Los Pueblos Originarios en Salta

Wichi - Chorote - Chulupi

iven en Salta, Formosa y Chaco, en Argentina. También en Bolivia y Paraguay. Es pueblo del monte aunque ocupan las periferias de los pueblos como Ingeniero Juárez y Las Lomitas en Formosa, o Los Blancos y Embarcación, en Salta.

Hoy ocupan tierras marginales, montes deteriorados debido a la tala indiscriminada de árboles, la instalación de petroleras que ocasionan la pérdida de la fauna autóctona. En Formosa, las comunidades del oeste recuperaron, en gran parte, el reconocimiento legal de las tierras que ocupan.

Viven en comunidades situadas en las cercanías de poblados blancos, en medio del monte o sobre la ribera del Pilcomayo y Bermejo, con líderes tradicionales y elegidos por la comunidad. Comparten con otras etnias el resurgimiento de la organización de la lucha por al tierra. Participan con sus representantes en el espacio reconocido por las leyes del aborigen.

Muchos aún practican la recolección de frutos y miel del monte, cazan y pescan. Otros trabajan en obrajes madereros, en desmontes o son cosecheros temporarios en campos ajenos. Tallan la madera del palo santo, tejen con fibras de chaguar y hacen una utilitaria alfarería que venden también. Algunos fueron víctimas del cólera.

Debido a la acción del blanco, de sectas religiosas, de la escuela común y de otros, han ido perdiendo la cultura propia de los pueblos cazadores y recolectores, aunque la mayoría tiene arraigadas costumbres de vida con dependencia plena de la naturaleza y aún conservan elementos de su rica cosmovisión, su lengua y curaciones naturales, entre otras cosas.

Entre los Wichi actualmente se reconocen grandes grupos con variantes idiomáticas y diferentes localizaciones geográficas, los cuales se reconocen como familias que a través del tiempo tienen una ubicación geográfica muy dispersa.

Wichi en el Noroeste argentino

Kaniyá: Son Tahileley; viven al norte de la localidad de Morillo, departamento de Rivadavia, provincia de Salta.
Waswkuitás: Son Tahileley; viven en los alrededores de la localidad de El Chorro, departamento Ramón Lista, provincia de Formosa.
Pó itáj:  Llamada también Hajaj’nó. Son Tahileley;  viven tres (3) leguas al Norte de la localidad de El Chorro, provincia de Formosa.
Motás: Viven en la costa Sur del río Bermejo, en el departamento de Rivadavia y sus alrededores.
Lantawós: Son Tewokleléy; viven en La Misión San Andrés, departamento Ramón Lista, provincia de Formosa.
Eslenay: Viven en el  municipio de Rivadavia Banda Norte, departamento Rivadavia.
Hokwisnáj:  Son Tewokleléy; viven en El Tronquito, departamento Ramón Lista, provincia de Formosa.
Inaté:  Viven en los alrededores de la ciudad de Tartagal, departamento San Martín.
Nitsáj: Son Tewokleléy; viven cerca de Tsontáj Wét, toldería de Tsonatáj, en Chaco.
Mawó: Viven al Norte de Tartagal, cerca de la república de Bolivia.
Chisuk: Son de la banda Sur del Bermejo; viven en La Unión, departamento de Rivadavia y áreas vecinas.
Wejnayéj:  Weenhayeck; viven dispersos al sur del Chaco Boliviano y el departamento San Martín en la provincia de Salta.
Wejwós:  Viven en El Algarrobal, en Misión Chaqueña y en Embarcación, provincia de Salta.

Relación con la naturaleza

El hombre está plenamente integrado a la naturaleza; extrae de ella las nociones fundamentales, religión, lenguaje, explicaciones. La tierra es considerada tierra de todos por ser interpretada como un espacio libre. Convendría decir que todas las formas de vida cultural se establecen alrededor de mitos diversos: astrales, cosmogónicos, animalísticos, vegetales, etc. Cada uno de los elementos que constituyen a diario el hábitat de ese pueblo, está protegido por Demiurgos que castigan a quienes violan los tabúes impuestos.

Un lugar preponderante en la cosmovisión ocupa el chamán, que al igual que en otras culturas accede a esa función a través de la transmisión hereditaria, la revelación o el aprendizaje. El chamán, verdadero puente entre la comunidad y lo sobrenatural es también el custodio de los mitos que explican el misterio de los hombres y del mundo además de aplicar esos conocimientos para la curación de enfermedades.

Con la aparición de las misiones la religión anglicana  ganó adeptos junto a otras sectas de orientación evangélica; éstas aplicaron una férrea disciplina para regir la conducta produciendo una interacción de lo nuevo con lo tradicional, aparece el fatalismo conviviendo con la conciencia mágica y la creencia de la cura a través del rezo.

La funebria entre estos pueblos nos muestra también el entierro secundario de los huesos. Al morir un miembro de la comunidad, el cuerpo es depositado en una fosa luego de haberlo envuelto con mantas y tapado con ramas, se cubre la fosa con tierra y después de un tiempo se juntan los huesos y se los deposita en una tinaja para ser trasladado al cementerio comunitario; la viuda del difunto viste ropas oscuras, corre y danza por el monte desgarrando sus vestiduras en señal de luto.

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Chorotes:

Esta historia la cuenta Wetin Durand que es chorote. El vivía del otro lado de la banda, en el Paraguay. Wetin cuenta que cuando vivía en el Paraguay la vida era muy difícil.

No teníamos nada, ninguna ayuda. Nuestra costumbre era andar mucho, un día en un lado, otro día nos cambiábamos a otro lugar. Cuando sabíamos que había pescado en el río, entonces íbamos a la costa. Cuando pasaba el tiempo de la pesca regresábamos al monte y otra vez comíamos animalitos del monte.

Entonces nosotros no teníamos paraje seguro. Cuando llegaba la lluvia nosotros sembrábamos.
Laureano le pregunto a Durand: - ¿ Que hacían ustedes cuando vivían en el monte, si alguien enfermaba y no tenían remedios?

Wetin contesta: No podíamos hacer nada, porque no había médicos. Lo que nosotros usábamos mucho eran los curanderos, solo a ellos recurríamos. Pasado el tiempo nosotros nos enteramos que la gente de Misión La Paz hacia algo que llamaban religión, por eso nosotros nos vinimos para este lado. Cuando llegamos aquí y ellos hablaban de Dios, no entendíamos que querían decir. Encontramos que la gente tenia fe. En unos días nosotros aprendimos a creer en Dios y hoy en día nosotros ya conocemos que significa Dios.
Antes la gente decía que éramos montaraces. No les importaban las costumbres que teníamos, pero hoy en día nosotros respetamos las buenas costumbres. Nosotros dejamos de vivir en el monte y nos trasladamos a la Argentina. Antes nosotros no conocíamos a los hermanos Matacos, pero hoy en día vivimos junto con ellos. Llegamos a Misión La Paz en 1942.

Hoy en día nosotros vivimos aquí en Misión La Paz y estamos junto con los hermanos Wichí y tenemos nietos que son Wichí y los Wichí también tienen nietos que son chorote y también tenemos nietos chulupi y los wichí también tienen nietos chulupi, porque aquí hay tres razas. Chulupí, Mataco y Choroté.
Ahora Artín Bravo, que también es choroté, nos va a seguir contando de sus costumbre, el continua la historia que comenzó Wetín y dice:

Antes cuando vivíamos en Paraguay, al norte, nuestra costumbre era hacer campamento en distintos lugares, buscábamos lugares que tuvieran agua y allí parábamos. Como dijo Wetín, cuando sabíamos que había pescado en el río, nosotros íbamos para la costa y cuando pasaba el tiempo de la pesca, regresábamos otra vez al monte. Allí también trabajábamos en la agricultura. A veces no había animales. Cuando el monte era tupido se prendía fuego, entonces ya teníamos campo para sembrar. Al otro día de llover empezábamos a sembrar, y más adelante teníamos frutas, volvíamos a tener alimentos. El resto de las frutas nosotros las guardábamos. Hacíamos un pozo de unos dos metros, allí poníamos las frutas, cuando estaba lleno lo tapábamos con tierra y allí se quedaban. Ese pozo era como una troja.

Nosotros somos paraguayos. Cuando yo era chico sabia que había guerra entre los paraguayos y los bolivianos.

Mi padre me contaba que los bolivianos mataban a los paraguayos y los paraguayos mataban a los bolivianos. Los milicos bolivianos mataron muchos chorotes. Los paraguayos también mataron a los chorotes porque nos mandaron a la guerra. Ese era el problema que teníamos cuando hubo la guerra. Los paraguayos agarraron a mi padre y lo mandaron a la guerra.

Bueno, Artín contaba su sufrimiento, sigue diciendo: Nosotros no tenemos nada que ver con la guerra, despues supimos que había educación de religión en Misión La Paz, entonces nos acercamos a los hermanos Matacos y veíamos lo que hacían ellos. Así nosotros empezamos a aprender la palabra del Señor. Yo no quiero ser mas como eran los montaraces, hasta el día de hoy yo estoy en la religión.
Despues de la guerra nosotros no queríamos ser mas paraguayos. Hoy en día nosotros somos ciudadanos argentinos. Nosotros dejamos las costumbres anteriores, ahora nosotros queremos ser hermanos de los Wichí, gracias a la palabra del señor que hemos aprendido.

Así es lo que decía Artín, hablando de lo que le contaba su padre. Ahora Artin va a contar como hacían su festejo anual según sus costumbres:

Hay un día en el que hacíamos el festejo del pin pin (pumis). Este festejo duraba hasta dos meses. Cuando pasaban los dos meses se terminaba y tiraban todas las cosas, como los instrumentos de música, era como tirar el año viejo. Así era como festejábamos cada año.

Cuando nosotros vivíamos en el monte comíamos todas las cosas que había allí, comíamos lo que los criollo llaman lampalagua, y lo que llaman cascabel. Nosotros comíamos todos los animales del monte.  

Chulupíes:

Jose Ampu cuenta las costembres de los chulupi (asowaj):

El dice: “ Nosotros somos chulupi. Cuando tengo algo para comer yo no mezquino, yo tengo que convidar a los otros, porque asi era nuestra  costumbre. Cuando tenemos comida la compratimos, cuando no tengo pero si otro tiene, entonces el comparte. Nuestra costumbre es intercambiar y convidar. Durante el tiempo en que nuestra familia tiene cosecha la compartimos con los otros vecinos. Cuando se acaba los otros nos convidan. Asi es nuestra costumbre, somos chulupi. Cuando tengo comida no mezquino.

Cuando tenemos visitas hay que atenderlas bien y convidarles con lo que se tiene, esa era otra costumbre nuestra.

Los chulupi teniamos otra costumbre. Cuando mi hijo o hija se casa no queremos que se separen de la casa, tiene que vivir en la casa de los padres, porque si mi hijo  no esta conmigo yo estoy preocupado.
Yo no soy montaz. Hay un paraje en el que yo naci y se llama Las Vertientes, ya de adulto me vine a Mision La Paz y hasta la fecha vivo aquí.

Información extraida de la página web: COMUNIDADES ABORIGENES DE LA REPUBLICA ARGENTINA

 

 

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