con todo el Exto Enemigo.
Con este motibo las divisiones de Infanteria, y el cuerpo de reserva con una parte de la ala izquierda de la caballeria se replegaron á la ciudad llevandosé prisioneros, municiones del Enemigo, cañones, doce carretas, y otros muchos objetos, mientras Yo trataba de reunir la cavalleria q,, habia mandado avanzar.
El Enemígo replegó parte de sus restos y se acercó á las orillas de la ciudad con el intento de no manifestar su devilidad, y se atrevió á intimar la rendicion en los terminos de la copia n° 1 á que contextó mi segundo el Mayor Gral Diaz Veles, segun la copia n° 2.
En estos momentos me acerqué con la caballeria a ponerme á su vista, y resolvi no continuar la accion, asi por ponerme de acuerdo con la fuerzas de la Plaza para los ulteriores movimientos, como por evitar que continuase la horrorosa efusion de sangre que ya presentaba el campo cúbierto de cadaveres que afligia el corazon mas duro, mucho mas al observar que todos aquellos desgraciados eran nros hermanos alucinados.
Asi fué que me retiré para dar algun descanso á la, tropa y caballos, y el Enemigo quedó en su posicion hasta el dia 25, en cuia mañana habiendo vuelto á sus inmediaciones teniendo mi correspondencia libre con la Plaza y siguiendo mi idea de que no se derramase mas sangre Americana, dispuse mandar al Coronel D. Josef Moldes, segundo Teniente de Patriotas decididos con el oficio n° 3 para el Mayor Gral del Exto. de Abascal D. Pio Tristan: quien me contestó con el n° 4; é interviniendo alguna idea de que podria acercarse á tener una conferencia conmigo, suspendí todo movimiento hostil, y di orden al Mayor Gral para que no se atacase, amenos de q. el Enemigo no lo hiciera; pr. q. confieso á V. E. que mi espíritu estaba afligido con tanto Americano como habia sacrificado la tirania pr. sostener las cadenas de la esclavitud.
Mi esperanza salió vana, y despues de anochecido fui con la caballeria al Manantial pa. lograr algun descanzo pero ya con la determinacion de esperar alguna insinuacion del xefe enemigo hasta las diez de la mañana siguiente, ó en caso contrario finalizar la accion pr. los medios de la guerra y librarnos de los trabajos y fatigas que sufriamos.
Pero el xefe enemigo preferid á toda amigable proposicion, á todo medio de consiliacion, que acaso habria concluido la guerra civil en que la tirania nos tiene embueltos, el huir vergonzosamente, llevandosé los tristes restos de su Exto. que va perseguido por una division que hé puesto al mando del Mayor Gral. y que diariamente hace prisioneros, y obliga al abandono de quanto les ha quedado, y es de presumir que se disuelva enteramente, segun lo amedrantada que va la tropa, y de q. me hallo con positivas noticias.
Los Estados adjuntos n° 5, 6, 7, y n°. 8—dan á V. E. un conocimiento exacto de quanto se les ha tomado, de sus muertos, heridos, y prisioneros, sin traer á consideracion lo mucho que han pillado algunos de la tropa y el paysanage en quanto, durante la persecucion del Enemigo, cayó baxo sus manos; y asi mismo los muertos, y heridos y dispersos q. ha tenido el Exto de mi mando.
La fuerza del enemigo era de tres mil hombres de toda arma con trece piezas de Artilleria de quatro, dos y uno, mientras la del Exto que le oponia no llegaba á mil seiscientos hombres con quatro piezas de a seis, entre los quales apenas se cuentan trescientos viejos soldados; pero animados hasta el mas nuevo recluta, y el Paysano q. habia venido de su hogar á la camorra, como ellos dicen, de un espíritu patriotico, y de un fuego tan vivo para vencer que no es dable á mi pluma poderlo pintar para que se conosca en todo su lleno: solo puedo compararlos á los defensores de Buenos Ayres, y reconquistadores de Montevideo, Maldonado y la Colonia en 1807.
Por esta comparacion vendrá V. E. en conocimiento de las heroicidades que se habrán executado hasta por nuestros Tambores, y por los Paysanos que nunca se habian hallado en acciones de guerra, y ni aun tenian idea del silvido de las balas: son muchos los hechos particulares; pero lo que debe admirar es el orden, la subordinacion y el entuciasmo de los reclutas de Infanteria, de la Quebrada del Volcan, de Jujuy, de la Quebrada del Toro; y de Salta, que pisaban los efectos y díneros de los enemigos sin atenderlos por perseguirlos, y concluirlos: jovenes todos q. por primera vez experimentaban los horrores de la guerra; pero que su deseo de la libertad de la Patria se los hacia mirar con fria indiferencia.
Quisiera estampar sus nombres para q. la posteridad los recordase con la veneracion que es devida; mas esto no es dable, y me contentaré con que en la lista de revista q. han de pasar queden con la nota honrosa que merecen para que obtengan en su tiempo las atenciones de la Patria.
Los hijos de Jujuy y Salta que nos han acompañado, los de Santiago del Estero y los Tucumanos qe desde mi llegada á esta Ciudad me dieron las demostraciones mas positivas de sus esfuerzos y empeño de libertar la Patria comprometiendose á que Tucuman fuese el Sepulcro de la Tirania han merecido mucho, y no hallo como elogiarlos: á todos parecia q. la mano de Dios los dirigia para llenar sus justos deseos.
El orden del Exto. fué el siguiente: la Artilleria volante al mando del Baron de Holmberg, y las quatro piezas de que se componia al del Capn. D. Fran°°. Villanueva, Teniente D. Juan Santa Maria, Teniente D. Juan Pedro Luna, y Teniente D, Antonio Giles: las municionen en dos carretillas al cargo del Subteniente D. Josef Velasquez: todos cumplieron su dever, y los tiros que hicieron fueron acertados: sirvio de ayudante D. Josef Maria Paz.
La infanteria formaba tres columnas: la primera al mando de mi Ayudante D. Carlos Forest capn. del N 1 Sargento Mayor interino del N 6 y comandante de Cazadores dividida en tres secciones al mando del capitan D. Ramon Echavarria, del primer Teniente de Cazadores del N 1, mi Ayudante D. Geronimo Helguera, y D. Blas Roxas Ayudante Mayor del N 6: la segunda al mando de D. Ignacio Warnes primer comandante del N 6 y sus secciones al de los Capitanes D. Manuel Rafael Ruis. D. Josef Maria Sempol, y D. Melchor Telleria: la tercera al mando de D. Josef Superi Comandante de Pardos, y sus secciones al de los tenientes D. Ramon Mauriño, D. Bartolomé Rivadera, y capn. D. Antonio Visuara: en esta columna estaba de comandte. de guerrillas el subteniente graduado de Teniente D. Tadeo Lerdo.
La division de caballeria que formaba la ala derecha al mando del Teniente Coronel D. Juan Ramon Balcarce, y sus secciones al del capn. de Husares D Cornelio Zelaya, del Sargento Mayor de Tarija D. Pedro Antonio Flores, y Teniente de Voluntarios D. Rudesindo Alvarado: la division de la ala izqváerda al mando del Teniente Coronel, graduado comandante interino de Husares D. Josef Bernaldes, y sus secciones al del Capn. D. Fran°°. Paula Castellanos, y al de los capitanes de milicias D. Fermin y D. Nicolás Baca
El cuerpo de reserva al mando del Teniente Coronel D. Manuel Dorrego, y sus seccionas al del Capn. D. Esteban Figueroa, Teniente D. Miguel Sagarnaga, y el Capn. D. Manuel Inocencio Pesoa: la division de caballeria de ella al mando de D. Diego Gonzales Balcarce Sargt°. Mayor y Comandte, interino de Dragones, y sus secciones al de los capitanes D. Antonio Rodriguez D. Domingo Arevalo y Tente. D. Rufino Valle.
La Plaza la dexé al mando del comandante de Artilleria D. Benito Martinez con el Subteniente de Arta. D. Juan Zeballos, seis piezas, un piquete de Infanta. y parte de una compañia de Patriotas decididos compuesta delos de Cochabamba y chayanta que formaban mi escolta á las ordenes del Teniente Coronel D. Manuel Muñoz y y Terrazas: dha. compa. la tube dividida en los cuerpos de Husares y Dragones, destinando los hijos de Tucuman á los primeros, y los de Salta y Jujuy á los ultimos: su comportamiento y exfuerzos por el mejor servicio correspondieron á todas nras. esperanzas, y la Patria se complacerá spre. con hijos tan benemeritos que todo lo abandonaron, sugetandosé á la vida mas extricta del soldado pr. salvarla.
Ya dixe á V. E. en mi parte del 26 que desde el ultimo individuo del Exto. hasta el de. maior graduacion se han comportado con el maior honor y valor; pero debo recomendar mui particularmente al coronel D. Josef Moldes, que me há acompañado en todo, me há ayudado, y manifestado un animo heroico, y el deseo de salvar la Patria: á mi Edecan el Teniente coronel D. Franc°. Pico, y Ayudantes el capitan Dn. Amaro Bilvao, y Tte. D. Manuel de la Saquera á los Ayudantes del Mayor Gral, capn. D. Eustoquio Moldes, y Tente. D. Alexandro Heredia.
Son tambien de un merito distinguido Dn. Carlos Forest con toda su division de Cazadores q tomo tres cañones, D. Manl. Dorrego con su division de reserva que tomó el resto y las municiones, y entreambas la maior parte de los bagages: asi mismo lo es el comandante segundo del n°. 6 D. Miguel Araos, que sin embargo de hallarse todavia herido de la accion de las Piedras ha trabajado con empeño, y su valor acostumbrado.
Me serla preciso nombrar á todos los xefes y oficiales y demas individuos del Exto q. han manifestado su honor y valor dicidido, si hubiese de complacerme é mi mismo por lo que hé visto, pr. lo que se me ha informado; pero lo dexare pa. hacerlo por separado en las ocaciones que los interesados lo exiguieren para su satisfaccion.—Dios gue. á V. E. ms. as. Tucuman 29 de Septe. de 1812.
—Exmo. Señor.—MI. Belgrano.
—Exmo. Supor. Gn°. de las Pros. Unidas del Rio de la Plata.
Num 1°
Pasa á hacer presente al Comandante del Tucuman, ó Xefe del Exercito que se halla en ella, que si no se rinde á las tropas del Rey en el termino de dos horas, pego fuego á la ciudad y le hago responsable á los males que que resultan: si se rinden, saldrán con los honores de la guerra, y se recibirá de mi' el trato de un Americano que ama á sus paisanos como así mismo, deseando cesen tantos horrores, en que nos embuelben mal entendidos sistemas. —Dios gue á V. S. ms. as. Arrabal de Tucuman Veinte y quatro de septiembre á las quatro veinte minutos de la tarde —Pío Tristan—
Num. 2°
He recibido el oficio de V. S. con la sorpresa que es respectiva á la intempestiva rendicion que se me intima en el termino do dos horas. Nuestras tropas vencedoras, que reunen en triunfo trescientos, cinquenta y quatro pricioneros, ciento veinte mugeres, diez y ocho carretas de bueyes, todas las municiones de fucil y cañon, ocho pie zas de Artillería, treinta y dos oficiales y tres Capellanes, eran acreedores al partido mas ventajoso, q. proporciona al vencedor la derrota del enemigo. Si V. S. se halla con la energia de que se lisongea para atacar, tema en el resultado los consiguientes de unas armas vencedoras justamente irritadas. Nra caballería en numero superior á las fuerzas de V. 8. al mando de mi digno General en Xefe el Sr. Brigadier D. Manuel Belgrano, que corta á V. 8. toda retirada, concluirá el corto resto de los despojos quequedan á su mando; y solo seran sus ruinas el quadro en que se eleve el estandarte de nra libertad: puede V. 8. incendiar como promete todas las casas del Pueblo, pero esta infraccn. de los mas sagrados dros de los Pueblos le será á V. S. eternamente censible sin respecto á todos los que hasta aqui han venerado las Naciones menos cultas. —Dios guarde á V. S. muchos años. Plaza del Tucuman y Septiembre veinte y quatro de mil, ochocientos doce— Eustoquio Antonio Diaz Veles.— Sr. Coronel D. Pio Tristan.—
Num. 3
Se deleita aun Y. S. con la dolorosa efucion de sangre de tanto desgraciado hermano nuestro, y con su actual situacion de prisioneros, embueltos entre el llanto y la tristeza en cuyos momentos confiesan su engaño, y los desastres en que se los pone? sino es asi como me lo presumo, pues conosco su caracter y honrosos sentimientos, y sino quiere ver maiores estragos, ríndase V. S., cese la guerra civil, y buelvan á sus hogares para no tomar jamas las armas contra la propia Patria los que van á tener igual suerte que la de sus camaradas: así será la humanidad socorrida como se debe, y la naturaleza no gemirá ya de tantos horrores.—Dios gue. á V. S., muchos años Alrrededores del Tucuman veinte y cinco de Septiembre, de mil ochocientos doce—Manuel Belgrano.— Sr. Mayor Gral del Exto de Lima, D. Pio Tristan.—
Num. 4
Si la naturaleza gime de los horrores de una guerra civil, culpese al Gobierno que iniciandola obliga al Exto del Rey por su conducta á proporcionar con las armas la verdadera Paz, y concordia en nra. Patria. No se engaña V- S. quando conociendo mi caracter y sentimientos. cree me orrorizan los estragos, persuadase V. S. que su Exto los ha sufrido maiores que el que mando, y que los mutuos prisioneros quieren decirse engañados.—Reunidos mis Xeí'es, é impuestos del de V. S. de hoy, han sido conmigo de unanime parecer contestarle, que el Exto del Alto Perú no admite ni admitirá nunca mientras exista un solo hombre, proposiciones vergonzosas, y repugnante en su situacion q. los individuos que le componen prefieren la muerte á la ignominia, cerciorado de esto tome V. S. el partido que guste pues mi General en Xefe y Yo hemos dado repetidas pruevas de los deseos de una feliz terminacion, á la que spre me hallará V. S. dispuesto, si es de un modo decoroso, y permanente.--Dios güe á V. S. muchos años Arrabales del Tucuman y Septiembre veinte y cinco de mil, ochocientos doce.—Pío Tristan.—Sr. Gral. en Xefe del Exto de Buenos Aires D. Manuel Belgrano — Es copia.—Manl Josef de la Boquera.
Fuente: http://es.wikisource.org/wiki/Parte_oficial_de_la_batalla_de_Tucum%C3%A1n