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Unión Sirio Libanesa

Los primeros árabes que llegan a Salta, lo hacen en la década de 1880 y hasta 1920. Casi la totalidad eran sirios y libaneses, origen predominante en la  colectividad radicada y formada en la provincia a través del tiempo.

                Un 11 de julio de 1920, un grupo de sirios y libaneses crean la Sociedad Unión Sirio Libanesa. En esta fecha lo que hubo, fue un acto formal, producto de acercamientos y conversaciones previas entre los miembros de la colonia árabe -comerciantes progresistas en su mayoría- que habiendo satisfecho la necesidad de afincarse, de encontrar un espacio vital, un lugar de arraigo, poco a poco van sintiendo el deseo de tener un lugar de reunión que no fuera el domicilio particular de uno de ellos.

                Ese mismo día se conforma la Primera Comisión    Directiva como sigue:
                Presidente:                       Félix F. Lávaque
                Vicepresidente:               Juan P. Samson
                Secretario:                       Juan Abraham
                Prosecretario:                  Chauki Zarif
                Tesorero:                         Nazario Amado
                Protesorero:                     José Dagum
                Vocales:                           Angel Dagum
                                                         José Samson
                                                          Dergam Jorge
                                                          José Chaud
                                                          Jacinto Luis
                                                          Máximo Bauab
                                                           Ramón Amado
                                                           Gamil M. Sarsur


                El lugar de reunión fue el Hotel Salteño. Un vetusto reglamento de la Unión impreso en Tucumán en 1922, organizará la vida de la Institución en sus primeros años, el cual fuera  escrito en castellano y árabe contiene lo relativo al  nombre y objeto.

                El objetivo en los primeros años fue eminentemente social y cultural, abarcando a los connacionales solamente, y quedando la política y la religión excluidas del local de la Institución.

                El aspecto social manifestado en la unión, la solidaridad y la beneficencia es algo que se encuentra muy a menudo en los grupos de inmigrantes de distintas nacionalidades que se arraigan en territorio argentino, canalizado a través del aspecto institucional que ahora nos ocupa.

                Las primeras reuniones se llevaron a cabo en la casa del señor presidente, pero junto con la compara de las primeras sillas y algunos muebles más, se  busca alquilar un local que sirva de sede provisoria hasta que la adquisición de una propiedad se haga realidad.  Así fue en el 1º de setiembre de 1920 se alquila el inmueble de calle Florida esquina Alvarado, en el que se colocó una  placa de bronce.

                Al año de su creación -1921- se compra el actual terreno,  que en ese entonces se llamaba calle Corrientes, aunque sus calles perpendiculares siguen siendo las mismas, es decir Alberdi y Florida. El mismo fue de propiedad de la Srta. Lucinda Quiróz y comprado a un precio de nueve mil pesos moneda nacional ($ 9.000 m/n),  conformando al efecto una comisión que emprendió una gira por el ramal de Embarcación para recaudar los fondos necesarios, realizando rifas, entre las cuales se puede mencionar la de  un automóvil marca Ford con arranque eléctrico, una máquina de escribir “Undewood” y una  bicicleta “Bianchi”.

Allá por el año 1.924 comienza la construcción del edificio. Recibiendo entre tantas donaciones,  la  de un socio del interior de la provincia de toda la madera necesaria para la construcción, a la vez que se dispuso hipotecarlo  para continuar con el objetivo trazado.              

Años más tarde se inaugura una escuela de árabe y un buffet. Y a los ocho años de su fundación, el 11 de julio se consideraría como fecha sagrada y memorable para todo sirio-libanés que se encuentre afiliado a la Sociedad. Como ellos no tenían días patrios para festejar debían hacerlo en el aniversario de la institución.

En la Década del  ’30 nace la actividad deportiva a través de la compra de un terreno ubicado detrás del local social.  En el año 1948, en la faz cultural, se inaugura  la Biblioteca de la entidad llevando el nombre “Dr. Habib Estéfano”,  quien en vida fuera permanente benefactor        .

Un ciclo importantísimo de la Comisión de Cultura en defensa del quehacer humano cultural se cristaliza con la organización de una escuela de enseñanza  árabe que en adelante llevará el nombre de “Escuela del Idioma y de la Cultura Árabe”, que empezó en un estado embrionario, más tarde y por treinta años tuvo dos maestras  -Leila y Samie- que con mucha abnegación y amor dieron todo de sí en  procura de los objetivos fijados. En la actualidad, dicha tarea se encuentra a cargo del maestro Yehia Al Bsha, cedido por el gobierno de la República de Siria a través de su embajada en la Argentina.

En el año ’82 se hace acreedora de un predio de ocho hectáreas cedido por el Gobierno de la Provincia en las adyacencias del Barrio La Loma.

Se nota un profundo arraigo de la colectividad en la vida ciudadana, participando de los actos  públicos, presentando sus respetos a las autoridades constituidas, rindiendo honores a los héroes de la patria adoptiva.

Son depositarias de la bandera siria, las escuelas ‘Dr. Benjamín Zorrilla de la ciudad de Salta’;  ‘Coronel  Vicente de Uriburu’ de Tartagal; ‘Martina Silva de Gurruchaga’ de  Rosario de la Frontera;  Marco Avellaneda de Metán y Escuela de Villa Obrera de Embarcación.

 Asimismo, en nuestra ciudad es depositaria de la bandera del Líbano  la escuela Remedios de Escalada de San Martín.

A través de muchos años de lucha y trabajo la Sociedad Unión Sirio Libanesa de Salta, ha cimentado su prestigio y estimación pública que es motivo de auténtica satisfacción y orgullo para todos sus socios. Esto debe inducirlos no sólo a mantener la herencia que recibieron de sus antecesores, sino también acrecentarla, llevarla y jerarquizarla aún más.

 

No se quiere lo que no se conoce - no se defiende lo que no se quiere...