Historia de Salta

Situación política 1805

 

Salta Colonial

n 1805, el bloque patricio liderado por el Regidor Perpetuo y Fiel Ejecutor Lic. Mateo de Saravia y Jáuregui, y su aliado el ex-Regidor Francisco Antonio Gonsález y San Millán, insuflados de teorías aparentemente más conservadoras, era desplazado del poder capitular por un bloque liderado por el Gobernador-Intendente Rafael de la Luz, y su Teniente Asesor Tadeo Fernández Dávila, los cuales se habían negado a confirmar la fórmula electa por la mayoría del cabildo, sustituyéndola por la que resultó minoría en la persona de José Uriburu, e integrada por españoles europeos, de teorías aparentemente más liberales. Los documentos que relatan las vicisitudes ocasionadas por la difusión de una serie de pasquines originados en la burla del resultado de dichas elecciones por parte del Gobernador-Intendente son parcialmente conocidos. No bien el Gobernador-Intendente confirmó a quienes no habían sacado la mayoría de votos en la elección de oficios concejiles de 1805, se empezaron a difundir en Salta diversos pasquines alusivos a los hechos y a producirse acciones colectivas inéditas.

El primer pasquín de que se tuvo noticia, según el testigo José Eugenio Tirado, "...empezaba con el título 'Aviso al Público', tratando de Robespierre al Sr. Asesor Juez [José de Medeyros] de esta Información", y el que le siguió en seguida, compuesto de algunas décimas y una quintilla, empezaba sin ambages con una acusación lapidaria: "De hombres sin religión, como es el Gobernador [Rafael de la Luz] y su Teniente Asesor [José de Medeyros]". En este segundo pasquín, Tirado nos revela que a más de los dos referidos funcionarios, se nombraba con sorna al R.P. Felipe Antonio de Iriarte, a Don José Tomás Sánchez, a José Gabino Blanco, a Don Antonio Aguela, y a Matías Gómez Linares, todos ellos vinculados con las autoridades del Cabildo (encabezadas por José Uriburu) electas por el menor número de votos y confirmadas por el Gobernador-Intendente. Al menos uno de ellos, Sánchez, había sido previamente partidario de Don Mateo de Saravia y Jáuregui. Asimismo, Tirado declaraba que quien le leyó el pasquín, probablemente su propio autor, fue el Clérigo Pbro. Don Santiago Arias Velásquez, o Arias y Saravia, quien le preguntó al declarante "...si había llegado a su noticia el dicho pasquín en verso, y como le dijese que lo tenía, pero que no lo había oído leer, prontamente sacó del bolsillo el dicho Don Santiago el papel indicado, se lo leyó caminando siempre a paso largo, conociéndose que lo había leído muchas veces, o lo sabía de memoria, y se lo volvió a guardar".

Por todas las circunstancias de lo que llevaba declarado, Tirado infería que los autores de tan insolentes papeles "...no pueden menos que ser alguno de los Saravia, o de su pandilla, como que son los resentidos de la confirmación hecha por el Sr. Gobernador".

Finalmente, el tercer pasquín de que se tuvo noticia, compuesto de cuatro décimas y cuatro quintillas, y que es el único que según tengo entendido ha llegado a nuestros días, publicado por Acevedo (1965), fue escrito en mofa de la minoría del Cabildo, con motivo del fallo de la Real Audiencia de Buenos Aires que derogaba la decisión del Gobernador-Intendente, y ha sido comentado por este autor con anterioridad.

El fallo de la Real Audiencia fue públicamente celebrado entre otros muchos electores y electos por un grupo de fuertes mercaderes compuesto por Manuel Antonio Texada, Juan Nadal y Guarda, Domingo Cardo (factor de Manuel Antonio Boedo), Julián Gregorio de Espinosa, Pedro Martínez de Vinueza, Pedro José de Ibaseta, Lino de Rosales, Marcos Castellanos y Saravia, y Pedro Arias Castellanos, y su música y canto financiada por Isidro Matorras. Es indudable, decía Tirado, con respecto a los integrantes de esta última acción colectiva, que los actuales capitulares, no sólo "...han demostrado vanidad y alegría por el vencimiento, sino que también han hecho farsa y pifia de los antecesores", habiéndole también asegurado Pedro Pablo Saravia (hermano de Mateo, Mariano, y Santiago de Saravia y Jáuregui) al declarante "...que al día siguiente de la reposición habían amanecido colgados en la puerta del que fue alcalde de Primer Voto Don José de Uriburu unos testículos de carnero, u otro cuadrúpedo, lo cual sabía muy bien el Don Pedro Pablo por ser de la familia".

Concluía su declaración Tirado, manifestando que lo que él había dicho acerca de los Saravia, autores de los pasquines, "...no se entiendan ni incluyen el Coronel Pedro J. Saravia, ni sus sobrinos Don Martín, ni Don Santiago Saravia, cuia imparcialidad y honroso modo de pensar es bien notorio".

Asimismo, en otro caso suscitado en Salta, en 1805, por el Regidor Antonino Cornejo y de la Corte, acerca de una información sumaria y secreta, sobre el linaje de Pedro Antonio Ramírez de Obejero, el Síndico Procurador General Pedro Antonio Arias Velásquez, miembro de un antiguo e influyente clan familiar, desplazado por el clan de los Fernández Cornejo, cuestionó al Teniente Asesor José de Medeyros, precisamente suegro de un hermano del Regidor Cornejo. El cuestionamiento de Arias Velásquez obedecía al intento de Medeyros de tomar él mismo dicha Información, cuando el Regidor Antonino Cornejo era "... cuñado de su hija y come con el mismo Asesor". Si para obviar estos inconvenientes la Ley de Indias establecía que nadie fuere abogado, donde su padre o suegro fuese Oidor, cuanto más perjudicial sería entonces, se preguntaba Arias Velásquez "...que el Dr. Medeyros sea único Asesor y Auditor de Guerra, donde tiene tantas conexiones, y su yerno Don Juan José Cornejo es Comandante y ejerce jurisdicción?".

Artículo extraído del Libro: UN DEBATE INCONCLUSO EN AMERICA LATINA de Eduardo R. Saguier – Tomo II– Capítulo 3.

 

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