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San Martín y Güemes

Un Objetivo Común

Mientras San Martín preparaba la Expedición al Perú, Güemes y sus tropas rechazaron cuatro violentas invasiones realistas. En 1.817 José de la Serna, al frente de 5.500 hombres desvastó la Intendencia. Como consecuencia de la heroica defensa Güemes fue ascendido a Coronel Mayor. El mismo año rechazó un nuevo intento, esta vez de Pedro de Olañeta. En 1.819 impidió el avance de José Canterac y en junio de 1.820 derrotó un ejército de 6.500 hombres comandado por Juan Ramírez de Orozco. A las acciones desencadenadas por estas invasiones deben sumarse las desarrolladas en avances de menor importancia.

Según el Plan Libertador, mientras San Martín desembarcaba en el Perú Güemes debía libertar el Alto Perú y ayudarlo a liberar Perú. Con ése objetivo, ante la ausencia de autoridad central y con el acuerdo de sus oficiales, el 8 de junio de 1.820 San Martín lo nombró General y Jefe del Ejército de Observación sobre el Perú.

El novel general se abocó a organizar la expedición, tarea ardua debido a que si bien el resto de las provincias aceptó la misión encomendada, no aportó los recursos que se les solicitaron: dinero, ganado, ropa, armamentos, etc. Sólo recibió alguna contribución enviada desde Córdoba por el Gral. Juan Bautista Bustos. A esta falta de recursos se sumaron los obstáculos interpuestos por la oposición.

División Infernal o Gauchos de Línea de Salta

Resumidamente:

• Bernabé Aráoz, enemigo acérrimo del salteño, que se autodenominaba "Presidente de la República del Tucumán", invadió Santiago del Estero para evitar que Felipe Ibarra le enviara apoyo y para desestabilizar a Güemes. En consecuencia, el Cabildo de Salta autorizó marchar sobre Tucumán, por lo que Güemes hizo retroceder las fuerzas concentradas en Humahuaca y las dirigió a suelo tucumano.

• En mayo de 1.821, en ausencia de Güemes el Cabildo -liderado por ex pudientes- lo depuso del cargo de gobernador y lo condenó al exilio.

• Aprovechando tales circunstancias Pedro Olañeta avanzó sobre Jujuy y apoyó a los enemigos internos del patriota, conformando una alianza que fructificó el 7 de Junio.

Al conocer su destitución Güemes regresó a Salta y aplacó la rebelión con su sola presencia, sin adoptar -una vez más- medidas extremas como la condena a muerte pese a que un opositor intentó matarlo en presencia de todos los confabulados. Los cabecillas huyeron en busca de Olañeta o de Aráoz y otros se ocultaron.

Mientras reorganizaba el ejército en un campamento cercano a la capital, recibió un mensaje de su hermana y colaboradora, la heroica Macacha. El 7 de junio de 1.821, encontrándose en la ciudad fue sitiado por una comitiva realista que guiada por baqueanos y un comerciante traidor -que había escapado en busca de los realistas- ingresó sin ser detectada. Para evitar su captura Güemes atravesó el cerco invasor y resultó herido

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