Volver Mapa del Sitio
HISTORIA DEL TABACO EN SALTA

 

La mayoría de los historiadores consideran al tabaco  cultivado por los pueblos indígenas de toda América desde épocas pre coloniales; una reseña histórica al respecto:
Epoca prehispánica: El tabaco es original de las tierras americanas, conocido por el hombre hace unos 18.000 años. Según investigadores, se  cultivó por primera vez  en la zona andina comprendida entre Perú y Ecuador, y se calcula que las primeras plantaciones  tuvieron lugar entre 3.000 y 5.000 años A.C.
Los Mayas: fueron los primeros que usaron las hojas de tabaco para fumarlas,  antiguas esculturas que datan de 1.000 A.C.  representan a sus sacerdotes  fumando  en una pipa, también se difundió el uso de sus hojas en medicina aplicado  a las heridas, con el objeto de mitigar dolores.
La costumbre de fumar no sólo era un pasatiempo social,  sino que también tenía un significado religioso e implicancias mitológicas,  folklóricas, en el arte y seculares. Los chamanes usaban ramitas secas, resina y hojas de plantas aromáticas incluyendo tabaco, que luego de inhalar el humo, experimentando los efectos placenteros de la hierba; pudo haber sido desde esta forma primitiva de “fumar-oliendo” que hayan evolucionado. Asimismo, el tabaco figura en el libro  Popol Vuh y en el Código de Madrid.
Los Aztecas: A diferencia de los mayas, le dieron  un carácter más social, aunque también incorporaron la inhalación del humo durante oficios religiosos de toda naturaleza, por ejemplo para realizar encantamientos y hechizos.
 Habían dos castas de fumadores: 1.- los fumadores de pipa de la corte de Moctezuma en cañas, pipas o mascaban las hojas para entrar en estado de éxtasis y 2.- los aztecas de las clases inferiores que enrollaban las hojas para formar toscos cigarros.
Existen documentos sobre  prácticas de un  sacerdote  que purificaba su templo con el yetl (tabaco) contenido en una calabaza, también durante sus largas caminatas, pero mezclado con cal y saliva, además, de considerarlo un eficaz profiláctico para contrarrestar las influencias maléficas de los hechiceros enemigos; en las bodas aztecas se usaban “las cañas de humo” que se llamaban Yetlalli junto con maíz y cacao molido y para aliviar los dolores de muelas.
El rito del “Calumet” o “pipa de la paz”: se practicaba entre las tribus de la gran pradera norteamericana mucho antes de que los colonizadores entraran en contacto con estas culturas. La ceremonia, revestida de un ritual mágico - religioso, podía tener un interés social, económico o político. Se la usaba cuando dirimían algún conflicto, lanzando a los cuatro puntos cardinales bocanadas de humo para pedir la ayuda del “dios de la pradera”. Después, la pipa iba pasando entre todos los asistentes a la reunión y una vez compartida la fumada, recién se discutían los problemas que los habían convocado.
La llegada de los españoles: Cuando  Cristóbal Colón  llegó por primera vez al Nuevo Mundo, al mismo tiempo se descubrió el tabaco, pues llegando a la Isla de San Salvador, los indígenas, les ofrecieron sus regalos más preciados, entre los que se destacaban “ciertas hojas secas”. Más  tarde, en un recorrido por la isla de Cuba, Rodrigo de Jerez y Luis de Torres observaron fumar por primera vez, fue así que Jerez pudo hacerse comprender entre los lugareños y probó un rico puro del Caribe, cuyo sabor y aroma le agradó mucho; es por esto,  que es considerado el primer fumador no originario de América que lo practicó fuera de ella; los lugareños de dicha  isla, hicieron lo mismo  a través de un instrumento conformado por un trozo de caña hueca en forma de ‘Y’ que llamaban “tobago o tobaco”, mientras que a lo que hoy denominamos tabaco, ellos lo llamaban “cohiva, cojiva o coviva”.
Bartolomé de Las Casas, afirma que el nombre de tabaco proviene del nombre de la pipa primitiva en forma de “Y”, a la cual los indígenas utilizaban para aspirar el humo de esta especie.
Al regreso de Rodrigo Jerez a España en tiempos de la Inquisición española, fue acusado inmediatamente de estar “asociado con el diablo” al ver que salía humo de su boca, por lo que lo mantuvieron  prisionero durante siete años. Cuando fue liberado, el hábito de fumar se había transformado en una costumbre extendida en el país, sentando él un precedente; la crónica del tabaco continúa luego a través de los viajes de los colonizadores.
En síntesis, puede decirse que: 1.- los incas lo llamaba “sayri”; 2.- los indígenas de Brasil  “petum”; 3.- algunas comunidades guaraníes  “peti”; 4.- los  aztecas “yetl”;  islas de las Antillas “Yeli”.
Durante la visita de Colón a Trinidad y Tobago, nombró a esta última isla con el nombre de la pipa de tabaco nativa. Además, que  los indios americanos tenían el hábito de mascar las hojas verdes de tabaco mezcladas con un polvo blanco y lo hacían en dos calabazas alrededor de su cuello, una llena con hojas de tabaco y la otra con un polvo blanco.
Durante el Siglo XVI,  los portugueses quienes comenzaron a plantar tabaco en  pequeñas granjas para las  necesidades personales.
 En Méjico,  se distinguió entre: a.- tabaco dulce comercial (Nicotiana tabacum) y b.- Nicotiana rústica. La segunda, fue la  primera clase de tabaco cultivado en Virginia (USA), luego la reemplazaron por la especie ‘tabacum’, que probablemente les llegó  de las Indias Occidentales y desde entonces ha sido el tabaco ligado al comercio, inclusive a Catalina de Médicis le  enviaron sus semillas y desde entonces fue incrementándose su cultivo.
 Su cultivo en América del Sur y Central: como  ya se dijo era conocido por diversas culturas de toda América antes de la llegada de los españoles. No obstante, la expansión de su  explotación comercial comenzó a finales del siglo XVIII cuando se convirtió en un importante componente de la economía en países  como México, Colombia y Cuba en el que la Corona Española, por mantener el control sobre la producción comercial designó zonas específicas permitidas para su cultivo, dando lugar a los primeros monopolios del tabaco o “estancos”, lo que implicaba la construcción de grandes depósitos donde se compraba y era procesado antes de ser exportado a Europa, bajo el fuerte control de la corona española y en Brasil por la corona portuguesa.
 A su vez, era un componente importante del comercio ilegal que comenzaba a crecer rápidamente en las más remotas zonas del Imperio Español, en donde los bucaneros británicos y holandeses lo compraban, por lo que la Corona Española llegó a despoblar algunas regiones productoras para frenar su efecto,  siendo un instrumento que socavó el colonialismo español, jugando un papel importante en su gradual decadencia.
A comienzos del siglo XIX, las poblaciones del noroeste de Europa se transformaron en los más importantes consumidores de tabaco latinoamericano y sus comerciantes  que habían ofrecido apoyo a la causa de América Latina para la independencia y cooperado para romper con el monopolio comercial español, se beneficiaron grandemente cuando las nuevas repúblicas latinoamericanas abrieron sus fronteras comerciales.
Los productores de Cuba, Brasil y Argentina producían una mejor calidad de tabaco, aunque a pequeña escala. Hasta mediados del siglo XX, el tabaco negro era de agricultura familiar.
Además de Cuba, famosa por su fino tabaco y los cigarros bien manufacturados, los primeros exportadores fueron Brasil, Colombia y República Dominicana. Lo hacían  en bultos de bajo precio y escasa calidad,  muy buscado, porque servía para ser mezclado con materia prima más cara proveniente de las Indias Orientales Holandesas, la  que años más tarde sería la región productora más importante de cigarros del mundo, pero los manufactureros europeos continuaron buscando otras variedades para combinar con el tabaco de Sumatra o Java y pronto encontraron lo que necesitaban en los países latinoamericanos antes enunciados.
El tabaco en Argentina. Como ya se dijo anteriormente, antes del inicio de diversos emprendimientos industriales que marcaron la historia del tabaco en Argentina, en Salta nacía una industria que fue verdaderamente la primera,  y ha sido la fábrica de cigarrillos “Villagrán”, que operó con las firmas comerciales “Manufacturas de tabaco El Valle de Lerma” y “Manufacturas de tabaco Ángel S. Villagrán”. Luego, la guerra entre España y Estados Unidos puso en jaque a la tradicional industria tabacalera latinoamericana y es en ese año cuando Juan Oneto y Juan L. Piccardo aprovecharon la coyuntura económica e instalaron una pequeña empresa para adquirir una rudimentaria máquina manual para picar tabaco. Al año siguiente se incorporaron Emilio J. Costa y Pedro Piccardo con nuevos aportes financieros.  Luego de una exitosa venta de 316.000 paquetes de cigarrillos, transformaron este micro emprendimiento en la que más tarde sería la “Compañía Nacional de Tabacos” y luego, la “Compañía Nobleza de Tabacos”, famosa por la continuidad en el mercado de sus cigarrillos “43” y uno de los principales emporios tabacaleros del país, que para el año 1910 ocupaba el primer lugar entre los elaboradores de cigarrillos finos de Argentina.
Historia de Massalín y Celasco: también llamada  “La Argentina”, se remonta al año 1900, cuando comenzó a elaborar productos de tabaco con las marcas comerciales “Arizona” y “Colorado”. El consumo de cigarrillos era el que más aumentaba, no sólo en el mercado interno sino que también algunas plazas europeas y de África del Sur consumían nuestros puros. Corrientes, Salta, Misiones y Tucumán, en orden decreciente, eran las provincias tabacaleras argentinas por excelencia.
 El Ministerio de Agricultura  realizó tareas en el cultivo del tabaco en la Chacra Experimental de Coronel Moldes, en Salta, donde se destacaron los trabajos de la Compañía Nacional de Tabacos –luego Compañía Nobleza de Tabacos– que realizó una serie de estudios de suelo y ensayos con tabaco tipo Virginia en Bonpland (Misiones), los cuales se extendieron  a las provincias de Corrientes, Chaco y Salta. Años más tarde se importaron por primera vez al país semillas de 27 variedades de tabaco Virginia y  comenzaron las experiencias con otras del tipo Burley y Maryland. Este aporte resultó crucial durante las crisis económicas por las que atravesó Argentina, como la de 1930, donde estos ingresos permitieron financiar gran parte de los gastos críticos del presupuesto nacional.
Con la dirección de John R. Whittington,  organizaron localmente la producción de semilla; entre los expertos que se formaron a su lado, se destaca el salteño Arturo D’ Andrea. La región del noroeste argentino, se focalizó en la difusión de los tabacos Virginia y Burley, prácticamente desconocidos hasta ese entonces, donde  además de las Estaciones Experimentales de Cerro Azul (Misiones) y Coronel Moldes (Salta), fueron creadas las de Chicoana (Salta), Perico (Jujuy), Villa Alberdi (Tucumán), Villa Dolores (Córdoba) y Goya (Corrientes).
A modo de síntesis, puede decirse que predominaba la producción y consumo de tabacos criollos o indígenas, con escasa importancia de los tabacos claros de origen extranjero; la producción nacional no alcanzaba a cubrir los requerimientos del mercado nacional; la industria empleaba el tabaco argentino casi exclusivamente en la fabricación de cigarrillos de bajo precio, mientras que la materia prima importada se empleaba en su totalidad para la fabricación de cigarrillos de mayor valor; los productores del litoral  carecían de la calidad necesaria para satisfacer al mercado nacional, mientras que los del NOA habían avanzado en el logro de mayores niveles de calidad.
En consonancia con la creación del Fondo Tecnológico Nacional – antecesor del futuro Fondo Especial del Tabaco creado en–  la producción tabacalera creció sostenidamente, a través de la creación de cooperativas en cada una de las provincias tabacaleras.
El cultivo del tabaco en Salta durante la época colonial.
La fundación de la ciudad de Salta por Hernando de Lerma, fue ordenada  para que sirviera como punto intermedio entre el Perú y el litoral marítimo atlántico y que estuviera situada en un lugar estratégico para el control de las principales “abras” que vinculaban al Valle de Lerma con el de Calchaquí, para  controlar el comercio a través del Camino del Perú, que por aquel entonces se iniciaba en la Quebrada del Toro.
Si bien existían diversas especies en América del Sur, se considera que los primeros cultivos comerciales   fueron promovidos por los jesuitas. Hasta mediados del siglo XIX, la fabricación de cigarros y cigarrillos permaneció sujeta a las condiciones de la economía colonial, por tal motivo,  desde España se prohibieron  las siembras, fabricación, venta de  productos y subproductos que no estuvieran autorizados por el monopolio real. Esto fue así, porque precisaba  grandes cantidades de recursos económicos para afrontar los cuantiosos gastos originados por las guerras europeas;  por eso decidió el control absoluto sobre dos productos que no resultaran de primera necesidad para la población, como el tabaco y los naipes.
 Originalmente, Salta no fue favorecida en la selección de las zonas productoras por estar rodeada de abras o quebradas, pues se hacía muy fácil el cultivo clandestino y el contrabando a través de diferentes pasos en las montañas, por tal motivo, se estableció la Administración del Estanco –sistemas monopólicos de comercialización de determinados bienes por parte de la corona española- de Tabacos en San Salvador de Jujuy y  su producción en  el Valle de los Pericos,  porque allí poseía las ventajas de ser un importante puerto seco de paso hacia el Alto Perú y  fácilmente controlable dada su escasa área de cultivo; posteriormente también se autorizó el cultivo de tabaco en Tucumán.
A raíz del fracaso del funcionamiento de las Administraciones en Jujuy y  Tucumán y por diversas gestiones del Cabildo de Salta, se dispuso finalmente establecer en Salta la Administración General y la Factoría de la Renta del Tabaco, siendo sede única para el abastecimiento de toda la región e incluso de otras zonas más distantes como Buenos Aires y Cuyo; mas adelante, el cultivo  se extendió a otras localidades, como Ampascachi y Guachipas.
La fábrica de cigarrillos de Villagrán. 
Ha sido la primera a nivel país y en Salta, que operó con las firmas comerciales “Manufacturas de tabaco El Valle de Lerma” y “Manufacturas de tabaco Ángel S. Villagrán”, quien fue su dueño, contando con sus propias plantaciones de tabaco  en la localidad de Chicoana. En un comienzo, los métodos artesanales de fabricación, le permitían realizar los conocidos cigarrillos “cabeceados”, hasta que logró incorporar modernos equipos para su manufactura.
Producía tres tipos de cigarrillos: 1.- “Industrial”, de tabaco negro; 2.- “Especial”, de calidad intermedia y 3.-“Virginia”, de una calidad superior. Además, se producía el tabaco para el armado de cigarrillos a mano, de consumo generalizado. La producción  se realizaba en calle Florida 550, empezó con medios rústicos y artesanales, para de a poco incluir sofisticados equipos de origen alemán.
Al fallecer Ángel S. Villagrán, la fábrica continuó a cargo de su esposa, Ramona Guzmán de Villagrán. No obstante, luego la familia se la vendió a Amancio Insaurralde, empresario proveniente de Misiones que comercializó con marcas como: Alabama, Huracán y Vicuña, entre otras.
 La fábrica de cigarrillos de los Hermanos Castelli. |
Eugenio Castelli, nacido en Venecia, Italia, se casó con Aurelia Iñigo y tuvo trece hijos, tres de los cuales continuaron con el negocio familiar. Empezó su emprendimiento tabacalero en Chicoana, puso el Hotel Castelli –en la casa que luego perteneció a Emilio Viñuales–. Posteriormente, en Salta,  instaló una zapatería en Caseros al 700 y luego una fábrica de cigarrillos en su propio domicilio, en la calle Caseros 76.
 Conformó la sociedad “Castelli Hermanos” entre sus hijos Atilio, Eugenio y César, dando lugar  a la empresa “Manufactura Tabacalera del Norte S. A.” e inscribió la marca comercial “12 Cigarrillos Salteños Güemes”. Los de menor calidad se elaboraban con tabaco Criollo, mientras que los de mayor calidad, con el tipo Virginia importado desde California. Además,  se les agregaban aromatizantes diversos, como la miel, que se producía artesanalmente en el fondo de la fábrica de Pellegrini 76.
La familia, obtuvo diversos premios por su actividad empresarial por parte de la Sociedad Rural Salteña y otros a nivel nacional e internacional, aunque  se vio fuertemente afectado por la crisis del año 1930, no obstante continuó funcionando hasta la muerte de Eugenio, en 1.944.
La fábrica de cigarrillos de Pedro Bages.
Operó con el nombre de “Fábrica y Casa Introductores”, pero no tuvo proyección y desapareció sin dejar rastros.
Cuando presidía Roque Sáenz Peña, se creó la “Compañía Nacional de Tabacos”, que nucleaba capitales públicos y privados;  años después, al pasar a manos privadas,  se denominará “Compañía Nobleza de Tabacos S.A.”.
Tiempo más tarde, Piccardo y Cía. se transformó en sociedad anónima; ambas compañías fueron las causantes del inicio de una producción de tabaco sistemática y organizada en el Valle de Lerma y generaron una mejora continua en los procesos técnicos de producción.
Situación económica de la provincia de Salta. Su  situación  fue sumamente afectada por la crisis de 1929.  Con respecto a la producción tabacalera, si bien se iniciaba una demanda de la producción salteña de manera más continua y sistemática por parte de la Compañía Nacional de Tabacos y por Piccardo y Cia., ésta requería principalmente tabaco criollo proveniente de Corrientes y escasamente se nutría de la producción de Salta, luego ocupó el predio sobre Avda. Entre Ríos y Virrey Toledo.
Los principales productores. El inicio del cultivo del tabaco a comienzos de siglo, se apoyó en las grandes haciendas que hasta ese momento se dedicaban a la cría de ganado, que  estuvo basado en una estructura de alta concentración de la tierra y del agua de riego. Algunas de las principales haciendas del sur del Valle que iniciaron la actividad tabacalera, fueron Ampascachi, Calvimonte, Las Moras, El Carmen, El Bañado y otras.
En las dos primeras décadas del Siglo XX, productores como Agustín Zamora, Néstor Patrón Costas, Guillermo Pellegrini y Luis D’Andrea, prácticamente abastecían en su totalidad este reducido pero creciente mercado. En este período, dos familias de italianos –los D’Andrea y los Pellegrini –dieron lugar a varias generaciones de tabacaleros, a la par que compraron tierras en ambas márgenes de la ruta que une Chicoana con El Carril, convirtiéndose en  los principales iniciadores a gran escala.
Luis D’Andrea, provenía de Udine, norte de Italia, y a su ingreso en Argentina, trabajó como camarero en el ferrocarril que unía Buenos Aires con Salta. En uno de esos viajes, conoció a Indalecio Gómez, quien lo invitó a ser su administrador en la Finca Pampa Grande. Luego de algún tiempo cumpliendo esta función, tuvo el apoyo de su jefe para comprar las tierras de la Finca Buena Vista en Chicoana, donde inició el cultivo del tabaco. Sus hijos Lucio, Luis, Humberto y Carlos, así como sus nietos y bisnietos continuaron esta tarea, y  varios de ellos fueron destacados dirigentes del sector tabacalero.
Guillermo Pellegrini también provenía de la misma región que los D’Andrea, compraron las Fincas San José y La Población y junto con la familia Zamora de El Carril, que   poseía las fincas Las Barrancas y La Loma, iniciaron un negocio de acopio de tabaco para ser vendido a la empresa Societá Anonima Tabacchi Italiani  (SATI), que se enviaba vía ferrocarril hasta Buenos Aires. Normalmente entregaban su producción a la Compañía Nobleza de Tabacos, pero luego de superar el cupo establecido, junto con la producción recibida en consignación de otros productores comercializaban con  la empresa SATI, Luego, sus hijos –Hugo y Alejandro Pellegrini– continuaron con la explotación de la finca y el comercio de tabaco a consignación, aunque tiempo después a pesar de su éxito inicial, las operaciones comerciales finalizaron en bancarrota.
Todas las fincas de ese entonces eran agro – ganaderas y se fueron transformando en agrícolas (tabacaleras) por impulso del apoyo crediticio de la Compañía Nobleza de Tabacos, especialmente para la construcción de estufas.
Finca Las Moras de Néstor Patrón Costas. Representaba un modelo de sistema productivo característico de esta época. Néstor, era hermano de Robustiano Patrón Costas, quien en combinación con la firma Piccardo, llegó a ser el productor más importante de Argentina en esta época, superando el 1.000.000 de kgrs de tabaco Criollo, Burley y Virginia producidos en su finca. Si bien se hace mención a  Finca Las Moras, ésta integraba a otras que luego se dividieron, tales como Chivilme, La Troja, El Simbolar, La Maroma y La Hoyada.
Su sistema productivo, estaba basado en el trabajo conjunto de los llamados “socios habilitados”, a quienes se les daba dinero adelantado que se descontaba de las entregas finales de tabaco, y de mano de obra migrante o “los botudos”, controlada por capataces de la finca .  Este financiamiento se lo hacía a través de las provedurías instaladas en la propia finca, de las cuales una de las más famosas fue la de Tomas Abán, padre del conocido folclorista de Chicoana, Carlos Abán.
En Finca Las Moras, también se llevaron a cabo una serie de estudios y avances tecnológicos de importancia al establecerse en sus terrenos la Estación Experimental de Chicoana, con recursos del Ministerio de Agricultura de la Nación. Por su amistad con John R. Whittington, Néstor Patrón Costas también participó de un tratamiento muy particular por parte de la Compañía Nobleza de Tabacos. Esta finca, luego continuó siendo explotada por su sobrino, el militar Luis María Patrón Costas.
Finca El Carmen de Benjamín Figueroa. También fue una de las más importantes del sur del Valle de Lerma, se dedicó a la producción de tabaco criollo. Figueroa, era además administrador de Finca Las Moras de Néstor Patrón Costas y  el primer apoderado de la firma Piccardo y Cía. En 1949 se la vendió  a Isidro Amat, Manuel Rey y Germán López. Este último, era un empresario proveniente de Buenos Aires quien luego fundaría una importante empresa de acopio de tabaco, principalmente del tipo Criollo, con base en Coronel Moldes; en sus momentos de esplendor, llegó a reunir más de 2.000 empleados transitorios. 40Isidro Amat era padre del productor tabacalero Carlos Alberto “Liqui” Amat, quien  fue diputado provincial por el Partido Unión Provincial y abuelo de Esteban Amat Lacroix, actual presidente de la Cámara del Tabaco de Salta y además,  de la Cámara de Diputados de Salta.
Finca Ampascachi. Este gran latifundio de 25.000 has, pertenecía a Agustín Usandivaras, pasando luego a las familias Van Hall y Krupp. Esta finca trabajaba principalmente mediante el sistema de “socios habilitados”. La participación como “socios”, se hizo extensiva luego de la sanción del Estatuto del Peón Rural en el año 1944, finalizando su relación como empleados. También, al momento de la plantación de tabaco criollo, se juntaban más o menos 1.000 personas, que llegaban en tren tanto desde Bolivia como del norte de  Salta.
Otros productores de importancia. Se puede mencionar a Steve Leach de Finca Calvimonte, que pertenecía a la firma de los Hermanos Leach, dueños del ingenio  La Esperanza en Jujuy. También es importante destacar a otros  de  esta época, como Oscar y Carlos Frías de la Finca Peñaflor;  familia Zapata de las fincas Las Lajas, Pulares y El Puerto; Fermín y Normando Zúñiga de Osma y Entre Ríos, y a Emilio y Bonifacio Lamata de la Finca El Bañado, quienes llegaron a acumular grandes fortunas con la producción tabacalera, basándose principalmente en el trabajo de productores medieros.
La gran expansión de la producción tabacalera en Salta 1945/1955
Etapa de producción tabacalera a escala industrial. Durante la presidencia de Edelmiro J. Farrell, se estableció la planta industrial de la Compañía Nobleza de Tabacos en Salta a la que se denominó “Planta Primaria Zuviría”, aunque el período peronista fue el más importante para su expansión y consolidación, promoviéndose  en el interior la instalación de firmas nacionales, donde participaron varios personajes de la vida política y económica.
Antes de la segunda guerra, la misma instaló sus oficinas en Estación Zuviría (El Carril), con la destacada  participación de Arturo D’Andrea, hijo de Luis D’Andrea,  a lo que se sumaron Angel Gubiani y Carlos Walter Visich.
La presencia de John Whittington y su esposa Louise Pendry –quien había dejado su cargo como periodista de la revista Reader’s Digest en Pleasantville, Nueva York, para casarse–  marcaron una nota de color permanente en la década de 1930 en el ámbito del Valle de Lerma, por sus costumbres tan diferentes a las de ese entonces.
Su presencia significó el mayor emprendimiento industrial del Valle de Lerma de ese momento, al igual que con la firma Piccardo y Cía, la cual si bien desarrollaba sus actividades comerciales con productores salteños desde comienzos de siglo, se estableció definitivamente en Salta en 1949 como Manufactura de Tabacos Piccardo y Cía. Ltda. (Nobleza – Piccardo, 1987), a partir de los contactos comerciales con dos empresarios de Salta, los señores Néstor Patrón Costas, de Finca Las Moras y Benjamín Figueroa, de Finca El Carmen; ambos empresarios fueron notables representantes del conservadurismo salteño.
 De igual manera que en los dos casos anteriores, ocurrió con la empresa Massalín y Celasco (Alejandro, Pedro y Gustavo Massalín y Horacio Celasco) quienes,  gracias a la participación de algunas familias tradicionales salteñas –Alberto, Ricardo, Joaquín y Carlos Durand– le  permitió instalarse en Rosario de Lerma. Los Durand, además de ser importantes operadores en el negocio de la carne, fueron los iniciadores del cultivo de tabaco tipo Virginia en la zona, aunque debe destacarse en la vida política provincial la figura de Ricardo Joaquín Durand, quien fue  dos veces gobernador de Salta, aparte de otras representaciones democráticas.
No obstante, su cultivo se desarrolló tardíamente en Rosario de Lerma, puesto que en un comienzo se consideraba que el exceso de lluvias no permitiría un buen desarrollo de la producción, especialmente para el tabaco Criollo y Burley; con la introducción de las variedades de Virginia, esta zona se fue especializando en este tipo de tabaco. También,  Martín y Mariano Saravia Cornejo, quienes eran socios de Alberto Durand,  promovieron la producción e industrialización del tabaco. Ambos hermanos participaron activamente en los momentos iniciales de la instalación de Massalín y Celasco S. A., cediendo galpones para el acopio y actuando en la administración.
Otros productores que se destacaron durante la etapa inicial de Massalín y Celasco fueron Zenón Torino, de Finca La Florida; Luis Eduardo Rodríguez, de Finca El Timbó y Avelino Aráoz, de Finca El Carmen.

Otras empresas tabacaleras presentes en Salta. A la Manufactura de Tabacos Villagrán SRL que ya existía desde fines del siglo XIX, se le sumaron otras nuevas, como: José Mouriño y Cía,  que tenía su galpón de acopio en la calle Belgrano al lado del Banco de la Nación Argentina; Tabacos del Norte, de Salomón M. Franco SRL. Posteriormente se sumaron Simplex S. A., de José A. Ferradás; Frutos Argentinos SRL; Germán López y Cía. y la Manufactura de Tabacos “Particular” de V. F. Grego S. A.

La fiesta provincial del Tabaco
Tuvo sus inicios en Chicoana en el año 1.947 que  se correspondía con el festejo del “Día de la Pachamama”; más tarde,  pasó a ser sustituida por la “Fiesta del Agricultor” en honor a San Isidro Labrador. La misma, se convirtió en una ceremonia tradicional en el  Valle de Lerma, a la que se le sumó la elección de la Reina del Tabaco,  declarada de interés provincial y luego se la elevó a Fiesta Nacional del Tabaco, donde la  primera Reina del Tabaco recayó en  Natividad Costa.

Creación del Fondo Especial del Tabaco–FET
Se creó durante  el gobierno de Juan Carlos Onganía. Se financiaba a partir del impuesto del 7% del precio de venta al público de cada paquete, convirtiéndose en un instrumento político de primer orden y como medida de protección  por más de medio siglo.
Una de las figuras claves  fueron el Dr. Darío Felipe Arias, el Gral. Héctor D’Andrea, Teodoro Cornejo Becker, Jorge Zorreguieta, titular del Centro Azucarero del Norte y Faustino Echenique, representante por Jujuy.
Cabe destacar que el contexto macroeconómico impulsó el desmantelamiento de la industria nacional, con la apertura económica indiscriminada a capitales transnacionales, por lo que empresas nacionales como Massalín y Celasco SRL y la Compañía Nobleza de Tabacos Ltda.,  pasaron a manos de capitales norteamericanos: la primera a Philip Morris y británicos, la segunda a British American Tobacco. Las firmas Imparciales y Particulares, fueron compradas por Reemtsma Fabriken, de Alemania, inaugurando una etapa de transnacionalización irreversible de la industria tabacalera argentina.
A partir del 2.018, el Poder Ejecutivo de Salta dispuso  la apertura de una cuenta corriente especial en el banco Macro para que se acrediten automaticamente los recursos del Fondo Especial del Tabaco (FET) depositados por Nación.

El nacimiento de las instituciones madres del sector tabacalero:
1.- Cámara Regional de la Producción (CRP): Presidente, Dr. Darío F. Arias.
2.- Cooperativa de Productores Tabacaleros de Salta (COPROTAB): orientada a resguardar los intereses del conjunto de las producciones regionales
3.- La Cámara Arbitral del Tabaco. Primer organismo biprovincial – Salta y Jujuy–,  tuvo participación efectiva en la defensa de una mayor transparencia en la comercialización del mercado tabacalero y funcionaba dentro dicha Cámara. Sus referentes: Eduardo Arias, Rafael Pérez Vidal y Miguel Ángel Martínez Saravia. No fue un organismo gremial.
4.- Cámara del Tabaco de Salta: Creada en 1.963 e impulsada por un grupo de productores del Centro Agrario de Chicoana bajo la presidencia de Miguel Ángel Martínez Saravia. Objetivo: crear un organismo gremial propio; finalmente, se resolvió que sería un órgano anexo a la Cámara Regional de la Producción. La reunión constitutiva, pasará a la historia como su  fecha de creación. Asimismo, se   resolvió que se podría sustentar   con  el  3% del importe de los tabacos producidos en la provincia de Salta.
Socios fundadores: Aguilera (h) José; Arias, Eduardo; Bridoux, César Edgardo; Causarano, Manuel; Cornejo Becker, Teodoro; Correa, Baldomera J. de, D´Andrea, Carlos; D´Andrea, Luis; Diez, Guillermo; Durán, Jaime; Fernández Acevedo, Florencio; González, Argentino; Martínez Saravia, Miguel Ángel; Montes, Alberto D.; Núñez, José Antonio; Parra, Antonio; Rebuffi, Esteban; Robles., Rodolfo; Saavedra, Félix Armando; Sosa Arias, Oscar, Soto, Raúl; Usandivaras, Ángel Manuel; Valdez, Carmelo y Winter,

Su primer presidente fue Guillermo de Winter,  le siguieron Teodoro E. Cornejo Becker,  Juan José Fernández García, líder de una importante comunidad de migrantes españoles establecida en la década del ’60 en el Valle de Lerma; posteriormente, Miguel Ángel Martínez Saravia,  Humberto D’Andrea, entre otros.
Se inició con 35 asociados,  luego se sumó la totalidad  y a partir de ella nacieron las demás organizaciones sociales del Complejo Agroindustrial Tabacalero.
Entre los dirigentes de origen español que gravitaron fuertemente en ese período, es importante mencionar a Manuel Justicia, Manuel Alfaro Justicia, Manuel Céspedes Alfaro, Miguel Resina Pérez, Francisco Ruiz Molina, Luis Muñoz Martínez, Agustín Alonso Torrecillas, entre otros. Asimismo, productores relacionados con familias propietarias del Valle de Lerma, tales como Cornejo Becker, D’Andrea, Barrantes, Usandivaras, Patrón Costas, Solá, etc.,  también se le sumaron a esta organización apellidos hasta  entonces casi desconocidos en ese ámbito, como  Montañez, Choque, Fernández Acevedo, Valdez, Illescas, Cedolini, Rebuffi, Causarano, Aguilera, etc, como asimismo, los aportes de productores surgidos de una pequeña migración eslava radicada en la zona de Chicoana (Visich, Covacich, Samardzich, Rupnik, Galich, etc) y de una migración de “Pieds noirs”, procedente de Argelia y radicada en Rosario de Lerma  con apellidos tales como Liverato, Miraval, Dalmas, Bessiere, Bonnal y otros.
 Durante los ’70, numerosos trabajadores bolivianos, que comenzaron su relación con el tabaco como migrantes “golondrinas”, lograron transformarse en productores independientes aunque manteniendo su relación como “socios” o “arrenderos” de las principales fincas tabacaleras. Apellidos como Cayampi Vinchaca, Chacón, Uyuquipa, Huaranca, Huallpa, Huanca, Ramírez, Socaño, Zárate, Cayampi, Alaca, Rojas y otros, pasaron a ser parte  del escenario tabacalero salteño, por lo que la composición de los asociados de la Cámara del Tabaco y sus propios dirigentes, reunió desde sus inicios a productores de los más diversos orígenes.
La independencia de la Cámara de Tabaco de Salta respecto a la Cámara Regional de la Producción. Surge como consecuencia de un acontecimiento relativamente trivial por contradicciones entre dos grupos de productores con intereses encontrados, donde se aducían  anomalías en la administración de los fondos del FET; se abría entonces una de las novelas políticas más resonantes que tuviera la historia de sector tabacalero. La crisis surgió en el seno de la Cámara Regional de la Producción (CRP) con Teodoro Cornejo Becker sobre malversación de fondos y acciones fraudulentas del entonces presidente de la Cámara Regional de la Producción.
Si bien Cornejo Becker fue el principal autor de la protesta, esta acción fue capitalizada políticamente por el líder de la producción tabacalera, el radical Miguel Ángel Martínez Saravia, que aspiraba asumir la gobernación de la provincia. Logró unificar al conjunto del arco político para repudiar las medidas del gobierno provincial,  a través de movilizaciones,  logrando gran repercusión a nivel nacional, para luego posicionarse en  la presidencia de la Cámara del Tabaco de Salta.
            Separadas ambas cámaras,  lanzó una serie de medidas que tendieron a consolidar el Complejo Agroindustrial Tabacalero desde su faz gremial y organizativa. Con el apoyo y el financiamiento nacional del Fondo Especial del Tabaco, se inició una etapa de fuertes inversiones y de creación de ámbitos organizativos que configurarían en el futuro las características básicas del Complejo Agroindustrial Tabacalero de Salta.
5.- La Creación de la Coprotab – COPROTAB. Surge con el nacimiento de la Cámara del Tabaco, el apoyo del Fondo Especial del Tabaco y del Gobierno de la Provincia de Salta.
Cooperativa La Isla Ltda. Se  inició en 1.959 con 72 socios fundadores,  en terrenos cedidos por la familia Sanz Navamuel en la localidad de La Isla (Cerrillos), allí se construyeron un galpón y  oficinas que dieron comienzo a este emprendimiento cooperativo.  Muchos de sus miembros,  eran españoles agricultores emigrados entre las décadas de 1960 y 1970,  que  de a poco fueron introduciendo el cultivo de tabaco, especialmente Burley y en menor grado Criollo. La misma, tuvo un gran desarrollo inicial  contando con diversos servicios para sus asociados, como la provisión de insumos  o la gestión de una playa para la comercialización de sus productos hortícolas en el Mercado San Miguel.
El primer presidente, fue Carlos D’Andrea;  su primer gerente, Marcelo Isasmendi, mientras que uno de los primeros responsables para la construcción de las instalaciones de Estación Alvarado, fue Pedro Villagrán, dando inicio a la construcción de uno de los complejos agroindustriales más importantes del Noroeste Argentino.
Se pueden mencionar a productores como: Fernando y Miguel Sanz Navamuel; Francisco y Martín Ruiz Molina; Manuel Justicia; Manuel y José Céspedes Alfaro; Mario, Ricardo y  Bartolomé López; Luis Muñoz, José Pérez, José y Antonio Villegas Rodríguez, Mario Falco, Hugo Arrostito, Bernardo Liendro, Francisco Aguilera y otros. Se ocuparon en total más de 20 has de tierras  para la actividad agroindustrial.
Logró sortear la fuerte crisis durante la dictadura militar que con su modelo neo liberal, agro exportador,  provocó la destrucción de la economía nacional y regional, arrojando una aguda recesión. A causa de ello, la COPROTAB propició la creación de un “Tabaco Virginia Salteño” que resguardara los intereses de los productores y evitara el control monopólico de las empresas sobre las variedades disponibles.
La adquisición de equipos modernos convirtió a la COPROTAB en la empresa tabacalera más moderna de Argentina.
En 1989, asume anticipadamente Carlos Menem, quien asiste a la  tradicional FERINOA de ese año, donde se acordó encarar un “Programa de crecimiento tabacalero”, lo que significaba una inversión de 30 millones de  dólares en concepto de ampliación de la red de gas, construcción de estufas y apoyo financiero a los productores, implicando un fuerte endeudamiento del sector.
               El  año 1993, fue uno de los más duros para la institución, pues  el  alto pasivo y el    gran costo financiero de las operaciones comerciales, pusieron en riesgo la continuidad de la empresa, iniciándose la reestructuración del personal con una reducción  del  40%. Ante ello, se comenzaron negociaciones con los tres dealers que se operaba en ese entonces: Dibrell Bros, Gebrueder Kulenkapff e Intabex, que luego de diversas negociaciones y fusiones da como resultado a la empresa Alliance One Internacional, con quién continuó trabajando la COPROTAB.
Con la llegada de Néstor Kirchner el nuevo escenario estuvo marcado por un  cambio competitivo y un saldo positivo en las cuentas fiscales del estado, lo que dio estabilidad al modelo e hizo más rentables los negocios de exportación, que  habían sido fuertemente castigados durante largo tiempo; en este período gran parte de la presidencia, estuvo a cargo de Miguel Resina Pérez, productor de la zona de Gral. Güemes, quien introdujo importantes cambios en la empresa, lo que se reflejó en una magnífica expansión del procesamiento fabril.
En síntesis, puede decirse que es una moderna empresa que comercializa la producción de tabaco de sus asociados y acopia más del 50% del mercado salteño (el 23% del mercado nacional); desarrolla sus actividades en un predio de 36 Has.;  posee una superficie para el estoqueo de 90.000 m2 y  una capacidad de procesamiento de tabaco de 10.500 Kg/hs, además, de las acreditaciones de las normas IRAM – ISO.

Otras instituciones del sector tabacalero salteño
1.- Cooperativa de Crédito, Vivienda y Consumo “Tabaco Salta” Limitada.
a)  Objetivo: apoyar crediticiamente a los productores asociados para la adquisición o construcción de viviendas individuales y/o colectivas.
b).- Primer presidente: Nicolás Arias.
c).- Económicamente, se sostenía con  fondos provenientes de  una porción de la producción anual de cada productor.
2.- Asociación Mutual de Productores Tabacaleros de Salta.
a) Objetivo: brindar servicios a los tabacaleros con la cobertura por inclemencias climáticas;  fomentar  ayuda social recíproca de toda índole entre  sus miembros; artículos  para el hogar y la actividad agropecuaria e insumos para el agro.
3.- Subsidio Mutual contra Inclemencias Climáticas – SUMICLI.
a) Objetivo: Servicios de seguros contra incendios de estufas y riesgos de trabajo, realizando tareas de capacitaciones zonales con los productores y encargados de finca,  a través de un plantel de profesionales de seguridad e higiene, especializados en las actividades aseguradas.  Es una Institución sin fines de lucro.
4.- Los pequeños productores de Cachi y el cultivo de tabaco oriental.
a) Objetivo: Sustituir importaciones realizadas desde Europa Oriental y Turquía para realizar los blends de las marcas comerciales argentinas; lamentablemente esta experiencia no encontró una demanda sostenida entre las empresas locales.
5.- La creación de UPPAS.
a) Objetivo: Frenar el intento de colonización en lotes fiscales de migrantes laosianos durante el gobierno del Cap. Augusto Ulloa, en especial del lote Nº 27 de Tolloche.
Se  propuso que la tierra sea entregada a los pequeños productores, luego, con el impulso del ex gobernador  Roberto Romero, se crearon diversas filiales de UPPAS en las localidades de El Bordo,  Apolinario Saravia, El Quebrachal, Joaquín V. González, Aguaray y Valle de Lerma.
6.- La APPAM –Asociación de Pequeños Productores de Coronel Moldes.
a) Objetivo: Evitar  desalojos compulsivos de arrenderos y empleados de la finca Ampascachi en el año 2004 y reivindicar a los pequeños productores del Valle de Lerma por la tierra.
Se inició con 36 socios, quienes se asentaron en tierras fiscales de la provincia de Salta –en terrenos de la ex Granja Experimental de Puerta de Díaz, de aproximadamente 500 Has–.Su gran limitación para la producción agrícola es la falta de acceso al agua y el escaso capital con que disponen. Casi todos sus integrantes fueron trabajadores rurales y en algunos momentos, pudieron acceder a la producción autónoma de tabaco, principalmente del tipo Criollo.
7.- La APPAG – Asociación de Pequeños Productores de Guachipas; APPAT–Asociación de Pequeños Productores de Talapampa.
a) Objetivo: acceder a diversas fuentes de financiamiento para la compra de maquinarias y la explotación comunitaria de parcelas hortícolas.
Estuvo constituida por una veintena de productores, su principal dirigente fue Reynaldo Gómez; actualmente se encuentra desmembrada.
8.- Pequeños productores de Apolinario Saravia y Cooperativa Anta Ltda. Comenzó con tabaco Criollo,  por iniciativa de la Compañía Nobleza de Tabacos, la que luego  desarrolló experiencias de producción con tipo Burley, a la que se le sumaron otras firmas acopiadoras, tales como Massalín – Particulares, INTABEX, Pascuzzi e Hijos y Germán López, aunque no resultaron positivas por deficiencias en el secado del tabaco. 
 Se recuerda como pioneros de la producción tabacalera de Anta, a José Romera y Juan José Vaca, a quienes se les sumaron otros más. Con el tiempo, se llegó a constituir un grupo de más de 500 productores, los que llegaron a tener un gran peso político en el sector, imponiendo la mayor parte de las veces sus propios candidatos en la Cámara del Tabaco de Salta. Los productores en su gran mayoría eran provenientes de Bolivia, especialmente de la zona de Camargo.
9.- Cooperativa Anta Ltda.
a) Objetivo: Crear una Agencia de Extensión del INTA en Apolinario Saravia.
Impulsor: Lucas Ancich, con  fuerte influencia en el desarrollo productivo de la zona, la misma se convirtió de intermediaria en el acopio de la producción local para su comercialización posterior, tanto a la empresa INTABEX como a la COPROTAB.
El gran volumen de acopio le brindaba una gran autonomía,  además, el aporte económico de sus socios, le sirvió para lograr un rápido crecimiento y una multiplicación de las acciones societarias.
No obstante,  luego de la Guerra de Malvinas, la demanda de tabaco en la zona se redujo notablemente, por lo que el sector  atravesó una de sus peores crisis debido a que había un excedente del mismo sin comercializarse.
 Finalizada la producción tabacalera en la zona,  se siguió vendiendo tabaco procedente de otros lugares como originario de Apolinario Saravia, a fin de conservar la Delegación zonal de la Cámara del Tabaco de Salta y para mantener una serie de servicios destinados a los productores locales. Asimismo, con el  nuevo gobierno de Carlos Menem, se implementó un plan de construcción de estufas comunitarias que abarcaba dicha la zona para la promoción del cultivo del tabaco Virginia; para esto, participaron fuertemente  la COPROTAB y  la Cámara del Tabaco de Salta.
           
Los principales productores durante las Décadas 50 y 60.
Fueron varios los productores que se destacaron como exponentes de este período de consolidación del Complejo Agroindustrial Tabacalero de Salta, como por ejemplo:
a.- Chicoana: José y Vicente Cadena Oros, de fincas San Miguel, San Isidro y El Pedregal; Emilio Viñuales, Hever Demayo, de Finca Santa Victoria; Joaquín Zerda, fincas Villa del Carmen y Villa Sara; Enrique Robles, Finca Las Margaritas, así como las familias Rupnik y Samardzich.
b.- El Carril:  Agustín y Néstor Zamora;  Teodoro Cornejo Becker;  Arturo, Carlos y Humberto D’Andrea.
c.- San Agustín:  Miguel Ángel y Roberto Martínez Saravia.
d.- Cerrillos:  José Aguilera, finca La Falda y Joaquín Durand, finca Valdivia.
e.- Gral. Güemes, el Bordo y Aguas Calientes: Darío Arias, Luis Adat, Héctor Aprile y Miguel Resina Pérez.
f.-Rosario de Lerma: Martín y Mariano Saravia Cornejo, Luis Eduardo Rodríguez y Casto Aramayo, Bernardo Gallo Torino, José y Enrique Ojeda Uriburu, Jorge Álvarez, Ricardo y Joaquín Durand, entre otros.

Homenaje a Jorge Aldalberto Montañez       
Su figura surge clara y nítida como una personalidad especial, que a su capacidad empresarial le sumó sus cualidades humanas en cuanto a tesón frente a las adversidades, vocación por el trabajo y la preocupación por la promoción de su entorno social.
Nació el 24 de abril de 1927. Hijo de Paulina Montañez. Pasó su infancia y adolescencia en el hogar adoptivo del matrimonio de Teresa Robles de Arias y Ramón Rosa César Arias. Inició sus actividades como productor en la finca familiar de Campo Alegre, en Chicoana. Al fallecer su padre adoptivo, debió hacerse cargo de la finca que por ese entonces atravesaba una difícil situación de endeudamiento, a los que los logró superarlos gracias al importante apoyo del Gerente de la Compañía Nobleza de Tabacos, John Whittington. Posteriormente, se casó con Nieves Jacinta Raposo, con quién tuvo cuatro hijos, César Apolo, Mirta del Valle, Gladis Susana y Héctor Camilo.
 Poseedor de un  espíritu empresarial innovador, se endeudó con el Banco de la Nación Argentina para instalar un tambo modelo y un establecimiento para la cría de cerdos con alta tecnología, pero finalizó en un estruendoso fracaso, que le costó el embargo de la finca familiar y el remate de todos sus bienes. Esto, habría sido total, si no hubieran intervenido dos amigos –Carlos y  Humberto D’Andrea– y vecinos, como asimismo el Dr. Héctor Cornejo D’Andrea. 
Emancipó a su hijo César Apolo, para  actuar como parte de la firma “César y Jorge A. Montañez”, por encontrarse en bancarrota, logrando recuperar la finca Campo Alegre, adquirir maquinaria agrícola y comenzar con una carrera meteórica en la producción tabacalera que duró diez años,  período en que compró  campos para la producción de tabaco, tales como: El Sauce y El Cebilar en Guachipas y El Retiro en Colón;  además,  el arriendo de tierras, como Entre Ríos y La  Población en Chicoana;  San Gerónimo en Sumalao y otras fincas menores en Talapampa y Alemanía, cultivando unas 700 has de tabaco entre los tipos Criollo y Virginia, con una producción de más de 1.000.000 de kilos entregados, récord que en su momento lo convirtió en “el productor de tabaco más grande del mundo”, lo que le fue reconocido a través de diversas condecoraciones, pero, lamentablemente, más tarde los daños por granizo se produjeron de manera generalizada en el Valle de Lerma, causando el quiebre de la empresa y la posterior separación en sus actividades productivas de César Apolo y Jorge Adalberto Montañez.
Es importante  mencionar  que sus impresionantes logros empresariales se debieron a la  eficiente estructura organizativa, basada en una marcada concentración de las decisiones estratégicas y una gran descentralización operativa de las unidades productivas, las cuales estaban distribuidas en un gran territorio, lo cual marcó una gran innovación empresarial respecto a otros sistemas que se venían utilizando en grandes explotaciones del Valle de Lerma, basadas principalmente en el trabajo de productores medieros o socios.
Además, en lo social, fue un activo participante, tanto de Chicoana como del medio tabacalero provincial. Su ejemplo de vida será recordado gratamente por todo el pueblo de Chicoana y por el conjunto del sector tabacalero salteño.
Las  acopiadoras de Salta desde la segunda mitad del siglo XX, se concentraban principalmente en 5 empresas: • Compañía Nobleza de Tabacos S.A. (Subsidiaria de British American Tobacco de Gran Bretaña). • Massalín y Celasco S. A. (Subsidiaria de PhilIp Morris de USA). • Manufactura de Tabacos “Particular”. V. F. Grego S. A. • S. A. Manufactura de Tabacos Piccardo. • Manufactura de Tabacos Imparciales S. A.
Una breve reseña de cada una:
1.- Manufactura de Tabacos Piccardo y Cia Ltda. Nació en 1898, como consecuencia de la guerra de Estados Unidos con España por el dominio de la isla de Cuba, por lo que  Juan Oneto y Juan L. Piccardo, elaboraron y empaquetaron en forma manual cigarrillos y perduró en el mercado por más de un siglo. Más tarde cambió de razón social, adquiriendo el nombre de Manufactura de Tabacos Piccardo y Cía. Ltda. Asimismo, compró la empresa Compañía Argentina de Tabacos  y desde ese entonces pasó a comprar tabaco del Valle de Lerma, para finalmente establecerse  en Avda. Virrey Toledo Nº 702 de esta ciudad. 
2.- La Compañía Nobleza de Tabacos y Nobleza - Piccardo. Resultó de la fusión de dos compañías nacionales que lideraron el negocio tabacalero en Argentina durante la primera mitad del siglo XX. Tanto Piccardo y Cía como la antigua Compañía Nacional de Tabacos, fueron las primeras en operar comercialmente con productores de la provincia de Salta y surgió durante la presidencia del  Dr. Roque Sáenz Peña, como una filial de The Argentine Tobacco Company Ltda. Comenzó sus actividades con el lanzamiento de la marca ‘Misterio’. Poco después se produciría el exitoso lanzamiento de American Club, luego con la incorporación  de la firma Tabacos Falcón Calvo, incluyendo a las marcas Fontanares, Ranchera, Prestigio y Fantasía.
Construyó sus primeras instalaciones en Estación Zuviría;   en Salta Capital tenía oficinas en calle Belgrano 329. Entre los primeros técnicos, se destacaron Angel Gubiani, Arturo D’Andrea y Carlos Walter Visich. Uno de los productos predilectos, pasó a ser el ‘Jockey Club’, marca que fue lanzada originariamente al mercado en el año 1926.
Durante el gobierno de Juan Carlos Onganía se vendió Piccardo S.A. a Ligget & Myers de USA y luego de algunos años, a través de distintas fusiones con empresas internacionales, se produjo la megafusión para dar lugar a Alliance One International.
3.-Massalin y Celasco S. A. Horacio Celasco y Alejandro Massalín: Comercializaron bajo el nombre de Cigarrería “La Argentina”, luego como Massalin & Celasco S.A., a principios del siglo XX. Producía las marcas Camel, Canillitas, Caravanas, Khedive, Meca y Sello Azul, de gran demanda a nivel nacional.
Inició la compra de tabaco a través de Mario Capasso, quien tenía un acopio de tabaco en la Finca Villa Mercedes y de Mariano y Martín Saravia de la Finca El Vallenar, ambas fincas situadas en Rosario de Lerma, para años más tarde instalarse definitivamente en Salta, a través de las gestiones de  Ricardo Durand, quien impulsó la compra de un terreno de 10 has, ocupado por una tradicional curtiembre de Rosario de Lerma,  a fin de ser destinado a la instalación de la empresa tabacalera.
Asistieron los productores más destacados de la zona, tales como Abelardo Gallo Torino, Martín y Mariano Saravia, Arturo Gallo, Jorge Álvarez, Luis Eduardo Rodríguez y otros. También vinieron desde Buenos Aires los dueños de la empresa, su primer Gerente General, Eduardo Matassi, que fue sucedido por  Emilio Barona, además, estuvieron presentes los sobrinos de Alejandro Massalín (Gustavo, Pedro Danilo y Salvador), quienes a futuro asumirían diversas funciones directivas en la planta de Rosario de Lerma, especialmente Gustavo; en el  gobierno de Juan Carlos Onganía  fue vendida a  Philip Morris.
Más tarde, se inauguró la Fábrica de Cigarrillos Nº2 en Rosario de Lerma, con el nombre de “Ing. José M. Martínez” quien se había desempeñado como Director de Producción y fue asesinado por un grupo subversivo a la edad de 48 años.
Por último,  otra fusión de importancia  con la Manufactura de Tabacos Particulares y la fábrica P. Pando de Goya, las cuales han sido adquiridas por la firma Reemstma Zigaretten de Alemania; desde ese entonces, la empresa pasó a denominarse Massalín Particulares.
       Asimismo, durante la década del ‘60 y comienzos del ’70, participaron en el mercado salteño, una serie de firmas menores con gran dinamismo: • Manufactura de Tabacos Imparciales S. A. I. C. A. • Tabacalera Moldes S.R.L. • José Mouriño y Cía. S. C. A. • Enrique Pierazzoli e Hijos. • Compañía Sudamericana de Tabacos. • Acopio de Tabacos Horizontes. • Jujuy Tabacos, Atilio Manuel Solá • Simplex, José Ferradás SACIFIA. • Transconti S.R.L. • Antonio Manuel Berruezo. • Germán López y Cía. • S. A. Tabacos Industrializados. • Frutos Argentinos S.R.L. • Luis Camilo Sandrín, Acopio de Tabacos Norte Industrial de Tabacos Pacífico. 139 • Salomón M. Franco. Tabacos del Norte S.R.L. • Manufactura de Tabacos Villagrán, que procesó tabaco hasta la campaña 69 – 70. • Manufactura de Tabacos “Particular” V. F. Grego SA • Tabacos del Norte. Salomón M. Franco SRL. • SATI. Esta gran diversidad de empresas, se vio restringida a partir de 1976, luego de la intervención de la Delegación Salta del FET a pocos días del golpe de Estado.
A raíz, de ello, el mercado salteño se concentró en las siguientes firmas: • Compañía Nobleza de Tabacos • Massalín y Celasco. • COPROTAB. • Imparciales • Simplex. A continuación, se realiza una somera reseña histórica de algunas de las pequeñas empresas:
4.-La Manufactura de Tabacos “Particular” V. F. Grego S.A.: Empresa de pequeña escala, se destacaba  en la comercialización de tabacos negros en el NOA y NEA. Desarrolló sus actividades en Salta durante las décadas de los ‘40 y ’50. Instaló sus oficinas y depósitos en la calle República de Siria 1099, en las cuales acopiaba tabaco del sur del Valle de Lerma para la fabricación de cigarrillos en la Capital Federal. Luego se trasladó a Goya, Corrientes. Trabajo como técnico  el Ing. Benito H. Colina.
 La Compañía Italiana SATI. La Società Anonima di Tabacchi Italiani (SATI). Tenía sede en la Capital Federal y operaba con la sociedad conformada por las familias Pellegrini y Zamora de Chicoana.  Luego se incorporaron dos empresas que operaban en Salta: Mariano Berardi y Andes S.R.L. de Santos Cruz; esta última, estaba ubicada en Rosario de Lerma y participó de una investigación por estafa al FET, lo que determinó el procesamiento de varios productores tabacaleros y la intervención del mismo en 1976. Un conocido slogan de la empresa de esa época era “Sólo contra los trusts”, el cual se representaba con una imagen de un toro enfrentando un pesado muro.
 Germán López y Cía. Provenía  de Buenos Aires, estableció una planta de acopio en Coronel Moldes, la cual tuvo gran importancia en la zona, asimismo comercializó tabaco de otras regiones como Apolinario Saravia; sus oficinas en Salta se ubicaban en calle San Martín 960
Simplex S.A.C.I.F.I.A. De capitales argentinos, inició sus actividades en la Capital Federal. El principal impulsor, fue  José A. Ferradás, quien a poco de finalizar la Segunda Guerra Mundial, concretó la primera exportación de Tabaco Criollo Salteño a Europa. Más tarde, su directorio  resolvió instalar una planta industrial dedicada al acopio y exportación de tabacos en Salta y otra en Corrientes, las que junto con la de Misiones, le permitió exportar la totalidad de los tipos de tabacos argentinos a diversos países de Europa.  Funcionó en la calle República de Siria al 1000, donde construyó sus propias oficinas y depósitos. Luego, tras su muerte, ejerce el control el hijo –Jorge Ferradás– que, para el abastecimiento de materia prima,  contaba con gran apoyo de un reducido grupo de productores, entre los que se destacaban Miguel Ángel Martínez Saravia, Luis Eduardo Rodríguez, Teodoro Cornejo Becker, Elías Gastal, Guido Pedano, Fredy Saravia, J. y W. Anuch, Manuel Céspedes Alfaro, Martín Saravia, Darío Arias, Martín Borja y otros.
        Fue innovadora en la adopción de diferentes tecnologías, que resultaban revolucionarias para la época, introduciendo las  primeras estufas ‘bulk curing’ para el secado de tabaco y equipos para la humectación de la hoja ya estufada en el año 1977, práctica que realizó en la Finca Santa Rosa, en Rosario de Lerma, de su propiedad y estuvieron supervisadas por la firma Decroit de Canadá, socia de la empresa SIMPLEX; una persona muy recordada entre su personal, fue su Gerente General, el Sr. Ricardo Lozada.
Miguel Pascuzzi e Hijos S. A. La fábrica de Miguel Pascuzzi e Hijos S.A., tuvo sus inicios en la empresa que llevaba su padre, José Luis Pascuzzi, empresario de la provincia de Buenos Aires. Se instaló en el Parque Industrial de la capital salteña y comenzó a fabricar  las marcas de cigarrillos Dakar, El Mangrullo, Dólar, Boa Vista, Pantera, Belem, Gobernador, Ka, Mc All, Tampa (principalmente para ser exportados a Paraguay) y los populares Achalay.
Otra empresa que fabricó cigarrillos en Salta fue “Norte Industrial de Tabacos S. A.”, ubicada en la calle Pellegrini 1002, que lanzó la conocida marca “Poncho Rojo”. Tenía un popular slogan comercial que decía “Mañana va llové y pasao va hacé barro, meté la mano al bolsillo y convidame un cigarro” .
Tabacos del Norte, Salomón M. Franco SRL. Fue de las primeras en establecerse en Salta en la calle Necochea 737. Acopiaba tabaco tanto de Salta como de Jujuy, a la vez que actuaba de intermediario en la compra de materia prima para la firma Massalín y Celasco.
 Frutos Argentinos SRL. Era una empresa de pequeñas dimensiones, que se instaló en Salta en la calle Lamadrid Nº57. Fue el tradicional comprador de tabaco Burley de la Cooperativa La Isla y de otros puntos del Valle de Lerma.
José Mouriño y Cía. Instaló sus oficinas en calle Belgrano al 600, al lado del Banco de la Nación Argentina.
La Asociación de Productores Tabacaleros de Salta (ATS).  Surgió con 49 productores afiliados, creándose más tarde la Compañía Salteña de Tabacos (CST), encargada de acopiar, procesar y vender el tabaco de los asociados. A tal fin adquirió un predio de 17 has en la localidad de Colón –Cerrillos– para establecer su planta industrial y otro de 3,5 has en  La Merced para realizar el acopio de tabaco
Los ’90, una Década de incertidumbre: Esto es así, porque la política tabacalera estuvo signada por el conflicto permanente.
 En 1989 asume Carlos Saúl Menem  sin contar con un plan económico conocido y  el gobierno saliente  Dr. Raúl Alfonsín presentaba un contexto desolador, marcado por la recesión, los saqueos, la virulencia inflacionaria y la especulación financiera generalizada.
 Menem, lanzó los lineamientos basados en la “revolución productiva”, el “salariazo”, la “apertura exportadora con un dólar muy caro” y la consecución de un superávit fiscal en las cuentas del Estado a los fines de combatir la inflación.
Pasaron distintos ministros de economía,  el Ingeniero Miguel Roig,   Néstor Rapanelli, Antonio Erman González, hasta que en 1.991 asume Domingo Cavallo, quien  un paquete impositivo de emergencia al Congreso de la Nación y estableció “bandas de flotación” para el dólar, como asimismo  un proyecto de Ley que declaraba la convertibilidad del austral respecto del dólar.
Mejora genética. Esta situación fue tenida en cuenta desde las primeras políticas tabacaleras a nivel nacional, para lo cual se repartía semilla seleccionada a los cosecheros  de tipo Habano. En Salta, su pionero  fue  Miguel Gregorio Mintzer  quien comenzó a realizar trabajos de selección de tabacos criollos en la Escuela Práctica de Agricultura de Puerta de Díaz, más conocida como “Finca La Chacra”, terrenos adquiridos por la Nación.
 Partiendo de los tipos “Hoja Ancha” y “Hoja Parada”, obtuvo distintas variedades, dando lugar al tipo “hoja de oro”, también la variedad “Turco”. Asimismo, aportó su experiencia John Whittington;  y los Ing. Nemesio A. Rojo;  Darío Fernández de Ulivarri;  Humberto Medina y Benito Holbrook entre otros. Es importante destacar la excelente labor desarrollada por el INTA en esta actividad para la obtención de diversas combinaciones de tabaco con muy buenos resultados en sus ensayos preliminares.

Cabe señalar que en cuanto al manejo de almácigos, se realizaban la Desinfección:  era el quemando de los palos de tabaco o de paja de poroto,   práctica que no alcanzaba a eliminar las malezas ni enfermedades peligrosas. El “desyerbado” posterior, se hacía manualmente, que requería una ardua y minuciosa labor. Más tarde se aplicó la tecnología resultando un avance sustancial, a través de productos químicos  como ser el “caldo bordelés”.
2.- Protección de los plantines contra el frío: primero se utilizaron coberturas de paja o totora y luego se introdujo el plástico como forma de protección, logrando avances importantes.
3.- Fertilización: normalmente se hacían con guano de caballo, de cabra o con camas de gallinero. Luego, se iniciaron experiencias para el manejo de plásticos perforados y de coberturas porosas de polipropileno, así como para el uso de productos alternativos al bromuro de metilo, además del  desarrollo de almácigos flotantes práctica que no fue satisfactoria.
     Y con relación a las mejoras en el manejo del cultivo del tabaco estaba ligada a la evolución de las instituciones de investigación y experimentación agrícola en la provincia que desarrollaron un sistema de extensión muy importante para la época.
          Cabe destacar a  Massalín y Celasco, que estableció un equipo de extensionistas para el asesoramiento a los productores tabacaleros, con la figura de  Elizardo Quipildor; a la empresa Particulares, que  brindaba asesoramiento  a través del Ing. Benito H. Colina, quien se desempeñó como técnico del INTA; Estación Experimental de Chicoana, donde trabajaron los Ingenieros Humberto Medina y Alberto Montes  con gran impacto sobre el desarrollo de los cultivos, además de los  ingenieros Arturo Aguilar, Leoncio M. Ryan y Jorge A. San Millán Almagro; en aquellas épocas, ante la escasez de recursos tecnológicos valía mucho la experiencia personal y el ingenio de los profesionales. Algunos extensionistas que realizaron una inolvidable tarea de difusión de las prácticas agrícolas de avanzada en los años ‘60, fueron los Ingenieros Lauro Salvador y Mladen Toncovich (Rosario de Lerma), Ricardo Jorge Hueda (Perico), Julio César Borelli, Wenceslao Brito y Julio Luna en Gral. Güemes. Muchos fueron los técnicos salteños que se destacaron a nivel internacional en el cultivo del tabaco, los cuales fueron contratados por la empresa Transcontinental Leaf Corporation de Alemania para desarrollar el cultivo del tabaco en Uruguay. Su gerente, Erik Kehaya, contrató a los ingenieros Darío Fernández de Ulivarri y Waldo Castelló, quienes llevaron a cabo experiencias de cultivo de tabaco Virginia, en finca Arizona que la empresa, (junto a su socio Aristóteles Onassis), había comprado en Rosario de Lerma.
            En 1982 se constituyó el Comité Coordinador de Investigación y Extensión en Tabacos Claros, integrado por la CTS, COPROTAB, Secretaría de Asuntos Agrarios de la Provincia de Salta, INTA, Secretaría de Agricultura y Ganadería de la Nación, FET, Nobleza – Piccardo, Massalín – Particulares y Germán López. A partir de la década de 1990, se iniciaron una serie de acciones conjuntas entre las diferentes instituciones del sector, en lo que en un comienzo se llamó la “Comisión de Tabacos Claros
Fertilización del cultivo. Algunas prácticas como la fertilización, eran totalmente desconocidas. El uso de fertilizantes sintéticos, como urea y nitrato de sodio, se reservaba solamente para los almácigos. Una práctica frecuente que siempre existió en el Valle de Lerma, década de 1950, fue la rotación del cultivo de tabaco con avenales destinados a la importante ganadería del valle. Luego,  se comenzó a utilizar el “salitre de Chile”, (nitrato de sodio y de potasio). Un evento de gran importancia en esta temática, fue la creación de la empresa para la fabricación de fertilizantes Fertinorte, en el ámbito de la COPROTAB.
Manejo de plagas y enfermedades. En los inicios  no se utilizaba ningún producto químico para el control de plagas y enfermedades, sólo el uso de medios mecánicos, tales como “hacer ruido” con latas para espantar las mangas de langostas o a la recolección manual de los gusanos de “Marandová” o de gusanos cogolleros; en esta tarea participaban principalmente niños, a quienes se les pagaba “por tanto”. Algo pocas veces revelado, pero altamente difundido en el medio tabacalero, es que a pesar de los avances técnicos y científicos, siempre subsistieron prácticas de “cura por secreto”, de las cuales se hicieron cargo varias generaciones de “curanderos” locales. Aún hoy se pueden ver al borde de los cultivos las plantas de albahaca para espantar las malas influencias, las cruces de ceniza para desviar el granizo, el “gusano ahorcado”, para que no se acerquen los demás miembros de esta plaga o los lazos rojos en las estufas para evitar los daños de “la envidia”. Todo lo anterior, se lleva a cabo dentro de un marco de misticismo y sincretismo entre los espíritus benéficos, los santos protectores de la familia y en especial, del culto a la Pachamama, el cual se mantiene firme hasta nuestros días.                                                                      
Mecanización agrícola. Hasta fines de la II Guerra Mundial, prácticamente toda la maquinaria agrícola que se utilizaba en la provincia era importada. De gran difusión fueron los arados de dos discos y los carpidores marca “Planet” que eran importados de USA, y se tiraban con caballos. El primero que importó fue Normando Zúñiga, para sus fincas Entre Ríos y Viñaco. También, Néstor Patrón Costas hizo lo mismo, pero con la marca “Robot”.
         Ante la dificultad de importar los equipos mecánicos, surgió en ese tiempo una importante industria metal – mecánica a nivel local que copiaba los modelos de maquinaria agrícola de origen extranjero, a veces superándolos en calidad; este fue el comienzo de los arados “Capobianco” fabricados en Salta o los “Bicupiro” que eran una copia fiel de los equipos importados marca John Deere.
         Un hecho de importancia en la mecanización agrícola del tabaco, lo marcó la llegada de una migración francesa de Argelia al Valle de Lerma, en donde se introdujeron equipos de maquinaria agrícola que resultaban novedosas para nuestro medio, como han sido las transplantadoras mecánicas de última generación y  algunas de ellas aún se encuentran en funcionamiento, destacándose la fabricación de una “encañadora mecánica” diseñada por Pedro Villagrán de Chicoana, que funcionaba similar a una máquina de coser y permitía economizar  gran cantidad de mano de obra, especialmente de mujeres y niños, quienes tradicionalmente realizaban esta tarea en los sistemas convencionales.
Estufado del tabaco. Desde el inicio del cultivo se lo realizó  en estufas convencionales de adobe, las cuales lentamente fueron creciendo en capacidad y calidad de la producción obtenida. Fue John R. Whittington de la Compañía Nobleza de Tabaco quien desarrolló el secado en ellas. Las cuatro primeras, han sido construidas en las fincas de Luis D’Andrea, Arturo D’Andrea, Néstor Patrón Costas y Mariano Cornejo, que  podían ser de una o dos hornallas con capacidad para unos 500 Kg. de tabaco.
          Los primeros proveedores de caños para estufas, fueron Manuel y Victorio Fernández, quienes tenían sus talleres en Chicoana. Más adelante y de gran trascendencia la empresa “Briones” situada en la calle Dean Funes que proveyó todo lo indispensable para esta actividad; otra destacada ha sido la “Fundición Capobianco”, ubicada en  calle Belgrano al 600, que fabricaba grillas, puertas de estufas y emboquilladuras, destacándose en la  fabricación de arados y promotores de gran desarrollo tecnológico para la época, en base a modelos de maquinaria importada. La empresa “70-U”, fue sin duda un modelo de expansión y progreso, que surgió como consecuencia del quebranto de los “Talleres Metalúrgicos Camacho”. Por último, es importante mencionar las “Fundiciones Mar Hel”, que estaba ubicada frente a la Plaza Alvarado y la “Fundición Peyret”; ambas fabricaban todo tipo de implementos para estufas. A fines de la década de los ‘70, la innovación más importante, fue la introducción de las estufas tipo “Bulk – curing”, que no precisaban encañar el tabaco y contaban con un sistema de circulación forzada de aire, que mejoraba notablemente el aprovechamiento de la energía. La primera contribución conocida la hizo la empresa SIMPLEX, en su centro de secado de Finca Santa Rosa en el Camino a los Vallistos con tecnología aportada por la empresa canadiense Decroit, iniciándose una serie de experiencias que marcaron una gran innovación para la historia del cultivo del tabaco. Luego del uso de leña,  se usó el gas  como combustible,  para el secado del tabaco.
 En el año 1991,  la COPROTAB inició el plan piloto para la instalación y funcionamiento del gasoducto La Isla- San Agustín por un monto de 10 millones de dólares y en 1999 se concretó la ejecución de la red de gas para el Valle de Lerma, con una inversión adicional del mismo valor, mediante convenios entre la Cámara del Tabaco de Salta, el Gobierno de la Provincia de Salta, la Unidad de Coordinación del FET, la SAGPyA y la empresa Gasnor. A partir del año 2000, empezó a surgir en el mercado tabacalero la preocupación por la presencia de nitrosaminas en los tabacos salteños, lo que obligó a los productores a realizar cambios en la tecnología de estufado. Para ello, se requirió de la experiencia del INTI (Instituto Nacional de Tecnología Industrial) a fin de avanzar en el diseño de estufas con intercambiadores de calor, que evitaran la presencia de estas sustancias en el producto final. En el año 2002 se encaró el proceso de reconversión de las estufas de tabaco, promoviendo la modificación total del parque de estufas de la provincia.
Desarrollo Rural. La preocupación por el trabajo de menores en la producción tabacalera, llevó a la habilitación de guarderías rurales en Gral. Güemes, El Carril y Rosario de Lerma, para que asistieran durante la cosecha los hijos de los peones rurales, pero quedó trunco con la llegada de la dictadura militar en 1976 y retomadas años más tarde en la localidad de Cnel. Moldes. Otro apoyo de importancia fue el inicio de la construcción de estufas comunitarias por parte de la Cámara del Tabaco de Salta, durante las presidencias de José L. Gambetta y Carlos F. Sanz Navamuel, lo que redundó en una experiencia organizativa de gran importancia que se continúa desarrollando con éxito en la actualidad.
La responsabilidad social empresarial del sector tabacalero. José Juan “Chiquito” López Amat, se lo podrá recordar de distintas formas, desde su comprometida presencia en diversas marchas por la reivindicación de los recursos de los productores, su bonhomía personal u otras, pero hay algo que nunca podrá olvidarse y será su lucha por un sector tabacalero sin trabajo infantil y digno de mostrar sus mejores contribuciones a la sociedad en la que se encuentra inserto.
        En este espacio, realizamos una somera historia de los principales hitos que jalonaron la responsabilidad social del sector tabacalero salteño, en los cuales “Chiquito” tuvo una alta participación, posicionando al tema de la Responsabilidad Social Empresarial del sector tabacalero provincial en un primer plano de preocupación:
1.-La responsabilidad con los trabajadores rurales.  Se firmó un acuerdo para el cumplimiento de las obligaciones patronales por parte del sector tabacalero provincial con el Ministerio de Bienestar Social; un convenio de Corresponsabilidad Gremial para el pago de aportes de previsión social y FONAVI de los trabajadores rurales ocupados en el cultivo y cosecha del tabaco, mediante descuentos automáticos de los pagos que debía percibir el productor por parte del Fondo Especial del Tabaco. Un año después, se logró un convenio similar para los aportes a los subsidios familiares de los empleados rurales.
Su innegable compromiso con la niñez, hizo que se pusiera en vigencia el programa “Tiempo de niños…la mejor inversión”, que incluía diversos convenios específicos, tales como “Para crecer mejor”, “Alimentación sustentable”, la re-edición del libro del INTA “¿Qué te pasa calabaza?, para el mejor uso de los alimentos, el trabajo de la huerta y la granja en el hogar. Y finalmente, el programa “Con cuidado, nos cuidamos todos”.
Luego, Esteban “Tuty” Amat Lacroix, actual presidente de la Cámara del Tabaco de Salta, fue el continuador de estas iniciativas,   con el apoyo y colaboración de la Sra. Marina Briones. Detalles de su gestión:
Prevención de accidentes en el área rural. La Campaña “Con cuidado, nos cuidamos todos”, fue una campaña instrumentada desde noviembre de 2003, para la prevención de accidentes infantiles en el ámbito rural y de la cual se capacitaron 20.000 estudiantes de 80 escuelas de toda la provincia.
 Compromiso para la erradicación del trabajo infantil. Se firmó en el marco del  Día Mundial contra el Trabajo Infantil. La Cámara del Tabaco de Salta y la Cooperativa de Productores Tabacaleros de Salta Ltda., adhirieron a este convenio, que si bien reconocía a la pobreza como la causa fundamental de este problema, se comprometían a promover la educación, la salud, la recreación, el desarrollo físico y mental en el ámbito tabacalero. En este sentido, se integró la Asociación Conciencia, que junto al resto de las empresas e instituciones del sector tabacalero crearon el Programa Porvenir, el cual puso en funcionamiento una serie de Centros de Vacaciones para los hijos de los pequeños productores y de los obreros rurales.
También se integraron acciones con la Comisión Nacional de Erradicación del Trabajo Infantil (CONAETI), la Comisión Provincial de Prevención y del Trabajo Infantil (COPRETI) y la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores de la República Argentina (UATRE). Programa Porvenir, Todos Juntos por los Chicos.
     Porvenir es una iniciativa de Asociación Conciencia y del sector tabacalero representado por Alliance One, la Cámara del Tabaco de Jujuy, la Cámara del Tabaco de Salta, la Cooperativa de Productores Tabacaleros de Salta Ltda., la Cooperativa de Tabacaleros de Jujuy Ltda., Fudesta, Massalín Particulares y Universal Leaf Tabacos. Se lleva a cabo desde el año 2003 y tiene como objetivo contribuir a la prevención y erradicación progresiva del trabajo infantil en las zonas rurales tabacaleras de las provincias de Salta y Jujuy. Se trabaja en 7 localidades de la provincia de Salta (El Bordo, Chicoana, La Merced, La Viña, El Jardín, Rosario de Lerma, Cnel. Moldes) y 3 localidades de Jujuy (Perico, Chamical, y Cnel. Arias).
        Esteban Amat Lacroix es productor tabacalero, nació en Salta Capital el 23 de mayo de 1968 y ocupó diversos cargos gremiales, tales como Vocal de la Cámara de Tabaco, vicepresidente y presidente de la Cámara de Tabaco de Salta. En su vida política como diputado provincial, fue presidente de la Comisión de Producción, Minería, Transporte y Comunicaciones y en la actualidad es Presidente de la Cámara de Diputados.
       Desde el año 2009, su implementación cuenta con los siguientes ejes:
Centros de Porvenir. Durante los meses de enero y febrero, niños de entre 9 y 15 años concurren desde las 8 a las 18 hs a los centros abiertos en las escuelas. Funcionan como espacios de contención y de formación en valores tales como autoestima, resolución de conflictos, salud, higiene personal, de recreación y de juego de los niños. Los talleres incluyen temáticas como deportes, música, grupos de danza folklórica, huertas y manualidades;  ya han pasado por estos centros 8.973 niños y adolescentes.
 Capacitación en Oficios. Comenzó a implementarse desde el año 2008. Está destinada para adultos responsables de los niños que participan del programa Porvenir y tiene como objetivo la generación de alternativas económicas para trabajadores y productores tabacaleros de bajos recursos, con el objeto de reducir la vulnerabilidad de estos sectores, generando fuentes alternativas de ingresos. Entre las temáticas seleccionadas, se resaltan las de electricidad, albañilería, carpintería y costura.
 Apoyo Escolar. A lo largo del año lectivo, los participantes del programa Porvenir reciben apoyo escolar. Se realiza de esta manera un seguimiento conjunto con las autoridades de los respectivos establecimientos, evitando la repitiencia y el consecuente abandono escolar.
Otros aportes,  fueron los del programa “Sonrisas Salteñas” para la prevención de salud bucal, la prevención de adicciones y el “Programa de educación afectivo sexual”.
La temática ambiental. Se encararon diversas iniciativas conjuntas para promover una mayor conciencia sobre el deterioro de los recursos naturales y las formas de proteger el medio ambiente en el medio rural. Se pueden mencionar las siguientes:  Sustitución de la combustión de leña por gas. ·  Reemplazo de quemadores tradicionales. ·  Eliminación de residuos de la industria tabacalera. ·  Planes de forestación en el medio rural. ·  Eliminación de plásticos de fincas tabacaleras.

NÓMINA COMPLETA DE LOS PRESIDENTES
DE LA CÁMARA DEL TABACO DE SALTA.

Periodo                Presidente de la entidad
1963 / 1966         Juan Guillermo de Winter
1966 / 1969         Teodoro Enrique Cornejo Becker
1960 /1970          Juan José Fernández García
1970 / 1975         Miguel Ángel Martínez Saravia
1975 /1981          Humberto D’Andrea
1981 / 1983          Darío Felipe Arias
1983 /1984          Carlos Fernando Sanz Navamuel
1984 / 1988          Humberto D’Andrea
1988 / 1992           José Luis Napoleón Gambetta
1992 / 1993           Carlos Fernando Sanz Navamuel
1993 / 1994           Freddy Oscar Saravia
1994 / 1999           Oscar Mercadal
1999                       Domingo Martínez
1999 / 2004           Juan Jose Lopez Amat
2004 / Actualidad  Esteban Amat Lacroix

Este trabajo fue realizado por Sara Graciela Lapad sobre la obra de "Historia del cultivo del tabaco en Salta" de MARCELO RODRIGUEZ FARALDO. Con aportes de los investigadores Gustavo Flores Montalbetti y José de Guardia de Ponté.

 

Dirección EDI Salta 2020: José de Guardia de Ponté
Todos los derechos reservados portaldesalta 2010/2016