CAPÍTULO 4
Economía: aspectos generales

"Hay que hacerles sentir la pobreza a las provincias,
permitiendo que se traiga del extranjero
lo que las mismas producen"
Juan Manuel de Rosas1

La cita de Rosas es una descripción amarga y temprana pero vigente hasta hoy en nuestra historia. La relación impuesta por el capitalismo mundial y aceptada por los grupos dirigentes fue el modelo, centro-periferia. Los centros (fuera o dentro de un estado-nación) poseen escalas económicas de alta rentabilidad, especialización e invenciones científicas y tecnológicas crecientes. Estas economías cuentan con una rentabilidad tal, que su éxito frente a las economías de la periferia está largamente asegurado, al igual que su dominación sobre ellas.

La economía dominante controla los mercados, interviene en forma directa en las economías nacionales o regionales periféricas, en las que privilegia sus propios intereses mediante expoliación y apropiación de riquezas del subsuelo, forestales y materias primas, pagadas a precios irrisorios. En contrapartida, las metrópolis venden tecnología cara y conceden préstamos con intereses exorbitantes.

Este mecanismo perverso se repite en el interior de cada una de las naciones periféricas por el sistema basado en la posición central en que se encuentra la metrópoli. En nuestro país, la ciudad capital acumula riquezas y un mayor bienestar para los sectores oligárquicos y las burguesías exportadoras de bienes alimenticios y de materias primas, generosamente subsidiadas por un Estado deficitario. El modelo sirvió para expoliar, abandonar y sumir a las provincias del interior de la República en la pobreza estructural. Esta dicotomía se repite -en términos similares- en la relación entre capital provincial con sus respectivas jurisdicciones.

Consideramos que una breve exposición general sobre la economía provincial, resulta necesaria para ensayar la posterior explicación sobre la realidad social y el mercado de trabajo en Salta.

En la provincia, los sectores dominantes habían desarrollado el gusto por la acción y el mando que los llevó a tomar en sus manos las riendas del poder político pero, fueron muy pocos, los que se lanzaron a vigorizar la estructura económica por medio de la producción industrial y la diversificación racional de la producción agraria. En realidad, los grupos dominantes y provincianos estaban unidos a la alta burocracia portuaria por intereses económicos y familiares y protegían sus bienes particulares, como si fuesen los intereses del Estado. Tal el caso de Salta.

En Salta, periferia de la periferia del sistema mundial, continuaba la dificultad en las comunicaciones y la escasa información sobre las reglas y movimiento del mercado. La política y la economía seguían siendo empresas menudas manejadas por facciones. La alta burocracia provincial tenía un conocimiento empírico de la administración estatal. En 1921 un diario local comentaba al respecto:

"Un punto de vista muy importante es el económico: consistente en nuestro caso, en el éxodo de capitales, desvalorización de las tierras, falta de producción, encarecimiento de la vida, falta de mercados de consumo, deficiencia en las leyes impositivas, ignorancia proverbial de los remedios que hay que asimilar para contrarrestar los efectos que producen esos males en la vida económico-financiera de Salta".2

La vocación del sector dominante por la racionalidad y las responsabilidades del poder, no bastaban. Hacían falta centros de estudio que intentaran ordenar, mediante datos estadísticos y cálculos reales los ingresos y contribuciones para elaborar el presupuesto del Estado provincial y encauzar la economía.

A falta de estos centros fueron abundantes los informes laudatorios que sobredimensionaban las riquezas de la provincia. Se hicieron esfuerzos por controlar la economía pero las entradas del fisco no eran abundantes y el déficit continuó siendo la enfermedad crónica del Estado salteño.

El presupuesto tenía por base los impuestos al consumo de artículos de primera necesidad, pago inmobiliario, patentes (comercios, oficios, profesiones, servicios automotores, servicios públicos, agua y limpieza). El estado no determinaba la cuestión impositiva pues los poseedores de fortunas importantes no declaraban la totalidad de sus ingresos. Además eran ellos quienes tenían la "sartén por el mango". En los años '30 el diario local comentaba:

"La clase trabajadora de la provincia era la que contribuía con su esfuerzo a la financiación de los gastos fiscales ya que la clase adinerada obedeciendo a privilegios y tolerancias odiosas gozaba invariablemente de primas y de todas las facilidades que puede proporcionar un gobierno".3

Este sistema, anacrónico y antisocial, hacía clamar por una reforma impositiva que estaba siendo estudiada por el Ejecutivo nacional. Se trataba del proyecto de ley presentado por el senador nacional Matías Sánchez Sorondo4, sobre impuesto a las rentas, reforma fiscal y unificación de impuestos.

Los grupos dominantes lugareños, como se dijo, estaban unidos por lazos políticos, económicos y matrimoniales con la elite porteña y, a través de ella, se insertaron en el mundo capitalista, con las limitaciones propias de la periferia. Su base era agropecuaria y el comercio de exportación, seguía como antaño, dependiente de los ingresos por la venta de productos agropecuarios a las repúblicas vecinas, Chile y Bolivia.

El conocido historiador Halperin Donghi, refiriéndose al Norte del país decía, con su conocida crudeza, que se trata de una zona marginal dentro de un país dependiente que integra Latinoamérica, que es el arrabal del sistema económico mundial.

Una serie de factores contribuyeron a estrechar la dependencia entre el nivel político y el nivel económico. Estos factores actuaron simultáneamente, a través de las orientaciones impuestas por los poderes de turno, sobre la política social. Causaron la profundización de la marginalidad, cuyas raíces, expresa Germani,5 hay que buscarlas en el régimen político real y no en el régimen político formal. Al respecto, el autor citado, sintetiza y enuncia hipótesis, de diferentes autores y escuelas sobre la marginalidad. La más coherente y clara, como cuestión explicativa, nos pareció la formulada por V. Faria -citada por Germani:

"Los sectores marginales cumplen una función en los países subdesarrollados pero de manera distinta a la prevista en el marxismo clásico. Los marginales, en efecto, aunque con una duración de la vida bastante menor, logran a pesar de todo sobrevivir y reproducirse. De algún modo obtienen medios y subsistencia mínimos. Ahora bien, esto lo logran produciendo bienes y servicios, en actividades de muy baja productividad pero que no requieren capitales y utilizan el desperdicio de la civilización industrial. El mercado para estos bienes y servicios está constituido por los sectores medios ocupados pero de menores ingresos; por el personal de las industrias medias no pertenecientes al sector monopolista, y cuyos salarios son insuficientes para permitirles el acceso a bienes y servicios ‘modernos”.6

La dependencia se complica y extiende, sobre todo en las ciudades, por la falta de industrias, carencia de trabajo, pobreza estructural, insalubridad, analfabetismo y otros males sociales.

Bancos

Dijimos que la Gran Guerra y sus efectos devastadores trastocaron las economías mundiales por la competencia, barreras aduaneras, inflación y falta de capitales. Para los países periféricos, como el nuestro, significó una coyuntura interesante para aumentar la exportación de productos alimenticios y de materias primas a precios razonables. También comenzó la sustitución de exportaciones. Agudas crisis afectaron a todo el sistema financiero argentino. La de 1920-‘22, la más grave de 1930 con la caída de Wall Street y el abandono del patrón oro por Inglaterra y los Estados Unidos de Norte América, repercutieron profundamente en el país y llevaron a la modificación de su sistema financiero y bancario en procura de lograr un mayor control interno de las finanzas. En 1931 por primera vez en Argentina, se dispuso el control de cambios y se estableció el arancel del 10% sobre las importaciones a fin de aliviar el déficit en la balanza de pagos.

En breve pantallazo pasaremos revista a las instituciones bancarias que operaban en la provincia, algunas desde antes del período que nos ocupa. Sortearon graves acontecimientos políticos, situaciones conflictivas y crisis económicas. No obstante continuaron los préstamos, incremento de depósitos, ahorros privados de individuos particulares, ahorro societario de algunas empresas. Fueron instrumentos financieros de apoyo para operaciones de empresas comerciales. Con el tiempo aportarían al desarrollo agrícola-ganadero, a la construcción de obras públicas, mejoras urbanas, etcétera.

No vamos a extendernos en mayores consideraciones sobre temas tan específicos. Nos remitimos solamente a datos generales sobre el sistema bancario provincial.

  Sucursal del Banco Nacional abierta en 1875, cuyo hermoso edificio de la esquina Mitre y España comenzó a construirse en 1928. Según don Manuel Sola esta sucursal se abrió con un capital de $ 1.000.000 m/n y recibía depósitos a plazo fijo y abría cuentas corrientes a comerciantes y particulares7.

  Sucursal del Banco Hipotecario Nacional instalado en 1887, en 1931 ocupó el edificio de la esquina España y Balcarce.

  Sucursal del Banco de Italia y Río de la Plata. Fue abierta en 1908 y se trasladó al moderno edificio de calle España esquina Caseros en 1943. El factor importante para su apertura fue el de atender a la numerosa clientela de la colectividad italiana. Esta manejaba importantes empresas de construcción, agropecuarias, y fue instrumento no sólo de préstamos sino de ahorro y movimiento de sumas importantes de la floreciente comunidad italiana de Salta8.

  Caja de Montepío y Sanidad de Salta, hoy Banco de Préstamos, comenzó a operar desde 1930, para efectuar préstamos con prenda real sobre cualquier objeto de valor.

  Banco Provincial de Salta, fundado en 1882. Durante el gobierno de Roberto. Romero fue trasladado al edificio actual, frente a la Plaza 9 de Julio.

En la segunda década del siglo XX el Banco de la Provincia, nuestra primera institución crediticia, estaba afianzado en recursos propios. Esto hizo posible la prestación de servicios a pequeños industriales y agricultores, facilitando capitales con un interés de tan sólo el 10%, lo que permitió fomentar la expansión de actividades empresariales y de nuevos cultivos.

El Banco Provincial poseía propiedades urbanas y rurales por valor de $ 316.963. En 1920 fueron rematadas varias de esas propiedades para hacer frente a los gastos generados por instituciones dependientes del Estado provincial.

También se atendieron las necesidades crediticias de los docentes, asunto que será tratado más adelante.

El comercio local

El comercio constituyó un rubro importante para el intercambio y la circulación de productos y bienes de consumo. Significaba poner al servicio del consumidor todas las mercancías necesarias para reposición, venta y hasta el trueque en los almacenes urbanos y de la campaña. Estas operaciones se hacían mediante los tres tipos clásicos: el comercio al por mayor, el de distribución y el minorista.

Comercio de 1900: Sueldo, Solá y Alvarado - Exportación de Ganado (Fototeca Museo de la Ciudad)

En el comercio al por mayor operaban en Salta importantes firmas. Hacia 1915 constatamos la existencia de tres grandes negocios que publicitaban sus productos a través de los diarios: "Almacén y Depósito de Cereales por mayor y menor" de Andrés Ilvento, "Almacén y Depósito de Cereales" de José Querio y, la conocida firma, "Isasmendi y Compañía" de almacén, ferretería, pinturería, máquinas agrícolas y artículos rurales.

Para los años '30 registramos la presencia de establecimientos que ofrecen también artículos importados y de venta al por mayor y al por menor: "Almacén y Bazar" de José Vidal, "Almacén y Bazar" de Adolfo Mosca y Compañía, "Depósito de Almacén" de C. A. Garrido y Compañía, "Almacén y Bazar" de Zarzoso Hermanos.

El comercio local movía un significativo número de gente, desde grandes comerciantes de ramos generales hasta pequeños "bolicheros" de la periferia urbana y rural. A estos hay que agregar mucha gente que se "ganaba la vida" con actividades relacionadas al comercio: administradores, agentes de negocios, cobradores, viajantes, tenedores de libros, rematadores, repartidores, contratistas, comisionistas, consignatarios, martilleros públicos, etcétera.

El censo de 1914 registró a 3.749 personas que vivían del comercio y hacia 1949 su número creció aproximadamente a siete mil.

La importancia del comercio local puede medirse por las instituciones que regulaban ese tipo de actividad. Hacia la década del '30 existían el Centro Comercial, el Sindicato Comercial, la Sociedad Mutua de Propaganda Comercial (Y.A.P.A.) y el Centro de Comerciantes Minoristas. A su vez los comerciantes fuertes se congregaban en la Bolsa Comercial de Salta para resolver los problemas de sus socios. La Bolsa se dividía en las siguientes cámaras: Sindical, Defensa Comercial, Agropecuaria y Cámara de Propietarios de Bienes Raíces. En ellas actuaban las fuerzas preponderantes de la industria y el comercio. Tenían su sede central en la calle Mitre al 400.

Junto a la economía formal subsistía una especie de "economía paralela", casi subterránea, en la que operaban un buen número de vendedores trashumantes; los populares "rusos" y "turcos" que recorrían incansables la ciudad y la campaña ofreciendo todo género de mercancías, desde joyas de oro, anillos de perlas, pulseras, cadenitas con medallas, relojes, hasta telas, puntillas, ropa interior, culotes, porta senos y fajas elásticas muy solicitadas por las opulentas damas.

El novelista salteño Federico Gauffín hace una vívida descripción de la forma en que operaban estos personajes entre los aborígenes del Chaco salteño, a los que cambiaban baratijas por cueros, cerdas y plumas de avestruz o garza.9

En el presente estudio no corresponde indagar sobre las causas del abandono por parte de los sectores dominantes, del manejo y administración de grandes tiendas y almacenes de ramos generales, otrora en manos de ilustres apellidos: los Zerda, Usandivaras, Michel, Costas, Aráoz, Anzoátegui, Todd, Alemán, Sosa Peña, de los Ríos y otros. Citamos al escritor salteño Aráoz:

"Desgraciadamente los salteños han ido abandonando las especulaciones comerciales a elementos venidos de fuera, en su mayoría extranjeros [...] A ello se debe, en gran parte, la decadencia del antiguo patriciado de Salta"10

Hacia 1915 la actividad comercial había pasado, casi por completo, a manos de inmigrantes de origen español, árabe, judío, italiano, hindúes y bolivianos. Unos insertos en lo que dimos en llamar "economía formal" y otros en la "economía informal".

La ciudad albergaba -según el censo de 1914- a 28.436 habitantes, con diecisiete campos de labrantíos y granjas dependientes del municipio capitalino11 para el abastecimiento de los mercados urbanos que totalizaban, para la ciudad capital y su periferia, 33.636 habitantes.

La provincia estaba marcada por cuestiones demográficas y económicas particulares. Demográficas: desigual distribución geográfica de la población, marcado crecimiento urbano y fuertes desplazamientos del campo hacia la ciudad. Económicas: el tipo de propiedad marcaba los beneficios a los que se podía acceder, como espacios en el llamado "casco céntrico" que se fueron poblando de numerosos comercios de rubros generales. Estos se hallaban en manos de propietarios de apellidos nada castizos, que comerciaban ropa de confección, corseterías, sastrerías y ferreterías, almacenes de ramos generales, heladerías, cafés, etcétera. El cuadro siguiente ilustra sobre los rubros más importantes del comercio en la ciudad de Salta hacia 1915.

Cuadro N° 1

Almacén al por mayor.................... 4      Biógrafos.......................................... 3

Almacenes al menudeo........... 170      Fotógrafos........................................ 2

Zapaterías y fábricas de botas... 17      Empresas de transporte................ 1

Fondas y cantinas........................ 13      Joyerías y relojerías...................... 10

Restaurantes y confiterías.......... 27      Empresas fúnebres........................ 2

Panaderías....................................... 8      Colchonerías................................... 3

Carnicerías...................................... 5      Artículos rurales.............................. 1

Armerías........................................... 2      Hoteles.............................................. 5

Artefactos eléctricos....................... 2      Bazares............................................. 4

Artículos para hombre................... 6      Carnicerías...................................... 5

Casas de moda............................... 3      Sombrererías................................... 3

Librerías............................................ 7      Sastrerías....................................... 17

Mueblerías....................................... 4      Farmacias........................................ 6

Ferreterías........................................ 5      Depósito de cerveza....................... 2

Tintorerías........................................ 4      Vinerías............................................. 7

Cigarrerías....................................... 5

Guía Kraft. Buenos Aires, 1915.12

En 1919 la sección avisos del diario local informaba a sus lectoras:

"Secciones de corset sobre medida para señoras $ 15 adelantados. Hago saber que acaba de llegar a esta casa una especialista corsetera por un mes. Casa de Enriqueta Bondía, calle Mitre 270”.13

La mayor parte de las casas de comercio eran atendidas por sus dueños. En las temporadas de aumento de ventas, festividades religiosas o comienzo del ciclo escolar, se ocupaban familiares y allegados. De esta forma se evitaba contratar desconocidos.

Sector Primario

a) Agricultura

Salta era una provincia esencialmente agro-ganadera. Este tipo de actividad económica era cada vez menos rentable por problemas endógenos de nuestra economía: falta de industrias y de consumo de productos alimenticios locales. Los mercados provinciales fueron acaparados por productores del Litoral y el Gran Buenos Aires.

En 1921 un diario local expresaba:

"El comercio agropecuario en toda la provincia de Salta sigue desarrollándose en condiciones muy difíciles a causa de la imposibilidad de obtener precios remuneradores en la venta de los productos del suelo, cotizándose las haciendas a precios bajísimos, en relación a lo que antes se pagaba por ellas. Por otra parte aún existe sin vender gran cantidad de tabaco de la cosecha del año pasado a la que debe agregarse la de la actual. Tampoco ha sido lanzado a la subasta debido a los reducidos precios que se ofrecen. Lo mismo acontece con el arroz que, pese a su buena calidad no hay mayor demanda por él. Los precios del maíz han experimentado un marcado descenso, pues ya no se hacen por él las buenas ofertas que al principio de la cosecha se hacían.

En cambio, la alfalfa es el único producto que logrará mayor precio a juzgar por la buena demanda. Y también se prosigue con actividad la siembra de trigo en los Valles".14

Este informe merece algunos comentarios. El tabaco poco a poco tomó importancia en la agricultura. A pesar de su precio oscilante en los mercados constituía siempre una atracción para los agricultores pues con años de buenos precios lograban resarcirse con creces de sus pérdidas anteriores. El arroz lugareño no se vendía por la competencia del arroz envasado traído desde Buenos Aires. Por otra parte aún no era un insumo indispensable en la dieta popular como el maíz. A pesar de eso la arrocera de General Güemes logró subsistir hasta la segunda mitad del siglo XX.

El gobernador. Castellanos trató de fomentar el cultivo de especies vegetales naturalizadas como el algodón y el olivo en zonas subtropicales y Valles Calchaquíes, respectivamente. Para ello otorgó primas de diez pesos por hectárea cultivada con algodón y de cincuenta centavos por cada planta de dos años de olivo que se plantase. En 1919, según informe oficial, las áreas sembradas en la provincia abarcaban 96.822 hectáreas. En el siguiente cuadro tenemos los cultivos según su importancia:

Cuadro N° 215

Especie                            Hectáreas cultivadas

Maíz .............................................. 40.209

Alfalfa ............................................ 29.708

Avena .............................................. 8.803

Tabaco .......................................... 3.246

Poroto ............................................. 2.787

Papas ............................................. 1.703

Trigo ............................................... 1.691

Cebada .......................................... 1.593

Viñedos .......................................... 1.045

Caña de azúcar ............................ 1.418

Por esos años se propició la instalación de granjas y pequeñas chacras para cría de aves de corral y cultivo de verduras, hortalizas y frutales. El proyecto estatal, como todos los proyectos de Castellanos, no llegó a concretase oficialmente pero los inmigrantes de origen europeo lo hicieron en forma particular.

Volviendo al cultivo del tabaco, fue y continúa siendo un rubro importante de la economía provincial. En 1919 Castellanos se lamentaba porque la mayor parte del tabaco era comprado por industriales del Puerto. Allí se fabricaban cigarros y cigarrillos que luego, decía el gobernador:

"[...] nos vienen con marcas de lujo y a precios considerables".16

En la década del 1940, el área total cultivada en la provincia era de aproximadamente de 135.000 hectáreas; los campos naturales de pastoreo abarcaban, 1.000.000 hectáreas, sobre una superficie total de 15.477.500 hectáreas.

Como puede verse la superficie cultivada es ínfima pero suficiente para dar cierta solidez económica a los dueños de la tierra.

Las especies cultivadas en la época referida fueron: maíz, trigo, alfalfa, avena, tabaco, papas, porotos, garbanzos, tomate, ajíes, pimientos, arroz y caña de azúcar. Frutales como viñedos, higueras, moras, cítricos y frutas tropicales, mango, palta, chirimoyas, mamón y banana.

Por esos años los cultivos se diversificaron, crecieron en cantidad y calidad y en las zonas de regadío comenzaron a cultivarse chacras y huertas con variedades de hortalizas y verduras para la provisión del mercado local. Estas huertas estaban enclavadas en las proximidades de la ciudad y en departamentos del Valle de Lerma. El tomate, se cultivaba en toda la provincia para consumo doméstico y en Campo Santo, para el comercio.

El poroto cuyo cultivo se extendió en el Valle de Lerma, tenía como principales centros productores a Rosario de la Frontera, Metán, Cerrillos y Campo Santo. La producción se vendía en todo el país. Otro tanto se hacía con ajíes y pimientos de buena calidad. Las dos terceras partes, se producían, por esos años, en el Departamento de Chicoana.

El maíz, cultivo ancestral en la provincia, ocupaba un lugar fundamental en la cocina regional y se utilizaba también como alimento para los animales. Con el transcurso de los años su importancia disminuyó en favor de especies con precios más ventajosos. Los arrozales más extensos, se hallaban en los departamentos de Metán y El Galpón. El arroz cosechado era trasladado a establecimientos de General Güemes, para ser descascarillado, embolsado y transportado a los centros de venta y distribución.

En la década de 1940 se calculaba que de 1.500.000 hectáreas de tierra apta para el cultivo, tan sólo 100.000 hectáreas estaban bajo riego. La falta de agua durante invierno y primavera desalentaba a los agricultores. A partir de la segunda década del siglo XX las zonas regadas muestran un importante aumento respecto a la década anterior por la construcción de pozos y cisternas, como podemos observar en la distribución de hectáreas bajo riego en cada uno de los departamentos provinciales.

Cuadro N° 3

Departamentos................ Hs. con riego

Anta.................................................. 6.200

La Poma......................................... 1.100

Cachi............................................... 3.800

La Viña............................................ 1.600

Cafayate.......................................... 1.700

Metán.............................................. 4.800

Campo Santo................................. 7.400

Molinos........................................... 3.600

Cerrillos........................................... 3.100

Orán.............................................. 22.700

Chicoana........................................ 7.200

Rivadavia........................................ 1.200

Guachipas...................................... 2.500

R° de la Frontera........................ 11.400

Iruya..................................................... 200

R° de Lerma.................................. 7.650

La Caldera...................................... 1.400

Santa Victoria.................................... 350

La Candelaria................................ 2.800

San Carlos...................................... 4.700

Capital............................................. 3.000                                          17

A pesar del aumento de hectáreas regadas la infraestructura de irrigación era insuficiente. El único dique existente era el San Carlos que regaba una escasa parte de los Valles Calchaquíes. Es preciso recordar que la economía agropecuaria, requería del ordenamiento y uso racional del agua. Existían zonas de sembradíos cuyo riego dependía exclusivamente de las lluvias y éstas no eran abundantes, ni regulares. En otras zonas, por el contrario, las lluvias copiosas desbordaban los ríos pero, por falta de trabajos de embalse, el agua se desaprovechaba para esta actividad.

b) Ganadería

Según el censo de 1914 la ganadería en la provincia contaba con: 616.080 cabezas de ganado vacuno, 104.607 equinos, 322.965 lanares, 48.406 porcinos, 328.807 cabríos, 24.583 mulares y 310.756 aves de corral. Estas cifras son de importancia y habían crecido por la compra desde frigoríficos del Litoral durante la Gran Guerra. 1917 fue el año pico en las exportaciones salteñas. Según la oficina de Estadísticas se vendieron 90.000 toneladas de diversos productos. Al terminar la guerra disminuyó la demanda. El impacto más fuerte se sintió en las curtiembres pues bajó notablemente el precio de cueros y suelas.

En la década de 1930 la ganadería continuó siendo uno de los rubros más importantes de la economía provincial. Los principales centros de explotación ganadera estaban en los departamentos de Anta, Rosario de la Frontera, Orán y Rivadavia. El cálculo para cada uno de ellos, era de 85.000 cabezas y sólo 50.000 para los departamentos de Metán y Guachipas. No se trataba de ganado de calidad. Era para consumo interno y parte se vendía, como ganado en pie, a Chile y Bolivia.

El cuadro siguiente muestra el movimiento creciente de la exportación de ganado desde Salta a Chile entre los años 1940 a 1947:

Cuadro N° 4

Años:           1940       1941        1942       1943       1944       1945       1946   1947

Cabezas     9.800    13.880     18.180    23.281    30.961    36.828    39.346 60.730

Publicación oficial Revista Salta. 1947.18

La mejora en las especies ganaderas fue lenta y dificultosa. Con el ganado mayor se realizaron pocas experiencias. La más importante fue la introducción de vacas lecheras de la raza Holando, que dio paso a incipientes industrias lácteas.

La Sociedad Rural Salteña, fundada en 1900, estimuló este tipo de iniciativas con modesto éxito en sus comienzos y con mejor suerte en décadas posteriores.

También fueron escasas las experiencias realizadas con el ganado menor para mejorar la calidad de cueros, carnes y lanas. Se registraron algunas con la cría de ovejas Karakul, en zonas andinas y de los Valles Calchaquíes, abandonadas luego por falta de resultados inmediatos. La introducción de la oveja Merino contribuyó a la mejora de la lana en varias haciendas.

La existencia ganadera total, registrada en 1937, comparada con la del censo de 1947, señala para esos diez años un significativo aumento en casi todas las especies

Cuadro N° 519

ESPECIES                             CENSO 1937                             CENSO 1947

Vacunos............................... 626.280.................................. 650.286

Lanares................................ 295.590.................................. 334.876

Porcinos................................. 43.118..................................... 42.947

Caballares............................. 98.237.................................. 103.636

Asnal y mular......................... 58.013..................................... 44.704

Caprinos.............................. 285.397.................................. 463.809

c) Riqueza forestal

La industria forestal, según escritos de época, se desarrollaba de manera rudimentaria, por problemas estructurales: falta de agua, caminos, vías férreas y los hacheros que seguían, como antaño, desforestando la selva a golpe de hacha. Los explotadores de la riqueza forestal eran sólo intermediarios que extraían la madera para negociarla, a bajos precios, con las compañías extranjeras.

El centro de extracción maderera, era la formación fito-geográfica de la selva Tucumano-oranense, rica en maderas muy codiciadas como lapacho, algarrobo, quebracho colorado y blanco, cedro, guayacán, palo santo, pacará, cebil blanco y colorado, orcomolle, nogal, tipa, etcétera.

En el Departamento de Orán el kilómetro cuadrado de selva fue evaluada por entes nacionales en un 35% más que en el resto del país. A pesar de esto, el 60% de la madera que se empleaba en Salta era importada desde las provincias vecinas. Los centros madereros salteños chocaban con la carestía de los fletes ferroviarios y la competencia de las maderas paraguayas. A mediados de la década de 1930 la prensa se quejaba:

"Nuestros obrajeros deben soportar la rivalidad de los mismos ferrocarriles del estado... por la implantación de convenios que en la práctica constituyen verdaderos contratos leoninos... según esos convenios el precio de "corte" puede estar sujeto a modificaciones periódicas [...] grave error que atenta contra la economía de los habitantes norteños".20

Continuaban resonando las palabras de Juan Manuel de Rosas, quien cien años antes, había dado la receta para mantener intacto el centralismo del Puerto y la domesticación de las provincias:

"Hay que hacerles sentir la pobreza a las provincias, permitiendo que se traiga del extranjero lo que las mismas producen”.21

De las cuatrocientas variedades aprovechables sólo se explotaban treinta y siete. Entre ellas el roble para muebles y carpintería, el cedro para muebles, terciados y carpintería fina, quebracho blanco para carbón, quebracho colorado para durmientes, lapacho para vigas, tirantes y tablones; urundel para postes, durmientes y tablones de menor calidad; quina para vigas, tirantes postes y muebles imitación caoba; tipa colorada símil caoba sudamericana para muebles finos; cebil para carpintería, con su madera se construían: carros, ruedas y ejes de carros y bobinas.

En Salta  se explotaba la madera en pequeñas industrias de tipo artesanal de carpintería. Un informe, de la década de los cuarenta dice:

"Una más intensa y racional explotación de los bosques permitirá a Salta concurrir a satisfacer las necesidades industriales de la madera, que hoy en un 60% en valor, deben importarse".22

A la depredación del Chaco salteño contribuyó la compañía inglesa "La Forestal", que comenzó a operar en el Chaco en 1913. Ese año se fusionó con la Argentine Quebracho Company y con la Santa Fe Land Company adquiriendo inmensas extensiones de tierras para la explotación de quebracho y la extracción de tanino en ingentes cantidades.

En 1934 la explotación indica las siguientes cifras: lapacho, roble, tipa, nogal en rollizo, vigas y aserradas 77.100 toneladas. Postes de telégrafo, luz y alambrado 238.000 toneladas y para carbón y leña 191.800 toneladas. Estas eran consumidas en los mercados de provincias vecinas y en el mercado local para el consumo cotidiano de los habitantes de las ciudades y poblados.

Nueve años después se inicia un período de aprovechamiento intensivo con la instalación de cinco aserraderos situados en: Orán, Urundel, General Ballivián, Tartagal, Estación Manuela Pedraza. En esa época la extracción de maderas por toneladas fue la siguiente:

Cuadro N° 623

Orán cargó ........................................ 23.600 toneladas

Manuela Pedraza cargó ................. 10.700 toneladas

General Ballivián cargó .................. 10.400 toneladas

Coronel Cornejo cargó ..................... 9.000 toneladas

Vespucio cargó ................................... 8.500 toneladas

Urundel cargó ..................................... 5.000 toneladas

Por esos años se creía que la industria forestal cubriría las crecientes necesidades internas de la provincia sin tener que recurrir a la importación, pero la tala indiscriminada fue tan brutal que la selva Tucumano-oranense devino en monte.

En la década de los '30 el estado provincial ofrecía desaprensivamente en alquiler fincas fiscales en la selva para la explotación maderera, sin exigir de las compañías reforestación y cuidado de evitar la depredación de las superficies arbóreas.

El cuadro N° 724 ofrece la cantidad de hectáreas concedidas por el gobierno de la provincia a compañías particulares para la explotación forestal en la zona del noroeste provincial:

             Cuadro N° 7

Selva frente Río Tarija extensión ................................. 34.788 hectáreas

Piquirenda extensión ........................................................ 1.030 hectáreas

La Noche extensión.......................................................... 4.892. hectáreas

La renta de estas extensiones fiscales no podía exceder a cinco años, pero los alquileres eran renovables.

Frente a la constante demanda de maderas no existía una ley de regulación para su extracción. El diputado socialista Alfredo Palacios, después de su visita a las provincias del Norte denunciaba:

"[...] la devastación de los bosques con fines ávidamente utilitarios.25

d) Minería

La minería en Salta no alcanzó importancia para el progreso de la economía provincial. Por una parte no se contaba con maquinarias adecuadas para la explotación. Además de la zona petrolera, las principales zonas mineras fueron: San Antonio de los Cobres donde se explotaba la mina de plata "La Concordia" que además tenía yacimientos de borato, sal y azufre. En la quebrada de Aguas Calientes y en los departamentos de Santa Victoria, Guachipas, Cachi, Molinos, Quebrada del Toro, Amblayo y Chicoana existieron lavaderos de oro. La Poma tenía depósitos, escasamente explotados de plata, borato, zinc, antimonio, cobre, azufre, sal, alumbre y tierras refractarias.

Los edictos judiciales dan la impresión de la existencia de una interesante actividad minera. Pero, en general, se trataba de pequeñas minas explotadas por aventureros "a mano de hombre" de mas o menos diez trabajadores. La paga tenía las mismas características en toda la zona rural de la provincia. Al igual que en los ingenios el encargado de la proveeduría pagaba el último día del mes luego de descontar los vales por vino, aguardiente y coca casi todo el jornal. Un campamento en la región de la Puna, a 4.000 m de altura consistía en:

"[...] una casucha miserable para los peones, junto a un ojo de agua y una proveeduría o pulpería, donde el dueño de la mina o su capataz ejercen funciones de verdaderos pulpos".26

Los "establecimientos mineros" fueron a menudo sólo socavones en la falda de los cerros. La mayoría de los mineros no contaba con maquinaria adecuada. Las distancias, el transporte y el acuciante problema de la leña, jugaban en su contra. Los hornos de fundición eran primitivos. Para la fusión del metal se empleaba el de reverbero o calcinación que consumía rápidamente la poca e inadecuada leña del lugar: tola, cactus y churqui. Otro tanto ocurría con los morteros hechos de arena de cuarzo y arcillas que, como los hornos, tenían una duración de cuatro a seis meses.

La explotación de una mina solo duraba de dos a cinco años. Los metales fáciles de extraer fueron el cobre, plomo, hierro y bórax. Existían también lavaderos de oro y plata. El oro era recogido en forma de pepitas en zonas de los Valles Calchaquíes y San Antonio de los Cobres. La plata se fundía en lingotes pequeños comercializados en Bolivia.

Los minerales extraídos se guardaban en bolsas y se transportaban en burros a la estación ferroviaria más cercana. Varios de estos mineros aventureros -ingleses, alemanes y franceses- lograron hacer fortuna con la derivación del oro hacia Bolivia. Pedían la concesión de la mina y, al cabo de algunos años, desaparecían dejando abandonados herramientas y enseres.

La explotación salinera, indispensable para el uso doméstico y ganadero se encontraba en depósitos salinos de sal común, casi pura, existentes en: San Antonio de los Cobres, la Quebrada del Toro, Luracatao, La Poma y el gran depósito salino de Rosario de Lerma. Estos depósitos eran explotados por los lugareños quienes extraían la sal y la cortaban con hacha en forma de grandes panes. Luego a lomo de mula o en burros la cargaban para el trueque, en pueblos "cercanos", por ínfimas cantidades de yerba, azúcar y hasta coca. Este intercambio desigual, demás está decirlo, enriqueció a más de un comerciante.

La Compañía Internacional de Bórax acaparó, por más de treinta años, las mejores borateras de Salta, Jujuy y Territorio de los Andes. Pero durante todos esos años mantuvo las instalaciones en el más completo abandono. Al parecer trataba sólo de mantener las reservas y, deliberadamente, impedía que se las trabajase, para especular con los precios en la etapa de entre guerras. La prensa local instaba al gobierno a tomar medidas:

"[...] resulta absurdo y estúpido que el Estado acuerde semejantes derechos para permitir a los grandes trusts el acaparamiento de inmensas zonas mineras que seguramente son lo mejor de nuestro territorio. Pensamos que el Código de Minería no puede tolerar este abuso. Es necesario, es urgente que se exploten las borateras de La Poma. No es solamente que el desarrollo de la minería en los páramos de la Puna podrá dar trabajo a miles de obreros y crear nuevas e insospechadas fuentes de riqueza y vida. Hay algo más todavía, la producción boratera saldría por las estaciones de San Antonio o Los Patos de la parte ya construida del ferrocarril Salta-Chile”.27

Poco tiempo después el estado provincial resolvió tomar cartas en el asunto y anunció que se terminaba con el régimen de tolerancia que beneficiaba a la Compañía Internacional de Bórax.

El gobernador Aráoz firmó tres decretos para facilitar a particulares la explotación de minas de borato en el territorio salteño. A pesar de la medida todo quedó como antes, es decir, el borato no fue explotado por falta de interés de inversores y de mercados.

Durante las primeras décadas del siglo XX fueron frecuentes los edictos concediendo permisos para cateo de minas en casi todos los departamentos de Salta. El cuadro siguiente nos ilustra sobre la cantidad de las explotaciones mineras:

Cuadro N° 828

Ubicación               N° de permisos      Minerales

Dpto. Orán............................. 238............ petróleo

Dpto. Los Andes..................... 88............ borato

Dpto. Los Andes..................... 12............ azufre

Dpto. Los Andes........................ 3............ sal

Dpto. Los Andes..................... 10............ cobre

Dpto. Los Andes........................ 5............ cobre

Dpto. Los Andes........................ 7............ hierro

Dpto. La Poma.......................... 3............ antimonio

Dpto. La Poma.......................... 1............ zinc y cobre

Dpto. La Poma.......................... 2............ plata

Dpto. Iruya.................................. 2............ cobre

Dpto. Iruya.................................. 3............ plomo

Dpto. Santa Victoria................. 3............ plomo

Dpto. Santa Victoria............... 11............ galena argentífera

Dpto. Santa Victoria................. 5............ niquelina

Las minas concedidas en explotación por el estado, como puede verse en el cuadro anterior, son aquellas cuyas mensuras habían sido oficialmente aprobadas. Son contados los informes posteriores sobre esa explotación minera entregada a particulares. Sí los hay de algunas minas concedidas a pequeñas compañías.

Otra actividad en crisis fue la extracción de cal. El elevado costo del transporte de leña por ferrocarril llevó al gobernador de Salta al eterno y nunca escuchado pedido de rebaja en el precio de los fletes para salvar de la quiebra a las grandes caleras de Cerrillos y General Güemes. Como ocurría con los vinos, las caleras debían pagar doble flete por el transporte de leña: uno hasta la estación ferroviaria y otro hasta la calera.

Tal encarecimiento, era gravísimo, pues afectaba a toda la industria de la construcción y provocaba el paro de uno de los gremios más importantes del medio. Otra de las riquezas minerales contabilizadas en la provincia eran las aguas minerales de Rosario de la Frontera, explotadas y embotelladas con el nombre de Agua Palau. En 1918, se comercializaron en el país 497.023 botellas.

Salta petrolera

Propaganda contra YPF difundida por los conservadores aliados a las compañías petroleras extranjeras en la década de 1920

El rol del petróleo fue y es muy importante en las naciones productoras que trataron de defenderse de los pulpos internacionales ansiosos por el control del "oro negro". Las multinacionales no titubearon en sostener o derribar gobiernos para acaparar las riquezas petroleras. El imperialismo, hoy llamado privatización, nos despojó, bajo el amplio pretexto de eficiencia y reducción de gastos.

La lucha en defensa del petróleo provincial, ante el avance de los trust petroleros, data del 3 de octubre de 1911. El gobernador Avelino Figueroa, para tratar de preservar la riqueza petrolera, derogó los permisos de cateo. La zona comprendida en la prohibición abarcaba los departamentos de Iruya, Santa Victoria, Orán, Rivadavia, Anta, Metán, Rosario de la Frontera y La Candelaria.

Siete años más tarde, ante la presión de la Standard Oil Nueva Jersey Co. el mandatario conservador Abraham Cornejo -futuro abogado de esa compañía- derogó el decreto de reserva. Desde 1919 se acrecentaron los descubrimientos de petróleo. El grupo "personalista" del radicalismo, con profundo espíritu nacional, luchó por defender y preservar la riqueza petrolera. Yrigoyen, durante su mandato, al no lograr la aprobación de la Ley de Hidrocarburos por parte del parlamento, decidió crear con fecha 3 de junio de 1922, la Dirección General de Yacimientos Petrolíferos Fiscales, iniciando la lucha por la autarquía de dicha institución.

Mientras, la revista Economist, citada por Cáceres Cano, daba cuenta que la Standard Oil Nueva Jersey Company era conocida por sus grandes empresas petroleras y derivados del petróleo en todo el mundo. Explotaba una concesión en Bolivia sobre terrenos contiguos al límite argentino, fiscalizaba en los EE.UU. el 20% de la producción, el 40% de la refinación y el 70% del transporte de petróleo.

La mirada de esta compañía norteamericana, estaba puesta en el Departamento de Orán y en sus ricas reservas petrolíferas. En octubre de 1922 el Dr. Marcelo T. de Alvear se convirtió en presidente de la nación. Los diarios locales comentaron que, luego de haber efectuado importantes estudios en los yacimientos de Orán, la Standard solicitó una concesión de 90 mil hectáreas para la explotación y cateo por un período de cincuenta años. Tal concesión, según algunos entes nacionales hubiese posibilitado al país el autoabastecimiento de combustibles.

Por su parte el Poder Ejecutivo de la provincia de Jujuy, dictó un prudente decreto suspendiendo, por el término de dos años, las solicitudes de cateo de aceites minerales, mientras se practicaban estudios por parte de la Dirección de Minas. El Almirante Manuel J. Lagos en conferencia pronunciada en la Capital Federal sostenía que el decreto de ‘reserva’ de Jujuy debía ser imitado por el gobierno de Salta.

El gobernador radical Adolfo Güemes (1922-1925) a poco de comenzar su mandato recibió la propuesta de la Standard para firmar un contrato por la concesión de noventa mil hectáreas por el plazo de veinte años. Salta, recibiría una regalía del 10% sobre el petróleo obtenido. Güemes rechazó la oferta. Luego de varias conferencias con el ministro de Agricultura, dictó dos decretos: el 2047 y el 2142 que suspendían por cinco años la admisión de solicitudes de cateo en las zonas petroleras de Salta, por entender que el problema del petróleo afectaba la economía de la provincia y la seguridad de la Nación.

Las medidas tomadas por Adolfo Güemes tuvieron corta vida. El triunfo del conservador Corbalán (1925-1928) junto al accionar del ministro Rovaletti beneficiaron a la Standard. El gobierno de Salta dictó el decreto N° 3036 que modificaba el Código de Minería para otorgar a la compañía norteamericana la prórroga indefinida de la duración de los cateos y de los plazos para la realización de los trabajos de exploración. El petróleo volvió a convertirse en centro de disputas entre la provincia y el Gobierno Central. En reportaje realizado por Nueva Época el gobernador salteño declaró:

"Es real que nadie podría discutir el derecho del Gobierno de la Nación para fijar normas para su exploración y explotación, concordando en ellas el interés público de la Nación con los intereses particulares de las provincias, pero lo que es justo y legítimo discutir y defender por parte de los gobiernos locales, es la propiedad de ese petróleo, como de todas las demás minas que forman parte del patrimonio público y privado de las provincias por derechos históricos y constitucionales, representando en algunos estados pobres un renglón insustituible en la vida financiera del Estado. El Estado Federal pretende apoderarse de la riqueza privada de las provincias mediante la reforma de un artículo del Código de Minería, fundado en un presunto interés nacional. En el fondo es una cuestión de carácter económico que el Gobierno Central tiene necesidad de solucionar para llenar las necesidades de un presupuesto que se insume por sobre todo en las provincias que forman la Pampa húmeda".29

La situación planteada en Salta llevó a un verdadero enfrentamiento entre YPF y la compañía internacional. Al respecto dice Cáceres Cano:

"Los personeros del Cartel internacional del petróleo inician una lucha en todos los frentes. En el campo social el dinero se gasta a manos llenas para inclinar el favor de la "alta clase" social argentina. El dinamarqués Juan B. Eskesen -que opera en la zona norte con cuartel general en Salta -ofrece fiestas sociales en su residencia de Belgrano 770 que deslumbran[...] esta magnificencia conquista a la "aristocracia nativa" que empieza, encandilada, a conspirar contra su propio país".30

La Standard ofreció a la provincia en concepto de participación el 10% de las ganancias de la producción bruta desde el momento de iniciación de la explotación del petróleo, luego de descontar el importe del producto utilizado por las maquinarias de la empresa Por su parte YPF proponía entregar, en concepto de regalías, el 13% descontando, al igual que la Standard, los gastos de exploración, cateo, instalaciones, etcétera. También se comprometía a inaugurar un pozo por año.

El gobernador Corbalán rechazó la oferta del ente nacional por considerar que la provincia tardaría mucho en recoger los beneficios, en tanto que, si cerraba trato con el trust internacional, los pagos serían inmediatos.

La nacionalización del oro negro implicaba para el país la compra de insumos industriales y maquinaria especializada a las metrópolis con el consiguiente endeudamiento y demora en el pago de las regalías. La pobreza estructural de Salta, el déficit crónico y la carencia de fuentes genuinas de ingreso sirvieron de pretexto a los conservadores para llegar a acuerdos con las compañías extranjeras. YPF, por su parte, en inferioridad de condiciones, intentaba defender el patrimonio nacional en lucha con la oligarquía local, presiones de las compañías extranjeras y carencia de recursos y técnicas necesarias para la explotación petrolera. Mosconi, impotente para continuar la lucha, se presentó en Vespucio y declaró:

"[...] si el Gobierno provincial hizo arreglos con la Standard Oil, YPF consumará contratos en forma directa con los dueños de las tierras".31

Esto fue sólo una expresión de anhelo, una bravata sin ninguna consecuencia práctica pues, aparentemente, era imposible revertir la situación. De todos modos es interesante señalar que Mosconi, desesperado por demostrar la viabilidad de la empresa, mandó montar una pequeña refinería y consiguió proveer de nafta a Salta y Jujuy a veinte centavos el litro frente a los treinta y cinco centavos cobrados por la Standard.

En otra de sus visitas a Salta, el presidente de YPF tomó nota de las precarias condiciones de vida de los obreros de la empresa. Estos vivían en carpas-baño de propiedad del Ejército, sin agua potable y con más del 50% enfermos de paludismo. Mosconi ordenó mejoras para el personal e hizo montar una planta de agua potable para uso de los obreros.

En 1928 llegó nuevamente al poder la UCR y el gobernador Julio Cornejo retomó la lucha en defensa de las riquezas del subsuelo. Dejó sin efecto las concesiones otorgadas a la Standard y autorizó a YPF a continuar los cateos en las zonas petroleras de la provincia. Por esta resolución la Standard demandó al gobierno provincial ante la Corte Suprema de la Nación. Conspicuos salteños se convirtieron en abogados de la empresa querellante.

Al respecto, el historiador Caro Figueroa dice:

"[...] Que los honorarios de estos abogados superaban holgadamente a los gastos de YPF entre todo su personal administrativo y técnico. El primer abogado de la Compañía norteamericana en la provincia era un Senador Provincial; a su fallecimiento lo reemplaza un miembro del Superior Tribunal de Justicia, para luego hacerlo un hermano del Ministro de Gobierno".32

Frente a la firmeza de los gobiernos nacional y provincial, dice Cáceres Cano:

"[...] la batalla del petróleo -ya casi ganada- habría de perderse porque un grupo de militares liberales asestarían un golpe demoledor al país".33

Fue un hecho paradigmático el que un grupo de oficiales se presentara en las oficinas de Mosconi en YPF, para obligarlo a renunciar y llevarlo detenido a la Escuela de Mecánica del Ejército, antes de anunciar la destitución del presidente Yrigoyen.

La administración del coronel ingeniero Mosconi, presidente de la primera comisión de YPF, había llevado adelante la empresa con tal eficiencia que, con las ganancias obtenidas y sus propios recursos pudo hacer frente -afirma el autor citado- a la perforación de nuevos pozos, instalaciones, industrias subsidiarias y pago de personal.

Las concesiones a compañías extranjeras petroleras y forestales profundizaron, aún más, las luchas internas en el seno del Partido Radical. En vísperas del golpe militar el dirigente radical, José María Decavi34, publicó una carta abierta al entonces gobernador de la provincia, señor Julio Cornejo denunciando que:

"[...] en el año que corre se han inscripto en el registro de esta provincia veintiún pertenencias petrolíferas a favor de la Standard Oil Company, abarcando varias zonas de reserva en litigio [...] esto evidencia que se ha lesionado el patrimonio de la provincia y de la Nación entera. También llegó a mi conocimiento que V.E. preparaba una maniobra para enajenar otro patrimonio del Estado: los Bosques Fiscales, serio motivo que me retiene y que gracias al patriotismo se han malogrado sus propósitos".35

A partir del golpe del '30 los nuevos gobernantes metieron mano en los fondos de la empresa con el interés de mostrar que YPF era deficitaria. Dos años después, en 1932, la Corte Suprema de Justicia de la Nación falló a favor de la compañía Standard Oil y esta pudo continuar explotando los yacimientos de Salta. Durante la Década Infame, las escandalosas concesiones de Avelino Aráoz (1932-1936) otorgaron casi un millón de hectáreas a la empresa norteamericana, en las zonas petroleras de la provincia.

En el debate de la Ley del Régimen legal del Petróleo, en 1933, el diputado nacional por Salta, Dr. Ernesto Aráoz, aludía al nacionalismo:

"Se requería una bandera para destruir algunas situaciones adversas; era la consigna, y esa bandera se levantaba garbosa, arrolladora, patriotera, así fueran sus conceptos artificiales o ficticios, o así esa bandera fuera también levantada con aviesos propósitos anarquizantes, por las alianzas de tipo nacionalista que el comunismo ruso organizaba y sostenía en nuestro país".36

Como dato curioso y demostrativo de ficción federalista cabe recordar el destino del interesante invento de don Luis Giacosa. El "carburante Giacosa" hubiera significado un hito en la política de autoabastecimiento energético en el país. El mismo era obtenido por destilación de mostos alcohólicos, petróleo y metileno con precio inferior al de la nafta común. Esto llenó de optimismo a Mosconi quién vio en el nuevo carburante "un pivote para la lucha por el autoabastecimiento energético del país" A pesar de su importancia, el invento se frustró por acción de la Oficina de Patentes donde fue catalogado como licor, no como combustible, y por ello jamás fue elaborado. Sobre sus bondades decía Cáceres Cano:

"El nuevo carburante duplica la capacidad de compresión sin detonancia de las esencias petrolíferas usadas en ese entonces en los motores de combustión interna. Mosconi ensaya el nuevo carburante y analiza sus costos de producción (sensiblemente inferior a la nafta común) y por todo comentario dijo a su amigo Solano Peña: "es un despegue a la industria azucarera y una solución al déficit nacional petrolífero".37

Estas dos corrientes enfrentadas tenían cada una por su lado argumentos de peso para defender sus posiciones. Los conservadores que pugnaban por la privatización sostenían que era indispensable para el estado provincial el cobro inmediato del dinero entregado por las compañías extranjeras al erario provincial para solucionar las urgencias económicas, atender al pago de sueldos, salud y educación.

Los radicales, por su parte, defendían el patrimonio nacional y sostenían la necesidad de que la Nación se hiciera cargo de la explotación y administración de los recursos del subsuelo. Este enfrentamiento ideológico continuó vigente hasta la política de privatizaciones implementada durante la gestión presidencial del riojano Carlos Menem.

Sector secundario: industrias

Hacer referencia a industrias en Salta y en el Norte del país en la primera mitad del siglo XX es una falacia, pues se consideraban "industrias" a cuestiones tales como la extracción de áridos. En el afán de presentar avances industriales en las estadísticas abundan datos de dudosa exactitud.

En las estadísticas ordenadas periódicamente en todo el país por el gobierno nacional, figura Salta como una provincia con alto nivel industrial. Según estas fuentes, en 1935 existían en la provincia 247 establecimientos industriales con 4.211 obreros ocupados. Hacia 1943 la cifra se incrementó notablemente a 685 establecimientos industriales que daban ocupación a más de 15.000 obreros. Consideramos que todas estas cifras fueron manipuladas y no respondían a la realidad económica de la provincia. El cuadro que sigue es un ejemplo de la extraña manipulación de datos. Estos, muestran una fantasía pues la realidad salta a la vista. Se registran como industrias: talleres artesanales, mecánicos, carpinterías, aserraderos, imprentas, librerías e incluso hasta locales de comercio. Vemos así que la exageración y la manipulación de las estadísticas es una cuestión de vieja data ¿con qué fines?

Cuadro N° 9

Grupo de Industria                                         Establecimientos       Obreros             Sueldos *

Bebida y tabaco ............................................ 171.............. 1.137.......... $ 2.215

Textiles y sus manufacturas......................... 72................. 400............. $ 586

Productos forestales y sus manufacturas 131.............. 3.657.......... $ 3.897

Imprenta. Publicaciones y sus análogos.... 17................. 108............. $ 218

Sustancias y productos químicos.................. 6................. 394............. $ 625

Petróleo, carbón, etc......................................... 2................... 87............. $ 316

Cuero y sus manufacturas............................. 23................. 131............. $ 159

Piedras, tierras, etc......................................... 34................. 595............. $ 456

Metales y sus manufacturas ........................ 27................. 200............. $ 311

Maquinarias y vehículos................................ 96................. 842.......... $ 1.424

Fábricas de electricidad................................ 22................. 124............. $ 280

Empresas de construcción........................... 46.............. 2.480.......... $ 2.047

Yacimientos, canteras y minas .................... 12.............. 2.049.......... $ 4.654

Varios................................................................. 26.............. 3.085.......... $ 1.734

TOTALES....................................................... 685........... 15.289....... $ 18.917

*Léase miles de pesos m/n monto total de sueldos.38

Pasemos revista a las industrias reales existentes en el ámbito provincial y constataremos la falacia de los datos en cuestión.

La industria del cuero fue decayendo rápidamente frente a la competencia de cueros y suelas del Litoral. En Salta quedaron en funcionamiento unas pocas curtiembres para abastecer al artesanado local. Los artículos derivados del cuero cayeron en manos de intermediarios. En Salta compraban cueros salados, los llevaban a las grandes curtiembres litoraleñas y los traían curtidos, en forma de suelas y artículos manufacturados que los intermediarios colocaban en el mercado local. Estos fueron quienes se enriquecieron con la producción y manipulación de precios.

La producción tabacalera, como productora de materia prima para la fabricación de tabacos, cigarros y cigarrillos, sufría -al igual que los rubros arriba señalados- serias limitaciones por el precio del acarreo de la leña y de las altas tarifas del transporte.

1) Vinos

En algunas zonas de los Valles Calchaquíes la plantación de viñedos y la elaboración de vino eran tradicionales. La expansión de la industria vitivinícola y la conquista del mercado local constituía toda una esperanza.

En las primeras décadas del siglo XX existió la preocupación por darle impulso y conseguir que los viñateros lograran tipos de vinos selectos que pudieran competir con los de procedencia nacional y extranjera. Castellanos para tratar de lograr una industria competitiva sugirió a los bodegueros estudiasen:

"[...] beneficios incalculables que reportan las cooperativas, y concretasen su esfuerzo en utilidad común, no tardaría mucho tiempo para que esa industria se perfeccionase y ampliase en proporciones de llegar a ser una fuente de riqueza".39

Pero mensajes y consejos no bastaban, la industria no lograba superar los serios problemas de malos caminos y falta de transporte.

El ferrocarril terminaba su recorrido en Alemania a 88 kilómetros de los centros productores. Estos debían transportar el vino en carros hasta esa estación ferroviaria y, recién desde allí, en vagones hasta Salta para terminar su procesamiento o bien para la venta. En ambos casos los fletes encarecían el producto. Tan desventajosa situación hacía imposible la competencia con los vinos cuyanos.

El informe del Comité Pro ferrocarril al Pacífico, citado por Estela Vázquez, respecto al problema viñatero de los Valles Calchaquíes de Salta, afirma:

"Así se explica entonces, que mientras quedan sobrantes en las bodegas de Cafayate, San Juan coloque en Salta, no menos de 2,5 millones de litros de vino por año aclarando que San Juan ha obtenido concesiones especiales de los Ferrocarriles del Estado, para que los jefes de estación se conviertan en agentes sin sueldo, para la venta de uva, vinos y cebollas, en envases reducidos, que se entregan directamente al consumidor a muy bajo costo, por el flete mínimo que abonan estos productos entre las estaciones de expedición y destino".40

Esta situación llevó al gobierno provincial a conceder primas a los vinos. Las primas consistían en la entrega de quinientos mil pesos anuales a los viñateros. Veremos más adelante las reacciones que la medida provocó. La gente consideró odioso este privilegio que favorecía a los bodegueros, mientras la mayoría de la población vegetaba en la pobreza.

2) Ingenios azucareros

En la zona tropical funcionaban dos importantes ingenios azucareros con capitales locales: San Isidro de la familia Cornejo y San Martín del Tabacal de los Patrón Costas. Ambos ingenios no sólo produjeron ingentes cantidades de azúcar sino que por su calidad se constituyeron en puntales económicos. Sus dueños gozaron siempre de la protección de los sucesivos gobiernos y fueron exceptuados de impuestos por cinco años, a partir de 1918.

Según datos proporcionados por Sweeney y Dominguez Benavides, Robustiano Patrón Costas, su hermano Juan y Pedro Mosoteguy fueron adquiriendo, desde 1908, en forma sucesiva, importantes extensiones de tierra en el Departamento de Oran.41 En 1916 el doctor Patrón Costas ocupaba el sitial de gobernador de la provincia y llevó el ferrocarril hasta Orán.

El ingenio San Martín del Tabacal fue fundado en 1918 por la "Sociedad Patrón Costas, Bercetche y Mosoteguy". En forma inmediata se comenzó con la construcción de canales de riego que tomaban las aguas de los ríos Bermejo y Pescado y la siembra de caña de azúcar. El ingenio fue una empresa de importancia en el Norte del país por contar con moderna tecnología y abundancia de mano de obra. En sus escritos Patrón Costas recuerda que su empresa funcionaba en el corazón de la selva tropical. Contaba, por tanto, con abundancia de las excelentes maderas obtenidas por el desmonte de la selva. Para utilizar y comercializar las maderas hizo construir un gigantesco aserradero.

La sociedad original se disolvió, en 1936, y fue reemplazada por la Sociedad Comercial Colectiva Patrón Costas y Mosoteguy, con capital inicial de $ 4.806.750 y en 1943 se formó la S.A. Ingenio y Refinería San Martín del Tabacal, con capital de $ 20.000.000.

Fue tan vertiginosa la prosperidad de la empresa que en los años '40 sus posesiones llegaron a la enorme cifra de 240.742 hectáreas de propiedad directa del ingenio.

"Por supuesto que en estas cifras no se incluye Luracatao (propiedad privada de Robustiano Patrón Costas) ni Santa Victoria (arrendada por el ingenio): pero si sumamos las 300 mil hectáreas de la primera y las 398 mil hectáreas de la segunda vemos que el ingenio controla, directa o indirectamente, cerca de un millón de hectáreas y la fuerza de trabajo de sus pobladores".42

Un interlocutor, don Salvador, quien fuera durante treinta años empleado del ingenio San Martín del Tabacal, plantea, en su interesante testimonio, una suerte de periodización en la historia del Ingenio.

Pregunta: ¿Usted qué opina de su estancia como trabajador del Ingenio?

Salvador: En el Ingenio me ha ido bien. De Patrón Costas se habla mucho, pero yo, cómo podría decir, para sintetizar, yo soy un agradecido de Patrón Costas, pero eso no me inhibe de decir la verdad que también he visto[...] Yo a la vida del Ingenio a mi manera, la dividiría en dos: desde 1930 en adelante, que yo era chango, digamos, y que había un administrador general y el comisario, esas eran las autoridades totales del ingenio. Un administrador, yo no sé cómo hay que denominarlo, tal vez, si digo malo, habría que tomarlo en el sentido general de la palabra, a lo mejor no era del todo malo ¡Pero parece que los odiaba a los obreros, este hombre!... Yo todo lo que le estoy hablando es del '35 hasta el '38[...]

Pregunta: ¿Qué cambios hay en 1938 para que usted los recuerde tan claramente?

Salvador: Ese año se murió el administrador, el principal del ingenio, murió [...] le sabían decir "Caballo" ¡Malo! No se puede decir otra cosa. [...] Pero la gente ¡qué iba a decir que era el administrador!. No, decían que era Patrón Costas el que hacía todas estas iniquidades. No se nombraba otro ¡Y no era Patrón Costas! Era el administrador que tenían ahí y el comisario. Eran los que han cometío las mayores injusticias. Patrón Costas qué sabía, él venía una vez al año, todavía si él quería hablar con la gente, nadie lo iba a hablar, entonces quiere decir que las cosas estaban hermosas.

En ese año 1938 murió el administrador y se fue a hacer cargo el hijo de don Robustiano, el ingeniero Eduardo Patrón Costas, tipo joven ¿no? [...] ¡Cambió completamente el Ingenio! [...] hubo orden, progreso, de todo.

El ingeniero Eduardo cambió completamente las cosas, hizo construir casas, numerosas casas para todos los empleados, casas de material ¿no? Y se acabaron los galpones esos y el rancherío que había. Mejoró el hospital, compró ambulancias, construyó la iglesia porque el administrador anterior sólo se ocupaba de perseguir gente [...] Bueno, claro, recién empieza Patrón Costas ahí, antes no era él el que dirigía las cosas, por eso trataban mal a la gente. Hubo más justicia. Pero al obrero lo mismo no lo saludaba, no lo veía, el obrero era una cosa, casi como un animal, un animal, lo mismo.

Bueno, cuando vino el ingeniero Eduardo iba todo bien. Como le digo, severo, todo lo que sea, pero inclusive puso cine al aire libre para toda la gente ¡Había más libertad! [...] Incluso los changos ya se juntaban en las esquinas, puso luz en las calles del Ingenio, permitió el deporte, ya se invitaba a la gente a jugar en canchas, tipo potrero nomás, había carreras de bicicleta, mejoró el hotel, ya se hacían bailes en el hotel. Mejoró sobre todo el hospital, fueron las monjas y se hicieron cargo del hospital. Era muy severo ¿no? [...] pero cambió todo. Esa es la pura verdad.

Al finalizar la entrevista, don Salvador, sacó una caja con fotos y señaló una fotografía ¡Ese es mi patrón! ¡mi patrón! Luego muestra otra foto, esa es la esposa del ingeniero Eduardo Patrón Costas, doña Magdalena Giménez Zapiola de Patrón Costas ¡Qué linda que era!, falleció ya, hace mucho. ¡Hermosa, era!.43

3) Otras industrias

En la ciudad fueron escasas y modestas las plantas industriales pero daban trabajo a cerca de mil obreros. Por su importancia en el medio y en el mercado interno corresponde señalar: a) La Fábrica de cigarrillos Villagrán, b) Cooperativa Harinera, c) Fábrica de tejidos SAETA.

 

Publicidad de la fábrica de tejidos SAETA

a) La Fábrica de cigarrillos Villagrán funcionaba en calle Florida 550. El tabaco debía ser sometido a un largo proceso para la elaboración de los distintos tipos de cigarrillos que se fabricaban. Su precio variaba de acuerdo a la calidad. El tabaco más popular por su precio era el que se vendía en pequeños paquetes, para el armado de cigarrillos y de consumo preferencial entre la gente de la campaña.

"Antes de la introducción de sus máquinas, don Angel Villagrán, fuerte industrial de elaboración de tabacos en ese barrio (La Banda) daba trabajo a media población bandeña; trajo primero la armadora del cigarro engomado, y se redujo a la mitad el número de féminas empleadas en torcer o liar cigarrillos; luego introdujo la liadora o torcedora, y se acabó esa benéfica ocupación para todas quedando sólo algunas por especial gracia para que encartuchen, empaqueten y peguen las estampillas".44

    Por los años ‘30 se incorporó una nueva máquina que realizaba el proceso completo desde el tabaco elaborado al paquete cerrado y estampillado. En 1938 la fábrica fue vendida por la familia Villagrán y logró subsistir hasta la década de 1950.

b) La Cooperativa Harinera presidida por don Angel Usandivaras, fue fundada en julio de 1935. Sus instalaciones se construyeron, expresamente, atrás de la estación del ferrocarril. El molino tenía usinas propias, poseía un motor de 12 caballos de fuerza y funcionaba a petróleo. Decía su fundador y presidente:

"[...] se espera tener un rendimiento de 170 bolsas diarias, lo suficiente para abastecer a Salta, Jujuy y otras provincias que obtendrán una apreciable economía en la adquisición de harinas".45

c) El 24 de abril de 1934 abrió sus puertas la gran Fábrica de tejidos SAETA en los terrenos baldíos de la vieja cervecería. El anuncio llenó de entusiasmo a la sociedad salteña de aquellos años. Se trataba de una sociedad anónima con directorio y accionistas. El presidente de la asociación era Gordon Leach secundado por Whigham. El propósito de sus autoridades consistía en duplicar la producción de la fábrica con la incorporación de nueva maquinaria y aumento de operarios que podrían llegar a cuatrocientos. El diario local comentaba:

"[...] SAETA es un ejemplo para aquellos que teniendo capital prefieren las fincas estériles o las cómodas cédulas hipotecarias con sus dividendos seguros y no se atreven a afrontar las dificultades de una empresa. Un aplauso para los pioneros de la obra quienes sobre los terrenos de la vieja cervecería se unieron para levantar un establecimiento que representa el orgullo de Salta".46

SAETA estaba preparada para elaborar textiles y aceites, lanas burdas y lanas peinadas, tejidos de algodón y de lana. Estaba instalada en amplios pabellones con máquinas hiladoras, tejedoras, teñidoras y engomadoras.

Don Julio Blas, más conocido como el "Duende", empleado de la Fábrica SAETA y secretario general del Sindicato de Obreros Textiles, cuenta su experiencia en los años que trabajó en la fábrica.

Pregunta: ¿Qué puede contarnos de la Fábrica SAETA?

Julio Blas: Yo ingresé a la fábrica en el ‘42. Después la compró una empresa ítalo-alemana y pasó a llamarse SAITA. Yo llegué a ser presidente del Sindicato Cristiano de Obreros Textiles porque en ese tiempo no se llamaban secretarios, sino presidentes.

Pregunta: Cómo eran las condiciones de trabajo en la fábrica?

Julio Blas: Ya, en la época peronista la fábrica fue la primera en firmar su Convenio Colectivo de Trabajo. Para no firmar el convenio, a los dirigentes del sindicato nos ofrecieron diez mil pesos, casa y trabajo en Buenos Aires. Pero el convenio se firmó. Y, por ejemplo, la oficiala u oficial que trabajaba como sastre en una de las tiendas grandes ganaba $ 2,90 por día y en la fábrica la que limpiaba los baños, después de firmado el convenio ganaba, por seis horas de trabajo, $ 4,50 por día. Cuando se abrió la destilería de Chachapoyas, instalación dependiente de YPF, por ejemplo, me ofrecieron entrar de capataz de primera. Voy a preguntar cuánto ganaba un capataz de primera y me dicen $ 380 mensuales y yo en la fábrica cobraba $ 350 por quincena o sea $ 700 mensuales y trabajaba a destajo "tanto producís, tanto ganás".

Yo en la fábrica cuando había un reclamo lo mandaba al sereno para que corte la luz. Se paraban todas las máquinas, toda la fábrica paraba y el que seguía trabajando, "cobraba". Ahí en la SAITA no era que hacíamos reclamos todos los días, se hacía una reunión al mes con la patronal para ver las falencias y la empresa nos hacía notar las falencias nuestras, los tipos que no se portaban bien, que no laburaban. No era que yo iba a reclamar por que sí. El tipo que era canchero no iba. Había un tal Medina que era comunista. Cumplíamos el convenio y este empezó a empuar a la gente. Medina era un chango bien puesto. Yo lo hablé y me dijo: "vos sos un entregador". Entonces yo le dije si no te gusta te vas. Y lo echaron. Por supuesto que no dejé que lo echen como "un trapo sucio" sino que hice que lo indemnizaran.

Pregunta: ¿Por qué desapareció la fábrica?

Julio Blas: Cuando entra Xamena al gobierno se nos presentan varios problemas a nosotros, los textiles. Primera situación que YPF no tenía combustible. La usina de la fábrica funcionaba desde las 20 hasta las 6 de la mañana; porque así no había horas pico de uso de corriente y entonces la usina podía abastecer de corriente. En las horas que no funcionaba la usina propia de la empresa ya no había combustible. Entonces voy y me entero que la Standard tenía petróleo. Entonces le digo a Xamena: "mirá flaco la Standard tiene petróleo, intercedé vos. Hablá a la Secretaría de Industria y Comercio. Y el gobernador me dijo no, manejalo vos". Entonces vamos y le hacemos un telegrama a Antonio Ermida que era secretario del ramo y le explicamos que YPF no tenía petróleo pero la Standard sí. Y que necesitábamos nada más que un golpe de teléfono de Industria y Comercio para que se solucione el problema. El telegrama lo enviamos a las 10 de la mañana y a las 14 hs. estaba solucionado el problema. Pero parece que el tipo (el gobernador Xamena) nos tenía inquina y, por eso se cierra la fábrica.

Pregunta: ¿Por qué afirma usted eso?

Julio Blas: Nosotros le dijimos que siendo gobernador tenía que hacer un proyecto de ley para eximir de impuestos a la fábrica, del impuesto a la industria porque aquí había una ley de industria que exigía el 10% bruto de la producción. La fábrica tenía que pagarle eso al gobierno.

Pregunta: Pero si aquí casi no existían industrias. Tendría que haberlos escuchado.

Julio Blas: No había. La fábrica era la única que estaba funcionando. Cuando le pedimos el proyecto de ley, Xamena dijo: "Mirá que el impuesto a la industria, que "éstas son multinacionales, que era una empresa nazi. Y sí... era una empresa de italianos y de nazis. Las máquinas que teníamos eran italianas, la usina era alemana y bueno... Xamena llamó a reunión de gabinete pero al final se negó al pedido nuestro. Entonces, a partir de allí le agarré inquina. Entonces le dije ¡sos un hijo de puta]! Entonces vamos a verlo al diputado Olivio Ríos. Estuvo de acuerdo con nosotros, pero, al final no hizo nada. Y no se solucionó y la fábrica cerró en diciembre de 1952, porque este infeliz de Xamena no quiso mandar el proyecto a la Legislatura para que se exima a la fábrica de impuestos.

La hilandería la llevaron a Jujuy y las otras máquinas no sé.

Pregunta: La fábrica ¿no estaba en condiciones de pagar?

Julio Blas: Es que no les convenía y entonces levantan y se van a otra parte. No eran capitales de aquí y aparte estaban en las listas negras de las empresas de nazis. Yo conocí al presidente del Directorio que se llamaba Otto Wierkan y al síndico que se llamaba Eugenio Pirs.47

La fábrica cerró sus puertas, quedaron cuatrocientos obreros sin trabajo y las autoridades se encogieron de hombros. Y nada se hizo frente a cuestiones totalmente antojadizas. Una industria local, mediana pero que por calidad y precios había ganado el mercado local y expandido hasta la frontera boliviana, constituía una molesta competencia para las industrias sureñas en expansión; puede ser una explicación posible para esta cuestión.

d) Otra industria en marcha fue la Fábrica de cemento Portland de Campo Santo con un rendimiento de 30.000 toneladas anuales. Abastecía el mercado local de la industria de la construcción, al igual que otras pequeñas caleras de Cerrillos, Campo Santo y La Merced.

      Como vimos, las industrias eran prácticamente inexistentes. Las pocas que lograron una corta existencia no pudieron competir con el desarrollo y expansión del Puerto, abierto al mercado mundial. Tal situación permitió la libre entrada de productos principalmente británicos que destruyeron los esforzados intentos de industrialización local. Durante los largos enfrentamientos europeos los intentos tuvieron éxito sólo por tratarse de industrias sustitutivas, pero al haber aceptado las reglas del juego impuestas por el centralismo porteño, poco a poco se incorporó al mercado capitalista dependiente. La pequeña industria provinciana no podía competir con las empresas del Sur. La riqueza local que podía haber conformado un capital financiero provincial emigra hacia Buenos Aires y por tanto no financia empresas salteñas. No existía una legislación adecuada que pudiera enfrentar esta situación que era estructural, pero tampoco había garantías de mercados importantes que ofrecieran ciertas ventajas a las pequeñas industrias locales.

Era dable esperar que las industrias, como había ocurrido con las curtiembres y la ganadería, fueran generadas por los hacendados que se habían beneficiado con algunas mejoras en las especies ganaderas. Pero, es casi una constante que las ganancias generadas en el campo no volvían al campo, sino que se gastaban fuera de la provincia, en Buenos Aires y en capitales europeas o bien, rentas más modestas, salían del campo y se gastaban en bienes de consumo y, en muy contados casos, en bienes de producción.

El comercio resultaba en esas primeras décadas del siglo XX difícil y caro, por la debilidad de los capitales iniciales, la rigidez de las estructuras mentales y el siempre gravoso precio de los fletes ferroviarios que hacían casi prácticamente imposible, la autofinanciación de las incipientes y pequeñas industrias. A esto debemos agregar que no se podía esperar desarrollo económico pues la productividad no era lo suficientemente sostenida como para justificar gastos de inversión en nuevas maquinarias.

La señora Lucrecia, vecina de El Bordo, fundadora del museonor/ Gumersinda Figueroa y recopiladora de datos históricos sobre su pueblo, habla de la fábrica de cemento:

Pregunta: ¿Qué informe puede darnos sobre la Fábrica de cemento Minetti?

Lucrecia: En 1935 Minetti compró la tierra y en 1936 se comenzó a edificar el edificio. Fue una incalculable fuente de trabajo para la gente de la zona y duró hasta 1992. En ese año cesó y se fue a instalar a Jujuy, a Puesto Viejo. Las instalaciones que quedaron intactas fueron saqueadas por la gente. A mí me daba muchísima rabia ver como saqueaban y me pelié con muchos vecinos por eso.48

Sector Terciario. Transporte y Comunicaciones

a) Servicios de transporte urbano

Relacionado con la economía local trabajaban en Salta una compañía extranjera prestataria de los servicios de energía y transporte tranviario, una compañía con asiento en Buenos Aires a cargo de los servicios telefónicos y unas pocas empresas de colectivos con capitales locales. Las empresas foráneas prestaban servicios deficientes y caros pues sacaban jugosos dividendos haciendo oscilar los precios según sus intereses. Problemas denunciados constantemente por la prensa:

"[...] Bueno sería encarar otros problemas que atañen a la vida colectiva. Queda en pie el servicio de luz eléctrica, cuyo mejoramiento debe establecerse y debe encararse el problema de las actividades telefónicas. En provincias, en materias de servicios de esta clase siempre nos dejamos "tapar la batea" por empresas y capitales ajenos al medio... sin otra preocupación y finalidad que obtener el mayor provecho posible".49

La "Compañía Anglo-Argentina de Electricidad del Norte" comenzó a operar en Salta a partir de 1916 y tenía a su cargo el alumbrado público y las líneas tranviarias. Durante el mandato de Robustiano Patrón Costas (1913-1916) se autorizó la transferencia de las concesiones de la S. A Luz y Tranvías del Norte a la Compañía Anglo Argentina.

La compañía inglesa "ahorraba" el voltaje de luz en las afueras:

"Y ya se sabe que en los suburbios las lámparas del alumbrado público traen a la imaginación remembranzas lúgubres de cementerio".50

Otras quejas contra dicha Compañía hacían referencia a los medidores de luz pues existía una tarifa única para la conservación del medidor:

"[...] Con la tarifa de un peso es perjudicado el pequeño consumidor pues, con el recargo que muchas veces le impedirá hacer uso de un servicio tan importante como es el de la luz eléctrica. Como conceptuamos que la empresa que actualmente tiene a su cargo este servicio no se perjudicará estableciendo una tarifa proporcional, hacemos esta indicación".51

En lo que respecta al tranvía, sabemos por Nueva Epoca que, hacia 1934:

"Los coches son escasos, viejos e incómodos, sin elásticos y especiales en época de invierno para contraer enfermedades de las vías respiratorias”.52

A pesar de estas carencias, los tranvías prestaban servicios de gran utilidad para el traslado hacia los humildes barrios suburbanos: Parada Caseros, los Cuarteles, la Estación y el barrio del río Arias.

Por sus deficiencias los viejos tranvías fueron suprimidos definitivamente en 1935 y reemplazados por un moderno servicio de colectivos que no estaba limitado por el trazado de los rieles y era mucho más ágil y eficiente. El diario anunciaba la novedad así:

"El ómnibus es, hoy por hoy, el más ponderable factor de crecimiento de las ciudades [...] el ómnibus es acero y petróleo, vale decir hierro y motor que se ha presentado como moderno símbolo de progreso en la ciudad, donde ya numerosas empresas prestan servicios dentro de los límites del asfalto, alrededores y pueblos circunvecinos".53

En 1934 prestaban servicios de transporte de colectivos, con capitales locales, las empresas: "Villa", "Alias" y "Flecha" que transportaban pasajeros a los poblados del interior y a la provincia de Jujuy.

b) Red vial

Las necesidades económicas y comerciales de la población urbana y rural requerían la mantención de caminos, apertura de rutas, logro de rebajas en los precios del transporte y combustibles y organización para que alimentos, remedios y otros insumos llegasen a tiempo a los mercados locales.

Por medio de la red de transportes y modernización de las redes camineras se buscó la integración campo- ciudad para unificar el mercado provincial y comunicar a éste con el mercado nacional. Los caminos jugaban en esto una cuestión básica. Estrictamente hablando la construcción de caminos, por tratarse de servicios públicos, estuvieron a cargo del Estado provincial y algo más tarde, de Vialidad Nacional, institución que realizaba una acción complementaria para dar salida a los productos locales y afianzar el mercado nacional. El diagrama en forma de abanico -originario de los ferrocarriles y luego de las rutas- convergente sobre Buenos Aires, se sabe que no es casual. Los caminos para tránsito vehicular eran antiguos caminos de carretas y sólo con mucha dificultad podían transitar camionetas y otros vehículos.

Ricardo Aráoz, quien fuera presidente del Consejo de Higiene durante la gestión de Castellanos, planteó el problema del aislamiento de la provincia y propuso el turismo como actividad capaz de mover la estancada economía. En 1915 informaba:

"Nuestra ciudad ha permanecido hasta hoy, poco menos que ignorada para el resto del país, primero por la distancia considerable que la separa de los principales centros de población de la República y las molestias del viaje por un ferrocarril que a pesar de ser propiedad de la Nación deja mucho que desear en cuanto a servicios".54

La escasa red de comunicaciones con que contaba la provincia hizo que fuera preocupación constante de los gobiernos la mejora y construcción de caminos y puentes. Esta decisión política impulsó la actividad vial de la provincia secundada por la Nación y así se trazaron más de cinco mil kilómetros de líneas camineras para:

"Formar con la red provincial de caminos, el complemento de la red nacional, al propio tiempo que vincular la Capital de la provincia con todos los Departamentos, y a estos entre sí".55

A pesar de los informes laudatorios preparados por los distintos gobernantes, los caminos y carreteras continuaban polvorientos, estrechos y se convertían, con las lluvias, en verdaderos lodazales difíciles de transitar.

Hubiera sido necesaria una planificación integral y coherente de las líneas de transporte y comunicaciones para unir las diversas y aisladas zonas de la provincia. Esto hubiera permitido alcanzar un mayor volumen comercial, celeridad en la extracción y salida de recursos. Nada se hizo y la campaña permaneció, como siempre, en total abandono.

c) Ferrocarriles

Resolvimos tratar los diferentes medios de comunicación existentes en aquella época por separado. Es claro que, para alcanzar el objetivo de nuestro análisis, no debe perderse de vista que las comunicaciones constituyen un todo y tal separación resulta artificial pues todos los medios de comunicación se complementan y determinan entre sí. De todas formas señalaremos sólo los rasgos fundamentales de los medios existentes en la Salta de entonces. Para nuestra provincia, de topografía accidentada y habitantes dispersos en la gran vastedad de su territorio, el ferrocarril pudo ser el medio más apto de comunicación y transporte si hubiera sido concebido racionalmente y con espíritu nacional. Lamentablemente no lo fue.

Puente cerca de Chorrillitos

 

Grupo de obreros despejando la nieve en el Alto Chorrillo - Construcción del FFCC Huaytiquina. Década de 1930 - Fototeca del Museo de la Ciudad

La prolongación de las vías férreas permitió la llegada del ferrocarril a Salta en 1890, medio de comunicación y transporte visto -por el imaginario colectivo- como un hito y mito del progreso y la panacea que terminaría con la pobreza provinciana.

Si bien los ferrocarriles trajeron cambios profundos provocaron, como todo cambio estructural, el sufrimiento y la pobreza de los individuos que continuaron cautivos de la economía tradicional: propietarios de flotas de carros, proveedores de forraje, artesanos, arrieros y peones, quienes continuaron realizando sus actividades al margen del ferrocarril, en los lugares donde el riel no llegaba.

Los caminos de acero terminaron, también, con sectores del aparato productivo y con las redes que unían los mercados de consumo local. No sólo introdujeron productos industriales sino también alimenticios como carne, harina, cereales, frutas y frutas secas, dulces, golosinas, etcétera.

Entre las actividades productivas perdidas en la provincia se cuentan las moliendas de maíz, sémola, harinas, pimentón, que no pudieron competir con los precios de los productos de la Pampa húmeda. Todo esto, afirma Bazán:

"[...] Reportó una decadencia generalizada, con excepción de Tucumán, centro de economía complementaria del nuevo sistema, que hizo de Buenos Aires el punto de convergencia necesario y forzoso [...] En condiciones semejantes, forzoso es convenir que el fenómeno de la formación del "mercado nacional" que se habría operado durante la etapa de la "economía primaria exportadora" (1860-1930) no tiene carácter verdaderamente nacional”.56

Durante su mandato, el gobernador Castellanos consiguió que la Nación invirtiera quinientos mil pesos para completar el trazado ferroviario Talapampa-Alemania, importante para la comunicación, transporte de pasajeros, envío de correspondencia y algo de carga. Pero no solucionó en absoluto el aislamiento de los Valles Calchaquíes ni de su promisoria industria vitivinícola y de especias (ají, pimentón y pimienta).

Hacia 1940, el ferrocarril "Central Norte", propiedad del Estado nacional, nos unía con Buenos Aires, Formosa, las provincias vecinas y llegaba hasta los límites de la frontera con Bolivia, por Yacuiba. A pesar de ser propiedad del Estado, el ferrocarril acentuó aún más el centralismo porteño, por el precio abusivo de fletes y pasajes.

En toda la región se sentía la urgencia por conseguir del gobierno central la rebaja en el precio de los fletes. Así podrían abaratarse los envíos al puerto de Buenos Aires y a otros centros importantes del país de petróleo y sus derivados, vinos, tabacos y maderas extraídas en la provincia. Los ramales ferroviarios tenían como centros a Metán y Güemes, desde donde se bifurcaban para penetrar al noreste salteño. El petróleo crudo y la leña -materias primas indispensables para el movimiento ferroviario- se extraían de esa zona. El petróleo crudo era transportado a las refinerías de La Plata y de allí volvían a traerse los productos derivados. Este ir y venir enriquecía a los intermediarios, encarecía el transporte y empobrecía a la provincia.

En lo que respecta a los pasajes, por un lado, el costo del boleto Salta-Buenos Aires en primera clase era de $ 79,60 y en segunda $ 42,65. Por el otro, la mentalidad provinciana no alentaba tamaña aventura. Si pensamos en los sueldos cobrados por la mayoría de los salteños, un viaje en tren -a la Capital Federal- era impensable.

Nuevamente se puso la esperanza en el ferrocarril que haría posible la salida a los mercados chilenos por medio del Huaytiquina, obra iniciada en el gobierno de Yrigoyen. El gobernador Castellanos fue uno de sus más fervientes impulsores. En el mitin popular realizado en 1920, en pro de la construcción del ferrocarril con salida al Pacífico, decía:

"¡Indiferentes para el Huaytiquina no puede haberlos, no debe haberlos. Es necesario que todos se enrolen en el nuevo partido que debemos formar en Salta: el Partido Huaytiquinista, que creará y aplicará una nueva política: la política huaytiquinista".57

Existía en las provincias del Norte urgencia por solucionar los problemas acuciantes que afectaban sus economías. El gobernador salteño Corbalán (1925-1928) acordó con su par de Jujuy, Benjamín Villafañe, convocar a una reunión a todos los gobernadores de la región para plantear problemas comunes ante el gobierno central y exigir soluciones. A la convocatoria respondieron seis gobernadores que acudieron a Salta en junio de 1926. El historiador Bazán hace notar los puntos principales tratados en la reunión:

"1) Sanción del plan ferroviario que permanece en la Cámara de Diputados de la Nación, 2) Intensificación de los trabajos de balizamiento y dragado de los ríos Paraná, hasta Formosa y Uruguay y mejoramiento de los puertos como medio de abaratar los fletes fluviales, 3) Revisión de las tarifas de los ferrocarriles del Estado, teniendo una protección a los productos de estas provincias para que se les permita competir con sus similares de los centros consumidores del Litoral, 4) Tratados comerciales con las naciones vecinas de Chile y Bolivia, para que nuestros productos puedan competir en el norte de Chile y sur de Bolivia, con sus similares, 5) Actualizar el proyecto de los doctores Padilla y Rougés -diputados nacionales de Tucumán- presentado a la Cámara de Diputados el año 1921, sobreprotección a las industrias nacionales 6) Sanción del protocolo Noé - Barros Jarpa sobre tarifas del Trasandino del Norte".58

La construcción de esta monumental vía férrea se paralizó por el golpe militar de 1930 y recién sería concluida con el cambio político propiciado por el gobierno de Juan Domingo Perón.

Las obras del Huaytiquina atrajeron a trabajadores de todo el mundo. En ellas participaron más de tres mil obreros de los más diversos oficios. La situación internacional de la Gran Guerra y la entreguerra provocó la llegada de miles de refugiados y la gente tejió un sinfín de rumores acerca de famosos personajes mimetizados entre los trabajadores. Tal el caso del mariscal Tito.59

Los diarios relataban los riesgos que corrían los obreros, trabajando en las alturas de las rocas, sujetados por cuerdas o en los socavones de los túneles y desafiando el peligro de perder la vida por las explosiones de dinamita. Con tales sacrificios, algunos tenaces inmigrantes lograron amasar un pequeño capital para instalarse con negocio o comprar una finquita.

El tendido de las vías férreas con salida al Pacífico dio vida a una extensa región. Surgieron pueblos, pueblitos y asentamientos de gente cuya vida y subsistencia estaba estrechamente ligada a los avances de las obras y que fueron núcleos de poblaciones hoy importantes.

Saturnino, inmigrante español, rememora los tiempos del Huaytiquina:

Pregunta: ¿Cuándo se independizó usted de su familia?

Saturnino: A los 27 años, cuando me casé. Mi señora se llamaba Irma Gallardo, era hija de inmigrantes españoles radicados en Rosario de Lerma que tenían fábrica de embutidos. En el año '39 estaban haciendo la línea del Huaytiquina y ellos vendían chorizos, arrollados, queso de chancho, jamones, panceta. Todo eso se llevaba para "arriba". A los obreros les pagaban bastante bien así que había mucho movimiento en el pueblo.

Pregunta: ¿En el Huaytiquina también trabajaban inmigrantes?

Saturnino: Sí. Ahí trabajaban muchos inmigrantes que sabían, que venían como técnicos y capataces, con altos cargos a trabajar y ganaban muy bien.60

Por su parte don Carlos dice al respecto:

Pregunta: ¿Usted trabajó en el Huaytiquina?

Carlos: Sí, antes de trabajar en el ingenio, cuando era mas changuito, tendría unos 12 años, trabajé en el Huaytiquina, con mi hermano José y también trabajaba el hermano mayor, Francisco. José y Francisco eran operarios de taller pero yo era un ayudante y me daban unas chirolas por día. No era el sueldo de la empresa, sino que eso me pagaba el remachador que hacía los remaches "al rojo". Como él trabajaba por tanto, me ocupaba a mí para hacer más rápido el trabajo. Estábamos haciendo un puente y en uno de los tramos, de los travesaños del puente, ahí estaba la fragua. Yo estaba montado en el tramo y le daba manija a la fragua con una mano y con la otra le alcanzaba los remaches al rojo con la pinza al remachador, que estaba más arriba. Haciendo ese trabajo estuve casi un año. El Huaytiquina le pagaba bien a la gente y en ese tiempo había salido la ley del salario mínimo, que puso Yrigoyen. El campamento central del Huaytiquina estaba en Quijano y el capataz general que estaba en ese tiempo era un gallego gordo de apellido Lafuente.61

Telecomunicaciones

Bajo esta denominación englobamos las comunicaciones a través de señales eléctricas alámbricas o inalámbricas, un rubro muy importante para el desarrollo económico. Estas fueron el telégrafo, el teléfono y la radio.

El 5 de agosto de 1874, el telégrafo interoceánico unió al país con Europa y gran parte del orbe. Las provincias lo adoptaron en forma gradual, a ritmo más lento, según las políticas nacionales y provinciales. Hacia 1940 la expansión de estos medios de comunicación alcanzó un ritmo acelerado por la reactivación y bonanza económica.

Telégrafos

Desde los Estados Unidos de Norte América el telégrafo se expandió. El Estado-nación lo implementó como cuestión estratégica de unidad nacional para comunicarse con las provincias y a éstas entre sí. La adopción del sistema Morse como código universalmente utilizado hizo posible la transmisión rapidísima de mensajes.

En el interior de la república las oficinas de Correos y Telégrafos eran mantenidas y sus empleados pagados por la Nación. A fines del siglo XIX, la ciudad de Salta contaba con una oficina central atendida por un jefe a cargo de ocho empleados. En el interior de la provincia habían once oficinas con tres empleados cada una (jefe guarda hilo, administrador de Correos y mensajero cartero). La instalación del telégrafo fue un avance notable en las comunicaciones. Esto puede verse por número de telegramas expedidos y recibidos en el año 1887 que alcanzaron a 32.716.62

Según el censo de 1914 trabajaban en las oficinas de Correos y Telégrafos, de toda la provincia, 105 telegrafistas.

En 1939 el personal de Correos y Telégrafos comenzó a desarrollar sus tareas en el hermoso edificio (hoy privatizado) de calle Deán Funes. Esas oficinas tenían en servicio 150 empleados. Las dependencias del interior contaban con 188 empleados y 66 encargados de estafeta. En conjunto sumaban 404 empleados.

Trabajar en Correos y Telégrafos implicaba por aquellos años, una serie de beneficios: carrera y escalafón administrativo con los respectivos aumentos de sueldo, sobreasignación por zona desfavorable, viáticos para los estafeteros, provisión gratuita de uniforme y calzado.

Teléfonos

La compañía privada de teléfonos del pionero salteño Celso López, comenzó adquiriendo precarias instalaciones que venían operando desde fines del siglo XIX con 300 usuarios de la ciudad capital y de la campaña. Don Celso logró reactivar las instalaciones y fundar una próspera empresa. Sus ganancias le permitieron enviar a sus hijos a los Estados Unidos donde se graduaron de ingenieros mecánicos electricistas. Los noveles ingenieros modernizaron la central telefónica e instalaron doscientos aparatos más. La compañía se mantuvo como empresa de la familia López por cerca de treinta años. En 1931, se desprendieron del negocio y lo vendieron a la "Compañía Telefónica Argentina".

Esta modernizó el sistema, con la instalación de teléfonos automáticos y el tendido de líneas para la comunicación con los más importantes centros poblados del interior de la provincia y el resto del país. Abrió sus puertas con 1.110 abonados.

Según opinión de los usuarios, el teléfono era un servicio de lujo por lo caro y escaso. Fue tan mala la experiencia con los teléfonos automáticos, que la gente añoraba el viejo sistema de llamar a la central para pedir comunicación. La prensa manifestaba:

"Comunicarse con los pueblos de la campaña es obra de romanos, digna por su odisea de los exámetros de Homero [...]"63

Radio y cine

Hacia 1922 hicieron su aparición en Salta los aparatos de radio a galena. Eran bastante limitados porque tomaban la corriente de la atmósfera a través de una antena bien construida para cada uno de los aparatos.

En 1926 un grupo entusiasta de jóvenes integrado por Juan Mesas Sánchez, Eduardo Leoni, Juan Deredinger, Carlos Salomone, Francisco Carbonell, Abel Ortiz, Augusto Barni, Agustín Cárcano, Victorino Solá y José Armando Caro trabajaron para el desarrollo de la radio en Salta y crearon el Radio Club local, que tuvo corta vida, sólo duró dos años.

Su labor fue continuada en 1930 por Radio Norte, emisora particular que realizaba una excelente labor de divulgación informativa, comercial-artística y pertenecía a Juan Caramés, otro de los pioneros de la prensa oral en Salta. Cuando esta emisora comenzó a funcionar para las provincias del Norte, tan sólo existían 400 aparatos de radio entre Salta y Jujuy. A fines de 1934, cuando dejó de funcionar, los aparatos habían aumentado a diez mil. La clausura de Radio Norte dejó una sensación de vacío en el ambiente. Tiempo después, el estado provincial compró sus muebles y maquinarias y, en 1937, habilitó con ellos LV9 Radio Provincia de Salta.

La radio cumplió en aquellos años una importantísima labor de información y comunicación acercando las noticias del mundo y del país a una población como la nuestra, con gran número de analfabetos. En los pueblos sin servicio de corriente eléctrica era frecuente escuchar radios a batería, posesión de algunos privilegiados. En las memorias de Zulema Usandivaras de Torino puede leerse el significado revolucionario de la radio.

"[...] Más tarde me tocaría admirarme ante la radio, esa maravilla de la técnica a través de la cual ya escuchamos encendidos discursos a favor de la paz y los anatemas de Hitler, haciéndonos temblar porque su aureola era trágica y premonitoria".64

Doña Ceferina nos recuerda que en medio de la soledad de Tolar Grande, localidad perdida en la Puna salteña, se enteró del golpe militar de 1943 y luego escuchó emocionada, por primera vez, el mensaje del coronel Perón.

Pregunta: Si usted vivía en un lugar tan lejano ¿cómo se enteró del golpe del '43?

Ceferina: Yo estaba con la radio prendida, en la cocina y no me perdía los discursos de Perón, ahí, en Tolar Grande, en la cordillera. Por eso le digo que no me perdía discurso de Perón y lloraba porque parecía que Perón sabía lo que yo había pasado, lo que había sufrido en la vida. Yo lloraba porque, ¡Imagínese! qué haya un hombre que hable de la miseria que pasábamos los pobres.65

Doña Emma, docente de 80 años, recuerda como irrumpió la radio en los hogares de su pueblo natal.

Pregunta: ¿En su pueblo se escuchaba radio cuando usted era niña?

Emma: Por supuesto, la radio tuvo una importancia social impresionante. Fue uno de los medios masivos de comunicación imprescindible en todos los hogares. En Humahuaca, por entonces un pueblito pequeño de clima muy frío, la radio reunía a las abuelas todas las tardes en torno al fuego, del bracero primero y de los calentadores y estufas eléctricos después, para escuchar los capítulos de interminables novelones. Se maravillaban con los comentarios sobre modas, casamientos reales y nobiliarios de la vieja Europa. Atraía mucho a la gente escuchar toda clase de música. Beethoven irrumpió a través de altoparlantes colocados en la torre del Cabildo del pueblo. Lo curioso de esta costumbre pueblerina fue la influencia indirecta ejercida sobre las bandas de sikuris y tocadores de quena. Todos ellos tenían, musicalmente hablando, "oído absoluto". Sin conocer nada de música improvisaban nuevas melodías donde se intercalaban trozos de la música de Mozart, Bach y otros, fenómeno estudiado por el conocido Folclorista Dr. Justiniano Torres.

Pregunta: ¿Escuchaban emisiones dedicadas a la política nacional?

Emma: Las abuelas no se interesaban por esos temas. Los noticieros eran escuchados por las generaciones más jóvenes. La Segunda Guerra Mundial dividía las opiniones en dos bandos: a favor de Alemania o de los Aliados. Los hechos bélicos congregaban a los hombres del pueblo en la esquina de la botica para comentar y discutir las últimas noticias de la guerra.66

La radio alteró profundamente las vidas cotidianas con la difusión de ritmos musicales de moda (tango, valses y música de jazz), y la literatura folletinesca de los radioteatros. La publicidad adquirió dimensiones insospechadas y los productos ofrecidos invadieron todos los hogares.

Otra cuestión innovadora fue la llegada del cine. Concurrir al cine los domingos por la tarde -cuenta doña Zulema- era tan sagrado como ir a misa por la mañana. El cine sonoro, "reciente adelanto de la ciencia", aún era motivo de asombro. Hollywood se había convertido en fábrica de sueños y de estrellas. El cine introdujo modismos idiomáticos, saludos en inglés y tuvo gran importancia al modificar pautas culturales. Había un modelo de mujer para copiar, un galán para enamorarse. Se puso de moda, entre las niñas, coleccionar recortes de revistas con las fotos de sus artistas preferidos.

Cambiaron algunas actitudes frente al sexo opuesto como las miradas, los gestos, la sonrisa. Las jóvenes soñaban con transformarse en mujeres fatales, seductoras. Copiaban peinados, maquillaje y formas de vestir. El cine rompió con la pacatería provinciana a pesar de las prohibiciones paternales y de los dos entes de censura existentes en la ciudad, alarmada por "esos perniciosos espectáculos del biógrafo". En 1933 se nombró al prestigioso historiador salteño Dr. Atilio Cornejo,

"[...] Presidente de la Comisión Municipal de Censura de Espectáculos Públicos, creada a petición de la Asociación de Damas Católicas".67

También la Acción Católica tomó cartas en el asunto y resolvió:

"Moralización del cine: fomentando esa promesa o juramento que han contraído algunas congregaciones de Hijas de María, comprometiéndose a no asistir a films clasificados como malos".68

La Montaña, criticaba la censura y sostenía:

"Para mutilar una cinta vale más no darla. Un seminarista, una monja, un sacerdote y una dama virtuosa encendida en las llamas purísimas de la fe, juzgarán demasiado severamente y no querrán que las transparentes alas y vestiduras del espíritu se manchen ni con una sombra".69

La radio y el cine fueron medios audiovisuales de dimensión inusitada por su poder de penetración en toda la sociedad.

Los cines eran también espacios sociales y se clasificaban según la categoría del sector que solía frecuentarlos. Estas categorías eran explicitadas a través de los diarios.

Hacia 1931, el Cine teatro Güemes era " el cine de nuestra aristocracia", el viejo Teatro Victoria, clausurado, se había convertido en un "criadero de ratas". Ese año se inauguró el Cine Teatro Alberdi en pleno casco céntrico, (convertido actualmente en Teatro de la Ciudad). En el Cine Florida, de mucho menor categoría, el cuadro es tragicómico:

"... entre la densa humareda, salivazos y estornudos, no hay microbio que aguante el ambiente de taberna de dicho cine. Y el Cine Balcarce, en la zona de la estación ferroviaria, es de muy mala reputación y precio ínfimo”.70

Notas del capítulo 4

1       (1940) Bunge, Alejandro E. "Una Nueva Argentina". Buenos Aires. Kraft. Según el autor, el General Pedro Ferré en sus memorias atribuye la frase arriba citada a don Juan Manuel de Rosas. P. 265.

2       (1921) Diario "El Cívico Intransigente". Salta. Julio.

3       (1934) Diario "Nueva Época". Salta.

4       (1934) Idem documente anterior. En los fundamentos del proyecto de ley presentado al Senado de la Nación por Matías Sánchez Sorondo decía: "Dos tercios de las cargas impositivas recaen sobre los que apenas pueden pagar impuestos y un tercio sobre los que pueden y deben pagarlos. Casi todo el presupuesto se costea por impuestos al consumo de artículos de primera necesidad. En cambio los recursos personales están casi exentos de derechos, por eso el sistema es anacrónico y antisocial".

5       (1973) Germani, Gino "El concepto de marginalidad" Buenos Aires. Nueva Visión. Pp. 9 al 66.

6       Idem anterior. P. 49

7       (1889) Solá, Manuel "Memoria descriptiva de la Provincia de Salta" Buenos Aires. Imprenta Mariano Moreno. P. 220

8       (1972) Banco de Italia y Río de la Plata 1872-1872. Cien años al servicio del país. Buenos Aires. Brigerio Artes Gráficas.

9       (1994) Gauffín, Federico "En tierras de Magú Pelá". En el Chaco salteño el protagonista se encontró con un "turco". Al ver las mercancías que vendía le dijo: "[...] que pocas utilidades obtendría para tan largo viaje y que si algunas le quedaban no le cubrirían los gastos. El turco me dio a entender que no pensaba pagar (las baratijas) a sus acreedores [...] me aseguró que gracias a estos procedimientos ya tenía reunidos unos pesos y pronto se establecería con negocio" Edición Bicameral de Salta. P. 24.

10     (1944) Aráoz, Ernesto M. "Al Margen del pasado" Buenos Aires. La Facultad, P. 104.

11     Censo de 1914. Del Municipio Capitalino dependían: Aybal y Alvarado con 882 habitantes; Buena Vista 927; Castellanos 127; Coba Pasaje 120; Higuerillas 250; La Cruz y la Quesera 320; Lagunillas 273; La Isla 51; La Montaña 146; La Pedrera 43; Las Costas 101; La Troja y Pasaje 90; Nogués 180; Peñalva 248; Pichanal 157; San Lorenzo 117; Velardes 171.

12     (1915) Guía de la República Argentina. Buenos Aires. Editorial Kraft. P. 1621.

13     (1919) Diario "Nueva Época". Salta.

14     (1921) Idem anterior.

15     (1921) Publicación Oficial. Memorias de gobierno de Joaquín Castellanos. Obra citada. P. 831.

16     Idem anterior.

17     (1947) Publicación oficial. Revista Salta.

18     (1947) Idem anterior.

19     (1947) Idem anterior

20     (1935) Diario Nueva Época. Salta

21     (1940) Bunge, Alejandro. Obra citada. P. 265.

22     (1947) Revista Salta. Obra citada.

23     (1947) Idem.

24     (1930) Diario "La Provincia". Salta

25     (1944) Palacios, Alfredo "Pueblos desamparados". Buenos Aires. Editorial Kraft. P. 17.

26     (1997) Dávalos, Juan Carlos. Obra citada. Ver. "Los buscadores de oro" Tomo II. P. 95.

27     (1935) Diario "Nueva Época". Salta.

28     (1947) Informe Oficial. Revista Salta.

29     (1926) Diario "Nueva Época". Salta.

30     (1972) Cáceres Cano, Severo "Historia de un esfuerzo argentino. En las bodas de oro de YPF. Buenos Aires. Ediciones Theoría. P. 106.

31     (1994) Pojasi, Alejandro Historia de una región.. Salta Imprenta INTI. P. 104.

32     (1970) Caro Figueroa, Gregorio "Historia de la Gente Decente del Noroeste". Buenos Aires. Editorial Atlante. P. 192.

33     (1972) Cáceres Cano, Severo. Obra citada. P. 117.

34     El dirigente radical José María Decavi, ocupaba por esos años el cargo de Diputado Nacional por Salta.

35     (1930) Diario "Nueva Época" Salta.

36     (1938) Aráoz, Ernesto. "Palabras en el Parlamento". Salta. Librería San Martín. Pág. 73.

37     (1972) Cáceres Cano, Severo. Obra citada. P. 84.

38     (1947) Revista Salta. Obra citada.

39     (1921) Publicación Oficial. Memoria de gobierno de Joaquín Castellanos. Obra citada. P. 772.

40     (1980) Vázquez, Estela. Estado provincial y política económica. El caso de Salta. 1973-1984. Informe al CONICET. Mimeograf. Pág. 48.

41     (1998) Swenney y Domínguez Benavídez. "Robustiano Patrón Costas, una leyenda argentina". Obra citada. P. 95.

42     (1975) Gatti, Luis María. "Plantaciones, Campesinos y Manufacturas. Un análisis diacrónico de la articulación de clases en el Noroeste Argentino." Informe preliminar. Centro de Investigación social. Facultad de Ciencias Sociales. Universidad Nacional de Misiones. Inédito. P. 20 y 21.

43     (2001) Historia de vida de don Salvador. Anexo. N° 6.

44     (1935) Diario Nueva Época. Salta.

45     (1935) Idem anterior.

46     (1934) Idem anterior.

47     (1999) Historia de vida de don Blas. Anexo. N° 7.

48     (2001) Historia de vida de doña Lucrecia. Anexo. N° 3.

49     (1935) Diario Nueva Época. Salta.

50     (1934) Idem anterior.

51     (1919) Idem anterior.

52     (1934) Idem anterior.

53     (1935) Idem anterior.

54     (1915) Guía de la República Argentina. Editorial Kraft. Obra citada. Informe de Ricardo Aráoz. Pág. 1617.

55     (1940) Publicación Oficial. Memoria de Gobierno de Luis Patrón Costas. Bs. As. Editorial Kraft. P. 129.

56     (1992) Bazán, Armando. "Historia del Noroeste Argentino". Bs. As. Edit. Plus Ultra. P. 260.

57     (1921) Publicación oficial. Memoria de gobierno de Joaquín Castellanos. Obra citada.P. 367.

58     (1992) Bazán, Armando. Obra citada. P. 326.

59     Mariscal Tito: Apodo de José Brozovich, Jefe del Partido Comunista yugoslavo. Trabajador metalúrgico y paladín de la causa obrera, hubo de expatriarse en Rusia en 1935 por sus ideas comunistas. En el curso de la invasión nazi apareció en su país como guerrillero y con ayuda de Inglaterra se hizo con el poder. En 1945 se reorganizó Yugoslavia como nación comunista y Tito se erigió en dictador. Consideramos improbable que Tito haya estado en nuestra provincia. Alrededor del tema se tejió una leyenda y una poetisa salteña, doña Sara San Martín de Dávalos, solía relatar que en su juventud un apuesto yugoslavo había estado trabajando en una finca de su esposo y ella sospechaba, por su comportamiento y por la forma misteriosa en que desapareció luego de recibir una carta, que se trataba del famoso personaje. El nombre Tito es la sigla de la denominación "Taino Internazionale Terrorista Organizacione", surgida durante la segunda guerra mundial para luchar contra el nazismo.

60     (2001) Historia de vida de don Saturnino. Anexo. N° 7.

61     (1998) Historia de vida de don Carlos. Anexo. N° 9.

62     (1889) Solá, Manuel. "Memoria descriptiva de la provincia de Salta." Obra citada.

63     (1935) Diario Nueva Época. Salta.

64     (1989) Usandivaras de Torino, Zulema. "Un tiempo que yo viví". Salta. Ediciones Inti. P. 13.

65     (1999) Historia de vida de doña Ceferina. Anexo. N° 4.

66     (2001) Historia de vida de doña Emma. Anexo. N° 10.

67     (1933) Libro de Resoluciones y Decretos del Departamento Ejecutivo de la Municipalidad de Salta. Res. Nros. 69 y 73. Archivo Histórico Municipal.

68     (1937) Publicación de la Asociación de las Jóvenes de la Acción Católica. Nuevos Rumbos. Buenos Aires. Imprenta Guadalupe. Pág. 177.

69     (1932) Diario La Montaña. Salta.

70     (1994) Adet, Raquel y Jimeno de Pfister, Mercedes. Trabajo "Historia del Teatro Alberdi". Museo de la Ciudad. Inédito. Salta.

 

 

CAPÍTULO 5
1930, Salta regresa a la tradición